SI
el
agua es una necesidad vital, es decir, es una disyunción excluyente: vida o muerte.
SI
el
agua se regenera en armonía con las condiciones naturales de su entorno,
SI
el
agua debe estar en concordancia con el interés nacional o el bien común,
SI
el
agua conforma la religiosidad andina y se le respeta
SI
La tecnología y energía utilizada por
los países altamente industrializados ha provocado el calentamiento global y,
el consiguiente, deshielo de nuestros glaciares.
ENTONCES
El modelo de desarrollo industrial de
acuerdo a la maximización de la ganancia no tiene razón de ser.
ENTONCES
El
agua no es negociable. Es una
contradicción que esté sujeta a la fluctuación de los precios del mercado o sea
a la oferta y demanda. El agua solo
tiene valor en el mercado dentro de un sistema capitalista. La Gran empresa minera o petrolera envenena tu
rio o laguna y si le da la gana te indemniza por matarte a plazos. O si no, te
explota, indirectamente, seas niño o adulto, hasta consumir toda tu energía
saludable en condiciones inhumanas de trabajo como en la llamada “minería
informal” que también envenena las fuentes de agua. De los numerosos, paupérrimos y esclavizados
mineros “informales” se aprovisionan, mediante eslabones de una cadena
comercial, las grandes empresas mineras. Así explota la fuerza de trabajo de
niños y adultos sin alternativa de otro empleo: son involuntariamente sus
pequeños y numerosos proveedores. Esta
es una de las raíces del enriquecimiento de los socios de las Grandes empresas
mineras y petroleras.
ENTONCES
Es un contrasentido que se promueva la
inversión privada, según las leyes del mercado, cuando afecta a todos los seres
vivos.
ENTONCES
El
agua no es un recurso, es una deidad o una persona a quien debemos la vida.
POR LO TANTO:
El
agua debe pertenecer a LA NACIÓN; siempre y cuando el Estado represente los intereses
de la clase popular y no de la Gran Empresa capitalista.
Debería haber un destacamento armado cuidando el entorno de las regiones
productoras de agua y no protegiendo y dando seguridad a las Grandes empresas
que degradan el ambiente y que traen la muerte para todo organismo viviente. Entre los intereses de la Gran empresa y el
pueblo, el ejército, es decir, el Estado debe ofrecer garantías al pueblo y no
bañar en sangre sus justas protestas.
Los llamados “salvajes” están defendiendo la vida del planeta, de todos
sus habitantes, incluso a los socios de las Grandes empresas agresoras, de los
llamados “civilizados”; quienes se ufanan de llevar cultura, educación, con su
inversión letal.
Así mismo, los estudiantes de las
universidades nacionales deben hacer un
inventario de los lugares degradado o polucionados por las grandes empresas y
representarlas en un mapa. Y una reseña
histórica de cómo han quedado lo lugares en donde las empresas mineras o
petroleras han invertido su capital. Por ejemplo: Huancavelica, Oroya, Cerro de
Pasco, etc., etc.
Grimaldo
Antonio Rengifo Balarezo
rengifoantonio@gmail.com
Lima, domingo, 26
de junio de 2011
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