CX36
04-10-2012
En lo que fue el último contacto
previo a las elecciones en Venezuela que se celebrarán el próximo domingo, el
sociólogo norteamericano James Petras (*) desgranó este lunes 1 de octubre
para la audiencia de Radio Centenario, en forma profunda y extensa la
coyuntura social y política que atraviesa el pueblo bolivariano. “La tarea de
Chávez a corto plazo es ganar estas elecciones” y luego “hacer una
rectificación en la oficialidad, cambiar las prácticas clientelistas que
vienen de muchos políticos que se han enganchado al vagón de Chávez” de cara
a las elecciones parlamentarias de diciembre, subrayó Petras. En otro orden,
se refirió a la crisis en España, que -dijo- es sistémica y tan profunda que
“el Estado Español está en desintegración”. A continuación CX36 transcribe
íntegramente el análisis de su columnista.
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Efraín
Chury Iribarne: Le damos la bienvenida a James Petras. Buen día ¿cómo está?
James
Petras: Muy bien, aquí estamos disfrutando del otoño, con grandes expectativas
sobre las elecciones del próximo domingo en Venezuela, que aparecen como las
elecciones más importantes de la historia reciente no sólo de América Latina,
sino de todas las Américas.
EChI:
Si le parece entonces, escuchamos su análisis sobre este tema.
JP:
Si, creo que es importante hablar de muchas cosas más allá de lo que está
pasando en la campaña electoral y en las encuestas, para poder definir cuáles
son los puntos clave en este proceso político.
En
primer término debemos anotar el legado histórico, y eso es muy favorable al
presidente Hugo Chávez, porque en lo años ’90 -antes de Chávez- Venezuela vivía
una época de corrupción, de masacres, de caída del standards de vida, con un
empobrecimiento impresionante, con niveles de inflación exorbitante, con mucha
corrupción que alcanzaba hasta al entonces presidente Carlos Andrés Pérez,
quien estaba involucrado en una estafa multimillonaria.
Esto
pesa mucho sobre la generación que actualmente tiene más de 35 años,
particularmente de las clases populares, que recuerdan la época negra, donde el
sufrimiento era generalizado, desempleo alcanzaba al 30% y la vida era muy dura
sin apoyo estatal.
Ahora,
eso es parte de lo que va a influir sobre el voto, independientemente de lo que
está pasando ahora o mejor dicho, en relación con lo que está pasando ahora.
El
segundo hecho importante es el golpe de Estado de 2002 que fracasó. Es
importante por dos razones: en ese golpe de Estado estuvo involucrado en
candidato Henrique Capriles Radonski, él encabezó la mafia, la banda que atacó
la Embajada cubana y que trató de hacer daños físicos, actuó como un matón y no
como el roquero que tratan de presentar hoy. Además, apoyó en el lockout de los
gerentes petroleros en 2003. Y esto también pesa porque la imagen que ahora
está proyectando Capriles, como un demócrata, un socialdemócrata, un personaje
en la línea de Lula; que es todo un maquillaje porque tiene antecedentes
violentos, golpistas, vinculado siempre a los sectores de ultra derecha y eso
también queda en la memoria histórica.
Estos
son dos puntos en contra de Capriles.
Ahora,
lo que tiene a su favor, es lo que existe en la institucionalidad a nivel
privado y público. Es cierto que Chávez está bien ubicado en el sector público,
pero en el sector privado, por ejemplo en el sector financiero el 80% de los
bancos están en manos privadas; la gran mayoría de los servicios privados están
en manos de la derecha; un gran sector de latifundistas y dueños de
plantaciones están todavía con la derecha y todavía el sector manufacturero
sigue estando en manos privadas. Es decir, la burguesía en general no ha sido
tocada, e incluso ha tenido cierta prosperidad por el empuje económico que la
economía tiene con las políticas del presidente Chávez.
La
derecha tiene una fuerza institucional que le permite colaborar con el
imperialismo y financiar la campaña política de la derecha.
Chávez
tiene a su favor la reforma agraria, lo que le da el respaldo de un gran sector
campesino, los pequeños agricultores, los obreros, los sindicatos, las comunas,
y un sector de la burguesía, contratistas, que han trabajado junto al gobierno;
y más que nada, el control sobre la mayoría de la industria petrolera, a pesar
de que hay sectores extranjeros involucrados allá, empresas noruegas y
norteamericanas que siguen funcionando con contratos de servicio.
Es
un factor importante decir que la derecha tiene una fuente financiera, una
influencia económica y a partir de eso, está influyendo en un sector de la
pequeña industria y comercio, minoristas y mayoristas.
El
tercer punto importante, es la movilización social. La capacidad de
convocatoria de la derecha no es pequeña, tiene capacidad de mover a cientos de
miles el domingo en Caracas y otras ciudades, porque tiene una clase media que
ha avanzado socialmente pero con miras hacia arriba y no hacia abajo. Es decir,
la clase media emergente, que ha mejorado su estándar d de vida, ahora quiere
ubicarse más cerca de la élite que los de abajo. Y es un sector arribista, que
busca no la solidaridad, sino el consumo, el consumismo, el libre mercado,
vinculado más que nada a la clase media profesional que está en contra del
sector público y defiende la salud privada, la educación privada; etc. Frente a
eso, Chávez retiene una enorme base popular en los barrios, sigue teniendo una
enorme fuerza en las grandes concentraciones urbanas y tiene sectores públicos
que sienten miedo de que si vuelven a elegir a un candidato de la derecha va a
aplicar recortes públicos, privatizaciones, etc. que van a implicar despidos de
muchos funcionarios públicos. Por tanto, hay una división entre la clase media
arribista y los funcionarios públicos que han sido contratados en los últimos
años.
De
todos modos, lo que hay que anotar en esta elección es la polarización social.
Cada vez que hay una elección polarizada de clases, obviamente las clases
populares están en mayoría, con mayor abundancia, por lo que la táctica de
Capriles es por una parte, dirigir su discurso para animar a la derecha, a las
clases altas; y por otro, una imagen dirigida a la población, diciendo que él
está a favor de todas las reformas sociales de Chávez, pero que él puede
implementarlos con mayor eficiencia y menos corrupción.
Asimismo,
para analizar esta elección debemos tomar en cuenta también el ambiente
internacional, que es sumamente favorable a Chávez.
En
este sentido, el alto precio del petróleo, el funcionamiento de la OPEP, los
acuerdos con Rusia y China, los ingresos por petróleo; permiten al gobierno
financiar muchos proyectos con alto impacto social. Eso es favorable.
En segundo lugar, los Estados Unidos han sufrido muchos golpes debido a su política guerrerista y no tiene mucha presencia en América Latina, han perdido terreno especialmente con los gobiernos de centro izquierda que tratan de mantener una independencia y por lo menos, antigolpistas, en el sentido tradicional de Estados Unidos.
A
nivel nacional Capriles no puede competir con Chávez por popularidad. La
correlación de fuerzas a nivel internacional es favorable a Chávez, lo mismo a
nivel regional –en relación al Caribe, los programas de ayuda con Centroamérica
y América Latina-; pero donde Chávez es vulnerable, es a nivel local, donde
muchos oficiales chavistas no han funcionado bien, hay una brecha entre los
compromisos sociales declarados por Chávez y la incompetencia de muchos oficiales
para implementarlos con eficiencia y honestidad. Y este es el punto débil,
sobre el que los Estados Unidos y el imperialismo han recomendado a Capriles
que se enfoque. Sobre los problemas de apagones, falta de agua, falta de
seguridad, etc. en los barrios.
Porque
Capriles no puede ganar sólo con los votos de la clase media y la clase alta,
necesita los votos de las clases populares y está jugando la carta del
reformismo en este sentido. La batalla para Chávez es mantener la lealtad de
las clases populares en función de una lucha de clase fuerte: diciendo que si
no vuelve a ser reelecto, Capriles va a revertir todos los programas sociales,
se va a desenmascarara y se va a presentar como un neoliberal al estilo de
Carlos Andrés Pérez, Caldera. O sea que Venezuela va a volver a vivir en la
época negra del pasado. Y eso es una debilidad para Capriles porque está
asociado a la derecha dura, a la época de corrupción, de escándalos y de
miseria.
Entonces,
todo depende de parte de la memoria histórica, del golpismo, también de las
reformas impactantes como las Misiones, etc. que podrían ser bien importantes.
Finalmente
en este juego, lo que tiene fuerte Capriles es el respaldo incondicional de
Barack Obama y la Casa Blanca que lo están asesorando sobre cómo presentarse.
Primero le dijeron que se presente no como derechista, sino como populista,
como reformista, diciendo que Lula es su modelo no los golpistas de 2002 o los
gerentes que paralizaron la economía en 2003, ni la derecha que quiere volver a
la época de oro para ellos que fueron los ’90, las privatizaciones, etc.. No.
Capriles debía presentarse como un reformista, buen muchacho, reformista hiper
energético, que quiere un cambio moderado. Y Estados Unidos cree que si pierde
Capriles por un margen significativo, no van a denunciar fraude, lo que van a
hacer es consolidar el 45% que consiguen y apuntar así a las elecciones
parlamentarias que se realizarán en diciembre, para ganar mayorías en el
Congreso y neutralizar la Presidencia de Chávez.
Hugo
Chávez va a ganar las elecciones este domingo 7 de octubre, pero con un margen
menor del que querían o pronosticaron. No creo que alcancen el 60% ni los diez
millones de votos. Van a conseguir menos votos, van a ganar creo, con un margen
de entre el 8 y el 10% de diferencia, respetable, una victoria contundente en
cualquier otro país. Con eso van a tener la iniciativa para continuar
extendiendo la política social y económica y la solidaridad con América Latina.
Pero
si pierde Chávez, va a ser una tremenda derrota para todos los países que
reciben su solidaridad y ayuda, como Cuba, Nicaragua, Bolivia, y otros países.
Entonces
la victoria de Chávez es no sólo una derrota a la derecha venezolana, sino a la
derecha del continente. Pero si hay un Congreso controlado por la derecha, si
hay una división, van a tratar de neutralizar y obstaculizar la realización de
este programa.
Creo
que la tarea de Chávez a corto plazo es ganar estas elecciones y más allá,
hacer una rectificación en la oficialidad, cambiar las prácticas clientelistas
que vienen de muchos políticos que se han enganchado al vagón de Chávez. Hoy se
hace necesario hacer una transformación dentro del proceso de transformación
mayor.
En
suma, Chávez, por su popularidad, sus hechos, las experiencias de 10 años de
prosperidad y avances, es difícil que pierda las elecciones; a pesar de que hay
problemas graves en la aplicación a nivel local. Lo segundo es que esta
victoria debe ser la punta de lanza para una rectificación en el Partido para
las elecciones parlamentarias de diciembre, a las que apuntan los Estados
Unidos.
EChI:
¿Cómo analizas la situación en España?
JP:
A la situación económica se suman otros factores, como el voto en el País Vasco
donde los independentistas están empatados con los nacionalistas conservadores.
Si gana la izquierda independentista va a crear otro problema para el gobierno
central de la derecha. También en Cataluña hay problemas.
Entonces,
hay una doble presión entre los independentistas y la crisis social y económica
que es cada vez más profunda. Hay problemas de todos niveles. El Estado Español
está en desintegración.
Las
regiones donde gobierna la derecha –Valencia, Murcia, Madrid, etc.- no tienen
solución tampoco, entonces tenemos una crisis de niveles sistémicos que ahora
no tienen ninguna solución. Están en un callejón sin salida. El gobierno exige
más sacrificios a pesar de que ya están cortando huesos, no hay nada de grasa
ni carne. Hay un límite. Ahora han hecho un cerco alrededor del Parlamento,
pero la cosa es cada vez más severa, ¿hasta cuándo puede actuar una
institucionalidad que no funciona?
El
llamado a un referéndum es un paso significativo porque ya el pueblo no confía
ni en los socialistas ni en la derecha en el gobierno. En ese sentido podríamos
ver hasta qué punto la institucionalidad va a quebrar de una forma u otra.
La
demanda ahora es que renuncie Rajoy y su gobierno, han perdido el apoyo de la
pequeña burguesía que era su mayor respaldo, el pequeño y mediano comerciante,
hay bancarrota generalizada, empleados públicos, etc.; todo lo que era la base
masiva de la derecha ha desaparecido. Están flotando en el aire, dependiendo
cada vez más del ejército, de la Guardia Nacional, no pueden gobernar así.
EChI:
En Afganistán no dan tregua a las fuerzas imperialistas, en estos días han
atacado una base de la OTAN y un contingente norteamericano. ¿Las fuerzas de
ocupación se niegan a reconocer que es una guerra perdida?
JP:
Hay una doble guerra ahora. Es la fuerza del ejército norteamericano y sus
cipayos contra la resistencia nacional y musulmana; y la otra es la guerra
interna dentro de las fuerzas de ocupación. Ahora grandes sectores del ejército
afgano están en contra, en rebelión, hemos leído una entrevista con un general
norteamericano que se siente loco, porque dice que han hecho todo lo posible
sacrificándose por ese país y ese pueblo y hoy “están apuntando los fusiles a nuestras
espaldas”. Está histérico el tipo, porque se pregunta por qué deben morir allá
“cuando quieren matarnos los mismos soldados que estamos entrenando”. Esta
histeria, esta frustración, esta bronca, es una indicación de que la guerra
está perdida y no se pueden retirar suficientemente rápido para salvar sus
propias tropas. Eso es el anticlimax de una aventura fracasada y ahora el mismo
general está condenando a sus propios cipayos, porque los cipayos dejan de
serlo para ser parte de la resistencia.
Al
final Estados Unidos tiene que acelerar su salida antes de una rebelión
generalizada, entre el ejército afgano y las fuerzas de ocupación de la OTAN.
EChI:
Se acaba de conocer el fallecimiento de Eric Hobsbawm, historiador
británico de 95 años, al que trataron de cerrarle muchas puertas.
JP:
Si. Hobsbawm fue un brillante historiador del capitalismo europeo,
particularmente de Inglaterra y sobre todo, destaco los tomos que escribió
sobre la Revolución Industrial, el siglo XIX hasta la Primer Guerra Mundial.
Ahora,
sus juicios políticos no siempre eran ajustados. Era un defensor del Frente
Popular contra la Revolución en España, en la Guerra Civil; apoyó a la URSS sin
criticar durante muchos años; y termina apoyando al Partido Laborista y los
liberales en su última fase.
Por
tanto, debemos reconocerlo como una de las grandes figuras intelectuales,
historiador, un hombre político contra el fascismo y contra la derecha por
muchos años; pero al final de cuentas en sus últimos años, su juicio político
sobre lo que hay que hacer actualmente estaba muy equivocado.
EChI:
Bien Petras, en nombre nuestro y de la audiencia te agradecemos muchísimo todos
los aportes que has realizado.
JP:
Bueno, el próximo contacto será el lunes 8, un día después de las elecciones en
Venezuela, tan decisivas, que vamos a preparar un comentario especial sobre
eso.
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando
su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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