Víctor
F. Villanueva
Desde
enero de 1991, casi un cuarto de siglo, el Estado peruano descuenta a los
docentes el 30% de los ya impalpables sueldos –en el caso de los Institutos el
35%- y los dedica por no se sabe quién a no se sabe dónde; porcentaje de
nuestro haber que corresponde por preparación de clases. No se trata de
voluntarias donaciones, ni magnánimos desprendimientos de los maestros. Es un
descuento cuartelario sin dudas ni murmuraciones.
Pero no se trata de los únicos descuentos, hay que añadir el “sepelio y luto”, “25 y 30 años de servicios”. Hace muchos años, también, que en las planillas existe una remuneración “básica” que no pasa de cincuenta nuevos soles. Igualmente las boletas de pago señalan distintas bonificaciones que no integran el sueldo básico ni son pensionables para homologación.
Con sueldos realmente tuberculizantes, condiciones de trabajo cada vez más deplorables, ambientes de trabajo que se mantienen con la “cuota voluntaria obligatoria" de los padres de familia, infraestructura defectuosa e inadecuada, ausencia de materiales de trabajo, las Instituciones Educativas parecen pueblos fantasmas de Western norteamericano.
Este orden, armónico y celestial en que iba sucumbiendo la educación pública y gratuita para ser reemplazada por la mercantilizada, no lo alteraba nadie. Es más, la organización sindical “de los maestros” hegemonizada desde los tiempos de Macondo por “Patria Roja” colaboraba en el propósito presentando un Proyecto de Ley que “exigía” la eliminación de la Ley del Profesorado, para disfrazar su ausencia en la lucha reivindicativa, mientras su dirigencia negociaba con autoridades educativas de segundo orden, sabe Dios qué. ¿La Derrama?
Mientras tanto, los cadáveres de los maestros sobrevivientes ¡seguían muriendo! sin el auxilio de María Santísima y con aval del Cardenal Cipriani.
Pero no se trata de los únicos descuentos, hay que añadir el “sepelio y luto”, “25 y 30 años de servicios”. Hace muchos años, también, que en las planillas existe una remuneración “básica” que no pasa de cincuenta nuevos soles. Igualmente las boletas de pago señalan distintas bonificaciones que no integran el sueldo básico ni son pensionables para homologación.
Con sueldos realmente tuberculizantes, condiciones de trabajo cada vez más deplorables, ambientes de trabajo que se mantienen con la “cuota voluntaria obligatoria" de los padres de familia, infraestructura defectuosa e inadecuada, ausencia de materiales de trabajo, las Instituciones Educativas parecen pueblos fantasmas de Western norteamericano.
Este orden, armónico y celestial en que iba sucumbiendo la educación pública y gratuita para ser reemplazada por la mercantilizada, no lo alteraba nadie. Es más, la organización sindical “de los maestros” hegemonizada desde los tiempos de Macondo por “Patria Roja” colaboraba en el propósito presentando un Proyecto de Ley que “exigía” la eliminación de la Ley del Profesorado, para disfrazar su ausencia en la lucha reivindicativa, mientras su dirigencia negociaba con autoridades educativas de segundo orden, sabe Dios qué. ¿La Derrama?
Mientras tanto, los cadáveres de los maestros sobrevivientes ¡seguían muriendo! sin el auxilio de María Santísima y con aval del Cardenal Cipriani.
Porque la Ministra Salas presentó, también, un proyecto de ley –coincidente con el “proyecto SUTEP”- que preveía sustituir (valga la redundancia), también, la ley 24029 y 25212 por la de “Desarrollo Docente”. Así se eliminaba lo poco que se había aplicado de dichas leyes y se preveía la aceleración de los Auschwitz magisteriales con las llamadas “Meritocracia”, “Evaluación”, “Concurso”, “Capacitación”, “Ocho niveles” y demás gases letales.
Porque la dirigencia del SUTEP, elevó sus preces al cielo clamando celeridad en la eliminación de las leyes del profesorado, haciendo causa común con la Ministra Salas.
Porque el magisterio nacional se puso de pie, espontáneamente, ante la falta de una dirección organizada y leal, para repeler su muerte anunciada, repudiando el proyecto de la Ministra y plegándose a la huelga del CONARE, al que Patria, deslealmente, tiró dedo y soplo, acusándolo de "terrorista".
Porque la dirigencia del SUTEP, llamado ahora "SUTEP-Patria Roja", prefirió la adjetivación descalificadora al reclamo de todo docente que se empeñaba en la pervivencia de la ley del profesorado (24029 y 25212).
Porque, sobrepasada por sus bases, la dirigencia del SUTEP se vio en la necesidad de anunciar, de muy mala gana, una huelga nacional indefinida programada para …el 05 de setiembre, solo en apariencia porque una huelga "indefinida" no se programa para setiembre.
Porque Patria Roja bravuconeó con eso de “no negociaremos con la Ministra, sólo dialogaremos con el Presidente del Consejo de Ministros y el Ministro de Economía”, para terminar negociando con funcionarios de segunda o tercera del Ministerio de Educación.
Porque Patria Roja ordenó levantar la huelga, sin haber conseguido nada, sí: N-A-D-A, e impuso su levantamiento en contra la opinión de las bases y los docentes.
Pareciera
que la dirigencia de Patria Roja ha hecho suya la vieja definición fascista “…el derecho del pueblo (léase
maestros) es todo
lo que es provechoso para el pueblo (maestros),
desde el punto de vista de quiénes lo dirigen”.
Paria Roja, finalmente, ha abortado, luego de 42 años de embarazo, sin fuerza ni creatividad, sin ganas de vivir, y a regañadientes un cadáver nauseabundo.
Que Ramírez y Patria Roja no consiguieron nada lo prueba el hecho de que los 300 nuevos soles ya los ofreció la ministra Salas antes de la huelga. El pago por “Sepelio y Luto” y “25 y 30 años” ya los ganaron (en el poder judicial) los docentes judicializando individualmente sus reclamos. También judicialmente se está ganando el pleito (individualmente) del 30/35% por preparación de clases.
¿Para
qué, entonces, se necesita una dirigencia como la de Patria Roja? ¿En qué fue
útil? Según una ley biológica: órgano que no funciona, se atrofia y desaparece.
Fuente: Jornal de arequipa
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