por Kaos. Internacional
Lunes, 01 de Octubre de 2012 18:05
Catalogado por The Guardian como un
"marxista de toda la vida", Hobsbawm ha sido uno de los historiadores
más destacados e influyentes del siglo XX, artífice de una obra que signó a
generaciones de historiadores y políticos que heredaron su análisis de la "revolución
dual".
Fuentes: The Guardian / Página 12/ A las
barricadas
Catalogado por el periódico británico The
Guardian como un "marxista de toda la vida", Hobsbawm ha sido uno de
los historiadores más destacados e influyentes del siglo XX, artífice de una
obra que signó a generaciones de historiadores y políticos que heredaron sus
tesis sobre las revoluciones francesa e industrial y su impulso al triunfo del
capitalismo liberal.
El historiador británico, autor de obras
como "Historia del siglo XX. 1914-1991" y "Guerra y paz en el
siglo XXI", falleció en el hospital Royal Free de Londres. Hobsbawm había
nacido en la ciudad de Alejandría en 1917 y se formó profesionalmente en
Austria y Alemania.
Además de "Historia del siglo
XX. 1914-1991", se destacan sus trabajos sobre otros aspectos, como la
"fabricación" de tradiciones por parte de las élites o incluso en
otras disciplinas ajenas la historia, como el jazz.
Enviado por
Anónimx (no verificado) en Lun, 10/01/2012 - 17:39
El influyente
historiador Eric Hobsbawm, británico de origen judío, murió este lunes en
Londres a los 95 años tras una larga enfermedad, según confirmó la familia al
periódico británico The Guardian.
Hobsbawm
falleció a primera hora de la mañana en el hospital Royal Free de Londres,
donde estaba ingresado y era tratado de una neumonía.
Entre sus obras
más destacadas, que influyeron a generaciones de historiadores, están Historia
del siglo XX. 1914-1991 y Guerra y paz en el siglo XXI. Una de sus
publicaciones más recientes es su autobiografía, Años interesantes.
El intelectual,
que aplicó los principios del marxismo para explicar el mundo actual, publicó
su último libro en 2011, bajo el título Cómo cambiar el mundo.
Hobsbawm nació
en Alejandría (Egipto) en 1917, en el seno de una familia judía, y creció en
Viena (Austria) y Berlín (Alemania) antes de trasladarse a Londres en 1933, el
año en que Hitler llegó al poder en Alemania.
Estudió en la
Universidad de Cambridge, donde se doctoró en la Fabian Society e incluso llegó
a formar parte de una sociedad secreta de la élite intelectual llamada los
Apóstoles de Cambridge. En 1947 se convirtió en profesor en la universidad
londinense de Birkbeck, con la que colaboró durante años hasta llegar a ser su
presidente.
Hobsbawm, uno
de los más importantes historiadores británicos, se centró en el análisis de la
"revolución dual" (la Revolución francesa y la Revolución
Industrial). Uno de los intereses de Hobsbawm es el desarrollo de las
tradiciones en el contexto del estado nación. Él argumenta que muchas tradiciones
son inventadas por élites nacionales para justificar la existencia e
importancia de sus respectivas naciones.
Dice la BBC, en
su edición de hoy:
En 2011,
Hobsbawm dijo que sentía "excitación" y "alivio" por las
revoluciones árabes.
El británico
Eric Hobsbawm, uno de los historiadores más importantes del siglo XX, murió
contento.
A fines de 2011
le dijo a la BBC que la Primavera Árabe le generó un sentimiento de
"excitación" y "alivio" que le recordaba a las revoluciones
liberales de 1848: "Dos años después de 1848 parecía como si todo hubiera
fracasado. Pero a largo plazo, no había fallado".
Hobsbawm murió
en la mañana del lunes en el Royal Free Hospital de Londres a sus 95 años,
después de una larga enfermedad. El anuncio lo dieron su esposa, Marlene, su
hija Julia, una importante consultora de comunicaciones, y sus hijos Andy y
Josep.
Aunque sus
críticos siempre le achacaron su renuencia a reconocer los defectos de la Unión
Soviética, es difícil no encontrar la obra de Hobsbawm en la selección de lecturas
de las clases de historia en las universidades del mundo entero.
La relevancia
de su trabajo historiográfico no solo se debe a que hizo una rigurosa
documentación de los siglos XIX y XX, sino que en ella practicó la aceptación
de que cada cual es hijo de su tiempo.
En su
autobiografía, que más que una serie de memorias es una investigación sobre sí
mismo y su entorno, Hobsbawm dice: "Pertenezco a la generación para
quienes la revolución bolchevique representó una esperanza para el mundo".
La historia de
vida de Eric Hobsbawm es una historia del siglo XX porque su subjetividad -el
tiempo y el espacio desde donde escribía el británico- siempre fueron una parte
esencial de sus análisis.
Historia desde abajo
Nació en
Alejandría, Egipto, en el año de la revolución rusa, 1917. Su padre era un
mercader británico y su madre, una escritora austriaca.
Eran judíos de
Polonia. Ambos murieron durante la Gran Depresión de los 30 cuando Eric, quien
creció entre Viena y Berlín, tenía 14 años.
"Cualquiera
que vio el ascenso de Hitler de primera mano no podría haber evitado el ser
moldeado por esto políticamente. Ese chico está todavía dentro de mí, siempre
lo estará", dijo Hobsbawm hace diez años.
Parte de su
defensa de la Unión Soviética tiene que ver con el argumento de que el
comunismo acabó con el nazismo alemán, un fenómeno que Hobsbawm vio con los
ojos de un estudiante de historia en Cambridge, una universidad donde Marx, el
padre del comunismo, se leía con admiración en ese tiempo.
De joven,
Hobsbawm fue crítico de jazz de la revista The New Statesman. Firmaba con el
seudónimo Francis Newton.
Tal vez por su
filiación política fue que el marxista no llegó a ser profesor hasta 1970.
Hobsbawm fue miembro del Partido Comunista británico y visitó varias veces el
Kremlin, aunque más de una vez manifestó sus disgustos sobre el sistema
comunista; en 1956, por ejemplo, se retiró del Partido después de que Nikita
Krushev, líder comunista, les ordenó a sus tropas entrar con tanques a
Budapest.
Pero si bien su
tendencia ideológica pudo haber perjudicado su objetividad, Hobsbawm, como
escribió en su libro "Sobre la historia", no estaba interesado en una
historia científica.
La corriente
historiográfica de la historia social que fundó con sus compañeros de Cambridge
era una respuesta a los métodos del positivismo del siglo XIX, que creía en una
historia objetiva y comprobable.
Parte del
cambio metodológico fue que los héroes ya no eran los reyes o los jefes de
Estados, sino la sociedad. En una de sus primeras investigaciones, Hobsbawm se
fue a trabajar con obreros en Inglaterra y en el resultado manifestaba, abiertamente,
su admiración por los trabajadores.
Historia del siglo XX
Una de las
teorías más importantes del Hobsbawm, que también se desempeñó como reseñista
de jazz, fue las del siglo XX corto.
Según él, los
cortes de los periodos en la historia no los marcan los años, sino los procesos
sociales y económicos.
Por eso en su
libro de 640 páginas "Historia del Siglo XX", que ha sido traducido a
40 idiomas y se puede considerar como su obra más celebrada, Hobsbawm argumenta
que el siglo XX empezó cuando terminó la Primera Guerra Mundial, en 1917, y
terminó con la caída del Muro de Berlín, en 1989.
Hobsbawn se
retiró del Partido Comunista británico después de que la Unión Soviética
invadió Hungría con tanques en 1956.
Hobsbawm
sostiene que el fin de la Primera Guerra acabó con un orden de poder heredado
del siglo anterior y que después de 1917 empezó un nuevo episodio protagonizado
por dos potencias, EE.UU. y la Unión Soviética. Tras la disolución de la Unión Soviética,
argumentaba, empezó un nuevo capítulo en la historia que tenía a Estados Unidos
como único poder global.
En América Latina
Por su interés
en las revoluciones y la adaptación de la sociedad al capitalismo de Occidente,
Hobsbawm viajó a América Latina más de una vez. Estuvo unos meses en Colombia y
visitó Argentina en varias oportunidades.
No hace mucho
dijo en una entrevista que se sentía más en casa en Sudamérica, porque allí se
seguía utilizando el viejo lenguaje de la política que él conoció: revolución,
socialismo, comunismo y marxismo.
Su explicación
de la guerra de las Malvinas o Falklands, por ejemplo, se basaba en una teoría
sobre el "patrioterismo" de la clase obrera británica.
Y es que la
gran preocupación de Hobsbawm siempre fueron las supuestas injusticias del
sistema capitalista. Hace poco le dijo a un colega historiador que quería ser
recordado como "alguien que no solo mantiene la bandera volando, sino que
demostró que al agitarla se puede lograr algo".
La suya era la bandera de la justicia
social. En uno de sus últimos ensayos sentenció: "La injusticia social
necesita ser denunciada y combatida [...] El mundo no se va a arreglar por sí
solo"
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