Publicado por Vladimir Os'es
En
los últimos decenios, en todas partes del mundo se viene hablando del problema
medioambiental en menor o mayor grado entre organizaciones, países o
continentes. El desafió es de cómo tomar los recursos naturales sin llevar a un
desequilibrio en la naturaleza. El libro de continuación nos hace un llamado a
cada uno de nosotros para ser los protagonistas responsables en nuestro medio.
Un
pequeño libro, Toujours la vie invente de Gilles
Clément* acabo de leer, una breve reflexión de un ecologista
humanista, en torno de lo que la especie humana debe hacer con los recursos
(finito) que dispone la Tierra, de tal modo que exista una armonía con la
naturaleza.
Clément,
ingeniero de profesión, se demarca bien de los ecologistas, que en la mayor
parte de sus militantes, desde mi punto de vista son incoherentes y son un
obstáculo en algunos casos para avanzar como sociedad. Cito: "Me aparto
voluntariamente de los ecologistas para quien el mundo de la naturaleza es una
especie de museo donde el hombre perturba la tranquilidad. Para mí, el hombre
es integro en el sistema." (Pág. 31).
El
desarrollo sostenible y el uso responsable de los recursos naturales y/o
estratégicos requiere de un conocimiento global antes que técnico, una visión a
largo plazo, no importa si es en una pequeña comunidad o en toda una región, lo
que importa es la ejecución de proyectos generadores de bienestar. Clément no
habla de esto en este libro, pero puedo deducir lo que quiere decir con sus
ideas.
En
el contexto actual, la mondialización está que lleva al colapso
al mundo entero en términos medioambientales y la destrucción de los hábitats.
Donde llega una mano neo-liberal, motiva la aceleración del exterminio de la
especie animal y vegetal. No se puede crear un crecimiento (en términos
económicos) infinito cuando sabemos que los recursos son finitos.
Una
vez más cito: "Porque estamos obligados a explotar este diversidad ya
que somos dependientes de ella: comemos productos de la naturaleza, vivimos de
la naturaleza, todo nos viene de ella. No podemos hacer nada sin que la
naturaleza produce..." (Pág. 35).
Está
en la mano de cada ciudadano responsable de plantear y practicar en su vida
diaria, por tan pequeño que pueda ser, siempre nos llevará a un cambio de vida;
de ahí se puede plantear proyectos de orden político y ecológico-humanístico.
Por
lo que sería bueno cuestionarse, como lo hace el autor en su ensayo: ¿Cómo
debemos continuar viviendo en nuestra industria para explotar todo esto sin
destruirla?
Toujours
la vie invente, Gilles CLÉMENT, Editions l'Aude,
2008, 50 páginas.
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