jueves, 6 de diciembre de 2012

LA MATERIA ES EN REALIDAD ENERGÍA OSCURA




Nuevas bases del paso de la microfísica a la macrofísica


Se ha llegado a sugerir que en Física estaba prácticamente todo inventado. Sin embargo, no se menciona que hay muchas imprecisiones, arreglos y trucos que los científicos han utilizado para explicar las realidades con las que se encontraban. Las teorías conocidas son incapaces de explicar las nuevas realidades y han llevado a los científicos a una vía muerta. La realidad es que no se conocen las características básicas de la naturaleza del universo, por lo que hay que descubrir nuevos principios mediante los cuales se puedan definir las primeras causas y explicar los resultados experimentales, tanto antiguos como actuales, dando un paso para progresar honestamente en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Para corregir esas deficiencias y explicar tantos misterios, he escrito un libro: “La materia, energía oscura”, que contiene las bases de la Física Cuántica, la Teoría Cuántica del Movimiento (TCM) y la Teoría Cuántica de los Campos Unificados (TCCU), y el paso de la microfísica a la macrofísica. Este nuevo paradigma establece un nuevo postulado: el Principio de la Energía Oscura, el cual define en primer lugar la energía: la energía es la única sustancia material disponible en la naturaleza física, determinando que la energía oscura ocupa todos los espacios, las partículas elementales y las cargas eléctricas, siendo susceptible de deformarse.
Por Mariano Gómez Olea.

Este trabajo está dedicado a todos los pensadores de mente abierta que buscan nuevas ideas racionales para mejorar el conocimiento de la naturaleza, porque, si repasamos toda la Física con espíritu crítico y riguroso, nos encontramos con que las teorías conocidas son incapaces de explicar las nuevas realidades y han llevado a los científicos a una vía muerta. 

Se ha llegado a sugerir que en Física estaba prácticamente todo inventado. Sin embargo, no se menciona que hay muchas imprecisiones, arreglos y trucos que los científicos han utilizado para explicar las realidades con las que se encontraban.

La definición clásica de energía es la capacidad de producir trabajo, sin embargo, si la fuerza resultante no es nula, el trabajo es igual al incremento de energía cinética, por lo cual, la energía sería definida como la capacidad de producir energía, lo cual no es una definición. Tampoco se conocen las propiedades específicas independientes de las magnitudes fuerza, masa y carga eléctrica, ni se conoce la definición del campo magnético. Así que la ciencia trabaja con magnitudes que prácticamente desconoce. Por otro lado, los conceptos clásicos campo escalar o potencial gravitacional o electrostático, no son rigurosos, pues sólo se cumplen si el cuerpo que lo genera está en reposo 

Si arrastramos un cuerpo sujeto con una cuerda; la cuerda se tensa porque se están aplicando dos fuerzas reales: la fuerza exterior y la fuerza de oposición o fuerza de inercia. Pero si los cuerpos estuvieran sometidos a dos fuerzas reales, iguales y opuestas, nunca se podrían acelerar (F - m.a = 0). Así que el concepto de inercia conduce a una paradoja. 

En la ley de acción y reacción de Newton se determina que la fuerza de oposición es una fuerza de reacción que surge espontáneamente de forma misteriosa. 

Leyes incompletas 

Por lo tanto, las leyes de Newton no sólo son meramente empíricas, sino también incompletas.

Se suele denominar fuerza de inercia a una fuerza ficticia con el objeto de explicar la aceleración relativa observada, cuando el sistema de referencia no es inercial (acelerado), en la que se considera la masa invariable. La denominación de fuerza de inercia, en este caso, no es afortunada porque dicha fuerza ficticia no tiene nada que ver con la inercia. 

El principio de equivalencia general de Einstein dice: "todo lo que sucede en el entorno infinitesimal de un punto respecto de un sistema de referencia acelerado deberá suceder de la misma manera en un sistema gravitatorio... El sistema de referencia acelerado debe también considerarse como un sistema de referencia en reposo respecto del cual existe un campo gravitatorio (campo de fuerza centrífuga y fuerza de Coriolis)".

Sin embargo, a pesar de Einstein, las fuerzas de Coriolis, a diferencia de las fuerzas gravitatorias, dependen de la velocidad de la partícula sobre que se actúa. La curvatura de la trayectoria aparente de un rayo de luz, que atraviesa tangencialmente los sistemas en rotación, depende de la dirección del rayo de luz respecto del sentido de giro, consecuentemente la gravitación equivalente deberá ser atractiva en un sentido de giro y repulsiva en el opuesto, es decir, la aceleración centrífuga no puede tener equivalencia relativista con un campo gravitatorio. 

Respecto de un sistema en caída libre, acelerado por la gravedad, los cuerpos aparentemente no sufren los efectos de la fuerza de gravedad, parecen flotar, no tienen peso ni sufren la fuerza de inercia, es decir, tienen un comportamiento idéntico al de los cuerpos respecto de sistemas de referencia sin gravedad cuyo movimiento es inercial (en reposo o con velocidad uniforme). Einstein expresó que cada punto de la trayectoria en caída libre se trata de «una región infinitamente pequeña del continuo espacio-tiempo, pues la región infinitamente pequeña será un sistema inercial respecto del cual debemos considerar como válidas las leyes de la teoría especial de la relatividad».

Caída libre 

En esta versión del principio de equivalencia, Einstein no tuvo en cuenta que en la caída libre, debido a la aceleración de la gravedad, la trayectoria aparente de un rayo de luz transversal es curva, mientras que, respecto de sistemas inerciales sin gravedad, los rayos de luz no se curvan. Por consiguiente, las leyes de la curvatura aparente de la luz están en contra de todas las versiones del principio de equivalencia de la teoría general de la relatividad. 

Schwarzschild, utilizando las ecuaciones de la teoría general de la relatividad a un objeto que gira alrededor de un agujero negro giratorio, llegó a la absurda conclusión que el objeto debe aparecer saliendo por un lado antes de haber entrado por el otro. Algunos autores tratan de ocultar este problema recurriendo a la esotérica existencia de universos paralelos, desde donde surgen objetos idénticos a los de nuestro mundo.

The Establishment de la Comunidad Científica, se enfrenta a muchos problemas sin resolver, tales son: la formulación de un modelo preciso para las interacciones nucleares fuertes, el problema de la auto-acción en las teorías cuánticas de campo, una teoría cuántica gravitatoria, la materia oscura que determina una dinámica rotacional en la zona exterior de las galaxias distinta de la esperada por las leyes de Newton y por la Teoría General de la Relatividad (Vera Rubin descubrió en 1970 que en el espacio envolvente de las galaxias, la velocidad lineal de rotación no disminuye con relación a la distancia al centro galáctico, sino que se mantiene), la no menos enigmática energía oscura, cuya presencia influye decisivamente en el ritmo de expansión del universo, la posibilidad de que ciertas constantes fundamentales (la constante de estructura fina y la velocidad de la luz en el espacio) modifiquen su valor en el espacio de forma estructurada (John K. Webb, 2001-2006) y por ello no sean constantes a nivel universal, una explicación que justifique por qué las partículas elementales poseen las masas que realmente tienen, y no valores diferentes (para ello, se está intentando descubrir el supuesto bosón de Higgs). 

La realidad es que no se conocen las características básicas de la naturaleza del universo, por lo que hay que descubrir nuevos principios mediante los cuales se puedan definir las primeras causas y explicar los resultados experimentales, tanto antiguos como actuales, dando un paso para progresar honestamente en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. 

Magnitudes desconocidas 

Por consiguiente, la comunidad científica trabaja con magnitudes que desconoce y con teorías incompletas, defectuosas o abstractas. Para corregir esas deficiencias y explicar tantos misterios, he escrito un libro: “La materia, energía oscura”, que contiene las bases de la Física Cuántica, la Teoría Cuántica del Movimiento (TCM) y la Teoría Cuántica de los Campos Unificados (TCCU), y el paso de la microfísica a la macrofísica. 

Este nuevo paradigma establece un nuevo postulado: el Principio de la Energía Oscura, el cual define en primer lugar la energía: la energía es la única sustancia material disponible en la naturaleza física, determinando que la energía oscura ocupa todos los espacios, las partículas elementales y las cargas eléctricas, siendo susceptible de deformarse, y a la que atribuyo las siguientes características y propiedades:

- Toda la materia emitida en el origen del universo es energía oscura y en cualquiera de sus manifestaciones ocupa espacio. El espacio y las partículas no están vacíos sino llenos de energía oscura. Sólo podemos ver o detectar las perturbaciones de la energía del espacio en forma de ondas y de paquetes de energía, generalmente generados por el movimiento de las partículas. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en el año 2002, mediante el nuevo interferómetro de microondas VSA ha descubierto que en el universo existe una forma de "energía del vacío”. 

- La energía se puede comprimir y dilatar, variando su densidad de energía, por lo cual, la densidad de la energía ha de ser la única causa de toda acción física. Podemos concretar las propiedades específicas de las magnitudes básicas que estaban sin definir. La densidad volumétrica de energía es la acción escalar presión; la densidad lineal de la energía es la acción vectorial fuerza. La densidad superficial de la energía es una nueva magnitud vectorial que denomino empuje o energía por unidad de superficie. Las fuerzas de la energía del espacio envolvente de las partículas esféricas ejercen una acción escalar conjunta sobre las partículas, denominada densidad lineal total de energía. 

- La energía presenta dos clases: polarizada y neutra. La energía polarizada es de dos signos o clases denominadas convencionalmente: positiva y negativa, de forma que las energías polarizadas del mismo signo en íntimo contacto, se repelen expansionándose. Las energías de distinto signo en íntimo contacto se atraen. Las energías polarizadas en contacto íntimo, que contengan iguales cantidades de energía de distinto signo, se asociarán formando energía neutra siempre que su densidad lineal total de energía sea igual o mayor que un valor fijo y determinado de la densidad lineal total de energía polarizada necesaria para producir dicha asociación. Por ello, es necesario que las cargas eléctricas estén constituidas por una cantidad constante de energía polarizada (negativa o positiva).

- En un estado ideal de equilibrio absolutamente estático, suponemos que las partículas son esferas. Debido a los efectos expansivos y repulsivos, las partículas con carga eléctrica están formadas por energía neutra interna y por una capa periférica de energía polarizada por lo que la presión en el centro de la partícula es nula. Los empujes que ejerce la energía del espacio envolvente sobre la partícula son iguales y opuestos a los empujes de la energía interna de la partícula. Dado que ambos empujes son la acción de energía por unidad de superficie en cada punto de la superficie periférica, y ésta es común para ambas energías, la energía del espacio envolvente, en contacto con la partícula, se configura en una capa esférica con la misma energía que la energía interna de la partícula. Debido al equilibrio, toda la energía restante del espacio se configura en capas discretas de energía concéntricas con la partícula y con su misma energía, es decir, la energía del espacio se curva y cuantifica. Debido a la atracción entre cargas de distinto signo, la partícula que tiene carga eléctrica, atrae una cantidad de energía de signo contrario procedente de la capa que la envuelve y repele otra cantidad de energía igual y del mismo signo.

Así, la energía de las capas del espacio tiene signos opuestos alternativos. El vector empuje en las superficies de las capas del espacio energético es el vector unificado del campo, siendo el empuje gravitacional decompresión y el electrostático de succión, los cuales sustituyen a los campos definidos en la física clásica. 

Teorías cuánticas de la gravedad y de la electrostática 

El campo eléctrico clásico no tiene la dimensión de una aceleración, por lo cual, el campo gravitacional clásico y el campo electrostático clásico no pueden unificarse, pero, ahora, ambos campos son la misma magnitud, pues ambos son empujes. Esto permite unificar ambos campos y desarrollar la Teoría Cuántica de los Campos Unificados (TCCU), que desde hace mucho tiempo se ha intentado conseguir. Así, las ecuaciones de Maxwell tienen la misma aplicación en ambos campos. 

La energía del espacio, neutra o polarizada, configurada por una partícula distante de la partícula de prueba, modifica la densidad de energía, la presión o la polaridad de su capa envolvente, la cual ejerce la fuerza de gravedad o electrostática, respectivamente, sobre la partícula de prueba, resultando nuevas leyes cuánticas para la gravedad y para la electrostática.

Se deduce que la constante de gravitación G es inversamente proporcional a la función escalar de la densidad lineal de energía del espacio. Una partícula aislada genera en cualquier punto exterior una densidad lineal proporcional a la masa de dicha partícula e inversamente proporcional a la distancia que les separa. Esta función se puede tratar de la misma forma que la función del potencial clásico. 

Por lo tanto, si la masa generadora es un cuerpo esférico de grandes dimensiones, tal como una galaxia, con distribución razonablemente uniforme de partículas, en cualquier punto interior la densidad lineal de energía es constante, es decir, G es constante, lo cual confirma la ley de la gravedad clásica. Si la masa unitaria se encuentra en el exterior de dicha galaxia esférica, la densidad lineal de energía es inversamente proporcional a la distancia al centro de la galaxia, por lo cual, G es proporcional a dicha distancia. 

Esta nueva ley de la gravedad determina que en el exterior de la galaxia las fuerzas de gravedad disminuyen linealmente con la distancia al centro galáctico y las velocidades lineales en la rotación no disminuyen con relación a dicha distancia, sino que se mantienen, lo cual satisface el resultado del experimento de Vera Rubin, y explica por qué los cúmulos de galaxias se mantienen sin dispersarse en el espacio. 

La energía cinética, suministrada por las acciones fuerza y empuje exteriores, acompaña a las partículas formando una multicapa de energía a un lado de la superficie periférica de la partícula, sobre la que ejerce permanentemente las acciones: presión cinética, fuerza cinética y empuje cinético, magnitudes que actúan independientes de la acción previa del agente exterior. La fuerza cinética tiene la misma intensidad que la fuerza exterior, por lo cual, la partícula se desplaza en el interior de la capa de energía del espacio que la envuelve. 

Dado que ésta capa tiene un espesor inicial, correspondiente al estado de reposo, se comprime en el lado de avance, junto con una parte de las capas contiguas y concéntricas en el lado de avance hasta formar una multicapa que presenta una energía igual a la energía cinética de la partícula ejerciendo acciones de oposición, fuerza y empuje, sobre la partícula, de forma que los empujes respectivos son iguales y opuestos en todo momento. La fuerza de oposición no es constante, pues aumenta al comprimirse dichas capas. Así, defino la masa m, o masa inerte, como una magnitud proporcional a la fuerza de oposición inicial, en el instante inmediatamente posterior al estado de reposo. Es la primera fuerza que presenta oposición en contra de la fuerza cinética, siempre menor que ésta. 

Dado que la densidad lineal de energía de dicha multicapa, que se está comprimiendo en el lado de avance, va aumentando, llega un momento en que adquiere un espesor tal que su densidad lineal de energía es igual y opuesta a la fuerza exterior o a la fuerza cinética, alcanzando la fuerza máxima de oposición, o fuerza de inercia. En ese instante, los empujes y las fuerzas que actúan sobre la partícula son iguales y opuestos, por lo cual, la partícula se detiene. Cuando se detiene, la partícula ha realizado un desplazamiento discreto, cuya longitud depende del empuje de la energía cinética. A continuación, la multicapa del espacio comprimida se delata y expande en el espacio con una velocidad cuyo valor medio es la velocidad de la luz, recuperando su estado inicial y permitiendo que se repita el proceso, realizándose desplazamientos discretos. La velocidad de dilatación de la capa envolvente depende de la densidad de energía de esta capa, por lo cual, la velocidad de la luz c es inversamente proporcional a la densidad lineal de energía del espacio por donde se propaga, por lo cual, en el interior de la galaxia la velocidad de la luz, respecto del espacio energético, es constante.

Al expandirse, la capa envolvente de la partícula recupera el espesor inicial y comprime la siguiente, y ésta al expandirse, comprime la siguiente, etc, realizando desplazamientos discretos y propagándose una perturbación en forma de onda de desplazamiento de las multicapas que depende solamente de la velocidad de la partícula. 

Perturbaciones electrónicas 

Si un foco emisor, fijo a la Tierra en movimiento, emite una onda electromagnética (luz), cada uno de los electrones del foco se desplaza acompañando a la Tierra con su misma velocidad V, por lo cual, además de la onda electromagnética, originan una onda de desplazamiento que se desplaza en la dirección del movimiento de la Tierra. Las capas envolventes de los electrones emisores sufren estas dos perturbaciones, por lo que, respecto del espacio exterior, se suman vectorialmente las velocidades V y c, de forma que la onda e.m. de la luz sufre el arrastre de la onda de desplazamiento, y la velocidad de propagación de la luz emitida en la Tierra, respecto del foco emisor y del receptor fijos a la Tierra, o respecto de la Tierra, es siempre c, lo cual satisface con los resultados del experimento de Michelson, y explica el caso del mesón pi , acelerado hasta la velocidad: V’ = 0,99975.c, respecto de la Tierra, en el acelerador de partículas de Suiza. 

Sin embargo, el arrastre recibido de la onda de desplazamiento no se mantiene indefinidamente, pues al finalizar el intervalo t, la multicapa siguiente a la primera corteza de energía, se encuentra comprimida, es decir, el espesor del conjunto de multicapas, contiguo a la primera corteza, queda reducido en una multicapa, y, eso sucede, sucesivamente, en todos los conjuntos de multicapas siguientes que forman la propagación de la onda de desplazamiento. Dado que cada una de las longitudes de los conjuntos queda reducido en una multicapa, la velocidad media de la onda de desplazamiento, respecto de la partícula, se va reduciendo a medida que se aleja de la partícula.

La onda de desplazamiento se retrasa respecto de la onda electromagnética un recorrido igual al espesor de la corteza de energía. Al cabo de n intervalos, la distancia recorrida por la onda se ha reducido en la longitud n.e, resultando una distancia d = n.n.e. La onda e.m. emitida por un foco emisor en movimiento sobrepasa a la onda de desplazamiento a la distancia d , y acaba perdiendo el arrastre de ésta, continuando la propagación con su velocidad propia c , respecto del espacio exterior. Lo cual explica el experimento con estrellas doble de De Setter y el fenómeno de aberración de la luz (Bradley), pues la velocidad de la luz, respecto de la Tierra, al llegar a la Tierra procedente de una estrella, es una velocidad relativa y depende de la velocidad de la Tierra, lo cual se manifiesta por la inclinación del telescopio.

Por consiguiente, no son necesarios ni el citado principio de la constancia universal de la velocidad de la luz de Einstein ni las teorías especial y general de la relatividad. Por consiguiente, en todos los argumentos prescindo de la relatividad. Esto coincide con la carta que Sir Kart Popper dirigió al autor. “Puesto que hace varios años que pienso que la teoría de Einstein debería ser refutada, estoy fascinado por su intento de proponer una teoría alternativa… me parece una alternativa muy prometedora.” 

El agente que ejerce las acciones exteriores realiza esos mismos desplazamientos discretos, por lo que suministra energía únicamente durante el intervalo de cada desplazamiento discreto. De esta forma, la energía se suministra en cantidades discretas o cuantos de energía y los desplazamientos son discretos, lo cual constituye la teoría cuántica del movimiento (TCM), base de la física cuántica, pues todo fenómeno en microfísica es cuántico.

En el caso de que la partícula se desplace con una multicapa de energía cinética constante que ejerce fuerza cinética y empuje cinético constantes, en el mismo tiempo se produce el mismo recorrido en cada desplazamiento discreto. Bajo el punto de vista microfísico, la partícula se moverá con desplazamientos discretos iguales en tiempos iguales, lo cual constituye el movimiento uniforme. Este concepto explica de forma cuántica la primera ley de Newton 

Aparentemente continuos 

Los espesores de las capas de energía y los desplazamientos discretos son tan pequeños que en microfísica se consideran infinitesimales, de forma que el movimiento discreto de la partícula y el de dilatación de las capas de energía del espacio, son aparentemente continuos y las velocidades respectivas en un instante en realidad son las velocidades medias durante cada desplazamiento discreto. De esta forma, la TCM permite pasar de la microfísica cuántica a la macrofísica. 

Si una partícula se desplaza con velocidad no despreciable con respecto a la velocidad de la luz, la capa de energía del espacio envolvente, en el lado de avance, no tiene tiempo para recuperar por completo el espesor del estado inicial, de forma que la masa aumenta con la velocidad. Se deducen las mismas fórmulas que las relativistas para la energía en reposo, o energía interna: E = m.c2 y para la masa total, sin necesidad de la relatividad. Observamos que la fuerza tiene dos componentes: la que se encarga de la aceleración y la que se encarga de mantener la velocidad o fuerza cinética, la cual es básica para comprender el movimiento uniforme, para calcular la fuerza magnética y la órbita de los planetas, y confirmar la precesión o variación del perihelio de los planetas. 

Cuando las partículas se mueven, actúan dos fuerzas opuestas, la fuerza cinética y la de oposición o fuerza de inercia, por lo cual, las partículas se deforman o aplastan, de forma que la energía interna se comprime y se opone recuperando a continuación su forma, es decir, las partículas laten. Si las partículas fueran esféricas, al girar sobre si mismas no rozarían con la energía del espacio y girarían con velocidad angular infinita, pero los latidos deforman las partículas y se generan momentos de inercia que se oponen al giro. Las partículas giran y laten a gran velocidad. Por consiguiente, el movimiento de una partícula cualquiera está relacionado con un proceso ondulatorio correspondiente a su latido, de forma que las ondas de materia (De Broglie) corresponden a las oscilaciones de los latidos, generando los mismos fenómenos de interferencia en rendija que los fotones de la luz. 

Si la partícula, que está latiendo, oscila, se generan paquetes planos de energía (fotones) y ondas de energía, de forma que la energía de un solo fotón es igual a E = h.f . La constante h de Planck en la onda emitida varía con la velocidad de la partícula con la misma función que la masa, lo cual explica el retraso de los procesos de desintegración (prolongación de la vida media de las partículas inestables), y el retraso de los relojes atómicos con respecto a la velocidad y a la altura. El tiempo no se contrae por la velocidad relativa, sino que lo que cambia es la medida del tiempo que marcan los relojes atómicos. La frecuencia f lo hace en proporción inversa, lo cual explica las dislocaciones hacia el rojo del espectro. 

Definición del campo magnético 

Defino el campo magnético y su equivalente gravitatorio como: "el momento de la variación en el tiempo del vector del campo (empuje)". Es la primera vez que se define este concepto. Si la fuerza de interacción no es colineal con la velocidad, la partícula sufre un vuelco y gira rodando sobre la capa de energía envolvente, generándose una fuerza transversal cuyo cálculo resulta ser la fuerza magnética o su homóloga gravitacional transversal.

Las partículas además de girar, laten y los latidos generan ondas de un alcance igual a la longitud de onda de Compton (distancia de interacción en la constante de estructura fina) que producen un cambio de polaridad en las capas de energía del espacio, invirtiéndose las fuerzas electromagnéticas, de forma que las partículas atómicas se mantienen asociadas con un movimiento oscilatorio mediante las fuerzas débiles o fuertes. El neutrón es el resultado de la asociación oscilatoria de un electrón y un protón mediante la energía de un neutrino. El espín 1/2 corresponde a media vuelta por latido. 

Las sumas de los desplazamientos discretos y de las energías de las partículas con aceleración uniforme varían con el cuadrado del número n de intervalos. En los procesos de interacción varían con el factor n.(n + 1). Esto, junto con la definición del espín, permite deducir los cuatro números cuánticos en el átomo

Si una radiación violenta con energía m.c² actúa sobre una partícula estable, ésta se desplaza y comprime perforando justamente la primera capa polarizada de energía del espacio envolvente Si la energía de la radiación violenta es 2.m.c² , la partícula se desplaza violentamente fuera de su posición dejando un hueco en el espacio vacío que se rellena con energía del espacio, generándose una nueva partícula con carga contraria: la antipartícula o antimateria, todo lo cual está confirmado por los resultados experimentales. 

Dependiendo de la energía incidente se pueden formar otras partículas de diferentes masas, tamaños y polaridades, pero serán inestables. Esta energía 2.m.c² coincide con la energía potencial discreta que recibe la partícula desde el espacio energético para pasar a la capa contigua, pero la acción no es violenta y no se produce antipartícula, por lo que no sirve para explicar la gravedad. La generación de antipartículas, junto con las definición de la masa y de la acción conjunta de las fuerzas de asociación de la energía polarizada, permite conocer las causas por las que solamente el electrón y el protón son estables. 

En el instante inicial del universo, el espacio estaba vacío sin energía. Al surgir la energía ocupó un volumen tan pequeño que su densidad de energía, presión y fuerza, fue descomunal. Dado que la densidad de energía del espacio exterior era nula, la masa era nula, de forma que la aceleración de la primera oleada de energía fue infinita. El espacio vacío infinito se llenó de energía con una velocidad infinita. Se sucedieron continuas oleadas de energía llenando el espacio y aumentando la densidad de energía, y, por tanto, aumentando la masa en cada punto del espacio, pero disminuyendo con la distancia. Dado que la energía emitida en el origen del universo contenía un exceso de energía de signo negativo, cuando el espacio adquirió una densidad de energía determinada se generaron los electrones, y, por radiaciones muy intensas de los electrones, se generaron los protones. Por eso, no hay simetría entre materia y antimateria, sino entre energía positiva y negativa. Al interaccionar entre ellos se generaron los neutrones, los átomos, las estrellas y las galaxias, las cuales se separan unas de otras por el efecto expansivo. 

Oleadas de energía 

Las posteriores oleadas de energía se propagaron en un espacio con mayor densidad de energía, encontrando mayor oposición o mayor masa, por lo que su velocidad de expansión fue menor que las anteriores. Así, todas las galaxias se están alejando unas de otras, lo cual confirma las conclusiones de los astrofísicos. Por consiguiente, la densidad de energía en el espacio ha de variar de forma estructurada, de forma que ha de ser mayor cuanto más cerca del origen o big-bang, lo cual coincide con el descubrimiento de John K. Webb pues los análisis demuestran que la velocidad de la luz en el espacio es estructurada, es decir, a un lado de nuestro planeta es menor y al otro lado es mayor. Por consiguiente, la velocidad de la luz en el universo debe ser diferente que en la Tierra, en aparente contradicción con la teoría de la relatividad.

Hay que tener en cuenta que la luz se propaga en el espacio exterior que es un medio material sin partículas cuya sustancia es la energía. Por eso, las variaciones de la densidad de la energía del espacio en las capas que envuelven a los cuerpos de gran masa, generan un tipo determinado de refracción y la consiguiente curvatura de la luz, por lo que se pueden explicar los efectos de lupa (lente gravitacional) observados por los astrofísicos. Si las variaciones de densidad son muy intensas se produce una refracción en retroceso; la luz retrocede, lo cual permite explicar los efectos observados en los denominados agujeros negros. 

La consecuencia de este paradigma y de las teorías TCM y TCCU, es que, tal y como predijo Louis de Broglie,“detrás del universo de nuestra percepción se encuentra un mundo oculto microfísico gobernado por la causalidad” , y en el que los desplazamientos y la energía, de las partículas y de las ondas, se manifiestan en cantidades discretas, y de cuyo desarrollo resulta la física cuántica y su conexión con la microfísica. 

Viernes, 19 de Noviembre 2010
Mariano Gómez Olea

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