23/05/2016
1.- LA FARSA DE LA DEMOCRACIA
REPRESENTATIVA.
Desde la
fundación de la República en 1821, los miembros del poder Ejecutivo, Legislativo,
Judicial y Jurado Nacional de Elecciones, jamás han representado las
necesidades e intereses del pueblo peruano. La clase dominante que constituye
el 1% de la población, siempre ha tenido el poder económico, político, social y
cultural de la sociedad peruana, por la vía del golpe de Estado o de las
elecciones generales y municipales.
El Perú
tiene 30 millones de habitantes. Estos están divididos y organizados en clases
sociales definidas (campesinos, obreros, clase media o pequeña burguesía,
burguesía nacional y gran burguesía) por razones de propiedad de los medios de
producción. La gran burguesía es la clase dominante parásita e intermediaria de
las potencias extranjeras y las empresas transnacionales. El pueblo está
conformado por los campesinos, obreros, clase media y burguesía nacional; su
única propiedad es su fuerza de trabajo y constituye el 99% de la población.
En las
elecciones generales del 10 de abril 2016, mediante un proceso viciado y fraudulento, con el apoyo
descarado del Jurado Nacional de Elecciones y la complicidad de los aparatos
del Estado, la clase dominante ha logrado elegir a dos de sus representantes
más serviles, para en segunda vuelta consolidar el control legal –pero espurio-
del Estado y garantizar la continuidad del sistema de explotación económica y opresión política.
El resultado
del 10 de abril no es nuevo, pero sí extremadamente cínico y escandaloso. Se
comprueba fehacientemente que la
“democracia representativa” ha degenerado y caducado después de 195 años de
práctica política y el voto
ciudadano se ha convertido en una simple
mercancía. Por todo ello, es una farsa y una estafa.
2.- AFRENTA A LA DIGNIDAD E
INTELIGENCIA DEL PUEBLO PERUANO
El hecho concreto en el que dos personajes de conocida trayectoria
política en contra de los trabajadores y
del Perú, se disputen la Presidencia de la República, es una derrota histórica
de los trabajadores, una afrenta a la dignidad e inteligencia del pueblo en su
conjunto.
Esta
realidad dramática y vergonzosa, evidencia que la mayoría de los electores
carecen de conocimientos, de habilidades para interpretar la realidad y de
actitudes al servicio del pueblo trabajador. Son ciudadanos incompetentes para
ejercer adecuadamente sus derechos cívicos. No tienen capacidad de análisis
y crítica de los sucesos nacionales e
internacionales. Nunca tuvieron o
perdieron totalmente la ética y moral de los trabajadores, de los productores,
y lo han reemplazado por la moral de esclavos.
Este tipo de “ciudadano” es producto del
sistema oficial de instrucción pública. La escuela pública no educa, sólo
instruye. La escuela pública vegeta al mismo ritmo del sistema económico y
político de la República.
En la
evaluación internacional de educación de las Pruebas PISA, el Perú ocupa el
último lugar. La mayoría de los alumnos de Primaria y Secundaria no comprenden
lo que leen y no pueden solucionar problemas lógico - matemáticos. Estos
alumnos terminan la Secundaria, pero no tienen capacidades científicas, ni
técnico –productivas y como tal –cada año-
se incorporan al inmenso ejército de desocupados y mano de obra barata -
no calificada. Este contingente, formalmente tiene su DNI que los acredita como
ciudadanos, pero en la práctica siguen siendo menores de edad en la comprensión
de los grandes problemas del Perú como
nación.
3.- ALIENACIÓN: ARMA DE DESTRUCCIÓN
MASIVA
En estas elecciones, la gente más pobre económica e intelectualmente-además
desocupada- ha votado por la clase dominante (la gran burguesía), por las
empresas transnacionales y por las potencias extranjeras. Son humildes
trabajadores, pero piensan como si fueran grandes empresarios. Comparando con
las diferentes épocas de la historia universal, es como si los esclavos votaran
a favor de los esclavistas, los
campesinos siervos a favor de los terratenientes, los obreros a favor de los
capitalistas o la patronal explotadora.
Este
proceso de alienación de los trabajadores y ciudadanos(as) en general, es el
resultado de la ofensiva ideológica y política de la gran burguesía a partir de
los años ochenta del siglo pasado y de represión generalizada contra los
paradigmas del socialismo científico. Los textos de filosofía, economía
política, sociología marxista y las obras completas de José Carlos Mariátegui,
fueron tipificados como literatura subversiva y los poseedores de dichos libros
fueron acusados del delito de “Apología del Terrorismo”, perseguidos,
encarcelados y sus bibliotecas destruidas. En los últimos 35 años (1980 -2015)
la gran burguesía a través del aparato del Estado –principalmente- ha realizado
un intenso trabajo ideo –político apoyado por la gran prensa y la televisión
basura.
La
alienación deforma la mente de las personas no instruidas, poco
instruidas, que no leen y no tienen acceso a la cultura. Sólo ven la forma,
pero no el contenido de los fenómenos económicos y sociales. No alcanzan a
comprender las causas de los problemas. No relacionan las causas con los
efectos o consecuencias. No ven el conjunto de la realidad, sino hechos
aislados. En estas condiciones mentales, el obrero piensa como el patrón
capitalista o acepta ciegamente lo que el patrón le dice. No tiene capacidad de
crítica. Se desborda el individualismo,
predomina el sectarismo,
permitiendo de esta manera el desarrollo del nacionalismo pro
imperialista.
Las
organizaciones de izquierda en general han cometido el grave error de no realizar un balance crítico de los
acontecimientos políticos y sociales de la década del ochenta y noventa del
siglo pasado. Han sucumbido en la política criolla de “borrón y cuenta nueva”
menospreciando los sucesos de los últimos 20 años del siglo XX y tomándolo como cuestiones
anecdóticas.
No han promovido la lectura, difusión y debate del
Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Han continuado haciendo
política a la cola de la gran burguesía promoviendo el apoyo “al menor” que una
vez instalado en Palacio de Gobierno se convierte en el “mal mayor” que perdió en las elecciones.
4.- EL DILEMA CAPITALISMO O
SOCIALISMO
La confrontación ideológica, teórica, política y orgánica por la
conquista del poder y el gobierno del poder, es entre dos sistemas: el sistema
capitalista y el sistema socialista. Este es el dilema de nuestra época. Los
términos derecha e izquierda son categorías muy genéricas que desvían la lucha
por el cambio del sistema, ocultan la contradicción principal entre los dos sistemas
y limitan la acción de millones de personas al cambio de gobierno, pero sin
tocar el sistema.
El Perú como
República va cumplir 200 años el 2021. En este quinquenio 2016 -2021 se va desarrollar la contradicción entre capitalismo y
socialismo. La clase dominante asumirá la defensa del capitalismo marginal y
atrasado, meramente exportador de materias primas, incapaz de desarrollar
ciencia y tecnología para industrializar el país, transformar nuestras materias
primas, darle valor agregado a nuestros recursos naturales, potenciar la
agricultura orgánica y garantizar la
seguridad alimentaria.
La gran burguesía como clase parasita jamás ha tenido
visión del Perú como nación, ha mantenido la organización territorial heredada
de la colonia con el nombre de “departamentos”
que no corresponden a la cuencas hidrográficas y la organización geopolítica
que requiere el Perú. Esta clase –la gran burguesía- ha mantenido el poder
económico y político a través de los gobiernos de turno que se han sucedido
desde hace 195 años. Hoy, no tiene nada nuevo que ofrecer. Es una clase caduca,
sin solvencia ideológica, teórica y moral para dirigir el país. Es simplemente
una clase que domina al pueblo a través de los aparatos de represión civil,
policial y militar del Estado.
El
socialismo peruano como sistema superior al capitalismo, es la alternativa de
cambio para construir un Perú nuevo.
5.- EL FRENTE UNIDO DEL PUEBL0
PERUANO.
En el
transcurso del año 2015, diversas organizaciones de la sociedad civil,
colectivos de izquierda, sindicatos y asociaciones, invocaron una amplia
unidad, a las organizaciones políticas que tenían inscripción legal en el Jurado Nacional Elecciones
y que se autoproclamaban de izquierda. Se realizaron numerosas coordinaciones y
eventos planteando: “una sola
organización, un solo programa, una sola dirección colectiva”. Este llamamiento no tuvo acogida. Prevaleció
el individualismo huachafo, el sectarismo, el oportunismo electorero, el
interés económico de propietarios de partidos convertidos en caudillos. Cada
organización se lanzó por separado a la contienda electoral. Esta división fue
un regalo a la clase dominante. El informe estadístico de la ONPE demuestra que
si el Frente Amplio y Democracia Directa iban juntos, pasaban holgadamente a la
segunda vuelta.
La unidad
programática de quienes luchan por el cambio social, es una necesidad objetiva.
Se requiere no solamente la unidad de las izquierdas, sino la unidad de las
cuatro clases sociales que conforman el pueblo.
El
triunfo significativo del Frente Amplio es el punto inicial para construir la unidad de todo el pueblo, a
condición de que luchen frontalmente por las reivindicaciones de los
trabajadores del campo y la ciudad. Después de 30 años, la izquierda ha
presentado una organización propia, no ha ido a la cola de la gran burguesía,
no ha promovido el “mal menor”, ha ganado en 7 regiones del sur del Perú y
logrado una bancada de 20 congresistas de la nueva generación. Actualmente es
la segunda fuerza política electoral. La izquierda en general ha dado un salto cualitativo de la nada a la
existencia. El F.A. representa a más de cuatro millones de electores que
confían en su propuestas programáticas.
Son ciudadanos(as) que votaron por sentimiento de clase, pero no por conciencia
de clase. No son militantes orgánicos del Frente Amplio, pero buscan y quieren
el cambio de la situación actual del
país.
Si
comprendemos que la contradicción entre el pueblo y la clase dominante es
antagónica, es obligatorio conocer y aplicar la política de Frente Único
planteado por el Amauta José Carlos Mariátegui el 1º de Mayo de 1924: “La
existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal…Lo que
importa es que esos grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad
concreta del día. Que no se esterilicen bizantinamente en exconfesiones y
excomuniones reciprocas. Que no empleen sus armas ni dilapiden su tiempo en herirse
unos a otros, sino en combatir el orden social, sus instituciones, sus
injusticias y sus crímenes”.
El llamamiento para construir “una sola
organización, un solo programa y una sola dirección colectiva” sigue vigente. El proyecto de cambio social
requiere la unidad del Frente Amplio, Democracia Directa, Perú Libre y
diversos colectivos, a través de un
Programa Mínimo de Reivindicaciones del Pueblo que existe y es factible
concertar. Si las organizaciones desean con sinceridad y honestidad lograr el
cambio social, deben mantener relaciones de cooperación intelectual y solidaridad en la lucha cotidiana contra el
sistema, a través de una instancia orgánica superior que permita el diálogo
permanente y la realización de
certámenes políticos en forma conjunta, periódicamente y de acuerdo a un plan.
En la práctica social, a través de contradicciones conducidas sensatamente, se
desarrollará el proceso de unidad-lucha-unidad- y finalmente se forjará una
nueva unidad. Así, el pueblo conocerá con anticipación quién es quién y no
estará buscando “el mal menor”.
6.- NUESTRA POSICIÓN
Expresamos categóricamente nuestro rechazo a
los dos candidatos- Fujimori y Kuczinski
–que representan a la gran burguesía, la continuidad del sistema y del viejo Estado
burocrático-militar-judicial. Este rechazo
debemos concretarse en las ánforas con el voto viciado, voto de repudio al
sistema capitalista que oprime y sojuzga a los pueblos del mundo.
El 11 de
abril 2016, al día siguiente del acto electoral, el diario Expreso publicó en
primera plana y a toda página: “SE SALVÓ
EL MODELO”. El periodista Aldo Mariátegui en su columna del diario Correo
felicitó a Gregorio Santos candidato de Democracia Directa por haber obtenido
alta votación en Cajamarca e impedido
que el F.A. pase a la segunda vuelta
electoral. Asimismo le calificó “héroe de la democracia” (por haber dividido a
la izquierda y favorecido el triunfo de la derecha). Estos testimonios
demuestran que la unidad del pueblo es una necesidad objetiva y que la lucha
correcta es por el cambio del sistema y
no por el cambio de gobierno.
Para el
socialismo científico, para el proletariado, no existe “el mal menor” desde que
elaboró y proclamó sus Principios, Programa y forjó su organización política
propia. En el Perú el socialismo proletario va cumplir su I Centenario el año 2018. Históricamente el proletariado
votaba por la burguesía cuando no tenía conciencia de clase, ni organización propia.
Sin embargo, la política del “mal menor” ha sido una constante en los procesos
electorales del siglo XX y del presente siglo. Con diversos pretextos, los
dirigentes y las organizaciones de izquierda han trabajado para la gran
burguesía como promotores activos e intransigentes del “mal menor” y como
operadores en las campañas electorales.
En el
actual proceso 2016, no obstante haber triunfado “el mal mayor” persiste el
planteamiento del “mal menor”. El 24 de abril 2016 un ilustrado izquierdista
publica en La Revista del diario UNO su
artículo titulado “NO, ESCUADRÓN SUICIDA” en los siguientes términos:
“Más que méritos, lo que favorece a PPK es la falta de
algunos defectos. En primer lugar, PPK no es un asesino, no organizará
escuadrones de la muerte, como si lo hizo el gobierno del trío –Alberto
Fujimori- Keiko Fujimori- Vladimiro Montesinos- y como lo haría la keikoimera.
Aunque es una representante de la derecha económica, PPK es un político de
formas democráticas al estilo estadounidense: no secuestra gente, no pondrá
bombas a los líderes de la izquierda, no traficará con drogas, no sobornará
jueces, no comprará jefes militares, no destruirá universidades, no amenazará
periodistas, no fabricará periódicos, no
coimeará a canales de televisión, etcétera. Bien sabemos que todo esto - y más-
fueron especialidades de la mafia. En
suma, PPK y no la Keikoimera garantizará
que la gente y la izquierda puedan hacer política sin temor a que el Doc
y sus muchachos los visiten a la
medianoche y esto es bastante
para llegar vivos a las siguientes elecciones con posibilidad de organizar
mejor al Frente Amplio. Por otra parte, es posible que, harto de la mafia, PPK
disuelva el Congreso aplicando el
artículo 134 de la Constitución, tras lo cual se convocaría a nuevas elecciones
parlamentarias” (Víctor Hurtado Oviedo- La Revista - Diario UNO- página 8 –
Domingo 24 de Abril de 2016).”
La
experiencia de los últimos quince años demuestra que el término “izquierda” ha
caducado, porque no corresponde al carácter de clase ni al sistema económico
capitalista de la sociedad peruana. Su uso indiscriminado oculta el contenido
ideológico- político de la organización y a qué clase social sirve: a la gran
burguesía o al pueblo. Por ello,
proponemos replantear el uso del término “izquierda” y reivindicar el análisis de J.C. Mariátegui realizado en la Editorial
de la Revista Amauta Nº 17 en setiembre de 1928: “Nueva generación , “nuevo
espíritu”, nueva sensibilidad”, todos estos términos han envejecido. Lo mismo
hay que decir de estos otros rótulos. “vanguardia”, “izquierda”, “renovación”.
Fueron nuevos y buenos en su hora. Nos hemos servido de ellos para establecer
demarcaciones provisionales, por razones contingentes de topografía y
orientación. Hoy resultan ay demasiado genéricos y anfibológicos. Bajo estos
rótulos empiezan a pasar gruesos contrabandos. La nueva generación no será
efectivamente nueva sino en la medida en que sepa ser , en fin, adulta,
creadora” ( Tomo 13- pág. 247- Ideología y Política –J.C.Mariátegui)
¡EL VOTO VICIADO ES VOTO DE REPUDIO AL SISTEMA CAPITALISTA!
¡EL VOTO VICIADO ES VOTO DE DIGNIFICACIÓN
DEL PUEBLO PERUANO!
Lima, 23 de mayo de 2016
Manuel Montañez V.
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