Luego del resultado de las
elecciones del 10 de abril último, asistimos a un intercambio de opiniones
tanto a nivel del pueblo como de los izquierdistas, sobre por quién votar. Constatamos que entre los izquierdistas hablan literalmente en lenguas diferentes. Y
la pregunta que surge es saber a qué tipo de organización pertenecen cada uno
de los opinantes.
Para no separarse del asunto
de que se trata vamos al grano. Mariátegui en la presentación de Amauta señala:
“No hace falta declarar expresamente
que amauta no es una tribuna libre, abierta a todos los vientos del espíritu.
Los que fundamos esta revista no concebimos una cultura y un arte agnósticos.
Nos sentimos una fuerza beligerante, polémica. No le hacemos ninguna concesión al criterio generalmente falaz de la
tolerancia de las ideas. Para nosotros hay ideas buenas e ideas malas. En
el prólogo de mi libro La escena contemporánea, escribí que soy un hombre con
una filiación y una fe. Lo mismo puedo
decir de esta revista, que rechaza todo lo que es contrario a su ideología así
como todo lo que no traduce ideología alguna.
En efecto,
Mariátegui pensaba en la organización de revolucionarios indispensable para
“hacer” la revolución política. Trabajo que cesó en 1930 cuando Eudocio Ravines
siendo Secretario General cambia de nombre por "Partido Comunista
Peruano" Y en
1939 empezaría el apoyo al mal menor, cuando apoyaron la candidatura de Manuel Prado Ugarteche (1939-1945) a raíz de
una directiva de la III Internacional que llamaba a la creación de frentes antifascistas durante la II Guerra Mundial.
Es necesario hacer un balance de
la labor política de todos los Partidos que se dicen Comunistas (Unidad, Patria
Roja) que nunca trabajaron por la alternativa de boicotear las elecciones
burguesas o de participar revolucionariamente en ellas, aplicando la táctica de utilizar el proceso
electoral con fines de agitación y propaganda clasistas. La desviación de
derecha por un lado, y la desviación de izquierda de la bohemia subversiva, se
han turnado en borrar el legado de Mariátegui
La realidad actual demuestra la
ausencia de una organización de revolucionarios, de gente cuya profesión sea la
actividad revolucionaria. La diferencia entre una organización sindical y la
organización política es clara. Así como los que piensan toda la vida en
fortalecer sólo el frente, no pensarán
jamás en la necesidad de una
organización para el cambio social.
Domingo
Suárez
05.05.2016
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