Mientras el chavismo impone el
diálogo a menos de dos meses de cerrar un caótico 2016, las corporaciones –sean
estas petroleras, mediáticas o financieras– actúan con agresividad y con ritmo
propio. La élite financiera asume protagonismo y enfila sus baterías directo a
perjudicar la principal fuente de sustento económico del país. Los hilos del
poder real se mueven tras bastidores.
NOVIEMBRE 3
DE 2016, 2:38 PM
Hostigamiento mediático y financiero contra Pdvsa: hacer fracasar el canje de bonos a toda costa
La estrategia de canje de bonos de
Pdvsa lanzada el pasado 16 de septiembre, diferida en par de oportunidades en
búsqueda de captar mayores recursos, resultó exitosa:
la petrolera venezolana logró canjear el 52,57% del monto ofertado para la
operación, ahorrándose 2 mil 899 millones de dólares tras desplazar sus pagos
de deuda externa de 2017 para 2020.
Palabras más palabras menos: el
corazón económico del país –Pdvsa–, sostén del 95% de los ingresos nacionales,
se zafó en el corto y mediano plazo de un escenario crítico para su estabilidad
financiera y por ende para la del país entero.
Como fue comentado en su momento
por Misión Verdad, esta operación
fue atacada por calificadoras de riesgo sentenciadas por estafa
a inversionistas en Estados Unidos en el año 2008: Standard and Poor's, Fitch y
Moody's.
Estas agencias dieron una
calificación negativa a la operación, buscando con ello generar desconfianza y
temor en los inversionistas para que no participaran. El objetivo no era
financiero, sino político: en tanto y en cuanto la operación fracasara la
situación financiera de Pdvsa y el país tendería a precarizarse más, agudizando
–y dirigiendo políticamente– el malestar económico de la población, dado que el
margen de maniobra para importar bienes básicos –alimentos y medicinas– se
vería reducido al extremo.
Otros tanques se sumaron desde el
frente mediático y empresarial. The New York Times, Reuters,
Bloomberg, The Wall Street Journal y Financial
Times, por nombrar los medios con mayor impacto en la opinión
pública financiera, aplicaron un intenso hostigamiento mediático buscando
afectar la credibilidad internacional de Pdvsa desde distintos ángulos.
En el manipulado y hamponil mercado
financiero, más importa el capital estético que el capital económico. Qué se
diga de ti define cuánto tienes, no cuánto tienes en realidad. Cada vez que
Procter & Gamble saca un nuevo champú aumenta sus ganancias sin que el
primer frasco llegue al anaquel y alguien pueda adquirirlo.
Con ambos frentes avanzando
orquestadamente y sin fisuras, la corporación petrolera Conoco Phillips introdujo una
demanda a Pdvsa en Delaware a pocos días de cerrar el canje de
bonos, la cual calificaba dicha operación como fraudulenta por supuestamente
querer evitar el pago inflado de compensaciones por efectos de nacionalización.
A Pdvsa le fue aplicado un brutal
secuestro financiero, empresarial y mediático durante toda la operación. Aún
así, con todo y que Ramos Allup tenía sus velas puestas al fracaso del canje,
la operación fue exitosa y el corazón económico de Venezuela alivia su
situación financiera en el corto plazo.
Cuando el mejor escenario es el peor
El canje de bonos no es una
estrategia aislada para mejorar la situación financiera de Pdvsa y el país,
sino que es complementaria a los esfuerzos realizados por Venezuela y países
OPEP, en conjunto con Rusia y otros actores de peso en el mercado energético,
para estabilizar los precios del petróleo en torno a los 60 y 70 dólares por
barril.
El plan de disparar al corazón económico de Venezuela es
político
Incluso los formadores de opinión
económica antichavistas más consultados por la mediática local, reflejan que
si el precio se llegara a estabilizar en dicha banda en el corto plazo, sumado
lo ahorrado por el canje de bonos, el país cerraría casi a totalidad su déficit
de dólares –necesarios para cubrir importaciones y estabilizar el tipo de
cambio–, además de afrontar en condiciones menos vulnerables sus pagos de deuda
externa en el mediano plazo.
Un escenario positivo en lo económico
para Venezuela es proporcionalmente negativo para la élite financiera.
Nueva oleada de agresiones
En tal sentido, el éxito de la
operación y la posibilidad de que un acuerdo de estabilización de precios
petroleros se cristalice, activa una nueva etapa –mucho más agresiva– de
hostigamiento y cerco financiero contra Pdvsa.
La empresa Crystallex, de origen
canadiense, demandó a
Venezuela por las mismas sinrazones y en la misma corte que Conoco Phillips el
día de ayer, maniobra que suma a una supuesta evaluación de embargo a la
estatal petrolera por 11 mil millones de dólares que estarían realizando
fiscales federales estadounidenses por presuntos casos de corrupción, según reseñó Bloomberg.
No sólo Bloomberg vendió la primicia
como el embargo petrolero más grande de la historia reciente, también afirmó
que supuestamente ese dinero sería devuelto al país durante la gestión de un
gobierno antichavista.
Este primer amague mediático mantiene
rasgos parecidos al caso "Lava Jato" en Petrobras, donde el velo
mediático de la corrupción fue utilizado como un mecanismo para la intervención
extranjera en Brasil. Las condiciones financieras y mediáticas que dieron al
traste con el mandato de Dilma Rousseff provienen de esa maniobra
internacional.
Vale recordar que así como Pdvsa es
demandada por corporaciones petroleras, Petrobras también recibió ataques
judiciales por parte de bancos globales –Goldman Sachs, Citigroup, Morgan Stanley,
etc.–, bajo el supuesto temor de no ver cancelados sus préstamos a la empresa.
Dos operaciones al parecer cortadas por la mismo hacha.
El eje del conflicto se traslada al frente financiero
El plan de disparar al corazón
económico de Venezuela es político. Venezuela acaba de
cancelar los intereses de los bonos que no fueron canjeados y
el resto de sus pagos pendientes. Aun así, el riesgo país de Venezuela,
elaborado por una corporación financiera –en situación de bancarrota inminente– como Deutsche
Bank, se mantiene más alto que países que ostentan una deuda
impagable, como Estados Unidos o España. Se mantiene inalterado.
El conflicto se traslada hacia el frente financiero
La MUD es tan sólo un intermediario
de estos grandes intereses empresariales que se soban las manos con sólo pensar
en saquear nuevamente al país. En realidad no nos enfrentamos a ellos.
Las agresiones financieras, llevadas
a cabo por actores empresariales con capacidad de influencia sobre
instituciones judiciales estadounidenses –Departamento de Tesoro y Justicia,
específicamente–, van en aumento y tienen su propio plan: asfixiar
financieramente a Venezuela en el mediano plazo para evitar cualquier signo de
recuperación económica y política del chavismo.
Echan el resto intentando cerrar el
conflicto a su favor con un tiro de gracia por la vía del golpe financiero
internacional, construido a partir de expedientes judiciales capitaneados por
corporaciones petroleras, hostigamiento mediático y calificaciones
de default selectivo.
La táctica de estrangulamiento contra
Pdvsa, activada desde cada uno de estos frentes, tiene como objetivo ampliar el
cerco financiero contra el país para reducir su margen de maniobra en lo
económico y acrecentar las dificultades de la población en su vida cotidiana,
afectando el posicionamiento financiero de la empresa para que le vea
complicada su recuperación.
Y la profundización de esta maniobra
no depende de actores estatales externos o de actores internos, sino de la
élite financiera y la aplicación de sus herramientas –calificaciones de riesgo,
demandas judiciales, etc.– para intervenir a Venezuela por la vía financiera,
así como lo intentan contra Rusia y China.
El diálogo como medida para la
estabilización del conflicto político interno y su amplio respaldo
internacional, las recurrentes equivocaciones de la MUD y la incipiente
normalización económica, trasladan el eje del conflicto hacia el frente
financiero. Paso a paso, acción tras acción, por más selectiva o colateral que
sea, va construyendo un relato y un marco operativo funcional para golpearnos
financieramente directo al corazón.
Afectar directamente al venezolano de
a pie, meterle la mano en el bolsillo y en el estómago, sin importarle qué
puede llegar a pensar la MUD o Hillary Clinton y Donald Trump, se posiciona como
un objetivo fundamental y estratégico para la élite financiera para buscar la
ansiada implosión del país.
Ese es el enemigo que enfrentamos:
poderes económicos globales con un portafolio de armas de distinto calibre para
asfixiar a un país que busca superar grandes adversidades. Esto también es
intervención extranjera, aunque nadie la nombre. El verdadero enemigo apunta
sus misiles al corazón.
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