viernes, 22 de junio de 2018

¿UNA SOLUCIÓN?: FIRMAN EL REGLAMENTO DEL TREN BIOCEÁNICO QUE CRUZARÁ CUATRO NACIONES DE SURAMÉRICA



Imagen de un tren cargado de turistas atravesando la cordillera de los Andes.

Mariana Bazo / Reuters


Publicado: 21 jun 2018 20:19 GMT | Última actualización: 21 jun 2018 20:24 GMT

El proyecto, que unirá los océanos Pacífico y Atlántico, le permitirá a Bolivia solventar su mediterraneidad.


Los Gobiernos de Paraguay, Bolivia, Brasil y Perú firmaron de forma conjunta el reglamento interno que finaliza los pasos previos para la construcción del tren bioceánico, informó el Ministerio boliviano de Obras Públicas.

Representantes de los países que integran el Grupo Operativo Bioceánico (GOB) aprobaron los estudios técnicos y confirmaron la viabilidad de este megaproyecto, que unirá los océanos Pacífico (Puerto de Ilo, en Perú) y Atlántico(Puerto de Santos, en Brasil) cruzando Bolivia.

Los países involucrados acordaron, además, financiar los 14.000 millones de dólares estimados para la obra (que debe estar totalmente concluida en 2024), mediante una asociación entre capitales públicos y privados, al tiempo que recibirán el asesoramiento técnico de la Unión Europea.


Tren de mercancías boliviano. / Cortesía del Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda
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En la reunión ministerial, Brasil reveló que aspira trasladar a futuro cerca de 40 millones de toneladas de carga en el tren bioceánico, un proyecto al que se ha invitado además a los Gobiernos de Argentina y Uruguay.

Tren: una solución

Bolivia es el proponente de la idea de unir los océanos Atlántico y Pacífico por medio de un corredor ferroviarioque puede ayudar a esta nación suramericana a solventar su problema de mediterraneidad (falta de salida al mar) mientras dirime una controversia marítima con Chile.

El diseño del trazado inicial estima que los vagones del tren bioceánico partan desde el puerto brasilero de Santos, ingrese a Bolivia por Puerto Suárez, en el extremo este de esa nación, cruce los municipios orientales de Santa Cruz, Montero y Bulo Bulo, y llegue al altiplano de La Paz. De allí, saldrá a Perú por el Hito 4 (marcador fronterizo), para concluir su recorrido en el puerto de Ilo, a orillas del Pacífico.

Por su parte, Paraguay estará anclado al trazado por medio de un ramal de 500 kilómetros que partirá desde Puerto Carmelo Peralta (al occidente de Paraguay) hasta Roboré, una pequeña ciudad del Departamento boliviano de Santa Cruz.

Gran distancia

Este corredor ferroviario contará con una extensión de 3.755 kilómetros a lo largo de las tres naciones que inicialmente acordaron la obra, y su objetivo fundamental es interconectar el centro de Suramérica con ambos puertos marítimos para facilitar las exportaciones de la región hacia Asia.

El presidente boliviano, Evo Morales, calificó al tren bioceánico como "el 'Qhapaq Ñan' del siglo XXI", según informó la estatal ABI. El 'Qhapaq Ñan' era la red caminera del Tahuantinsuyo (territorio del Imperio Inca) que estaba formada por un sistema de caminos de enormes distancias, y que vinculaba las ciudades importantes de la costa y de la sierra.

Ganando tiempo

De acuerdo con estudios previos, citados por el jefe de Estado boliviano, una vez en marcha el tren bioceánico, Brasil –por ejemplo– demorará 36 días y 8 horas en trasladar sus productos hasta la ciudad china de Shanghai, luego de recorrer 18.651 kilómetros.


Vista del tren que conecta Chile con Bolivia, cerca de Arica, a unos 2.000 km al norte de Santiago. 13 de mayo de 2013. / CLAUDIO SANTANA / AFP

Actualmente, la producción brasilera, que debe emplear la ruta del canal de Panamá, demanda 67 días y 13 horaspara cubrir 25.913 kilómetros. Cuando lo hace a través del Cabo de Hornos, las mercancías del gigante amazónico recorren 22.616 kilómetros en 58 días y 11 horas.

Los técnicos proyectan que este tren, junto a las mercancías, estará en capacidad de transportar 6,16 millones de pasajeros al año para 2021. Y llegará a 13,35 millones de viajeros en 2055.

En opinión de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el corredor ferroviario bioceánico "permitirá el desarrollo, explotación e industrialización de los recursos naturales de manera sostenible", ya que serán exportadas "con mejores condiciones que las actuales".

Alternativas

El trazado del tren implica la creación de una "alianza económica muy poderosa entre los países que participan", indicó el documentalista Mariano Vázquez.
Al reiterar que se trata del proyecto más ambicioso emprendido por Evo Morales en sus 12 años de gobierno, destacó que el tren "le permitirá a Bolivia aumentar, exponencialmente, su balanza económica", pero también podrá resolver la dificultad de no tener una salida propia al mar.

"Ante la dificultad de negociar, soberanamente, con Chile una salida al mar, Bolivia ha buscado alternativas al encierro marítimo", apunta el también periodista.
Un tren del Ferrocarril Central Andino, una compañía ferroviaria peruana. 16 de junio de 2005. / Pilar Olivares / Reuters

Bolivia, que cuenta con más de 3.000 kilómetros de vías férreas dentro de su territorio, ha ensayado fórmulas para exportar sus productos a través de Perú y también empleando las rutas del Río Paraná, para desembocar en el Río de la Plata.

Tren, mar y Chile

El tren, agrega Mariano Vázquez, "será también una herramienta de presión política y económica", ya que el norte chileno mantiene un fuerte vinculo comercial con Bolivia.

Este mega proyecto "puede suponer una manera de enviar otro mensaje al Gobierno chileno: Tenemos este proyecto alternativo. Cortar toda la relación comercial y desviarla al tren bioceánico, podría perjudicar a Chile".

Por su parte, el analista político Julio Peñalosa Bretel, cree que mientras no se decida el juicio que sigue su curso ante el tribunal de La Haya, Bolivia debe "manejar con pinzas" su relación con Chile.
"Si la corte falla a favor de Bolivia y ordena que ambas naciones se sienten a negociar una salida al mar, Perú, que también es parte de ese antiguo conflicto limítrofe, entrará en juego, ahora también como un actor del tren bioceánico", apuntó Peñalosa.
Ernesto J. Navarro



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