Publicado por Francisco Umpiérrez Sánchez
Lunes, 6 de abril de 2015
En el último trabajo que
he publicado en el blog, Ser y apariencia,
formulé la siguiente idea: “Defiendo un pensamiento integral. Todas las esferas
del saber representan al ser humano de manera unilateral. De ahí mi interés por
el estudio de distintas ciencias. De todos modos hay una esfera del saber que
cumple con el requisito de la visión integral del ser humano: la filosofía. En
este sentido la filosofía es insustituible”. Wilbert Tapia, miembro de foro Filosofía y pensamiento, después de leer
este fragmento, formuló la siguiente objeción: “En este caso se está
presentando la idea de que la filosofía proporciona una visión integral del ser
humano. Todavía faltaría especificar qué es lo que se está comprendiendo por
visión integral”. Yo creí que mi argumento aclaraba con suficiencia lo que entendía por visión integral del ser
humano, puesto que lo había opuesto a la visión unilateral que ofrecía cada una
de las ciencias naturales y sociales. Pensaba además que el significado general
del adjetivo integral, incluir todos las partes necesarias de una cosa para ser
completa, le daba el carácter de suficiencia al concepto de visión integral del
ser humano. Pero parece no ser así. Es cierto que un concepto no puede agotarse
en una definición aislada del objeto de dicho concepto. Un concepto se entiende
mejor cuando forma parte de un teorema o de varios teoremas.
Los seres humanos tienen
distintos modos del ser: en tanto es un ser dotado de sistema nervioso, es objeto
de la fisiología; en tanto es un ser psicológico, es objeto de la psicología;
en tanto es un ser productor de riqueza, es objeto de la economía; en tanto es
un ser que tiene que satisfacer necesidades humanas, es objeto de la
antropología; en tanto es un ser biológico, es objeto de la biología; en tanto
es un ser social, es objeto de la sociología; en tanto es un ser histórico, es
objeto de la historia; y así hasta
agotar los múltiples modos del ser de los seres humanos. En suma: del mismo
modo que el ser humano tiene múltiples modos del ser, de igual manera son
múltiples las esferas del saber que lo representan científicamente. Cada esfera
del saber, al representar solamente una modalidad del ser, tiene una
representación unilateral del ser humano. Puede conjeturarse entonces que una
visión integral del ser humano sería aquella que sumara las variadas visiones
de las distintas esferas del saber. Pero esta forma de concebir las cosas sería
poco satisfactoria, puesto que dicha visión carecería de unidad. El ser humano
no sería un ser íntegro sino una suma de múltiples modos del ser.
La política, como esfera
del saber, parece que capta a los seres humanos de un modo más integral que el
resto de las esferas de saber mencionadas. La política tiene en cuenta a los
seres humanos en tanto tienen necesidad de un trabajo, en tanto tienen una
familia, en tanto son objetos de la violencia, en tanto están necesitados de
justicia, en tanto están necesitados de educación, y en tanto están necesitados
de atención sanitaria. El Estado, que representa la objetivación de la
sociedad, se preocupa por legislar todas las formas de la práctica social. Y la
lucha partidista tiene como objeto la conquista del poder del Estado. Luego
damos un salto importante en la concepción del ser humano cuando pasamos de
aquellas esferas del saber a la esfera de la política. En la política
concebimos un ser humano relativamente integral.
Surge ahora una pregunta
que todavía no hemos formulado: ¿Bajo qué modalidad del ser representa la filosofía
al ser humano? De forma mecánica podríamos responder que en tanto el ser humano
es un ser filosófico. Pero entonces tendríamos que saber cuál es esa modalidad
del ser. Y no tenemos una respuesta convincente. Sí sabemos que la filosofía
hace uso de las categorías más abstractas y generales que existen en el
universo categorial del ser humano. Y también sabemos que todas las ciencias
particulares necesitan de la filosofía para resolver cuestiones que ellas por
sí mismas no pueden responder. La nanotecnología está experimentando un
desarrollo colosal y va a tener un sinfín de consecuencias para la vida de los
seres humanos. Igual sucede con la biotecnología. Son los propios científicos,
inmersos como están en la unilateralidad que suponen su propia esfera de saber,
quienes están preocupados sobre las consecuencias que tendrían estos cambios
tecnológicos sobre el destino del ser humano en tanto ser humano. Todas las
ciencias particulares viven su propio desbordamiento, todas van allá de sí
mismas. Esto también se produce porque los propios científicos tienen más
conciencia social que hace siglos. Todos saben que aunque las ciencias
naturales y su aplicación tecnológica experimentan desarrollos vertiginosos, la
propia naturaleza sufre graves deterioros por ese mismo desarrollo y muchos
seres humanos, especialmente los muy pobres, no disfrutan de los éxitos de la
ciencia. La demanda de la filosofía está ahí. Cosa distinta es que haya
filósofos conscientes de esa tarea.
Las propias categorías
filosóficas expresan que su visión del ser humano es integral: ser, esencia,
sustancia, conciencia, enajenación,… El carácter abstracto de estas categorías
debe entenderse no en el sentido de parte, abstracción de un rasgo de una
totalidad, sino en el sentido de alejamiento de lo particular para hacer
posible la representación de la totalidad. Pero hay que advertir que la
filosofía neopositivista, con su visión superficial y parcial del mundo,
intentó convertir estas categorías en palabras carentes de significado. Y muchos
los secundaron. Sobrevino un empobrecimiento cultural en el seno de la
filosofía. El neopositivismo al convertir la física y la lógica matemática, sin
duda las ciencias donde hay más abstracción del ser humano y de sus
necesidades, en las ciencias referentes para la reflexión ontológica y
epistemológica, provocaron la pérdida de la centralidad del ser humano en la
reflexión filosófica.
Volvamos a la actividad
política. Pensemos en la crisis económica desatada en 2008. En España ha
surgido una formación política nueva: Podemos. En apariencia era una formación
política radical. Igual sucede con Syriza. Su naturaleza radical nos hacía
pensar que iban a criticar la estructura profunda del sistema capitalista.
También pensábamos que la ideología iba a recobrar fuerza y protagonismo. Pero
nos equivocamos. Resulta del todo curioso que sea el PP, el partido
conservador, quien reclame un mayor protagonismo de la ideología mientras que
Podemos quiera diluirla, señalándola como algo no importante. Pero ¿qué es la ideología?
En el marco en el que nos movemos la ideología es la concepción del mundo
presente y futuro que deberían tener todos los partidos políticos. La
ideología, mira por donde, debe aportar una visión integral del ser humano.
Pero nos advertía Marx que la ideología dominante en el sistema capitalista es
la economía política. Y la economía política supone la negación de la
filosofía. Muy al contrario de lo que sucede con la crítica de la economía
política llevada a cabo por Marx, que tiene un notable componente filosófico y
nos aporta, por consiguiente, una visión más integral del ser humano. Marx no
propone solo acabar con el capitalismo, sino acabar con la enajenación humana
generada por la propiedad privada, cuya historia se remonta hasta las primeras
sociedades capitalistas. Así que en la ideología, componente identificador de
los partidos políticos, también encontramos un ámbito de la visión integral del
ser humano.
Resumamos lo dicho hasta
aquí. Las ciencias particulares aportan una visión parcelada del ser humano; la
visión integral no debe entenderse en el sentido de suma de las distintas
ciencias particulares, pues dicha visión carecería de unidad; la política, como
esfera teórico práctica mediada por la existencia del Estado, tiene una relativa
visión integral del ser humano; y por último, la ideología, en cuanto
concepción del mundo presente y futuro, supone una concepción integral del ser
humano. Hay que advertir que el grado en que cada ideología capte de modo
integral el ser humano depende del desarrollo histórico nacional donde esas
ideologías tomen cuerpo. Hay ideologías pobres y hay ideologías ricas,
ideologías desarrolladas e ideología con escaso desarrollo, ideologías
materialistas e ideologías idealistas, ideologías hermanadas con la ciencia e
ideologías religiosas.
Sigue en pie una pregunta
cuya respuesta he ido demorando intencionadamente hasta el final del trabajo:
¿bajo qué modalidad del ser capta la filosofía al ser humano? Muchos filósofos
se han preguntado a lo largo del devenir histórico qué diferencia al hombre del
animal. Y respondieron: la conciencia. Aquí tenemos el rasgo que expresa el
carácter integral del ser humano. En tanto es un ser dotado de conciencia, el
ser humano es objeto de la filosofía. En la conciencia humana se encuentra
todo: su mundo interior y su mundo exterior. La forma de la conciencia es el saber. Y esta forma está presente en
todas las ciencias particulares y en todas las formas de la práctica social.
Hay una forma en que la filosofía moderna captó este aspecto, aunque no fue
consciente del todo. Gran parte de la filosofía del siglo XX se presentó como
filosofía del lenguaje. Desgraciadamente el neopositivismo, que fue la línea
dominante de la filosofía durante esa época, empobreció la concepción del lenguaje.
Pero si consideramos, por una parte, que el lenguaje es la objetivación de la
conciencia, y por otra parte, que el lenguaje está presente en todas las formas
de la práctica social, podemos concluir que el rasgo que expresa el carácter
integral del hombre es el lenguaje, pues su universalidad, en el sentido de
estar presente en todo, es superior a cualquier otro rasgo del ser humano. Si
en la concepción que tenemos del lenguaje predominan las formas del saber
lógico matemático y físico, nuestra visión del ser humano no será integral.
Pero si en la concepción que tenemos del lenguaje están presentes todas sus
formas particulares de existencia, incluyendo el lenguaje popular, el lenguaje
literario y el lenguaje de todas las ciencias, incluidas las históricas y
sociales, nuestra visión del ser humano será integral. Tal vez sea Hegel
el filósofo que mejor supo expresar esa tarea de la filosofía.
Fuente: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2015/04/la-vision-integral-del-ser-humano_40.html
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