Lunes, 13 de
abril de 2015
Publicado
por Francisco Umpiérrez Sánchez en 11:30
Los conceptos son un invento maravilloso. Nos dan orden mental y nos
permiten reunir bajo unas pocas categorías multitud de experiencias,
percepciones y representaciones. No todos los pensadores se expresan del mismo
modo en el orden conceptual. Hay pensadores como Hegel, Marx o Vygotsky donde
casi todo lo que dicen está dentro de los cajones conceptuales, mientras que
hay otros, por ejemplo Jerome Bruner, donde hay muchas determinaciones que
quedan fuera de los cajones conceptuales. No obstante, esto no supone que el
discurso de Bruner no sea conceptual, lo que sucede es que en este pensador los
conceptos funcionan como nódulos, mecanismos mediante los cuales enlazamos y
agrupamos una serie de juicios. Bajo este método de exposición se produce
cierta diseminación de los contenidos conceptuales.
La noción de concepto no acaba en la noción
de cajón conceptual y en la de nódulo. Decisivo es que los conceptos formen
parte de un teorema o de varios. Los diccionarios nos presentan los conceptos
como definiciones aisladas y con contenidos mínimos. Las teorías científicas
presentan los conceptos formando parte de un sistema teórico y con contenidos
suficientes. Entre más contenidos tenga un concepto, más rico es y más provecho
puede extraérsele. Puesto que un concepto elaborado siempre puede ser usado
como materia prima para elaborar otros conceptos. Un concepto es un cajón y es un nódulo, pero
también es algo vivo, interconectado con otros conceptos y en desarrollo. El
concepto de valor de uso elaborado por Marx en El Capital es un buen ejemplo de lo que hablamos. Casi al inicio de
esa obra teórica, en la sección La
mercancía, adquiere su primer grado de elaboración y esta se produce de
forma aislada, aunque en su contenido se expresa ya su relación con las
necesidades del hombre. Después, en la sección titulada El carácter doble del trabajo representado en la mercancía, adquiere otro desarrollo; y por último,
en la sección El proceso de trabajo,
adquiere un nuevo desarrollo. Pero la cosa no queda ahí, no solo se trata del
desarrollo del concepto de valor de uso, sino que este concepto también
mantiene relaciones con otros conceptos, como el de valor o el de capital fijo,
entre muchos otros, y experimenta modificaciones. Preciso más la noción de esta
interacción: en el análisis de las formas del valor Marx presenta el valor de
uso como forma fenoménica del valor. Aquí es como si un concepto fuera por
medio de otro.
Seguimos estudiando en el Cekam la
percepción según Hegel. Es un texto muy complejo que necesita de un estudio muy
detallado. Aconsejé a los miembros del Cekam que se hicieran con el libro de
Jerome Bruner titulado Realidad mental y
mundos posibles. Están al llegar. Quería que conocieran de primera mano la
forma en que Bruner elabora sus teorías. Pero siempre me pasa lo mismo. Cambio
muy rápido de tercio. Como el estudio de la percepción en Hegel estaba
resultando muy complejo, pensé en aliviar el trabajo a mis colaboradores.
Recurrí a La Sagrada Familia de Marx
Y Engels y me he puesto a estudiar La
dialéctica y la filosofía hegeliana. No intercalaré este texto en las
tareas de trabajo del Cekam, pero lo veremos después de acabar el texto de
Hegel sobre la percepción. Cuando lees este texto, te tropiezas con Feuerbach;
del que tengo los libros referidos por
Marx. Me lleno de inquietud. He puesto a la vista Principios de la Filosofía del futuro de Ludwig Feuerbach. Así que
se me ha ido quedando atrás el libro de Bruner.
Sucedió además que en El País leí
que una mujer se quejaba del empobrecimiento de las palabras por culpa de la
actividad lingüística de los políticos. Volví a pensar en Podemos. Está haciendo lo que hacen los demás partidos: cultivar el
mundo de la crítica superficial. Si en el ámbito de la política a algunos les parece un partido radical, en
el ámbito de la ideología puedo afirmar con rotundidad que no. Así que me fui a
La Ideología alemana de Marx y
Engels, una obra que a mí me encanta, su profundidad es admirable. Leí con
detenimiento la sección titulada La
relación entre el Estado y el derecho y la propiedad. Presté atención a
varias ideas, pero sobre una de ellas debo en el futuro inmediato hacer alguna
reflexión ideológica: “Como el Estado es la forma bajo la que los individuos de
una clase dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa
toda la sociedad civil de una época, se sigue de aquí que todas las
instituciones comunes tienen como mediador al Estado y adquieren a través de él
una forma política”. No solo el PP y el PSOE, también Podemos incurre en el
error de poner en dos planos distintos la sociedad civil y el Estado, cuando
según Marx en el Estado se condensa la sociedad civil de una época. Aunque la
inquietud del pensamiento te hacer saltar de un tema a otro, la ventaja de que
los lugares a los que saltas sean textos de Marx, te asegura un orden
conceptual de alto nivel. Otra cosa será los rendimientos teóricos que yo pueda
extraerle.
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