24-04-2015
1. El
Banco Mundial publicó ayer: “La pobreza en México no ha disminuido en los
últimos 20 años, es la misma que en 1992. Medidos a partir de su ingreso, el
número de mexicanos en extrema pobreza –con un ingreso diario que es
insuficiente para adquirir una canasta básica alimentaria– se ubicó en 23.1
millones de personas, la cifra más elevada desde 1988. Mientras, en la
clasificación de pobreza moderada se encuentra un universo de 61.4
millones de mexicanos, la mayor cantidad desde 1996”. (La Jornada, 23/IV/15) En
México somos 120 millones de habitantes y de ellos –con datos conservadores-
84.5 millones vivimos en la pobreza y la miseria. No nos sorprende, es el dato
que manejamos desde hace años que ahora se confirma.
2. ¿Por qué carajos, cuál es la causa, que el
pueblo con miseria y hambre sufra años, décadas, siglos, soportando junto a sus
familias opresión, desnutrición y muertes sin rebelarse, sin hacer una
revolución que acabe con el capitalismo que lo somete? Lo que sucede es que nos
olvidamos que esas decenas de millones de pueblo –para soportar esa terrible
carga de siglos- se le obliga a mantener llena su cabeza de una educación
ideológica que recibe cada segundo en el TV (futbol, novelas, nota roja,
entretenimiento); en la iglesia (resignación, felicidad en el cielo), en la
escuela y la sociedad. ¿Cómo carajos pensar en una rebelión para liberarse si
hasta en su pequeño tiempo libre la clase dominante lo bloquea para no tener
tiempo para meditar?
3. El estudio del Banco Mundial (aunque conservador
porque estar al servicio del imperio de los EEUU) señala que en términos
absolutos, la población en pobreza moderada creció de 47 millones de personas
en 1994 a 64 millones en 1996; 46.5 millones en 2006 y 61.4 millones en 2012.
Particularmente la población considerada en extrema pobreza aumentó de 19
millones en 1994 a 34.7 millones de personas en 1996; bajó a 15.1 millones en
2006 y, nuevamente, subió a 23.1 millones en 2012. Es decir, la pobreza y la
miseria no contienen datos permanentes en los mismos sectores y lugares, pero
de manera global cuando baja la pobreza algún año porcentualmente festinando el
gobierno, sube inmediatamente el año siguiente a veces el doble, pero se trata
de silenciar.
4. La miseria y la pobreza se encuentra en todos
los pueblos y ciudades del país, aunque las estadísticas mexicanas oficiales
tengan clasificaciones precisas: los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas,
Michoacán, Hidalgo, son los más pobres y los estados de la frontera norte, así
como Jalisco, el Estado de México y el DF, son los que más recursos poseen. La
realidad es que en cada pueblo y en cada ciudad los porcentajes de pobreza y
miseria son similares, sólo que en algunos lugares es más evidente y en otros
buscan esconderse al turismo tras grandes bardas. Cada ciudad cuenta con zonas
de reservas: las Lomas de Chapultepec y Polanco (donde vive el presidente y
secretarios de Estado), no son lo mismo que la zona oriente y norte del DF
donde mal vive el pueblo.
5. La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que se
conoce como una variedad de alimentos (mínimo alimentario a partir de un patrón
de consumo) para satisfacer las necesidades de calorías de un hogar promedio,
cada año es más difícil de obtener. Está compuesta de lácteos, carnes (pollo,
cerdo, ternera), huevos, frijol, lentejas, maíz, arroz, pan, pastas, azúcares y
demás. La realidad es que, de acuerdo a estudios de la UNAM, en 1987 se
adquiría con cuatro horas de trabajo; en 2006 con más de 13 horas y el año
pasado con casi 23 horas de labor. Es decir los productos que componen la
canasta básica han subido de precio tres o cuatro veces, en un 300 a 400 por
ciento, mientras los salarios han quedado estancados o se han levantado en
menos del 20 por ciento.
6. Si los miserables ingresos del 80 por ciento de
la población no alcanzan para adquirir lo mínimo de alimentación para una
familia de cinco o seis miembros, menos puede alcanzar para para pagar la
renta, el agua, la luz, el gas doméstico, el trasporte, el vestido o para la
escuela de los niños. ¿Cómo no enredarse con una televisión si es la droga
necesaria para la enajenación y el entretenimiento, para olvidarse de los
problemas? Con base en esa realidad que publica el BM, mucha gente no tan
manipulada por los medios de información, puede entender el crecimiento
exagerado de la migración a EEUU, del trabajo informal, de lo que se llama
“ilegal”, del ambulantaje, de los asaltos, de los robos y la delincuencia.
¿Cómo asegurar que la familia, sobre todo que los hijos, tengan que comer?
7. Por ello estos informes del Banco Mundial, del
FMI o de la OCDE, sirven realmente de poco. Son de utilidad para difundir su
conocimiento y para hacer comentarios pero trasciende muy poco en el 99 por
ciento de los hogares donde toda la familia está alrededor del aparato que con
técnicas modernas hace penetrar su veneno ideológico. Dicen por aquí que “no hay
mal que dure 100 años ni cuerpo de la aguante”; lo que sucede es que es un
dicho muy viejo, de cuando la televisión no llegaba –como hoy- al 95 por ciento
de los hogares. Algunas veces pienso que es menos peor para extender la lucha
social un desgobierno total como el de Peña Nieto. ¿Qué pasaría si lo
sustituyera un gobierno totalmente fascista que impusiera un abierto Estado de
Sitio?
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
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