28-10-2017
M.H.: Voy
a confesarle que me sorprendió la elección del chavismo en Venezuela ¿Cuál es
su visión respecto de esta situación?
G.A.: Primero dejame dar un saludo a la familia de
Maldonado y a los Mapuches en lucha ante un Estado represivo y criminal. No
quería dejar pasar la ocasión.
En Venezuela para mi primó el deseo de paz de la
gente, de evitar la guerra civil, entonces votaron masivamente para asegurar
eso. Votaron en pluralidad porque participó la oposición y votaron contra el
golpe reconociendo las elecciones, la legalidad del gobierno, la Asamblea
Constituyente. Eso es lo importante. Hay una voluntad de paz y un repudio al
golpe.
La oposición no puede decir que hubo fraude porque
independientemente de los problemas que puede haber habido en lo esencial fue
una elección sin inconvenientes de ningún tipo. Además la oposición ganó en
varios Estados, incluso en Estados estratégicos que son los que están en la
frontera con Colombia, por donde pueden venir los paramilitares. No pueden
reconocer una legalidad donde ganaron y desconocer la legalidad donde
perdieron.
La prensa internacional como siempre, tanto la oral
como la escrita, con la infamia de siempre acusaban al gobierno de dictadura
por la represión respondiendo a los motines golpistas de la oposición y cuando
hubo elecciones la oposición participó y el gobierno ganó bien, la noticia dejó
de ser noticia, no se habla de Venezuela.
Lo importante es que con esto se afirma un poco el
gobierno, hay tranquilidad por un rato porque ha conseguido un éxito en esto al
encontrar una salida pacífica. Además la oposición se divide, porque quedan por
un lado los que participaron de las elecciones y van a querer participar en la
próxima, tanto en la municipal como en la presidencial y, por otro lado, los
golpistas, que todavía esperan que con la OEA, Almagro y EE UU puedan derribar
a Maduro.
Para Maduro, sin embargo, es un poco de aire pero
no mucho porque el problema real en Venezuela es la situación económica, ha
aumentado otra vez un 40% el salario mínimo que va en la escalera rodante a
contramano, está cada vez peor, en un nivel más bajo. Entonces la situación
económica es lo principal y a eso Maduro no le da ninguna solución porque no
quiere tocar los intereses de fondo del capitalismo en Venezuela y busca, por
el contrario, una política extractivista, inversiones imperialistas o de otros
países medio imperialistas como China y más de lo mismo que ha llevado a la
crisis. Entonces lo que hay que prever es que va a haber una crisis más
profunda y que la crisis política que ha sido momentáneamente restañada va a
volver a ser aguda en las elecciones presidenciales próximas.
M.H.: Sobre este tema quiero consignar un par de
cuestiones. Pude ver en Telesur la conferencia de prensa del presidente Maduro,
fue un ejercicio duro porque lo estuve escuchando durante dos horas y media y
realmente toda su explicación y la de algunos miembros de su administración,
suenan muy convincentes en el sentido de lo que significó un triunfo limpio del
chavismo sobre la oposición. Pero hay dos temas que me llaman poderosamente la
atención, uno es Almagro que dice que los partidos de la oposición que
participaron son traidores y corresponsables del fraude y la otra es la
publicación de Clarín del 18 de octubre, con una foto de María Corina Machado y
una serie de personajes que desconozco y que dice que no reconoce el resultado
de las elecciones, siendo que ella no participó. ¡Esto es increíble!
Un panorama cargado de elecciones, allí en Europa
dos elecciones en dos pequeños países como la República Checa y Austria, en
ambos ganaron sectores vinculados a la ultraderecha. ¿Qué nos puede comentar al
respecto?
G.A.: Ambos son países por donde primero pasan una parte
de los inmigrantes, los que no vienen del norte de África, los que vienen desde
Asia. Son países, para los reaccionarios, de primera línea, Hungría, Austria y
República Checa porque los refugiados, gente que escapa de la guerra y del
desastre, quieren llegar a Alemania, pero tienen que pasar por esos países.
Hay toda una capa nacionalista en Austria, una
parte de la entonces Checoslovaquia y Hungría eran países que tenían una gran
cantidad de nazis, antisemitas y racistas; ahora se despierta nuevamente el
racismo, no contra los judíos y los gitanos sino contra los inmigrantes. Es un
vómito del pasado, de miles de años. El catolicismo en estos países fue
profundamente racista y en las Cruzadas lo primero que hacían era matar judíos
antes de llegar a combatir contra los musulmanes. Eso reaparece. Es uno de los
elementos del nazismo. Lo que no está es el seudosocialismo, entonces son
católicos, racistas y xenófobos y sin contenido social.
Frente a ellos no hay una izquierda porque la
llamada izquierda son los socialdemócratas que en el mejor de los casos, el de
los austríacos, jamás han pasado de una política de reformas avanzadas en un
país que de todos modos tiene un buen nivel de vida y no lo necesita. Entonces
no han hecho educación de ningún tipo, en cambio han fomentado el nacionalismo.
Y los excomunistas estalinistas eran lo mismo, en Checoslovaquia pasaron a
llamarse socialdemócratas pero manteniendo sus concepciones nacionalistas y
racistas de los estalinistas del pasado.
M.H.: Hoy vi que las elecciones argentinas
merecieron algún análisis de su parte.
G.A.: Sí. Habíamos dicho que iba a ganar Macri y por
bastante, y es lo que pasó. Superó sus votos de las PASO y se encamina hacia
una relección en el 2019, porque enfrente no tuvo una oposición, aparte de que
los justicialistas, los peronistas y los kirchneristas tienen una política
neoliberal similar y la gente prefiere el original y no la fotocopia.
Cristina Fernández proponía ponerle un freno al
ajuste, como si el Parlamento podría ponerle algún freno a algo, porque lo que
pone un freno son las relaciones de fuerzas entre las clases, las movilizaciones,
a las cuales en lo más mínimo recurrió Cristina Fernández. Y después recordar a
Perón, que en la Constitución del ´49 prohibía las huelgas y decía “del trabajo
a casa y de la casa al trabajo”. Es decir, no hizo en lo más mínimo una oposición
presentando una alternativa, lo único que hacía era un recurso para algo ya
superado porque una cosa es el peronismo en el avance de los trabajadores en el
año ´45 a escala mundial, y otra cosa es el peronismo de Menem, los Kirchner,
De Vido o los demás que no atraen a nadie.
No coincide con la realidad para los más viejos y
no gana a los más jóvenes, la mística cristinista tampoco porque si bien
presenta gente ahora que no tiene problemas judiciales por corrupción, ella
tiene pendientes una serie de juicios que no son solamente hechos ad hoc para
encarcelarla contando con jueces amigos, sino que es una realidad porque nadie
puede ocultar que salió millonaria de un gobierno y que bajo su gobierno se
hicieron enormes negociados y que buena parte de los que ahora están con Macri
estaban con ella y siguen haciendo lo mismo.
Es una oposición que no se opone, que no es
alternativa, que solamente habla de la alternancia, entonces no puede atraer
mucho. Quizás en los sectores más organizados y más obreros de la Provincia de
Buenos Aires y el Conurbano, pero en el resto del país no y tampoco en el resto
de la provincia de Buenos Aires. Así que desgraciadamente creo que hay Macri
para unos cuantos años más. Macri además se tragó a una parte del centro
derecha, como los socialistas de Santa Fe y a la UCR.
M.H.: Yo creía que íbamos a tener un breve paso del
PRO por el gobierno pero confieso que de a poco me voy desengañando. De todas
maneras creo que ese giro de Cristina en los últimos 15 días diciendo “yo nunca
fui kirchnernista siempre fui peronista” tiene que ver con una táctica de
intentar atraer ese 4 o 5% de los votos de Randazzo que eran los que le estaban
faltando para vencer al PRO en la Provincia de Buenos Aires.
¿Cómo ve a la izquierda?
G.A.: El FIT ganó votos en forma importante como en
Jujuy donde no solamente hay campesinos, hay trabajadores de ingenios, en zonas
obreras que se enfrentan con una oligarquía desenfrenada y brutal desde
siempre, tiene una polarización social y donde hay tradiciones de izquierda,
desde los años ´50, organizaciones sindicales, una escisión de izquierda del
Partido Socialista tenía una fuerte influencia en todo el norte; está
recogiendo no lo que sembró el FIT sino lo que hizo la historia, aparte de la
acción del FIT que sin duda ha sido importante, sobre todo los militantes
locales que no están controlados por los centros y, por lo tanto, tienen mucha
más iniciativa y son mucho más inteligentes incluso.
El FIT no creció mucho, ni siquiera consiguió los
votos del 2013, creció con respecto a las PASO y eso es importante pero no
consiguió ni siquiera lo que planteaba desde el punto de vista electoral, por
ejemplo, un diputado nacional en la CABA, aunque estuvo cerca, más en otros
sectores de las provincias; creció en algunos centros obreros que habían sido
reprimidos por el kirchnerismo como Las Heras en Santa Cruz, en una provincia
gobernada por el kirchnerismo, también en donde tiene un buen trabajo como
Chubut, pero no creció demasiado como podría haber crecido si hubiera hecho una
política mucho más socialista y anti capitalista y mucho menos electoralista.
El electoralismo, “más diputados obreros” o
“frenemos el ajuste” le atribuye a las instituciones un papel que no tienen y
se olvida que los obreros no son solamente votantes ni productores, son seres
políticos. Ni una palabra sobre el anticapitalismo, ni una palabra sobre qué
sociedad se quiere o se propone para el futuro, ni una palabra sobre lo que
sería el socialismo hoy.
Además, el FIT estaba en ciertos sectores de la clase
media, sobre todo en el estudiantado, bastante afectado por sus políticas
erróneas respecto de la situación internacional, su política ultra sectaria
frente a Cuba y Venezuela, su incomprensión del problema del imperialismo le
causa problemas también.
Desde el punto de vista político a la izquierda la
veo estancada, porque si consideramos izquierda el grueso que es el FIT hace
una mezcla de sindicalismo de clase y electoralismo, pero no hace educación
política para una alternativa anti capitalista, en lo más mínimo, la palabra
capitalismo, socialismo, las explicaciones sobre qué es el capitalismo, sobre
el porqué de las cosas todo eso desaparece en la prensa y en la actividad del
FIT.
Es una actividad electoral buena pero
electoralista. Y en el Parlamento no descuellan por sus propuestas positivas
favorables a los trabajadores sino más bien por la posición en las discusiones
inter burguesas. La izquierda yo la veo en una necesidad enorme de renovación
cultural y política, sin una eliminación definitiva de un sectarismo que impide
trabajar juntos aun manteniendo diferencias importantes, a los que están más o
menos en una misma tendencia, no va a avanzar nunca. El movimiento obrero
internacional era pluralista, en los sindicatos no se le preguntaba a la gente
qué pensaba, no se pueden hacer sindicatos de gente “pura” que solamente está
de acuerdo con uno. Y no se puede desconocer que se puede trabajar y avanzar
mucho en lo político, en lo sindical, en todos los terrenos, con compañeros que
son de origen diferente, por ejemplo, que confiaban en Cristina o que aún lo
hacen y que deberán hacer su propia experiencia. Hay que tener una escalera
hacia eso, no poner las nubes por arriba esperando que den el salto y lleguen.
El problema es a mi juicio grave, porque no hacen
una actividad cultural, me podrán decir que el PTS publica sobre Trotsky y eso
está muy bien, pero es una parte absolutamente mínima de la actividad cultural,
que debe ser todos los días explicar el porqué de cada cosa para ir haciendo
una obra pedagógica cotidiana en las fábricas y en todos los lugares. No es que
a los obreros nos les interese el porqué de los problemas internacionales o de
los problemas económicos, es que hay que explicarlo de una manera clara y
entendible ligado a experiencias, cosa que lamentablemente no hace la izquierda
argentina. En su momento los socialistas y los anarquistas a principios del
siglo pasado abrían bibliotecas, centros de difusión, hacían conferencias sobre
problemas culturales; entraron a discutir todo para oponer una concepción de la
vida ante la concepción que impone el capitalismo todos los días, no veo una
izquierda que quiera hacer eso.
M.H.: Aprovecho que se incorporó al programa Matías
Eskenazi para completar lo que nos quedó pendiente en la ultima comunicación,
analizar la situación que se vive en Cataluña
G.A.: En Cataluña el grave problema es que hasta ahora
la dirección del proceso es nacionalista, el proceso catalán es legítimo desde
el punto de vista de la autodeterminación, pero es una traba tremenda para
conseguir los aliados indispensables en el resto de España, para conseguir el
apoyo de la izquierda española. Esa izquierda española por otro lado, es muy
timorata, no se ha movido, salvo en Bilbao con los vascos que también tienen
problemas de autonomía y donde hubo movilizaciones muy importantes, no se han
movido por el derecho de los catalanes a la autodeterminación, que es un
derecho democrático para todos.
Se corre el riesgo con el dominio nacionalista del
proceso en Cataluña, de desarrollar otro nacionalismo contrapuesto, el
nacionalismo español en primer lugar, el nacionalismo de los opresores en vez
de desarrollar una posición socialista hacia una federación ibérica socialista
de naciones, pero una república socialista no una república burguesa como la
que quieren hacer en Cataluña. Eso limita bastante.
La lucha ahora está en un nivel muy claro, los
catalanes rechazan y repudian la represión de Rajoy, éste recurre como Franco a
la represión del Estado para imponer la idea de una España única, con el apoyo
de un sector de derecha de la intelectualidad y la pequeña burguesía. La
izquierda catalana no se diferencia suficientemente, tiende a pegarse a los
nacionalistas. No busca suficientes apoyos en otras autonomías, en Galicia, en
Andalucía, en el País Vasco, ofreciendo una alternativa socialista que les
permita también superar los regionalismos. No hay una elaboración para una
independencia, no plantea para qué quiere la independencia la izquierda, si
simplemente para entrar a la Unión Europea y ser un paísito subordinado al gran
capital o luchar por una república socialista futura arrastrando al resto de
España y encontrando así aliados en Francia y en otros países de Europa.
No tiene alternativas, ofrece simplemente la
legítima reivindicación del derecho a la autodeterminación, que debe ser
defendido, por supuesto, no se puede ser progresista ni socialista si no se
defiende el derecho a la autodeterminación de las naciones, pero ahí empieza el
problema, no termina.
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