Por Gustavo Gorriti.-(*)
¿Cuánto se ha avanzado en el caso Lava Jato en
Latinoamérica y Perú? Creo que el caso se encuentra algo más allá de la mitad
del proceso.
Eso no significa que lo que falta por revelar tome
el mismo tiempo que lo avanzado hasta ahora. Salvo que intervengan
circunstancias todavía no identificadas, la velocidad de avance en el caso se
incrementará. Ello porque con la mucha información que ya se tiene, lo que se
consiga será más rápido e importante.
Aunque esto aplica para toda Latinoamérica, veamos
en esta nota solo el caso del Perú.
Por ahora hay un ex presidente y su esposa en
prisión preventiva relacionada con el caso. En mi opinión, la prisión de
Ollanta Humala y Nadine Heredia es abusiva, aunque eso no signifique que no
haya nada que investigar. Sí hay que investigar, y mucho. Pero la prisión
preventiva estuvo mal aplicada y afecta fundamentos básicos del debido proceso.
El problema ahora es cuánto dañará el abuso a la legítima investigación.
A Alejandro Toledo lo tenemos libre en Stanford y
con sus abogados estadounidenses decididos a mantenerlo en libertad y en
California. Estos, los abogados, tienen a su favor la torpeza con la que el
gobierno intentó lograr su arresto. En la corte gringa, los abogados de Toledo,
que conocen la política latinoamericana y las corruptelas partidario-judicales,
argumentarán, con buena posibilidad de éxito, que si se lo extradita, no tendrá
en el Perú un debido proceso sino un linchamiento leguleyo.
Josef Maiman ya se acogió a la colaboración eficaz
y declarará sobre las circunstancias y los hechos de los sobornos. (Foto:
Caretas)
Ese es un lado, pero hay otro que puede
desequilibrarlo: La confesión de Maiman. Maiman describirá el comienzo y el
final de por lo menos dos hechos importantes de corrupción en los que él y sus
sociedades participaron. Si su testimonio es lo suficientemente detallado, y si
el interrogatorio es mínimamente competente, Toledo no podrá escapar de la
prueba de su corrupción.
Si en su confesión Maiman incluye las
coimas con Camargo Correa junto con las de Odebrecht, cuenta los entresijos del
proceso, describe cómo y cuando se pagó, y con qué documentos, no va a quedar
gran cosa para la imaginación pero sí mucho para la evidencia.
Por su lado, Alan García publicita su
presunta diferencia ética con los demás presidentes: ellos pueden haber robado,
él no.
En el caso Lava Jato no se trata de
discutir sino de investigar. Y hay un caso relativamente avanzado, de los
varios que podrán eventualmente desarrollarse. Este es el de los tramos 1 y 2
de la Línea 1 del Metro de Lima. Hasta ahora han entrado dos camadas de denunciados:
en la primera, Jorge Cuba, Edwin Luyo y otros personajes menores. En la
segunda, gracias a la investigación de El País de España, el nuevo protagonista
de interés es Faresh Miguel Atala, quien tuvo demostrable cercanía con García y
con Nava.
El examen de la secuencia de hechos en
la operación de la línea de Metro, (tal como ha expuesto Romina Mella en la
primera de lo que serán dos entregas sobre el tema) indica que Cuba solo pudo
intervenir gracias a la orden de alguien con mucho más autoridad que un
viceministro de Comunicaciones metido a definir asuntos de Transportes. No es
en absoluto creíble que un funcionario del rango de Cuba hubiera podido
imponerle nada a Barata (y mucho menos en un ámbito que no era de su
competencia) cuando este tenía acceso directo y frecuente al entonces
presidente de la República.
Julio 2011. El Presidente Alan García junto al
ministro de Transportes y Comunicaciones, Enrique Cornejo, y al superintendente
de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, en la inauguración del Tramo 1 de la
Línea 1 del Metro de Lima. (Foto: El Comercio)
Hay otro aspecto importante: IDL-Reporteros
ha podido establecer que el promedio del dinero que Odebrecht (y las empresas
de Lava Jato) destinaban a las coimas, era del 3% de lo contratado. Rosa Laura
y Hernán P. Floríndez, de IDL-Reporteros, lo confirmaron sobre la base
de hechos investigados, confesados y sancionados en Brasil y también en el
Perú. Sin embargo, lo que hasta ahora se ha revelado sobre las coimas del Metro
asciende solo al 0.82% de lo contratado. Hay un 2.2% adicional que cuando se
encuentre contará mucho más que el mero porcentaje.
Está claro que el ex-superintendente, Jorge Barata
omitió varias cosas en su delación premiada. Omitir no es igual a mentir, si es
que no se le preguntó en forma clara, aunque también hay contradicciones en sus
confesiones, que IDL-R mostrará en estos días. En cuanto ello quede
patente, el paso siguiente, que deberán dar los fiscales brasileños en
coordinación con fiscales peruanos competentes y decididos, es volverlo a
interrogar para que explique y confiese lo que omitió decir en su confesión
previa. Faltan todavía, entonces, en el caso de la línea del Metro algunas
estaciones más por recorrer antes de cuadrar bien las cuentas de la cutra, los
nombres de sus responsables y llegar a la verdad. Y recuérdese que hay varios otros
casos aparte del Metro.
"Está claro que Jorge Barata omitió hechos
importantes en su delación premiada. Omitir no es igual a mentir, si no se le
preguntó en forma clara; aunque también hay contradicciones en lo que
confiesa".
La investigación de El País sobre la Banca Privada
de Andorra ha unido en forma extraña a los sobornados del Apra con otra figura
ajena a ella: Gabriel Prado, colaborador cercano de Susana Villarán antes de su
elección a la alcaldía metropolitana y durante su administración también. Lo
extraño es que la cuenta de Prado apenas parece haber tenido plata. Eso debe
tener una explicación, así que habrá que investigar para encontrarla.
El otro día, en su columna, Aldo Mariátegui me
instó a hacerlo, sin resentirme porque me recordara que Gabriel Prado
trabajó conmigo en el área de seguridad ciudadana de IDL. ¿Por qué me iba a
picar? Por supuesto que IDL-Reporteros va a publicar lo que ya tiene
investigado sobre Odebrecht y otras compañías brasileñas durante la gestión de
Villarán. No hay que darle ninguna vuelta. Hay que investigar y se investiga.
Informe de la Policía de Andorra sobre los
presuntos sobornos de Odebrecht a altos funcionarios de Perú, en el que se
encuentra el nombre de “Gabriel Parado Ramos”. (Fuente: El País, de España)
Lo que sí espero es que Aldo, preocupado por el
asunto de Odebrecht desde hace ya un tiempo, mantenga actitud pareja a la que
dedica a la izquierda cuando la evidencia de cutra toque a los políticos de
derecha, especialmente a los fujimoristas.
Solo en el caso de las presuntas contribuciones de
Odebrecht a la campaña presidencial de Keiko Fujimori en 2011, ya hay
contradicciones por resolver. Keiko Fujimori ha afirmado enfáticamente
que no recibió ninguna contribución de Odebrecht para su campaña. Cuando
escribí el artículo “La nota misteriosa” le hice directamente la pregunta a
través de su encargado de comunicaciones, Víctor Medina y me respondió que
“nunca ha recibido nada” de Odebrecht.
Pero Marcelo Odebrecht afirmó todo lo contrario. En
su declaración en Curitiba el 15 de mayo, no solo dijo que le indicó a Barata
que le diera más a Keiko (es decir, más de los tres millones que iba a entregar
a Humala), sino que luego, en ese mismo interrogatorio, agregó que estaba
seguro que se había apoyado con dinero a Keiko Fujimori. Además está la
anotación en su celular de darle “500 más a Keiko”. ¿500 más sobre qué suma
previa?
Así que el nuevo fiscal a cargo del caso, José
Domingo Pérez, deberá interrogar a Barata de nuevo.
José Pérez Gómez, titular de la Segunda Fiscalía
Corporativa de Lavado de Activos, investigará ahora a Keiko Fujimori por el
caso Lava Jato. (Foto: La República)
Este, sin duda, sabe cuánto se le habría dado a
Keiko Fujimori. Pero también debe interrogar de nuevo a Marcelo Odebrecht y a
Luiz Mameri para precisar bajo qué nombre de proyecto o seudónimo de persona se
ordenó al sector de operaciones estructuradas proceder con los pagos.
Si los interrogatorios se hacen bien, emergerá un
conjunto de nuevos conocimientos que imprimirá mucha mayor velocidad a la investigación,
incluyendo las confesiones, persuadidas o presionadas, de las otras
compañías.
Antes que el escándalo que sin duda será, grande y
prolongado, Lava Jato representa una oportunidad hermosa: la de reformar
nuestra sociedad, hacerla más honesta, más clara y racionalmente ética.
Imaginen cuánto mejor podríamos crecer, con cuánta
mayor justicia podríamos gobernar. Con qué satisfacción de alma podríamos
llegar a los dos siglos de nuestra República sabiendo que al fin la hemos
encontrado.
(*) Reproducción de la columna ‘Las
palabras’ publicada en la edición la 2508 de la revista ‘Caretas’.
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