(25 de diciembre de 2017)
Por Miguel Aragón
Antes se luchaba, o se tenía
la intención de luchar, o se decía luchar, contra la explotación económica,
y contra la dominación política de la clase dominante, con el
objetivo de acumular fuerzas, para luchar por instaurar un nuevo poder, para
construir un Perú nuevo. Una rápida revisión de los archivos de folletos,
revistas, periódicos, hojas sueltas de los años ’60, ’70 y ’80, nos puede
confirmar este recuerdo.
Por el contrario, ahora, en
los comienzos del siglo XXI, más de uno, se ha olvidado y ha
enterrado esas propuestas, y en varios colectivos de la
"izquierda" solamente se reclama, y hasta se exige de manera
airada y altisonante : !Abajo la corrupción!, ¡Que se vayan todos!,
¡Vacancia del presidente!, ¡No al indulto del expresidente!. Después de
tanto desborde emotivo, solamente les falta agregar ¡Vivan los
tribunales de justicia feudales!, ¡Viva la prisión feudal!
La confusión es tal, que
ahora, los airados manifestantes que salen a las calles a protestar contra el
mal gobierno, solamente se proponen MAQUILLAR LA CARA DEL VIEJO ORDEN
SOCIAL, soñando y reclamando “un país sin corrupción”, un utópico régimen
capitalista, pero “sin corruptos”, donde todos “digan la verdad” y todos “sean
honestos”. Esta confusión refleja y demuestra que estos “protestatarios”
superficiales no conocen en lo más mínimo, las leyes propias del
funcionamiento de la economía capitalista. En el colmo de su utópica rabieta,
reclaman “un país sin mentirosos” y “un país sin rateros”.
Nunca se han preguntado:
¿Será posible que la competencia entre empresas en el mercado
capitalista, funciones sin utilizar el soborno?
Y por otro lado, la siempre
necesaria lucha por la libertad política ha sido abandonada, y
remplazada por las airadas exigencias de “encarcelar a todos los corruptos”.
Olvidándose, o tal vez
ignorando, el carácter de clase de la justicia, de la prisión, y del
estado feudal burgués, los protestatarios de estos días están
llegando a SANTIFICAR LA FUNCIÓN QUE CUMPLE LA PRISIÓN FEUDAL.
De luchadores sociales por
la libertad, se están reduciendo a simples “gendarmes” y carceleros, como
si ese fuera el objetivo de la lucha social.
II
Esta tremenda confusión de
objetivos programáticos, no es nueva. Entre nosotros tiene larga data.
Mariátegui desenmascaró y
denunció los intentos del sector reaccionario de la pequeña burguesía
nacionalista de su tiempo, que con Eudocio Ravínes y Víctor Raúl Haya a
la cabeza, pretendió “elevar el antiimperialismo a la categoría de
un programa”, para así desviar y eludir la lucha principal contra la
clase dominante. (*)
Posteriormente, y durante
muchas décadas el confundido movimiento nacional comunista elevó el “anti
aprismo” a la categoría de un programa.
Y últimamente, repitiendo el
mismo repertorio, se pretende elevar el “anti fujimorismo” a la categoría
de un programa, eludiendo la necesidad de continuar
luchando contra el enemigo común, RENUNCIANDO A LA NECESIDAD DE LUCHAR CONTRA
LA CLASE DOMINANTE.
El pueblo sorprendido, e
incrédulo, se pregunta:
¿Dónde quedan, las Reivindicaciones
Inmediatas del pueblo trabajador?
¿Dónde queda, la Reivindicación
de la libertad política?
(*) revisar el punto 2 de la Tesis “Punto de Vista
Antimperialista”, deslinde teórico y político de Mariátegui con la desviación
hayista.:
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