sábado, 16 de mayo de 2020

MANEJO O CONDUCCIÓN DE CRISIS




Opinión
15/05/2020

Introducción

Observamos a nivel planetario el desarrollo de diversas crisis de cualquier tipo, sanitario, biológico, del ecosistema, guerras, revoluciones, etc.; para poder comprenderlas mejor es que desarrollamos esta síntesis sobre que es o consiste una crisis.

Por lo señalado derivamos o deducimos si las crisis surgen solas o son provocadas, en tal caso nos preguntamos ¿cómo las podemos comprender mejor?

Es la finalidad de esta humilde entrega, que la exponemos de la forma más sencilla posible para llegar a todos sin límites intelectuales que discriminen su entendimiento.

Cabe aclarar que cuando expresamos el término tendencias, se refiere a un objetivo o interés muy importante para una nación, región o cualquier tipo de grupo social; las mencionadas tendencias poseen fuerza, capacidad, persistencia, intensidad, permanencia y desarrollo conforme a los intereses como servicios esenciales del grupo social de que se trate.

Desarrollo: Conceptualización de crisis

Existen cientos de investigadores en esta temática y desde diversos puntos de vista, algunos psicológicos sobre la personalidad humana, otras sobre el trabajo, algunos sobre reacciones populares, en tanto que muchos sobre las acciones militares o conflictos de guerra con otras armas; acá les presentamos un punto de vista distinto que descoloca a muchos y es lo que creemos interesante de este pensamiento, entonces nos referimos a crisis según diversos criterios y el nuestro.

Según Beaufre “Estado de tensión en el curso del cual existe un riesgo de escalada hacia un conflicto militar con máximo riesgo y donde se quiere impedir al adversario que tome o adquiera una cierta ventaja política o militar.”

Mientras Lipson nos expresa “Es una disputa entre dos gobiernos o grupos de gobiernos sobre un tema que se considera fundamental para ambos bandos, se genera un fuerte sentimiento, existiendo la posibilidad de que se llegue al uso de la fuerza.”

La revista “Desembarco” de la Infantería de Marina Argentina conceptúa como “Es una situación de tensión entre dos o más países, motivados por factores políticos, estratégicos, ideológicos, económicos o sociales, que surge cuando se ejerce una amenaza sobre la vulnerabilidad de un país o alianza que puede llegar al desencadenamiento, de una serie de incidentes, pudiendo incluso desembocar en un conflicto armado.”

De los apuntes de la cátedra de estrategia de la Universidad del Ejército Argentino “Situación de conflicto, en el desarrollo del cual se corre el riesgo de una escalada hacia el conflicto armado e inútilmente se busca impedir que el adversario logre ventajas.”

La cátedra de sociología de la Institución de marras nos aclara “Lapso de un proceso, sobre el cual no se ejerce el control. En conflicto entran dos o más partes encontradas, en cambio en crisis entra una de las partes.”

Ferrater Mora nos brinda una claridad conceptual con el grado de prolijidad y precisión que caracteriza toda su obra y que expresa: “El sentido originario de `crisis´ es `juicio´ (en tanto que decisión final de un proceso), `elección´, y, en general, terminación de un acontecer en un sentido o en otro. Dicho sentido, se halla todavía en expresiones tales como `la enfermedad hace crisis´, etc. La crisis `resuelve´, pues, una situación, pero al mismo tiempo designa el ingreso en una situación nueva que plantea sus propios problemas. El significado más habitual de `crisis´ es dicha nueva situación y sus problemas lo que se acentúa. Por ese motivo suele entenderse por `crisis´ una fase peligrosa de la cual puede resultar algo beneficioso o algo pernicioso para la entidad que lo experimenta. En general no puede, pues, valorarse a priori una crisis positiva ni negativamente ya que ofrece por igual posibilidades de bien y de mal.”

Derivamos de los conceptos expuestos un condimento muy importante que es la falta de control que involucra protagónicamente a los dos conceptos que seguirán y que son el manejo de crisis y la conducción de las crisis.

También podemos observar que no necesariamente las crisis desembocan en conflictos armados, sino que pueden abarcar diversos campos de la conducción política o estratégica; como brote ejemplificador mencionamos las crisis de 1929, crisis mundial comúnmente llamada la Gran Depresión, en franca referencia a la situación de los componentes económicos de casi todos los estados en el mundo.

Lo que sí nos interesa es que una crisis tiene un final impredecible por encontrarse sometida a un conjunto de perturbaciones y enormes dificultades que parecen no tener una puerta o una luz para salir de esa situación.

Este desequilibrio se hace crónico y progresivo con gran impotencia para ejercer el control, la adolescencia es un estado de crisis donde ese niño no es niño o ese hombre no es hombre y nadie sabe para dónde va a “salir disparado”, como una manera de expresar sobre cómo terminará esa especie de metamorfosis o cambio en cuanto a la transformación de la personalidad.

Del mismo modo que en el comportamiento correspondiente a la naturaleza humana, lo trasladaremos a los comportamientos estratégicos para establecer las acciones tendientes a la prevención, veremos entonces que ello ya pertenece a lo que llamaremos “manejo de crisis”.

Deseamos conceptualizar la crisis desde el punto de vista de las tendencias sociales y en teoría de sistema de organización y métodos, como una definición predilecta en geopolítica comparada del siguiente modo, “Crisis es cuando un sistema de poder ha pasado de un estado de homeóstasis a una entropía y donde el control de las tendencias no puede ser ejercido y cuyos efectos resultantes pueden resultar negativos, intrascendentes o positivos a nuestras expectativas”.

Manejo de crisis

Todas las medidas preventivas que un estado nación pueda adoptar para enfrentar una crisis es lo que nos puede ayudar a disminuir sus efectos negativos y explotar los efectos positivos que resulten.

Atenuar consecuencias nefastas en un remolino de viento o de mar, expresado a modo de paradigma o parábola en alusión a un conflicto, ya que nadie sabe para dónde van a “salir disparados” los actores, cabe la aclaración que las crisis no sólo son geopolíticas, también puede tratarse en catástrofes como un tsunami, terremotos, pestes o cualquier otra situación de público conocimiento, en los cuales, lo único que podríamos hacer o implementar son acciones para minimizar los efectos derivados del día después.

Surge entonces en forma casual un maravilloso paradigma que demuestra que, en el marco teórico y operativo del concepto denominado “manejo de crisis”, observamos con claridad que, las crisis se caracterizan por dos condimentos definitivamente protagónicos, cuáles que son, en primer lugar el estar fuera de control, en segundo lugar no lo podemos manejar, razón por la cual el  manejo de crisis sólo apunta a ejercer acciones para que nos cause el menor daño posible, tal el típico caso de una epidemia.

Cuando se está recuperando el control, recién se comienza a manejar la situación, en razón a que la crisis está pasando, volvemos entonces a la homeóstasis o sistema en armonía; valga como ejemplificación ya sea una peste como el paludismo, fiebre amarilla, rabia, etc., los que constituyeron flagelos sumamente traumáticos o espantosos que, obviamente se encontraban fuera de control, su manejo fue protegernos para que nos afecte lo menos posible hasta que, encontrándose el antídoto correspondiente, levemente retomamos el control.

En la conducción política o estratégica sucede de algo similar, si nos referimos a una situación de crisis económica financiera, de rebelión social, descontento o como deseen llamarla, es una crisis que al parecer se tornó inmanejable, en tanto que las medidas son siempre tendientes a retomar el equilibrio; concluimos entonces que las medidas preventivas constituyen la mejor opción adoptada en un estado de incertidumbre en donde lo desconocido que se instaló o está venir, se transforma en un enemigo al que no se sabe cómo eliminar o combatir, ni los medios necesarios para hacerlo.

Lo señalado necesariamente debe tener la presencia del estado bueno, del estado patriótico, del estado que busca el bienestar o la felicidad del pueblo; ¿qué sucede con un estado cuyo pueblo odia a sus FFAA?, simplemente pierde soberanía, las decisiones diplomáticas no tienen respaldo, los recursos naturales corren grave riesgo de ser tomados por la fuerza o explotados sin rendir cuentas a este estado débil; este es un ejemplo entre miles que podemos mencionar.

Ya tenemos un enemigo en nuestro territorio, es una crisis que no se quiere ver, se tapa con los perduellis de turno entre funcionarios y medios de comunicación masivos que ocultan los verdaderos hechos, es una crisis y ¿cuál es ese “manejo de crisis” que señalamos?; tal vez algún ingenuo se crea son los vergonzosos, denigrantes, traicioneros y cobardes Acuerdos de Madrid I y II.

Esta peste que nos ha invadido, en la cual no estamos preparados para que, al costarles mucho más de lo que pensaban, que comúnmente llamamos disuasión creíble, los llevaría a evaluar costo beneficio, deduciendo la inconveniencia de llevar a cabo la mencionada invasión, obviamente nos referimos a nuestro Mar Austral y su proyección antártica; en tanto que cuentan con el apoyo incondicional de los traidores a la Patria que, desde el descubrimiento de América siempre han existido.

Conducción de crisis

Una cuestión muy distinta es definir y diferenciar a que se refiere la “conducción de una crisis”, creemos que es de mejor comprensión si comparamos las tendencias propias de la personalidad humana a la manipulación de otras personas, grupos sociales, partidos, países o a nivel planetario; grupos de poder que manipulan a países más débiles con un hábil juego de las tendencias de todo tipo, ya sean económicas, políticas, psicosociales, industriales, etc.

Vale decir, que un grupo de poder, planea, financia y dirige o conduce el desarrollo de las acciones tendientes a la consecución de un objetivo determinado, normalmente económico, geoestratégico o cualquier otro tipo de poder o ventaja; conducir en términos geopolíticos es guiar con la voluntad política de lograr un objetivo que responda al interés del “conductor”.

Las ejemplificaciones explican mejor como un poder puede imponer una crisis, aplicar el brazo político que establece como el más necesario y lograr el objetivo de sus propias tendencias.

Nos referimos al caso de Irak, en el cual paso a paso, se desprestigia la figura de su presidente como dictador, genocida, poseedor de armas de destrucción masiva, inventan la guerra preventiva como respuesta al terrorismo planetario, más inventado que real, buscan una razón jurídica ante el mundo, ya sea real o falsa, designan el brazo militar como herramienta de la política, atacan Irak y la destruyen, obtienen la tendencia propia deseada desde el planeamiento de la conducción de la crisis, cual es apropiarse del petróleo iraquí y otros recursos naturales.

Miles de ejemplos abundan en este tipo de abuso de poder sobre los más débiles, con el apoyo de organizaciones supranacionales como la ONU – OEA – TIAR – OMS – etc., funcionales a los poderes hegemónicos y a las multinacionales que constituyen verdaderas dinastías del poder económico mundial.

Conclusiones

Para diferenciar bien éstas dos conceptualizaciones, manejo de crisis o conducción de crisis”, es menester utilizar ejemplos mundialmente conocidos:

En el primer caso recordemos la crisis de los misiles atómicos entre la ex URSS y EEUU, en los cuales ambos contendientes perdieron el control al no poder dar respuesta al conflicto, el peligro de un desastre atómico se acrecentada y la escalada era incontrolable, sólo pudieron adoptar previsiones de respuesta inmediata como “manejo de crisis” y esperar que no suceda lo peor; finalmente el resultado fue conocido cuando la ex URSS ordenó el regreso del buque misilístico nuclear que se dirigía a Cuba.

En el segundo de los casos ya dimos el ejemplo de la conducción de la crisis de Irak, al que podemos agregar la destrucción de Libia como algo similar, la conducción de la crisis en Siria a través de mercenarios con la aparente no intervención anglosajona, la crisis por Malvinas hábilmente conducida por el binomio anglosajón, manipulando a una junta intolerante a las advertencias, con una decisión de intervención, crisis e incompetencia.

Para terminar esta extrema síntesis, creo que sería muy instructivo conocer la diferencia entre la etimología de epidemia y pandemia, ya que los efectos son diferentes: la epidemia es lo que circula en un país o región, con medidas dictadas sólo para ese país o región, tal como lo fuera la peste bubónica, la peste española, la fiebre amarilla, el paludismo, el cólera y tantas pestes más; en tanto que pandemia es una peste simultánea a nivel planetario y las medidas son de orden supranacional, pudiéndose hasta suprimir los derechos y libertades constitucionales de todos los países en pleno derecho por el “bien de la humanidad”.

¿Lo que nos toca vivir hoy es una epidemia que requiere “manejo de crisis”, o es una pandemia con una “conducción de crisis” centralizada? Tal vez sean ambas cosas ¡para meditar!

Fuentes de consulta

  • FERRATER MORA, José Dr.(1971) - Diccionario de Filosofía – Editorial Ariel, S. A.  de la 1ra Edición revisada – Barcelona – 1994 - Crisis.
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias-51235995
  • Art. 27 de la Constitución Nacional Argentina – Suspensión de Garantías.


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