CARTA ABIERTA AL PAÍS
Apreciado(a) lector(a),
La presente tiene por objeto poner a su consideración el manifiesto del Movimiento
Nacional de Innovación Política – MNIP que estamos proponiendo constituir prontamente.
Hemos tomado la iniciativa de promover su constitución por la incapacidad
manifiesta de la clase política para exponer una explicación esencial y
como proceso sobre la situación de crisis general que vive el país y América
Latina, y más aún cuando se trata de presentar alternativas sistémicas de
solución.
El desempleo, y el subempleo aún más, así como las brechas entre riqueza
y pobreza consiguientes, son el problema número uno de la sociedad mundial. La
tecnología de punta, la digitalización de procesos y la robótica necesitan cada
vez menos de mano de obra. El actual sistema capitalista global no necesita si
no una pequeña fracción de la actual PEA mundial. En tal sentido, el problema
de fondo sería la incapacidad sistémica de las clases sociales dirigentes para
crear nuevos puestos de trabajo al nivel de los que son destruidos por el
desarrollo tecnológico; teniendo en cuenta que esta incapacidad tiene una
causalidad cognitiva e ideológica oculta: la crisis de las ciencias económicas,
sociológicas y políticas que han llegado a su límite a fines del siglo XX.
El mundo ha cambiado esencial y radicalmente los últimos 50 años, más de
lo que ha cambiado en los 2,000 años precedentes, pero las teorías explicativas
y constructivas de la realidad no lo han hecho de la misma manera. He ahí el
problema. Estamos frente a la crisis de autodestrucción del Globalismo (décadas
2010 – 2030) y frente a
la crisis de surgimiento de una nueva época, el Poscapitalismo o Tecnocracia,
la llamada Sociedad del Conocimiento. Estas crisis explican la impotencia
política así como la violencia y el caos social. ¿Qué hacer?
Los modelos económicos y la desigualdad socioeconómica
La economía mundial incluye tres grandes modelos económicos: el modelo
económico de mercado global –conocido como Neoliberalismo–, que tiene como núcleo estructural las corporaciones supranacionales
(existen más de 80,000 corporaciones supranacionales
y alrededor de 600,000 subsidiarias, que juntas dominan el 80% del comercio
internacional); el modelo económico de Estado (empresas estatales) y
paraestatales (como Odebrecht y las tantas empresas que contratan con el Estado
para obras de infraestructura, servicios, consultorías, etc.); y el Modelo
Económico Ciudadano, el de las micro y pequeñas empresas, que ocupan al 75% de
la PEA en nuestro país.
La teoría económica, la teoría política y el Estado están
centrados en el desarrollo de los dos primeros modelos —el de mercado global y el de Estado—, y en sus contradicciones. No
consideran el desarrollo económico social sin estos dos modelos como columna
vertebral; es decir, sin la inversión extranjera y sin las exportaciones —como, por ejemplo, la minería—, que es la base sobre la cual se
desarrollan ambos modelos.
Como se podrá percibir, las teorías y modelos del
crecimiento y el desarrollo, tienen como única variable al capital dinero: la
inversión extranjera y las exportaciones, y no al trabajo ni a la situación de
la PEA. He ahí la causalidad ideológica de las grandes brechas de desigualdad.
Esto es lo que explica la violencia y el caos que percibimos en América Latina.
En Chile, por ejemplo, el país “ejemplar” de América
Latina, las proporciones de riqueza y pobreza son las
siguientes: el 1% de la población concentra el 26.5% de la riqueza; ampliando
los rangos, el 10% de la población concentra el 66.5% de la riqueza.
Consiguientemente, en el 90% de la población restante se distribuye el 33.5% de
la riqueza. En tal sentido, el 50% de la población más pobre tiene para sí el
2.1% de la riqueza total. ¡Uno de los países más desiguales del mundo! Aunque
tal situación es parecida a la de los otros países de América del Sur.
Estas pautas clave hacen claramente comprensibles las
sentencias que citamos de seguida:
Llegado
a un punto, el Capitalismo puede autodestruirse, porque no se puede seguir
trasladando ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y
una falta de demanda agregada. Y eso es lo que está sucediendo. Pensamos que
los mercados funcionaban y no están funcionando. Lo que es individualmente
racional es que cada empresa quiere sobrevivir y prosperar, y eso significa
recortar costos laborales aún más. Mis costos laborales son los ingresos
laborales y el consumo de otros. Por eso es que es un proceso de
autodestrucción (Nouriel Roubini, 2011).
Si
el subdesarrollo del sistema produce una mayor desigualdad en los niveles de
vida entre los diversos estratos sociales y las diversas regiones, no tendremos
ninguna garantía de que no ocurra lo que más tememos: la violencia
generalizada. Para evitar que se llegue a tal extremo, se necesita que no solo
una minoría del país goce de cierto nivel de bienestar material, sino todos los
ciudadanos. Esta meta no se puede alcanzar sin modernizar el sistema de
distribución (centros y cadenas de concesión de capital, conocimientos,
tecnología y gestión moderna dirigidas a los sectores Mype).
Lo
que el país necesita, más que nada, son personas que tengan experiencia en
iniciar, crear y administrar una empresa, experiencia en dirigir a otras
personas, experiencia en administración financiera y así sucesivamente. Los
gobiernos, por regla general, no entienden esto. En los últimos 50 años, por
consiguiente, se ha socavado la capacidad del país para formar el potencial
humano que necesita para el desarrollo. Se ha centrado en un desarrollo por
inversión y por exportaciones. De hecho, el convertir las pequeñas empresas
existentes en parte de modernas operaciones de comercio al por menor es, sin
duda, la mayor realización social de cualquier país (Peter Drucker, 1994).
El pensamiento de Nouriel Roubini y Peter Drucker, entre
otros cientos de pioneros del Poscapitalismo, nos obliga a concluir que el
Estado Peruano tendría que dejar como centro de su actuación la gestión de la
dicotomía mercado global vs. estatización, y concentrarse en la modernización
de la pequeña empresa local, lo que implicaría una revolución cultural y organizacional
del trabajo como autoempleo, y la reestructuración del Estado Peruano como un Estado
Social Ciudadano.
Todo ello con la misión de constituir y gestionar la
tricotomía del desarrollo económico en Perú: la modernización y fomento del
Modelo Económico Ciudadano como la base del desarrollo, la reorientación del
modelo económico de mercado global como la directriz y la reforma del modelo
económico de Estado y paraestatal como el complemento fundamental. Dentro de
este cuadro conceptual habría que tener en cuenta un pequeño conjunto de
aspectos fundamentales:
El Estado Social Ciudadano frente al Estado Corporación. El Estado Corporación, creado desde los años 1980,
producto del Globalismo, cuya razón de ser es la creación de condiciones
competitivas para provocar el arribo del capital financiero al país,
abandonando las políticas del Estado de Bienestar del siglo XX (educación,
salud, vivienda, etc.), tendría que ser sustituido gradualmente por el Estado
Social Ciudadano, que se construye a sí mismo impulsando el Modelo Económico
Ciudadano. Este sería el protagonista del desarrollo de la sociedad y el país,
pero sin cometer el error de estigmatizar y desmantelar las instituciones del
mercado global y la economía estatal/paraestatal, que son, respectivamente, la
directriz competitiva y el complemento fundamental del desarrollo económico en
cualquier país.
La autogestión social y la autosuficiencia local. Estos dos nuevos paradigmas recorren el planeta como la
razón de ser de las personas y de las comunidades locales. Hacerse a sí mismo,
independientemente, se vuelve la naturaleza humana de las culturas
globalizadas. El mundo ha ingresado a reestructurarse sobre la base de
regiones-economía que buscan la autosuficiencia, con poblaciones de cinco a
diez millones de personas. Es decir, que pretenden no depender del Estado ni de
las grandes corporaciones, sino de sus propias capacidades de producción social
e interacción competitiva con otras regiones-economía del mundo.
La globalización del trabajo y el salario. El desarrollo en el siglo XXI ya no es posible solo con la
globalización del capital y un listado de importación/exportación de miles de
mercancías estandarizadas, sin globalizar el trabajo y el salario. Esto
significa que el salario mínimo global sería el objetivo crucial del desarrollo
(equivalente a 1,200 USD en los países desarrollados). Solo así es comprensible
el concepto de la inclusión social. El salario mínimo global sería el
instrumento para el aprendizaje empresarial de los jóvenes, en el camino de
crear sus propios proyectos y unidades empresariales, según el lema del Poscapitalismo:
la distribución de la riqueza por conocimientos y productividad.
La promoción de una economía nacional competitiva. El desarrollo, finalmente, tampoco es probable sin la
construcción de una economía nacional por innovación estrategia y competitividad,
sobre la base de nuestras extraordinarias ventajas comparativas, aplicando el
conocimiento mundial y el propio ancestral a nuestra biodiversidad para el
desarrollo económico social sostenible, en un marco de
“construcción de un mercado interno en expansión para una producción interna en expansión”.
Apreciado(a) lector(a), hemos tratado hasta aquí de plantear, en líneas generales, la
coyuntura global sin salida a la cual nos enfrentamos, sobre todo por el
predominio de teorías políticas vacías de ideología científica y sus débiles e
impotentes instituciones. ¡Estamos sin liderazgos que guíen la acción mundial!
Frente a todo ello, el MNIP planteará un programa de acción en tres planos:
En el plano cognitivo e ideológico. Crear contenidos teóricos por recopilación, resumen y
síntesis de la producción intelectual poscapitalista mundial, al servicio de
instituciones y líderes con actitud de innovación y liderazgo; producción que
se publicará continuamente como Cuadernos de Resúmenes y Síntesis, manifiestos,
artículos, programas y proyectos de innovación estratégica por seguimiento de
tendencias y la coyuntura global.
En el plano político.
Constituir el MNIP y movimientos regionales de innovación política (MRIP) para
el apoyo a organizaciones políticas nacionales y regionales que participan en
campañas electorales y proyectos de gobernación sobre la base de una clara
visión ideológico-política del desarrollo territorial.
En el plano económico.
Promover y gestionar programas de modernización empresarial, autogestión social
y autosuficiencia local para el desarrollo de:
• Pequeñas empresas locales en cadena,
iniciando este proceso con la modernización del comercio minorista de productos
y servicios de primera necesidad.
• Centros poblados urbanos periféricos,
sobre la base de pequeños conglomerados de 500 familias aproximadamente, y
• Pequeñas localidades rurales contiguas
a comunidades campesinas y nativas, a base de la experiencia mundial del
Neorruralismo en el siglo XXI.
Según lo expuesto, ¿tendría interés en ser parte de una
comunidad precursora que se disperse dentro de los múltiples emprendimientos
regionales de innovación política, cultural, social y económica MNIPE?
Conversemos y asociémonos, una nueva sociedad en el siglo XXI, de menos a más,
es posible ahora.
Un cordial saludo,
Ramón Espinoza Guerrero
Promotor del Movimiento Nacional de Innovación Política – MNIP
Sitio web: www.mnip.pe
E-mail: r.espinozaguerrero@gmail.com
Teléfono: 51 – 979100893
ENERO DE 2020
MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO NACIONAL DE
INNOVACIÓN POLÍTICA – MNIP
Sitio web: www.mnip.pe
E-mail: comunicaciones@mnip.pe
Teléfono: 51 – 979100893
1
I.
PRESENTACIÓN
El presente manifiesto tiene el propósito de fundamentar la
creación del Movimiento Nacional de Innovación Política – MNIP
como programa de acción correspondiente
a la teoría social del Globalismo: tercer y último periodo de la Sociedad
Capitalista (1950 – 2050)[1], la cual demuestra que la crisis del Globalismo o
Capitalismo Global[2],
desde los años 2000, sería una crisis final de autodestrucción sistémica y
cambio de época, y que esta crisis final de grandes cambios y
reestructuraciones no es ni caótica ni producto del azar, sino que obedece a
patrones claramente discernibles.
Es
interminable la lista de problemas con los que se enfrenta nuestra sociedad.
Padecemos el hedor y la podredumbre moral de una civilización industrial
moribunda, donde sus instituciones, una tras otra, se precipitan en una ciénaga
de ineficacia y corrupción. Ya no es posible resolver, dentro del marco de esta
civilización, los problemas más urgentes de hoy, desde los de la energía, la
guerra y la pobreza hasta la degradación ecológica y la quiebra de las
relaciones familiares. El rígido dogma teológico del mercado libre y el goteo
de los beneficios de arriba hacia abajo que postulan los políticos no va a
solucionarlos.
Sin
embargo, los cambios bruscos que ahora experimentamos dan por sentado que
vivimos una transformación gigantesca de nuestro modo de vivir, trabajar,
actuar y pensar, porque lo que ahora sucede es una revolución global de enorme
magnitud; pero estos grandes cambios no son caóticos ni aleatorios, sino que de
hecho forman una pauta definida y claramente discernible. De tal forma que,
analizados desde esta perspectiva, muchos acontecimientos, aparentemente
desprovistos de sentido, resultan de pronto comprensibles. Las líneas generales
del cambio empiezan a emerger con claridad. La acción por la supervivencia
vuelve a ser posible y probable. En resumen, la premisa revolucionaria libera
nuestra inteligencia y nuestra voluntad. Fuente: Alvin Toffler, 1995.
La teoría social del MNIP, en tal sentido, pretende
recopilar, resumir y sintetizar –como Cuadernos de Resúmenes y Síntesis– la información relevante sobre la
crisis sistémica, así como las nuevas hipótesis y paradigmas del poscapitalismo
en la economía, la sociedad y la política mundiales que estarían
configurando el surgimiento de una nueva época: la Sociedad Poscapitalista o
Tecnocracia[3].
Y consiguientemente, servir significativamente a la identificación y
estructuración de los nuevos principios de una ideología científica que tendría
como fin la reconceptualización de la sociedad mundial en sus aspectos
fundamentales y como proceso, la misma que sumaría un conjunto de guías y
pautas de orientación para los tiempos actuales de transición entre la Sociedad
Capitalista y la Sociedad Tecnocrática.
En tal sentido, los Cuadernos de Resúmenes y Síntesis (CRS),
a editar los años 2020, 2021 y 2022 a modo de Enciclopedismo Poscapitalista[4],
por seguimiento de tendencias, podrían cumplir una tarea ineludible de
reorientación de la sociedad política y la sociedad civil del Perú en los
tiempos del Globalismo supranacional (ANEXO 02).
Impotencia y reivindicación ideológica
La mayoría de las instituciones de la sociedad política y la
sociedad civil no se construye con sólidas bases ideológicas, sino que, más
bien, sus motivaciones están en relación tan solo con la gestión y no con la innovación
del ‘orden existente’. Este hecho social deviene, finalmente, en la impotencia y
desaparición progresiva del liderazgo de las instituciones. Y esto, a su vez,
en el deterioro y extinción de la organización social como antesala del caos,
la corrupción y la violencia generalizada. ¿Qué está pasando con nosotros y con
nuestro mundo?
“La mayoría de las instituciones de la
sociedad política y la sociedad civil no se construye con sólidas bases ideológicas, sino que,
más bien, sus motivaciones están en relación tan solo con la gestión y no con
la innovación del ‘orden
existente’”.
Todos estamos implicados en una crisis terminal de la
civilización industrial[5]
y de las ciencias sociales que fueron su base y fundamento. La Sociedad
Contemporánea y sus teorías sociales científicas han llegado a su límite. He
ahí nuestra impotencia ideológica y organizacional[6].
Entonces, ¿qué hacer?
La respuesta incluye una actitud de apertura hacia lo
desconocido e inesperado, y un panorama teórico más amplio que nos lleve a
sobrepasar las barreras disciplinares de las ciencias sociales para encontrar
soluciones compatibles con la naturaleza compleja de la problemática global
actual.
Fuente: Cándida, 2010.
Por tal razón, nuestra primera obligación es reivindicar y
justificar el uso de la palabra ideología —tan desvirtuada y tergiversada durante los últimos 40 años—, y sustentar nuestro trabajo como una
propuesta ideológica científica inter y transdisciplinar[7]
que pretenda influenciar significativamente en la reconstrucción cultural y
organizacional de la sociedad peruana.
El ambiente de desideologización mundial a enfrentar
Existe una palabra que actualmente no circula mucho en las
organizaciones actuales: ideología. He ahí el problema, porque la historia
humana es una crónica de conflictos ideológicos. Porque es precisamente nuestra
ideología –las
creencias que constituyen nuestro credo, nuestra doctrina, nuestra verdad– la que ocasiona que nuestras instituciones
sean más o menos adaptables, innovadoras, inspiradas y nobles (teniendo en cuenta que Charles Simeon, un clérigo del siglo XIX,
dijo que “la verdad no está en el medio ni en un extremo, está en ambos
extremos”, en el manejo de paradojas, de contradicciones).
Fuente: Gary Hamel, 2013.
La farandulización de la política, que parte de la
programación televisiva desesperada por mantener el rating, y cuyo efecto
principal es la reducción de la confianza de los ciudadanos en la política,
ocasiona la crisis generalizada de la legitimidad de la política, el
surgimiento de liderazgos mediáticos populistas, la manipulación de la opinión
pública y la creciente influencia de quienes
controlan el “show mediático y político”.
En tal ambiente de desideologización, los efectos que el uso
de Internet puede tener en la esfera política pueden ser demoledores. Existen
más de mil quinientos millones de seres humanos en todo el planeta conectados
en red. La manipulación política, el fraude y la distorsión de la información –para, por ejemplo, captar votantes– también podrían explotar este
escenario. De igual manera, el potencial de beneficio que entrañaría que los
políticos ideologizados incluyeran Internet en su esfera de actuación es real.
Mientras tanto, periodistas y público prefieren mucho más la
excitación escénica del debate entre líderes porque permite asistir a un
pugilato simbólico donde lo importante es la personalización, la confrontación,
el quién o cómo lo dice, o qué gestos de los combatientes permiten detectar sus
habilidades, miedos, astucias, pasiones humanas, etc.
Es grave, pues, que un líder electrónico no necesite una
organización con un programa ni poseer un mediano conocimiento de los temas
objeto de discusión, que le baste con ser bastante espectacular y generar
gestos simbólicos. Sin embargo, el futuro cercano se llena de malos augurios
con esta vulgarización del liderazgo.
Máxime cuando producir cambios es 80% liderazgo (crear
teorías, misiones, alinear, inspirar y crear cambios radicales de menos a más)
y 20% gestión (planificación, organización, presupuestos y solución de
problemas). Por desgracia, en la mayoría de los esfuerzos de los últimos 20
años, los porcentajes están invertidos. Nuestras escuelas (…) continúan produciendo buenos
ejecutivos: nuestra misión es producir líderes. Fuente: Sobre la base de
John Kotter.
Treinta años atrás, pocas organizaciones pensaban en cambios
radicales y por lo tanto la experiencia en el tema es escasa y no es fácil
traspasarla a las nuevas generaciones de ejecutivos.
Sin embargo, todo tipo de indicios –anecdóticos, estadísticos, incluso
biológicos– sugieren
que alrededor del 15% de cualquier población busca y acepta el cambio; otro 15%
lo rechaza, pese a todos los esfuerzos. Esto nos deja un vasto sector
intermedio de 70%, que solo es reticente. No cometer el error de confundir
reticencia con resistencia. Fuente: Sobre la base de Douglas Smith.
Mientras tanto la pobreza ideológica circundante es el
enemigo número uno del desarrollo de la naturaleza humana, cuando millones
están a la espera de liderazgos esclarecedores e inspiradores.
“Es grave, pues, que un líder electrónico no
necesite una organización con un
programa ni poseer un mediano conocimiento de los temas objeto de discusión,
que le baste con ser bastante espectacular y generar gestos simbólicos”.
II.
LOS ÚLTIMOS
SUCESOS EN PERÚ, EN EL MARCO DE LA CRISIS MUNDIAL
Pareciera que los acontecimientos sucedidos en torno a la
disolución del Congreso y a las elecciones congresales consiguientes fueron
hechos trascendentales que definen un final y un comienzo políticos en el Perú.
Sin embargo, lamentablemente, solo habrían sido una suma de pequeños actos
anecdóticos que significan muy poco para la problemática económica, social y
política sistémica que enfrenta nuestro país, y para la resolución de la misma.
Solo se están presentando como confrontaciones vacías de ideología dentro de las
instituciones de la clase política burocrática[8].
No estamos percibiendo un choque de trenes, sino un choque de combis sin
rumbo.
Los verdaderos problemas del país son mucho más grandes y
profundos. Estos problemas, verdaderamente históricos, están en relación con la
crisis general del Globalismo, el mismo que surgiera a partir de la década de
1980, y con la crisis general de las teorías económicas, sociales y políticas
de la Sociedad Contemporánea, que han llegado a su límite a fines del siglo XX.
El siglo XXI hereda así la gran crisis del Capitalismo, que
está llegando a su fin a mediados de este siglo (2050). Lo que en el fondo está
sucediendo, pues, no es una crisis cualquiera, es la crisis de autodestrucción
y putrefacción del sistema capitalista actual, en todos sus modelos y formas[9].
Igualmente, estaríamos viviendo la crisis de surgimiento del Sistema
Poscapitalista o Tecnocracia, que se basa en la privatización del conocimiento
mundial, el Capital Saber, y la enorme capacidad productiva de la tecnología de
punta y los trabajadores del saber de alta tecnología, que desplazan a la
tecnología agroindustrial y a los trabajadores asalariados comunes, creando un
desempleo/subempleo gigantesco y sin salida actualmente en todo el mundo.
Sin embargo, lo más funesto y grave es la crisis general de
las Ciencias Sociales del Capitalismo (1750 – 1950), que ocasiona la desideologización de la sociedad
política mundial, y que trae las consabidas consecuencias fatales que vivimos:
la falta de partidos políticos verdaderos y la burocratización y degeneración
de la “clase política”. En tal sentido, lo que estamos padeciendo, paralelamente a la
crisis del Sistema Capitalista Contemporáneo y el surgimiento de la
Tecnocracia, es la corrupción generalizada de la economía, la sociedad y la
política. La corrupción es el sistema. Es decir, el sistema económico, social y
político no funciona sin corrupción. Mientras tanto la “lucha contra la corrupción” que divide a la sociedad
entre “corruptos y honestos”, sin ninguna propuesta sistémica de re-creación económica, social y política, es
solo oportunismo. ¿Qué hacer?
III. LOS TRES PROBLEMAS CRUCIALES DE LA SOCIEDAD PERUANA
La crisis general planetaria que vivimos se desencadena y
agrava a través de los tres grandes problemas sociológicos generados por los
procesos de trans y supranacionalización[10]
de las grandes corporaciones del Capitalismo Global a partir de los años de
1980:
El desplazamiento de la mano de obra por la automatización y
la robótica que crea un subempleo gigantesco, la extinción de las economías
locales y naturales por el consumo social de mercancías estandarizadas, y el
surgimiento masivo de una economía MYPE de sobrevivencia que mantiene en
pobreza latente a la mayoría de la PEA. Este es el problema económico social
básico de tres aristas que enfrenta actualmente la humanidad. En Perú, el 60%
de la PEA gana menos de 1000 soles, dentro de un proceso de despoblamiento
rural y caos MYPE insoslayable. En tales condiciones no es posible el
desarrollo económico social. La elusión de este problema por los “teóricos” de la economía del crecimiento por
inversión extranjera e inversión pública agrava aún más este
problema sistémico.
El estancamiento de las Ciencias Sociales –las teorías económicas, sociales y
políticas– cuando
estas, por sí mismas, no pueden ofrecer explicaciones ni alternativas frente a
los problemas cruciales que crea el Capitalismo Global en su proceso de
supranacionalización.
Consiguientemente,
se impone el empirismo, el pragmatismo y el tecnicismo[11]
(y como contraparte la especulación académica metafísica sin relación con la
experimentación y la praxis). En el campo de la educación superior se ha establecido la “educación por competencias” que proscribe
todo tipo de formación integral y holística del ser humano en
su edad de formación consciente más importante: la juventud.
Nos
enfrentamos, pues, peligrosamente, a la formación vacía de contenidos científicos
e ideológicos de generaciones de jóvenes, que saben hacer cosas pero que no
saben qué está pasando en los entornos complejos de sus vidas. Se les ha
prohibido tener conciencia y dominio de la realidad. No se les permite ser
libres, en momentos en que las ciencias tendrían que desarrollarse por
interdisciplinariedad y transdisciplinariedad.
La constitución de Estados Corporación para la adecuación de
los Estados Nación a la globalización de los capitales financieros, cuya
condición sine qua non es la creación de
“condiciones competitivas” regionales para el arribo de los capitales supranacionales, con lo cual se impulsaría el esperado
desarrollo económico por inversión extranjera e inversión estatal, soslayando
que el capital supranacional no crea trabajo ni desarrollo económico por sí
mismo, y que lo que crea más bien son grandes flujos de capital, tecnología,
información y mercancías que originan una “modernización
sectorial” (minería, agroindustria, pesca, etc.), desplazando y destruyendo el trabajo y las economías locales.
Este
tipo de Estado, así, debilita la concentración de fuerzas nacionales en el
desarrollo territorial, cuyo significado es el desarrollo del Modelo Económico
Ciudadano[12] y de
toda la ciudadanía local en forma integral (educación, salud, trabajo), creando
el éxodo rural y las brechas de desigualdad que suman el caos y la violencia a
la crisis general del Globalismo, como en todo América Latina hoy: Chile,
Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Venezuela y Perú.
“En Perú, el 60% de la PEA gana menos de 1000
soles, dentro de un proceso
de despoblamiento rural y caos MYPE insoslayable. En tales condiciones no es posible el desarrollo
económico social”.
IV. ALTERNATIVAS Y OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL MNIP
Frente al problema principal de la sociedad peruana: la
constitución del Estado Corporación y el abandono del desarrollo territorial en
la concepción y la práctica de la política y la gobernación.
o Constituir el Movimiento Nacional de
Innovación Política (MNIP) y los Movimientos Regionales de Innovación Política
(MRIP) en todo el país.
o Constituir la Escuela Nacional de
Innovación Estratégica del MNIP y formar integralmente a la ciudadanía activa
para la gobernación y el desarrollo por autogestión social y autosuficiencia
local.
o Entablar relaciones estratégicas con
organizaciones políticas de la ciudadanía interesadas en el desarrollo
ideológico de sus miembros.
o Apoyar con formación ideológica, diseño
programático y marketing político a organizaciones proclives a la
innovación que participen en campañas electorales.
o Poner las bases de constitución del
Estado Social Andino (Países Andinos), que se constituiría sobre la base del
saber andino científico, la autogestión social, la distribución de la riqueza
social y la autosuficiencia local (ANEXO 01).
Frente al problema fundamental de la sociedad peruana: la
desideologización y el abandono de las Ciencias Sociales en la concepción y la
práctica del desarrollo humano y la ciudadanía.
o Constituir el Área de Investigación y
Desarrollo Humano del MNIP para el seguimiento permanente de tendencias y la
coyuntura global, así como para la recopilación de las nuevas hipótesis y
paradigmas de la reconfiguración de la sociedad mundial.
o Editar los contenidos del Área como
Cuadernos de Resúmenes y Síntesis, para la ciudadanía adscrita a la Escuela
Nacional de Innovación Político- Social.
o Desarrollar la estructura y sistema de
comunicaciones digitales del MNIP por seguimiento de la cultura sociopolítica y
los líderes de opinión en el Perú y la región.
o Producir y editar la revista mensual
impresa para la ciudadanía activa en general, sobre todo a base de entrevistas
de trasfondo ideológico y social científico a personalidades reconocidas del
ambiente intelectual.
o Establecer relaciones internacionales,
sobre todo en América Latina, para la creación de contenidos
ideológico-políticos relevantes.
Frente al problema básico de la sociedad peruana: el subempleo de masas y la extinción de las economías locales en la concepción y la
práctica del desarrollo económico.
Constitución y gestión de escuelas y programas de
autogestión moderna a nivel nacional, referidos al Modelo de Desarrollo
Económico Ciudadano.
o Programas sobre las herramientas del Management
y el Marketing más avanzados, para el desarrollo económico de la
ciudadanía.
o Programa de Modernización y Desarrollo
de Pequeñas Empresas Locales.
o Programa de desarrollo local por
autosuficiencia de núcleos urbanos en distritos periféricos de Lima y capitales
de provincia.
o Programa de éxodo urbano y
Neorruralismo, sobre todo en alianza estratégica con comunidades campesinas y
nativas.
o Programas de desarrollo social en
educación y salud alternativas, ecoagricultura y reforestación, camélidos
sudamericanos y animales menores, ecoambiente y ecoturismo, vivienda rural y
permacultura, entre otros.
V. ACTIVIDADES ESPECÍFICAS MNIP (2019-2020)
1. Difusión de la producción
intelectual MNIP en un primer ámbito social de
aproximadamente 5,000 personas
proclives a la innovación política, con el fin de recibir apreciaciones y
sugerencias, así como las primeras iniciativas de apoyo y acción organizativa (Mayo 2020).
2. Constitución y lanzamiento de la Escuela de Innovación
Estratégica[13] del
MNIP para el desarrollo ideológico, la participación electoral y la
gobernación; así como para el desarrollo del Modelo Económico Ciudadano, la
autogestión social y la autosuficiencia local; sobre la base de un programa de
actualización y reeducación social interdisciplinar de la ciudadanía activa: los años 2020-2021 (mayo 2020).
3. Lanzamiento de Programas de Autogestión Moderna a nivel
nacional, referidos al Modelo de Desarrollo Económico Ciudadano y al Modelo de
Autogestión Social y Autosuficiencia Local (Mayo 2020).
4. Creación del primer colectivo para la difusión masiva y
la constitución orgánica del MNIP, así como de Movimientos Regionales de
Innovación Política (MRIP) en capitales de Departamentos y Provincias más
representativas del país (Junio-Julio 2020).
5. Creación del primer equipo nacional de investigación por seguimiento de
tendencias y de la coyuntura global para la producción de contenidos mes a mes
según el índice de conceptos y sumilla de los Cuadernos de Resúmenes y Síntesis
que adjuntaremos próximamente (Junio 2020).
6. Iniciación de relaciones estratégicas con organizaciones
políticas innovadoras de la ciudadanía, interesadas en la innovación política,
la formación ideológica de sus miembros, el desarrollo programático de sus
organizaciones y la elevación del marketing político a practicar (Junio 2020).
7. Edición y publicación promocional del primer Cuaderno de
Resúmenes y Síntesis del MNIP en consecución de las primeras 5,000 suscripciones de adhesión a su trabajo
de publicaciones (Julio 2020).
8. Edición de la revista mensual impresa del MNIP con la
participación de personalidades del ambiente intelectual de Perú y América
Latina, referida a las Ciencias Políticas, Económicas y Sociales por
seguimiento de tendencias y de la coyuntura global (Agosto 2020).
9. Establecimiento de relaciones internacionales en América
Latina para el desarrollo conjunto de teorías y prácticas en los ámbitos
ideológico, político, social y económico de los Países Andinos (Setiembre 2020).
Movimiento Nacional de Innovación
Política – MNIP
[1] Teoría social: Ciencia que estudia la
sociedad. Está compuesta por guías y pautas de representación de la estructura
interna y proceso histórico de la sociedad, y por programas de acción que
establecen problemas sistémicos y alternativas de solución. La Sociedad
Capitalista se está desarrollando a través de tres períodos
centenarios: el período de constitución como sociedad (1750 – 1850), el segundo de
potenciación o Imperialismo (1850 – 1950), y el tercero y
último de Globalización (1950 – 2050).
[2] Capitalismo Global: término establecido
por George Soros en su libro La Crisis del Capitalismo Global.
[3] Sociedad
Poscapitalista: término
establecido por Peter Drucker en su libro La Sociedad Poscapitalista. Tecnocracia:
sistema del capital saber y los trabajadores del saber como antítesis
de la Sociedad Capitalista o sistema del capital dinero y del trabajo
asalariado.
[4] Enciclopedismo poscapitalista: recopilación y síntesis de
nuevas hipótesis y paradigmas dispersos en todo el mundo sobre la crisis de la
Sociedad Capitalista y el surgimiento del Poscapitalismo o Tecnocracia como
sistema.
[5] Civilización industrial: sistema de máquinas y fábricas,
capital dinero y trabajo asalariado.
[6] Impotencia ideológica y organizacional: falta de comprensión
científica del cambio de época y del paradigma organizacional consiguiente.
[7] La interdisciplinariedad agrupa disciplinas y las relaciona
entre sí, manteniendo los principios y paradigmas de cada una, y la
transdisciplinariedad relaciona varias disciplinas de forma transversal en
ámbitos de estudio superiores a los de ellas.
[8] Clase política
burocrática: clase política que asume tareas de Estado sin ideología.
[9] Los modelos y formas
del Sistema Capitalista actual: el modelo económico de mercado global llamado
Neoliberal, el de las transnacionales y supranacionales privadas; el modelo
económico estatal y paraestatal, producto actualmente de la disgregación del
Socialismo y del Nacionalismo tardío (China, Venezuela, etc.); e inclusive el
modelo económico ciudadano, el de las Mypes, que ocupan en el Perú al 75% de la
mano de obra.
[10] Transnacionalización:
corporaciones que se establecen originalmente en un país (matriz), pero luego
se extienden a otros países del mundo a través de la creación de otras empresas
subsidiarias. Supranacionalización: corporaciones transnacionales que rompen
sus lazos nacionales con la matriz y se desarrollan por encima de todos los
controles administrativos y contables nacionales.
[11] Empirismo: doctrina
que precisa que el conocimiento procede únicamente de la experiencia.
Pragmatismo: teoría filosófica que precisa que la verdad está en relación solo
con sus efectos prácticos. Tecnicismo: conceptos que no precisan de un contexto
para reconocer su significado.
[12] El Modelo Económico Ciudadano es el modelo económico de autoempleo
MYPE por autosuficiencia local y creación de un mercado interno en expansión
para una producción interna en expansión.
[13] Innovación
estratégica: salirse de los terrenos de competición existentes y crear
estrategias desconocidas hasta hoy.
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