24/05/2020
“Hay gente que se está haciendo multimillonaria por el coronavirus,
aunque no lo podamos creer”
Ricardo
Darín, Argentina
Una entrevista
reciente a Beatriz Merino en el Canal “N” ha desnudado el apetito voraz de la
clase dominante empeñada en recuperar posiciones de Poder y asumir el control
del Estado en toda su extensión. Si a ella le sumamos la de Willax TV a Pedro
Pablo Kuczynski, tendremos la versión completa de una película que nuestro país
conoce y ha vivido por largos años. Ambos encuentros sintetizan los anhelos de
una oligarquía dispuesta a consolidar el “modelo” neoliberal, al servicio del
capital financiero y de la administración norteamericana.
El colofón,
lo puso la CONFIEP, que rechazó categóricamente la posibilidad de establecer el
control de precios por parte de Estado para los medicamentos básicos, afectados
por la especulación de los emporios farmacéuticos.
Es claro que
se trata de la punta del Iceberg, porque debajo de ese pronunciamiento bulle la
más burda concepción mercantilista que rige la economía de mercado o, y que
santifica en el Perú la cuestionada “Constitución de 93”. Ella se expresa en
una sola idea: la libertad de los empresarios para gobernar a su antojo de
acuerdo a las normas de la sociedad salvaje en la que la única regla válida, es
la multiplicación del capital.
La CONFIEP
ha buscado -y busca- sacarle el máximo provecho a la crisis sanitaria que nos
agobia, Por eso, desde un inicio obtuvo el programa “Reactiva Perú”, para dar
crédito estatal a los empresarios.
El primer
beneficiado con él ha sido “Casa Andina”, un grupo hotelero de propiedad de
Carlos Rodríguez Pastor -el primer multimillonario del Perú- que ha logrado un
oneroso subsidio en provecho de su empresa; y que, propietario de Inka
Farma, Mia Farma, Fasa y Arcángel, ha alzado en un 250% el precio de los
medicamentos.
Después, a
CONFIEP le llovieron otras granjerías, incluido el “despido perfecto” de sus
trabajadores para eludir obligaciones.
En pago,
asumió la defensa de Julio Velarde, a quien Beatriz Merino calificó como “Gran
Presidente del BCR”; justificó a las AFP alentando a la muy bien rentada
Giovanna Prialé, Presidenta de la Asociación que las administra; protegió a los
consorcios farmacéuticos; bloqueó sin vergüenza alguna la posibilidad de
un impuesto a “las más altas fortunas”; y hasta sacó la cara por la cúpula
corrupta del fujimorismo, comenzando por “la señora K”. Todo eso, en una
circunstancia en la que la honestidad y el decoro, debieran brillar más que el
sol del mediodía.
Dos, son los
conceptos más desarrollados en esta etapa. Por un lado, la idea de “la guerra”
que enfrentamos; y, por otro, la defensa del modelo, que “no tiene la culpa” de
lo que pasa. Veamos.
Sustentando
el tema de la guerra, muestran un criterio curioso. Sostienen que los que ahora
hacen la guerra -y tienen que ganarla- son personas agresivas y
confrontacionales, como corresponde a la etapa; pero que deberán ceder sus
puestos, apenas acabe el conflicto, a otras que –en el marco de la paz-
emprenderán la reconstrucción del país, respondiendo a un criterio diferente:
la concertación y el acuerdo.
Las personas
de la “reconstrucción” –dicen- deben ser gentes no conflictivas, ni guerreras;
sino políticas, y concertantes, con experiencia y voluntad de acción. Ellas,
deben integrar un nuevo Gabinete, licenciar al Presidente Vizcarra y asumir el
control del país para asegurar el 2021 bajo su égida.
¿Quiénes
deberán ser estos probos personajes? Beatriz Merino lo ha dicho sin
ambages: Keiko Fujimori, Cesar Acuña, Julio Guzmán, Alfredo Barrenechea. Ellos
–que fueron candidatos presidenciales- demostraron al postular, “que tienen
interés en el Perú” y que “intentan servirlo”. ¡Hay que darles la oportunidad!
Confundido como pez fuera del agua, el FREPAP ha pedido la “vacancia
presidencial”.
Y PPK –que
está en su casa por sus años y dolencias, cuando debiera estar tras las rejas-
aseguró que el Modelo “no tiene la culpa”. El asunto es de gestión. Unos lo
hacen bien; y otros, no saben hacerlo. Es cuestión de dar el Poder a quienes sí
saben cómo se maneja; a los empresarios exitosos.
De paso,
dijo que el “impuesto a los ricos”, no funciona. “Hay muchas formas de
evadirlo”, dijo acudiendo a su dominio del tema y su larga experiencia. Y,
claro, él y los suyos han vivido muchos años evadiendo obligaciones tributarias
y otras. Se trata de ver cuánto deben al fisco las grandes empresas, para darse
cuenta que “supieron hacerlo”. Para eso existen los paraísos fiscales, los
Panamá Papers, y otros; desde las Bahamas hasta Andorra, pasando por
Luxemburgo, Belice y Mónaco. ¡Están listos!
Como telón
de fondo, andan los “medios”. Existe una cítara concertada que afinan Phillip
Bhutters, Jaime Bayli, Rafael Rey, José Barba y otros, y a la que se suman con
creciente entusiasmo Milagros Leyva, Mávila Huerta, Federico Salazar y
Aldo M.; una troupe al servicio del Capital. No sólo copan los medios, sino
usan las redes, en las que abunda una insidiosa campaña de diatribas e insultos
contra Vizcarra. No lo critican, lo insultan.
¿El
pretexto? El llamado “fracaso” de la guerra sanitaria. No reparan que ese
argumento podría mejor usarse contra Donald Trump y Bolsonaro. A ellos, no los
tocan. Y es que no es el tema el que importa, sino su uso, el que le dan.
De ese modo
y a una sola voz, no hacen sino mostrar la hilacha: su insaciable hambre de
Poder.
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