lunes, 25 de mayo de 2020

UNA OPORTUNIDAD DEL CONGRESO PARA LEGISLAR: ¡¡EL IMPUESTO A LOS RICOS ES NECESARIO!!




Estamos viviendo ahora una situación similar a la que se ha dado en las post guerras ,esto ya ha sido anunciado por economistas del mundo y el Perú no es ninguna excepción, por lo contrario, nunca como hoy se ha evidenciado tanto la diferencia de clases en el país, tanto en el aspecto económico como cultural que han mostrado quienes pueden tener a su alcance  la atención médica oportuna y necesaria  para esta pandemia que  afecta más a las clases sociales media, baja y pobre  y  justamente este es el momento que debe aprovechar el CONGRESO a partir  los partidos de izquierda, para generar una ley que propenda a la equidad, por lo menos económica para que nuestra economía pueda levantarse, solo así  podremos salir de esta crisis, es necesario que las clases privilegiadas del país  tomen conciencia o se les obligue a tomar, de que son los llamados a restablecer nuestras arcas en base a los tributos que  deben pagar los que más tienen.

Es imprescindible que los ricos, todos aquellos que tienen riquezas generadas durante siglos o décadas, gracias al concurso de la masa trabajadora, sean quienes contribuyan con sus impuestos  a devolver en parte lo acumulado.

No se puede pensar en que se grave a los trabajadores de planillas con ingresos menores a 20,000 soles sabiendo que son (junto a los de menores ingresos) los que actualmente están cumpliendo con pagar impuestos justos, es menester pensar en el impuesto fuerte a los grandes empresarios, a los millonarios que han formado fortunas, explotando muchas veces a los empleados y obreros.

Ojala el  Congreso aproveche por lo menos esta oportunidad para promover esta Ley que los haría pasar a la historia con un buen recuerdo.


Ing. Tania González Bolaños
Perito Tasador - Consultor
Teléfonos: 4619782 / 999161182
Horacio Urteaga 1765 - E / Jesús María



 
En reciente “Manifiesto”, que fue canalizada por FEDIRAL a las instituciones del Estado, fue mencionada la creación de impuestos a las grandes fortunas en el Perú, de forma que se corresponsabilicen económicamente en la solución de la crisis. De esta forma también las responsabilizadas deberían ser socializadas con los grupos de poder y no solamente los beneficios como es costumbre en el Perú.
Las congresistas Mirtha Vásquez y Rocío Silva Santisteban, han propuesto un proyecto de ley con el objetivo de recaudar fondos para financiar la lucha contra el COVID-19 a partir de enero del 2021. El proyecto estipula que el impuesto se determine aplicando una escala progresiva de tasas que ascienden de 1% (más de 400 UIT a 700 UIT) al 5% (por exceso de 1.600 UIT).
Según la iniciativa, estarán sujetos a este impuesto las personas naturales domiciliadas en el país. El monto del impuesto será gradual, de acuerdo a los inmuebles y vehículos por el valor comercial establecido al 1 de enero del año correspondiente; las acciones y bonos, por su último valor de cotización bursátil al último día hábil previo a la determinación del impuesto, así como depósitos bancarios y créditos existentes al 1 de enero del año que corresponde al obligación tributaria. Serán también evaluados los objetos de colección, obras de arte y joyas por un valor superior a las 2 UIT (8,400 soles) y otros títulos financieros que se establezca mediante el reglamento de la ley. El proyecto exceptúa de esta disposición a los bienes muebles que forman parte del Patrimonio Cultural de la Nación.
Se encarga además a la SUNAT elaborar un padrón de la riqueza que registra la información contenida en las declaraciones juradas patrimoniales de las personas sujetas a este impuesto. La iniciativa señala en su fundamentación que este impuesto será permanente y busca reducir la desigualdad, transformando el marco tributario. Indica también que no se incorpora a la empresa jurídica porque se busca evitar que la incidencia tributaria recaiga sobre los consumidores o los trabajadores.
En el mundo entero se venía discutiendo sobre la necesidad de poner un “impuesto a los ricos”. Los premios Nobel Joseph Stiglitz, Paul Krugman y otros académicos, así como organismos internacionales (inclusive el FMI ), concuerdan que la imposición sobre la riqueza neta permite de forma real movilizar recursos fiscales. Existen diversas metodologías para la aplicación de este impuesto que van desde cargas fijas o tasas graduables y tienen el efecto menos adverso sobre la demanda agregada, que los impuestos sobre las personas de bajos ingresos. Por lo tanto, aumentar la progresividad del sistema tributario no solo mejora la distribución del ingreso y reduce la desigualdad, sino además estimula la economía.
Thomas Piketty, señala que la tasa impositiva que pagan los ricos está muy por debajo de tarifas "oficiales", debido a su capacidad para aprovechar las preferencias fiscales y los vacíos fiscales existentes. Según este punto de vista en necesario que se aplique un impuesto a la riqueza graduado del 5% para aquellos que tienen 2 millones de euros o más y hasta un 90% para aquellos que poseen más de 2.000 millones de euros .
De acuerdo con Piketty, los impuestos excepcionales sobre la riqueza se han dado en situaciones extremas como es el caso de la era keynesiana de la posguerra. Después de la Segunda Guerra Mundial,  Alemania y Japón, con el fin de reducir la deuda pública de la época, impusieron impuestos progresivos de hasta 90% a la riqueza permitiendo a estos dos países reducir muy rápidamente su deuda pública, y luego invertir en infraestructura pública y educación en los años 50 y 60.
En reciente investigación “Riqueza y desigualdad en el Perú”, elaborada por el economista e investigador Germán Alarco, con apoyo de Oxfam, evidencia los problemas en la medición de la riqueza y la desigualdad en el Perú. Según la investigación el Indice Gini sería el doble de lo que las cifras oficiales señalan. “De acuerdo a nuestra estadística oficial el Perú tiene un coeficiente Gini de alrededor de 0.35, pero de acuerdo a la información ajustada por nosotros, estamos entre 0.60 y 0.70, es decir, el Gini oficial del Perú es parecido al de Dinamarca”, señala el autor, quien afirma que esa cifra no responde a la realidad. En esta línea, de acuerdo a los estimados de Credit Suisse sobre la riqueza productiva, entre 2014 y 2016, el Perú tiene los mayores niveles de desigualdad con respecto a los otros socios de la Alianza del Pacífico.
Las cifras de la Encuesta Nacional de Hogares- ENAHO es una herramienta fundamental para la lucha contra la pobreza y desigualdad en el Perú, presenta una deformación sobre los ingresos y gastos de los sectores más pudientes de la sociedad y de las clases medias-altas, quienes casi nunca responden a las encuestas. Esta situación la convierte en un instrumento muy limitado para determinar adecuadamente el índice GINI o índice de desigualdad.  
La consultora internacional Knight Frank estima que hay más de 17 mil millonarios en nuestro país. Unos 880 peruanos con más de 10 millones de dólares. Otros 300 con más de 30 millones de dólares. Alrededor de 37 peruanos con más de 100 millones de dólares. Y al menos 5 con más de mil millones. Ninguno de estos aparece en la ENAHO ni en ninguno de los 10 primeros puestos de los hogares más ricos. Es decir, el 1% más rico del país no existe en la información oficial. De esta manera las políticas públicas vinculadas a lucha contra la desigualdad, basadas en informaciones mentirosas, son falsas e inocuas para afectar la estructura de desigualdad en el Perú.
Al respecto Marco Alva de Gestión indica que Si bien el 2018 fue un año complicado para las inversiones en todo el mundo, el total de patrimonio gestionado por la banca privada local logró expandirse. “El patrimonio administrado por la banca privada del BCP, a valor de mercado, tuvo un crecimiento de aproximadamente 10%”, Estimó que, en términos generales, el total gestionado por la banca privada que opera en el país habría aumentado en similar porcentaje. Eso parece bueno para el Perú, pero no lo es para el resto de la población, el PIB en 2018 creció apenas 4% respecto a 2017.  Debido al COVID – 19. Estas cifras no se repetirán en 2020 y las tendencias para el futuro son inciertas.
La crisis del Covid-19, ha hecho que diversos autores y países señalen que estemos en una “economía de Guerra. El Ejecutivo peruano ha solicitado facultades en materia tributaria al Congreso, a fin de implementar algunas medidas que estarían orientadas a la creación de un impuesto solidario. Sin embargo, no hay una definición clara de la amplitud de este y se especula sobre la posibilidad de que dicho impuesto sería aplicado solo a trabajadores en planilla con salarios mayores a S/10,000 y que permitiría una recaudación de entre S/200 millones y S/300 millones. Pero ¿es este un impuesto efectivamente solidario que contribuiría a minimizar los impactos negativos de la crisis sanitaria?, ¿realmente serán los que más tienen los que pagarán más? Este vendría a ser un nuevo impuesto a los ingresos solamente de empleados y no servirían casi de nada para la solución de los problemas que el país requiere.
Especialistas afines a los grupos de poder, consideran que ahora es un mal momento para centrar el debate con respecto a nuevos impuestos o un aumento de los mismos. Me pregunto, ¿sí en situaciones de normalidad tampoco fue, cuando será el momento?, argumentos conservadores e interesados en favor de los ricos nunca faltan. Es justo y necesario que quienes más tienen contribuyan, para la reactivación de la economía, amenizar el sufrimiento de los que no tienen y evitar una crisis social de proporciones que es fácil imaginar.
Sabíamos desde sus fundamentos que la riqueza acumulada por la clase empresarial, es la plusvalía de la cual se apropia el capitalista, son las malas condiciones impuestas a la clase obrera, el maltrato y abuso de los campesinos, los impuestos evadidos, no pagados, eludidos y condonados, son los capitales fugados y depositados en paraísos fiscales, son los capitales venidos de actividades ilícitas como el narcotráfico y son  lavados, son los capitales pagados por las empresas para obtener ventajas legales y económicos, son la destrucción de los recursos naturales. En fin, son los capitales acumulados con el signo de la mentira, la corrupción y la explotación de los pobres. En tal sentido, vamos a decir con claridad no es “su riqueza” la que será gravando, sino la simple devolución de la riqueza robada a todos los peruanos.

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