Publicado
en febrero 16, 2016
Escribe: Milcíades Ruiz
El precio del dólar viene superando los S/. 3.50
como no se veía hace 14 años lo cual, causa gran preocupación por sus efectos nocivos
en la economía nacional y familiar. Es que a medida que sube el precio del
dólar se descuadra automáticamente la estabilidad económica del país. Por un
lado nuestra moneda se devalúa y por otro sube como espuma la inflación que
encarece todo lo que tenga componente importado.
Eso obliga a que las autoridades que manejan la
política monetaria tomen medidas para contrarrestar este problema antes de que
se vuelva incontrolable pues la devaluación con inflación puede causar estragos
sociales, sobre todo en los sectores más indefensos como sucedió en el primer
gobierno de Alan García en que nuestra moneda fue devaluada considerablemente.
Esa devaluación causó la ruina de millones de ahorristas y de gente común que
vieron que su dinero no valía nada. El gran culpable de esta desgracia masiva
ni siquiera fue castigado sino premiado con un segundo mandato y todavía
pretende un tercero.
Como bien sabemos, en la pirámide
social los de arriba trasladan los efectos de la devaluación a los de abajo
para mantener entera su rentabilidad. Pero la capa más baja de la sociedad no
tiene ya a quien trasladar ese peso, razón por la cual asume todas las pérdidas
reduciendo costos alimenticios, de educación, salud, vestimenta, etc. Es decir,
la familia incluyendo niños, deberá comer menos, tendrán que dejar de estudiar
y no enfermarse. La pobreza aumenta.
Es que, con el reajuste de precios el importador
corre traslado de las pérdidas al comerciante mayorista, este al minorista y
este al consumidor para mantener sus márgenes de ganancias. Entonces sube el
precio de los alimentos que utilicen componentes importados como el aceite
comestible, la carne de pollo, menestras, cereales, derivados del trigo y del
maíz, etc. También por su puesto los insumos industriales, repuestos y demás
artículos importados.
El Banco Central de Reserva del Perú trata de
contrarrestar los efectos negativos utilizando el pozo de reserva de divisas
que posee para atenuar los altibajos a la vez que protege nuestra moneda. De
este modo, los créditos para los negocios son ahora más caros pues la tasa de
interés referencial ha sido subida a 4.25 % y las inversiones nacionales se
retraen sobre todo para los pequeños negocios. Entonces, las dificultades
económicas se acrecientan en contraste con los alegres ofrecimientos
electorales.
De primera instancia nuestro pueblo no logra
identificar al autor mediato de los daños económicos que ocurren por el alza del
dólar. Son movidas mundiales que parten de la política monetaria de EE UU cuyos
alcances desconoce la gente pero lo sufre. Es el Banco Federal de Reserva de
este país- FED (sistema de Reserva Federal) el que mueve las fichas que por
efecto dominó hacen caer las fichas de los demás países bajo su dominio. Lo
viene haciendo ahora al elevar la tasa de interés para recuperar el valor del
dólar que se vio afectado por la crisis capitalista que se arrastra desde el
2008. Ese nivel todavía no ha sido recuperado, motivo por el cual los ajustes
continuarán en el 2016 según se dice, cada trimestre probablemente.
Eso quiere decir que el dólar seguirá subiendo no
por culpa nuestra sino por el interés de los EE UU. Nuestro pueblo
inocentemente sigue trabajando sin tomar consciencia de este problema. Pero los
salarios tienen ahora menos valor que el año pasado al haberse devaluado en
2.72 %, mientras los artículos de primera necesidad han subido por encima del
4%. La gente se queja de la subida de precios de los alimentos y de otros
productos que golpean la economía familiar pero sin llegar a explicarse el por
qué, el dólar complica nuestras vidas.
¿Es que el dólar condiciona nuestra existencia? En
cierto modo es así, aunque nunca tengamos un dólar en nuestras manos ni lo
conozcan en las comunidades rurales. Cuando el dólar sube de precio todas las
demás monedas del mundo pierden parte de su valor de manera automática. Sucede
esto porque el sistema monetario internacional gira en torno al dólar como
sucede con el sistema solar en que sus planetas giran a su alrededor, presas de
su campo gravitacional.
Hemos llegado a esta situación por el proceso de
desarrollo capitalista. En el mercado de abastos, cuando hay
sobreabastecimiento de papa el precio baja porque la oferta es mayor que la
demanda pero cuando escasea este producto el precio sube debido a que la
demanda es mayor que la oferta. Esto que es tan sencillo de aprender, resulta
ocioso reiterarlo. Pero esto que sucede en el mercado de la papa ocurre también
en el mercado del dinero o mercado financiero.
El dinero es una mercancía como cualquier otra.
Cuando hay sobreoferta de dinero por encima de la demanda entonces su precio
baja (se devalúa). Si hay escasez y mucha demanda de dinero su precio sube (se
fortalece). Por eso es importante que la cantidad de dinero circulando en el
mercado (en las calles) mantenga el equilibrio entre la oferta y la demanda
para lograr estabilidad en el valor monetario. Para eso existe en cada país el
Banco Central de Reserva o similar, como organismo que maneja este mercado
financiero evitando los altibajos dañinos.
Siendo el BCR el que maneja la política monetaria
nacional puede también arbitrariamente subir el precio de la moneda nacional
provocando su escasez o, reduciendo la velocidad de circulación. Una de estas
formas es elevando la tasa de interés para el ahorro y los créditos. Esto es
precisamente lo que viene haciendo el FED al subir la tasa de interés al dólar
en EE UU obligando a que hagamos lo mismo acá para evitar lo peor.
Pero mejor retrocedamos en el tiempo para entender
el por qué sucede este entrampamiento. En el intercambio internacional el
manejo monetario sale de nuestro control y se necesita encontrar una forma de
medir las equivalencias entre las diversas monedas del mundo para facilitar el
comercio y transacciones diversas. En los tiempos antiguos se logró tener como
referente el oro y la plata por ser metales de alto valor y la riqueza de las
naciones se medía por estos metales almacenados. En el Perú, hemos tenido el sol
de oro y el sol de plata que podían ser cambiadas por otras monedas según el
peso y calidad.
La revolución industrial que se inició en
Inglaterra en los albores del capitalismo expandió el uso del dinero en la
comercialización internacional. Donde no había libras esterlinas se pagaba su
equivalente en oro que era el metal con que estaba hecha esa moneda inglesa o
con monedas de oro propias de cada lugar. La libra era la principal moneda de
reserva de los países y de ahorros particulares. Así, el financiamiento de
inversiones podía hacerse en libras esterlinas o, en su equivalente en oro.
Pero trasladar y viajar con tanto peso era
dificultoso y riesgoso. Por razones prácticas se tuvo que cambiar este sistema
trabajando con equivalencias de papel que garantizaban el cambio por el valor
que representaban, tanto en papel moneda como en cheques bancarios. Así fue
evolucionando el sistema monetario mundial corrigiendo imperfecciones y muchos
problemas de contabilidad internacional.
Los países de Europa habían pasado por la primera
guerra mundial en 1914 que devastó sus economías y luego tuvieron que afrontar
la crisis del capitalismo en 1929 que les causó estragos económicos y cuando
estaban en proceso de recuperación sobrevino la segunda guerra mundial en 1940
que les hizo perder hasta sus reservas.
EE UU nunca ha tenido una guerra internacional en
su territorio por lo que sus fábricas no fueron bombardeadas y la guerra fue
una gran ocasión para vender de todo a los países en conflicto que, al no tener
liquidez por la guerra recurrieron al endeudamiento con este país que
conservaba intacta su economía y su aparato productivo.
Con motivo de la guerra muchos capitales europeos
se fueron a EE UU, la guerra fue un gran negocio aprovechado por este país para
vender armamento, barcos de guerra, aviones y alimentos que por la guerra no se
podía producir en Europa. A falta de liquidez se endeudaron con EE UU que se
enriqueció con la guerra y se adueñó de puntos geográficos estratégicos. Era el
único país solvente después de la guerra. Todos los países europeos le debían
dinero y necesitaban financiamiento para recuperarse.
EE UU necesitaba asegurarse que todos los países
endeudados le pagasen los créditos pero estos no estaban en condiciones de
hacerlo al haber quedado arruinados por la guerra. Entonces preparó un plan de
enganche para lo cual reunió a esos países durante los primeros días de Julio
de 1944 en Nueva York a fin de para tomar acuerdos sobre dicha situación. La
conferencia se realizó en el balneario de Bretton Woods donde EE UU presentó su
esquema de recuperación mundial bajo su dominio, lo que dio lugar al nacimiento
del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros enganches.
Uno de los principales enganches logrados fue
imponer a los 44 países representados en la conferencia la obligación de
adoptar el dólar
como divisa internacional, bajo la garantía de la Reserva Federal
estadounidense. Es allí que empieza a funcionar uno de los resortes del poderío
de EE UU como mecanismo de succión de riqueza a otros países.
Como ya se dijo, el dinero es una mercancía y
quienes la negocian obtienen una rentabilidad. Cuanto más se vende esta
mercancía mayor es la rentabilidad. Siendo el dólar la moneda comercial para el
comercio internacional la demanda de esta moneda se hizo mundial en beneficio
rentable para EE UU. Además ya sabemos que la mayor demanda hace subir el precio
de la mercancía. Así, todo el mundo tuvo necesidad de comprar dólares para
importar y pagar, con lo cual la demanda de esta moneda aumentaba
revalorizándose a tal punto que toda la economía mundial gira en torno al
dólar.
Ocurre entonces la dolarización de la economía
mundial pues todos prefieren negociar en dólares por ser una moneda fuerte. Es
más seguro ahorrar en dólares porque las monedas nacionales se devalúan con un
mal gobierno. Entonces los sueldos, los contratos, compraventa de inmuebles y
todos los negocios se tranzan en dólares, con lo cual aumenta aún más la
demanda de dólares y todos contribuimos a que EE UU rentabilice su economía
adquiriendo mayor poderío.
En esta perspectiva, todos los países se ven en la
necesidad de guardar sus reservas monetarias en dólares y cuanto más aumenten
sus reservas, mayor será la demanda de esta mercancía lo que le otorga al dólar
mayor valor de cambio y fortaleza pecunaria. Allí está entonces la clave de la
supremacía y hegemonía norteamericana. Esto lo saben los países que buscan
liberarse de esa dominación y los países que aspiran a desplazar a EE UU
reduciendo la influencia del dólar.
China sabe lo determinante que es este mecanismo
como instrumento de poder y dominación. Por eso viene trabajando para que su moneda
adquiera la misma condición aunque EE UU no está dispuesto a perder posición
alguna ya que significaría el derrumbe de su economía. Eso explica los
esfuerzos de China por impulsar una nueva opción monetaria con un grupo de
países disidentes como el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)
Pero ¿qué pasaría si muchos países de pronto
abandonas el dólar y guardan todas sus reservas en otras monedas? La demanda de
dólares bajaría tremendamente por debajo de la oferta trayendo la ruina
económica norteamericana. EE UU lo sabe y de allí la necesidad de traerse abajo
todo intento de independencia con respecto al dólar.
Pero todo indica que China superará económicamente
a EE UU que, en desventaja tendría que aceptar un sistema monetario
internacional multidivisas acabando con el reinado del dólar como sucedió con
la libra esterlina. Por ahora China es el país con mayores reservas de dólares
del mundo y por lo tanto una apreciación del dólar los hace más ricos.
Pero así como el alza del dólar encarece las
importaciones sucede todo lo contrario con nuestras exportaciones que se
abaratan. Un país que sustenta su economía en la exportación de materia prima
verá caer sus ingresos. Un dólar más caro hace caer la demanda de minerales y
cuando la demanda es menor que la oferta los precios bajan. Por consiguiente,
cae también la rentabilidad desalentando a los inversionistas. Entonces que no
les sigan echando la culpa a los supuestos “anti mineros” peruanos. El
antiminero en este caso, es el dólar.
Aunque todo lo dicho es a grosso modo, no deja de
ser un tema que los políticos deberían tener en cuenta pues tal como van los
acontecimientos las promesas electorales carecen de realismo yendo en sentido
contrario a las perspectivas económicas mundiales y nacionales. Lo peor de todo
es que los vende patria que tienen poder de decisión persisten en encadenarnos
al dólar colaborando con nuestro opresor. Solo el poder popular podrá sacarnos
de esta prisión. O no.
Febrero 2016
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