La
prostitución pública no es un mal necesario sino una terapia social. La mismas meretrices o “tiernas pajaritas de
la noche” –como las llama García Márquez-, dicen que los hombres acuden donde
ellas para desfogarse, y es cierto.
Imagínense como sería nuestra sociedad si no hubiera ese desfogue de los
impulsos sexuales represados y cariños efímeros para conjurar la soledad. La liberalidad sexual imperante no ha
contrarrestado a la prostitución. Ni la
modalidad delivery o por internet ha
mermado la prostitución informal o callejera.
En la prostitución lo único de malo,
si lo hubiera, es que entraña el riesgo del contagio de varias enfermedades;
entre ellas, el SIDA, el virus de hepatitis B (VHB) y el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH), que se transmite entre las personas por
contacto con sangre u otros fluidos corporales (como semen y secreciones
vaginales) de una persona infectada. En
tal sentido, la prostitución es un
problema de salud pública, sobre todo, cuando su ejercicio es callejero o
informal. Siendo así que resulta incontrolable
aún con una vigilancia epidemiológica especializada y con represión policial y
municipal.
En el mercado prostibulario hay que
proteger tanto la oferta como la demanda.
Sobre todo, a las “tiernas pajaritas de la noche”. Ellas se merecen una atención sanitaria de
la mejor calidad en forma gratuita y oportuna, brindándoles todas las
facilidades del caso. Tanto por ellas
como por todos nosotros que conformamos la sociedad. Ante una epidemia todos somos iguales, todos
estamos en riesgo.
Ya no están los tiempos para
concebir la prostitución como un problema policial, o represivo moralmente a
través de la religión cristiana. Nunca
más deben presentarse los cuadros de cacerías nocturnas de meretrices en la vía
pública para luego conducirlas a las comisarías en jaulas motorizadas,
similares a las perreras cuando se hacen campañas antirrábicas. Hasta los animales tienen una sociedad que
los protege...
En diversas sociedades y épocas han pretendido
erradicar a la prostitución y nunca lo
han logrado. Existen innumerables
antecedentes. Un ejemplo ilustrativo. El rey de Francia en 1719 intentó
erradicar o “liberar” a su país de la prostitución; mediante una ordenanza real
lanzó una redada y capturaron a las prostitutas. Fueron trasportadas en barcos que
las condujeron desterradas a la
Louisiana y otras colonias en el Caribe, al otro lado del
océano Atlántico. Hoy en día Paris es
una ciudad cosmopolita y atractiva para las meretrices nativas de Francia y de
diversa procedencia, especialmente de Europa del este y de Africa. Con el gobierno de Sarkozy se prohibió
tajantemente el proxenetismo y la migración clandestina.
La
necesidad de renovación urbana de Lima implica planificar el comercio
prostibulario, zonificando los servicios públicos. La instauración de las llamadas zonas “rosas”
en Lima, se justifican, sobre todo, por el control sanitario. Lima ahora es tan extensa que sugiero la
ubicación en cada zona de expansión urbana con fácil acceso. Las llamadas Zonas “rosa” serían una especie
de enormes supermercados o templos fragantes y coloridos consagrados al placer,
muy higiénicos con todos los servicios integrados; entre ellos, el servicio de
médicos infectólogos y epidemiólogos y laboratorios bien equipados.
En
el diseño deben intervenir urbanistas, epidemiólogos, publicistas y
sociólogos. La fisonomía del espacioso
edificio debería ser carnavalesca. Hay
que tener presente que sería un mercado de ilusiones en donde se permiten
ciertas licencias necesarias y beneficiosas para la sociedad. Donde la vida en esos momentos sea
exultante. La dignidad del megaproyecto
de lupanar amerita un extraordinario arquitecto: Rodolfo Tisnado, uno de los peruanos de mayor
éxito profesional en el extranjero con obras en diversas partes del mundo e
integrante del equipo que diseñó el palacio del parlamento europeo en
Estrasburgo. (r.o.d.o@wanadoo.fr ). O
el precoz urbanista Miguel Romero; quien diseñó Villa El Salvador cuando tenía
22 años de edad. (corporacion@suyo-urbanistas.com
)
El
megaproyecto referido, no sería una novedad; puesto que en el siglo XVII ya
hubieron visionarios utópicos que plantearon una especie de templo
prostibulario con su reglamento de trabajo y funciones para controlar la
difusión de la sífilis en Paris. Ellos
fueron el escritor Nicolás Edme Restif de La Bretonne (1743-1806) y el
arquitecto Claude-Nicolás Ledoux (1736-1806).
El plano de Ledoux tiene la planta en forma de un falo. (Ver
ilustración)
Oikema.
La casa de la Pasión y de los placeres
Añado
más sugerencias. Para preservar su intimidad, a Las tiernas pajaritas de la
noche se les ornará con nombres alusivos a las flores; Magnolia,
Hortensia, Azucena, etc; estarán empadronadas y asociadas, con sus derechos
sociales reivindicados. Los transexuales,
sin ningún tipo de discriminación, tendrán iguales derechos. (También se debería formalizar el trabajo de los
llamados fletes, una forma de
prostitución masculina).
Ah!
por ultimo, que no se llame Zona “rosa”, pues se sobreentiende que es una zona
y tampoco rosa ni rojo, sino un nombre emblemático con la palabra verde. Porque después de cada desfogue, no
necesariamente con una meretriz, todos reverdecemos. El verde está asociado a la alegría de
vivir. Y no es para menos; “Ají verde”
fue el nombre de un antiguo prostíbulo en el Callao regentado por una Madame,
lo que le daba categoría… Ahí se
bailaba con los discos de la inmortal orquesta cubana “Sonora matancera”. Los parroquianos concurrían elegantemente
vestidos y todos se comportaban con suma camaradería, sin la atmósfera
represiva de sus hogares. Únicamente se
permitía el ingreso a los que conocían el santo y seña. ¡Eran otros tiempos!
Finalmente, quiero dejar enfatizado
que la prostitución es un asunto muy complejo y nadie tiene la última
palabra. Pero eso sí, las enormes
desigualdades sociales contribuyen a convertir, sobre todo, la prostitución infantil no en un
asunto de interés familiar, sino en un problema público. El
turismo sexual está en auge en el mundo y las víctimas indefensas y de
mayor riesgo son las niñas y los niños de los países pobres de todo el
mundo. Por deducción, ya sabemos quienes
son los victimarios. Este problema hay que encararlo con un
planteamiento político que escapa a los alcances del presente artículo.
El mortífero problema de salud
pública permanece soterrado. Sin
embargo, Iquitos esta próxima a convertirse en una ciudad endémica de SIDA y en
otras ciudades de nuestro país las cifras son alarmantes. La alcaldesa de Lima mencionó, aunque algo
tímida, una zona “rosa” en su campaña electoral. Recordemos al otrora candidato a la alcaldía
de Lima, Humberto Lay, arquitecto y pastor evangélico, en su primera
postulación a la alcaldía, también mencionó una zona “rosa”. Parecería que nuestro primado de la iglesia
católica aún conserva un gran poder de disuasión.
Quisiera que se dieran cuenta de la
necesidad de dignificar a las trabajadoras sexuales para servicio de los
sectores populares; que, por lo demás, convertiría en realidad la metáfora de
un bolero cantado por Daniel Santos: Virgen
de medianoche cubre tu desnudez. Así
mismo, la idea expuesta de un
megaproyecto de lupanar, como una medida preventiva, no es una utopía. Como ya lo dijo el gran visionario: Todo lo que una persona puede imaginar, otros
pueden hacerlo realidad. Julio Verne (1828/1905).
Antonio
Rengifo Balarezo
Sociólogo, profesor invitado a la Maestría en Epidemiología,
Facultad de Medicina, UNMSM. Lima-Perú.
Artículo publicado originalmente en
la Revista Peruana de Epidemiología. Vol 13 No 2 Lima, agosto 2009.
La versión actual tiene algunas
modificaciones.
Un tema tan delicado como las inspecciones médicas semanales
que tenían que pasar las prostitutas para ejercer su profesión es tratado con
la mayor naturalidad por el pintor Toulouse-Lautrec (1864-1901). El cuadro: Dos mujeres en la inspección médica data
de 1894. Disponible en el libro: “Henry de Toulouse-Lautrec. Galería fotográfica.
Obras, lugares, modelos” http://www.aloj.us.es/galba/MONOGRAFICOS/LAUTREC/index.htm
Tomado de la revista historia tehematique No. 102 Paris, juillet-aout 2006. p.55.-
PROSTITUTION L´histoire
du plus vieux métier du monde.
Des lupanars de Pompéi aux los Sarkozy.
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