Respuesta a Daniel Cohn-Bendit y Romain Goupil
30/01/2018
| Alain Krivine, Alain Cyroulnik
En unos meses se va a conmemorar el cincuentenario
de Mayo 68. Ya se han publicado decenas de libros y otros están en vía de ser
publicados. M Le magazine du Monde anunció (6/01/1018) que Daniel
Cohn-Bendit y Romain Goupil 1/
preparan una película para la TV…
Entre Sarkozy que se propuso "liquidar de una
vez por todas la herencia de Mayo 68" y quienes quieren reducirlo a una
revolución cultural y sexual que habría modernizado nuestras costumbres, lo que
prevalece es, sobre todo, el deseo de borrar del imaginario colectivo lo que
representa la dimensión subversiva de lo que fue la huelga general más grande
de la historia social francesa (en línea con la Comuna de Paris o la huelga de
1936) tanto para las generaciones que lo vivieron como para las posteriores. Es
un intento de escribir una novela histórica francesa sin mención a la lucha de
clases y a las masacres coloniales, en el que no quedaría más que Carlomagno,
San Luis, Juana de Arco bajo su verdugo, Luis XIV, Napoleón, De Gaulle y…
"Júpiter Macron".
Este último duda si festejar Mayo 68. Duda entre la
manifestación obrera del 13 de mayo (día de la huelga general masiva. Ndt) o el
desfile reaccionario del 30 (manifestación convocada por los gaullistas En
defensa de la República). Aunque, ¿por qué no festejarlo si, al haber
dejado de existir la izquierda y la derecha, él encarna ambas al mismo tiempo,?
Además, tiene a su lado a Cohn-Bendit y a Goupil o, como señala Le Monde,
"De Mayo 68 a Macron, el viaje de una generación".
Una de las huelgas más grandes de nuestra historia
Pues… ¡no! Nosotros no estamos por festejar ese Mayo
68, porque no estamos por enterrar lo que fue una de las más grandes huelgas de
nuestra historia. Sin irritar a Dani, que logra juntar a toda la derecha del
parlamento europeo con sus bromas y un liberalismo que nada tiene que ver con
Mayo 68, ni a Romain, que se vanagloria de haber disfrutado de lo lindo y haber
abandonado todo: "No soporto ver un militante político. Soy como los
ex-alcohólicos. Me he vuelto intransigente".
Y una vez más, ¡no!. Mayo 68 no fue la euforia de
un momento o una crisis de pubertad. Tampoco tiene nada que ver, ni es
compatible, con los renegados y sus pequeños chanchullos. No fue consensual y
sigue sin serlo. No fue patriotera ni liberal. Nuestra generación, nacida
durante la Segunda Guerra Mundial se levantó contra la pesadilla de las guerras
de Argelia y Vietnam. Nos siguen dando náuseas las guerras que actualmente
impulsan los países occidentales, entre ellos Francia, en África o en Medio
Oriente. Queríamos un mundo no sometido ni a Washington ni a Moscú y queríamos
dar al socialismo una imagen humana. La horrible cara del capitalismo nos sigue
repugnando tanto como ayer.
Las banderas rojas en cabeza
Para nosotros, el 68 no se reduce a una revolución
cultural ni a la liberación sexual, incluso cuando, sin duda alguna, se dio
todo eso; de la misma forma que se da en cualquier movilización social en la
que la gente se vuelve irreconocible por lo feliz que se encuentra. En Francia,
Mayo 68 fue, sobre todo, 10 millones de huelguistas ocupando fábricas con las
banderas rojas en cabeza, estudiantes ocupando sus facultades e institutos
durante semanas, y personas discutiendo juntas por todas partes.
Nuestros recuerdos no tienen nada que ver con una
gran fiesta o una farsa, sino fundamentalmente con un momento intenso en el que
millones de personas comenzaron a existir. Guy Hocquenghem, que
fuer nuestro editorialista en 1968, se enfrentó a una parte de esa generación
que se pasó al otro bando en un libro escrito dos años antes de morir: Lettre
ouverte à ceux qui sont passés du col Mao au Rotary,(1986,
reeditado por Agona 2003). Pues bien, nunca hemos sido de esos y tampoco
lo seremos ahora.
Es verdad que la situación ha cambiado: hoy en día
se construyen muros y verjas en todos los lugares, hay miles de muertos en las
carreteras, en los mares del exilio y bajo las combas de las guerras que se dan
en todos los continentes, y en Francia, donde existen casi 10 millones de
personas en paro y en precariedad.
Renault Billancourt ha desaparecido
Cierto, ya no hay 500.000 estudiantes sino cerca de
dos millones, y la mitad tiene que trabajar para pagarse los estudios o el
alquiler. Las grandes fábricas como Renault Billancourt [emblemática] han
desaparecido, pero jamás la población explotada y excluida ha sido tan
numerosa. Una población que no se reconoce ni en la derecha ni en la izquierda;
la derecha que impulsa la política de la extrema derecha y la izquierda la de
la derecha.
No… No vamos a enterrar Mayo 68. Al contrario,
ahora mismo tenemos tantas o más razones para rebelarnos que entonces. Tras
treinta años de ofensiva liberal que han permitido a la extrema derecha llegar
a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales y contaminar todo el
debate político, el espíritu de Mayo 68 tiene más actualidad que nunca.
Para nosotros Mayo 68 continúa siendo lo que falta
por hacer, pero siendo capaces de coordinar las luchas, de suscitar en las
empresas y los barrios, las ciudades y el campo, un verdadero poder de las y
los trabajadores, juntando a todo el mundo, a la gente no organizada, a las
asociaciones o sindicatos, a los partidos, a quienes tienen empleo y a quienes
no, a franceses y extranjeros, a quienes crean que otro mundo es posible y que
quieran construirlo, sin fronteras, sin muros y sin odio, como afirmaba esta
consigna de Mayo 68: "¡A la fronteras, que les den!"
La solidaridad militante, la esperanza en la
revolución para barrer el viejo mundo, en un nuevo Mayo 68 del siglo XXI
que, esta vez sí, logre sus objetivos… Sí, nosotros seguimos estando por ello.
Alain Krivine, antiguo miembro del buró político de la LCR,
miembro del NPA.
Alain Cyroulnik, antiguo miembro del buró político de la LCR,
membro de Ensemble!
Notas:
1/ Daniel Cohn-Bendit, uno de los líderes del Mayo 68,
popularmente conocido como Dani el rojo, pertenecía a la corriente
anarquista en aquellas fechas. A partir de la década de los 70 se aproximó a
los Verdes alemanes y desde entonces pertenece al ala reformista del ecologismo
y desde 1994 ha sido diputado europeo por el Partido Verde.
Romain Goupil cineasta francés, líder estudiantil
en 1968, militante trostkista a principios de los 79, a partir del año 2000
evolucionó hacia posiciones neo-conservadoras.
Ambos apoyaron a E. Macron en las presidenciales de
2017.
Traducción viento sur
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