Estimados
amigos:
Nuestro
país pasa por momentos difíciles, hasta se muere un periodista estrella que iba
a narrar los partidos del mundial, después de 36 años que volvía el Perú, para
ganarse un puesto en el fútbol internacional.
Así como
volvemos al mundial, deberíamos también volver o por lo menos iniciar una nueva
primavera democrática, como ocurrió en la última quincena de noviembre del año
2000, cuando con Valentín Paniagua, creíamos que los problemas del Perú comenzaban
a tener soluciones decentes
Ahora
estamos iguales o peor que cuando en noviembre del 2000 fuga Alberto Fujimori,
para residir en Japón y no enfrentar las acusaciones de las desapariciones,
robos, muertes y engaños que los peruanos sufrimos en la década del 90. La
mentira y actuar sinuoso ha sido el pan de cada día de los desvergonzados y
atorrantes presidentes, ello no solo es una constante; sino que con esto se
llegará en algún momento a que nadie vote en la segunda vuelta por un
gobernante.
En el
Perú hemos tenido presidentes zamarros desde el siglo XIX, comenzamos con
los generales Gamarra (Zamarra) y su yunta Gutiérrez de la Fuente, José Rufino
Echenique, José Antonio Pezet por corruptos, golpistas y entreguistas,
sin contar a los militares de esos 25 años de la behetría militar.
En el
siglo XX hemos tenido también civiles y militares autócratas y corruptos como
Leguía y Odría –verdaderos embusteros y zamarros-, y al final del siglo XX
tuvimos al chusco tiranuelo Alberto Fujimori que dio un autogolpe, formando el
gobierno de la mafia con Montesinos y el general Hermoza Ríos.
No
olvidemos a Alan García en su primer gobierno, no solo por la hiperinflación,
sino también por la corrupción y negociados, caso el tren eléctrico, el dólar
MUC y los aviones Mirage. Se escapó de los juicios gracias a la prescripción y
hasta volvió a ser nuevamente presidente.
En el
siglo XXI creímos, como ya lo hemos dicho, que comenzaba la democracia, primero
ha de ser política y después económica; esa primavera de esperanzas duró nueve
meses; porque los cuatro siguientes presidentes elegidos en estos 17 años,
resultaron defraudándola con sus malas acciones políticas, como la corrupción y
los entreguismos al estilo Leguía, Odría y Fujimori. Es decir, la constante es
el desgobierno y los demanejos administrativos e irregularidades para arrebatar
los fondos del erario público.
El último
presidente Pedro Pablo K es el más redomado de todos los anteriores, se
distingue por ser lobbista y entreguista, adornado con la codicia y la
ambición, él no separa el cargo público del interés privado de las empresas,
especialmente de las transnacionales, en las cuales trabajó tanto de consultor,
como de destacado y experimentado financista, y que, cuando ejerció el cargo de
ministro actuó como si continuara sirviendo a las empresas donde trabajó.
El
ejemplo más evidente fue cuando cambió el contrato del gas, para fortalecer la
exportación del mismo con bajas regalías para el Estado, y con ello benefició a
los mexicanos que exportaron el gas a Europa. Era de esperar que siendo
presidente su gobierno representaría a un grupo donde imperan los altos
intereses económicos y una ideología por demás conservadora y neoliberal.
PPK
además de su conducta de conveniencias lo llevó a adquirir la nacionalidad
norteamericana -obligado a renunciar a la nacionalidad peruana-. El
presidente Belaúnde al saber que se nacionalizó estadounidense, comentó que en
esas condiciones a ese hombre nunca lo hubiera nombrado ministro; sin embargo,
al ser candidato el 2011 y 2016 ofreció que renunciaría a la nacionalidad
norteamericana, se sabe que esto no ha ocurrido. Al ser norteamericano PPK se
blinda y en cualquier momento fuga a los EEUU ¿será otro Toledo que se hará
difícil expatriarlo para ser juzgado por sus malas artes?
Sus
actividades irregulares han motivado investigaciones del MP, por los posibles
negocios con Odebrecht, a esto se une el indulto de Fujimori – este
resultó un canje político- como recompensa a los votos de Kenji y sus
amigos, que evitaron su vacancia; en consecuencia, PPK mueve sus fichas para
intentar no dejar el gobierno como cualquier político tradicional en aprietos.
Sin
embargo, hoy en el Perú hay sectores de peruanos que ejercen ciudadanía y saben
como deshacerse de este señor, como el último representante de la generación de
políticos malogrados que en el siglo XX tuvieron semejante comportamiento de
que nada les importa. Los tiempos han cambiado para los embusteros y cínicos
que pierden credibilidad y legitimidad en ejercicio del cargo.
Se espera
que más congresistas de FP no votaran contra la segunda vacancia, esta conducta
tiene que ver con el presentar en el congreso la moción de dicha vacancia.
Empero, por encima de los acontecimientos en el Perú encontramos diferencias, y
está creciendo aunque lentamente lo que significa ser ciudadano. En los tiempos
pasados no existían ciudadanos, habían súbditos, eran presidentes por demás
todopoderosos: los Leguía, Benavides, Odría incluyendo a Fujimori que pudo
fugar y un buen tiempo no se le pudo rescatar de su auto destierro dorado del
imperio del Japón.
Los
políticos de la calaña de estos últimos, incluido PPK, deben ser retirados
porque ya nadie les cree, ante la ciudadanía ya perdieron credibilidad, tanto
es así que llegó a rogar a sus amigos y a los amigos de sus amigos, para que lo
acompañen de ministros, frente a las renuncias de sus ministros descontentos.
El apoyo
que le brindan los fujimoristas apartados de Keiko y que siguen Kenji no son
garantía de estabilidad de PPK, pues los grupos políticos tienen sus propios
intereses y juegan su propio partido, ni tampoco valdrá el apoyo de los 10
congresistas de peruanos por el cambio que están de adorno.
Los que
son ciudadanos en el Perú tienen que gestar la renuncia de PPK, este señor es
demasiado atrevido y cínico, tiene que elevarse el clamor de que no siga de
presidente. PPK está de caída, solo tiene 13% de aprobación y el 54% pide la
vacancia y es probable que mayoritariamente los peruanos creen que debe
renunciar para evitar más retrasos en el crecimiento económico.
Esto
último es lo más sensato, pero estos hombres de la catadura moral como
PPK no entienden, ellos tienen su propia lógica, y hacen cálculos para
quedarse o simplemente se fugaran librándose del asedio de un país en crisis.
Negoció su no vacancia con el indulto, trata de empujar en elevar el sueldo
mínimo, no deja de quitar el piso a los procuradores que se ciñen a la ley y en
la defensa de los intereses públicos, rompe con las disposiciones y socava la
institucionalidad, le importa poco el régimen democrático, su manera de pensar
y obrar lo condena a ser ideológica y en las acciones prácticas son semejantes
a lo que representa el fujimorismo. En el 2011 en la segunda vuelta apoyó a Keiko
Fujimori. Con la renuncia o vacancia de PPK habría un fujimorista menos en el
poder ¿estarán decididos los de FP por vacar a PPK de presidente?
Como bien
sintetiza en su artículo Claudia Cisneros ayer en el diario La República: “todo
lo público y nacional es ahora mercancía privada del presidente para negociar
su permanencia en el poder. Y mientras abusa de esa manera perversa su cargo,
hunde al país, ahonda las brechas, exacerba la indignación y cocina un
peligroso caldo de cultivo para la anarquía y la violencia”.
Atentamente,
Fernando
Arce Meza
Surco, 26 de Febrero del 2018
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