27/02/2019
La reunión del Grupo de Lima concluida este pasado
lunes 25 de febrero en Bogotá, no aprobó la propuesta del vicepresidente Mike
Pence, de autorizar el uso de una fuerza de intervención militar en contra de
Venezuela, propuesta que resultaba para Estados Unidos estratégica, porque que
debía ser llevada este martes 26 al Consejo de Seguridad de la ONU, como
aspiraban el señor Pence, el presidente Duque y Luis Almagro, pero con este
fracaso, seguramente plagaran de mentiras el recinto del Consejo de Seguridad,
como lo que han venido haciendo y acusando al presidente Maduro de disparar
sobre los “pacíficos” venezolanos que fueron a recibir la ayuda.
La realidad ha sido otra, fueron los sicarios
guarimberos de Guaidó. Los que desde territorio colombiano atacaron a la
Guardia Nacional bolivariana, fueron los que con la complicidad e impunidad más
descarada de la policía colombiana, lanzaron cocteles molotov contra los dos
camiones incendiados y fueron ellos los que atacaron con esas bombas
incendiarias a la Policía y Guardia Nacional todo filmado y documentado.
No obstante la derrota sufrida en el seno de sus
propios aliados, Estados Unidos insiste en considerar el tema en el Consejo de
Seguridad, porque busca legalizar su objetivo: atacar militarmente a Venezuela
y ocupar dicho país para robarse sus riquezas. Obviamente en ese escenario de
carácter mundial, la respuesta será No, y ellos lo saben, porque de los cinco
miembros permanentes con derecho al veto, hay dos países Rusia y China que
seguramente ejercerán su voto negativo.
La estrategia yanqui de presentar el caso de
Venezuela en el Consejo de Seguridad es más de carácter mediático, pues de
antemano saben que no prosperará, su interés es crear la imagen que Venezuela
es un peligro para la paz mundial y tratar de lograr respaldo de gobiernos en
otras latitudes y justificar la intervención.
No olvidar que en el 2003 el Secretario de Estado
Colin Powell, presentó en el Consejo de Seguridad supuestas evidencias de que
Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, todo falso, Irak fue
destruido y asesinados cerca de un millón de sus ciudadanos, Estado Unidos se
apoderó de los yacimientos petroleros y las empresas que empezaron a
explotarlos pertenecían al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheyne.
El show mediático orquestado por Estados Unidos y
el presidente Duque, en Bogotá con el coro del Grupo de Lima es grande, lo
paradójico es que su director el uruguayo Luis Almagro, cuya función en la OEA
se supone sea la de mantener la paz y las buenas relaciones entre los Estados
miembros, ha abrazado la bandera de la guerra y la intervención militar,
contradictoriamente Bogotá es la peor sede escogida y el gobierno anfitrión
está acusado de graves violaciones de Derechos Humanos, en los siete meses de
gestión desde que asumió la presidencia Iván Duque, más de 125 líderes sociales
han sido asesinados impunemente por los paramilitares y su gobierno no ha
detenido a un solo criminal y llevado ante los tribunales.
La represión por el llamado cuerpo de la Policía
Nacional llamados ESMAD continúan contra los estudiantes, indígenas, afros
-descendientes y pueblo en general, para acallar las protestas por los graves
problemas sociales que tienen que afrontar, mientras que el ministro de
Defensa, está presentando una ley que ilegalice la protesta social.
Colombia presenta los índices más altos de
violación de derechos humanos desde hace muchos años, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA los ha condenado por el genocidio
de la Unión Patriótica y actualmente la Corte Penal Internacional aguarda que
la Fiscalía entregue la información de las graves acusaciones que tienen altos
jefes militares y civiles sobre el asesinato de más de 3000 jóvenes en el
conocido caso de los falsos-positivo. Sobre todos estos graves delitos y
hechos, el señor Luis Almagro nunca se ha pronunciado, como tampoco lo hace con
lo que actualmente está aconteciendo en violaciones de derechos humanos y
graves ataques contra sus pueblos en Honduras, Chile, Perú, Brasil, Argentina y
Guatemala, todo ellos son los que conforman el Grupo de Lima.
Violando toda norma del Derecho Internacional,
pisoteando la Carta de la OEA y de la ONU, es este Grupo de Lima orientado por
el Departamento de Estado de los Estados Unidos y dirigido por el uruguayo Luis
Almagro el que ejecuta acciones ilegitimas contra Venezuela y usurpa el papel
de la OEA, organización que desde hace muchos años se ha plegado a las
directrices que orienta el gobierno de los Estados Unidos y es precisamente lo
que está sucediendo contra el gobierno de Nicolás Maduro, lo que al parecer no
han considerado estos Estados que forman parte del Grupo de Lima, que si mañana
piensan diferente a los deseos de Estados Unidos, pueden ser ellos víctima de
esta política imperial, como le sucedió a Panamá, cuando el general Manuel
Antonio Noriega, se negó a apoyar a Estado Unidos en su guerra contra el
gobierno sandinista y está fue invadida causando desolación y miles de muertes.
Resulta seriamente preocupante que tanto el
presidente de Estados Unidos como sus más cercanos colaboradores, continúen
afirmando que todas las opciones están sobre la mesa, es una peligrosa amenaza
al uso de la fuerza, a pesar de que la comunidad internacional se niega a que
se produzca una intervención militar y en su gran mayoría de los países
miembros de la ONU reconoce como legitimo presidente de Venezuela a Nicolás
Maduro y plantea que la salida a la crisis que artificialmente ha creado
Estados Unidos en Venezuela y que cualquier controversia de carácter política
debe ser resuelta por la vía del dialogo.
Hoy los pueblo del mundo deben movilizarse y
rechazar cualquier aventura militar o uso de la fuerza contra Venezuela, el
pueblo venezolano está demostrando su valentía y dignidad, frente a las
amenazas del imperialismo yanqui y a la minoritaria, traidora y vendida
oposición venezolana al oro gringo, cuyo ridículo hemos presenciado con este
último show de la supuesta entrega de ayuda humanitaria, el pasado 23 de
febrero en la frontera colombo-venezolana, a esta acción violenta y violadora
del derecho internacional, se prestaron los mandatarios de Chile y Paraguay que
encabezada por el presidente colombiano Iván Duque llamaron al derrocamiento
del gobierno de Nicolás Maduro, lo cual es una violación a la Carta de la ONU y
de la OEA.
La Habana, martes 26 de febrero del 2019, 16.30
hrs.
Tony López R.
Periodista, politólogo y analista internacional.
https://www.alainet.org/es/articulo/198436
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