De los tres chistosos, Aldo Mariátegui Chiappe, Jaime Bayly y Edwin Donayre, yo prefiero al simpático Aldito. Lo leo, escucho y veo con atención. Me divierte y disipa mi mente cuando estoy saturado o fatigado del trabajo intelectual. Similar sensación tengo con la supermujer y “filósofa” peruana Susy Díaz.
En Aldito, su rostro y desenfado me provoca
hilaridad, pues tiene mirada de una persona suficiente y burlona (“cahacienta”). Le digo “Aldito” porque soy una persona
anciana y porque es nieto de mi admirado José Carlos e hijo de Sigfrido, el
segundo hijo varón de Mariátegui.
No sé
si Aldito tiene el merito de haber acuñado el adjetivo calificativo: caviar. Lo que si se, es que Aldito es su encarnizado
difusor.
Así
como al hombre que come hombres se le dice antropófago, al que come caviares se
le denominaría, “Aldito”. Esta es una función profiláctica que cumple Aldito. Función parecida a la del pez Tilapia que en los anegados arrozales,
come las larvas de los zancudos, previniendo el paludismo. Es una especie de control biológico.
Aldito
también cumple una función química. Es
un reactivo para identificar caviares.
Ante Aldito, a los caviares se les hace
puré el hígado. No permanecen impasibles y mucho menos se ríen. No les resulta jocoso.
Dígame
usted si Aldito no será valioso, puesto que calibra la inconsecuencia o incoherencia
de los izquierdistas de doble moral. Así
como en la época en que el APRA aún no había arriado sus banderas antiimperialistas,
los apristas llamaban a los comunistas, rabanitos: rojos por afuera y blancos por dentro. (Por supuesto, no a todos).
Aldito
no es una especie en extinción, está vigente como lo están los gobiernos de
ultra derecha de Brasil y Colombia. Los “Alditos”
son necesarios; no solo para la clase dominante; sino también para sus
antagonistas. Ya su abuelito, José
Carlos, formuló un principio dialéctico:
La unanimidad es siempre estéril. No se preocupen hay que
debatir ideas; con buen talante.
Aldito
es parte del paisaje peruano o de la farándula; y, a veces, le salen algunas
frases ingeniosas, como por ejemplo: en el
Perú, hasta un mono del zoológico puede ser presidente. Já, já,
já…
Antonio
Rengifo Balarezo
Lima, Unidad Vecinal
N°3,
febrero 22 del 2019.
ALDO VS ATILIO
falacia vs verdad
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