I
TPP ES EL PEOR ACUERDO COMERCIAL, DENUNCIA MÉDICOS SIN FRONTERAS
IPS
12-10-2015
El
Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, en inglés) “pasará a la
historia como el peor acuerdo comercial para el acceso a los medicamentos en
los países en desarrollo”, denunció Médicos sin Fronteras (MSF) en un
comunicado tras la firma del tratado el lunes 5.
El TPP es el mayor acuerdo comercial de los últimos
años ya que reúne a 12 países, incluido Estados Unidos, que en conjunto
representan 40 por ciento de la economía mundial.
Las negociaciones del tratado, iniciadas en 2008,
concluyeron con su firma en la sureña ciudad estadounidense de Atlanta. El TPP
incluye una serie de medidas económicas, como la reducción de aranceles y
normas para el derecho laboral, la regulación ambiental y las inversiones
internacionales.
“Este acuerdo equipara el campo de juego para
nuestros agricultores, ganaderos y fabricantes mediante la eliminación de más
de 18.000 impuestos que diversos países aplican a nuestros productos”, declaró
el presidente estadounidense Barack Obama, en un comunicado tras las
negociaciones.
Obama añadió que el TPP tiene los compromisos “más
sólidos” sobre trabajo y medio ambiente que cualquier otro tratado comercial de
la historia.
Aunque el acuerdo aún no ha sido adoptado
formalmente por los órganos legislativos de los países signatarios, ya recibió
críticas por parte de numerosas organizaciones de la sociedad civil, incluida
MSF, cuya principal preocupación surge de las disposiciones del TPP sobre la
protección de los fármacos biológicos sujetos a la propiedad intelectual.
Por fármacos biológicos se entiende toda terapia de
una fuente de origen biológica, como las vacunas, las antitoxinas y los
anticuerpos monoclonales para enfermedades como el cáncer y el virus de
inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/sida).
La organización de investigación Brookings Institution, con sede en Estados
Unidos, señala
que los fármacos biológicos son estructuralmente más complejos que otros
medicamentos, lo que hace que su elaboración sea más difícil y costosa. En
promedio, cuestan 22 veces más que los demás.
Debido a estos costos, las empresas utilizan el
fármaco original para desarrollar “biosimilares”, o sea versiones genéricas más
baratas de los productos biológicos. MSF ha declarado
que esta es la “mejor manera de reducir los precios de los medicamentos y de
mejorar el acceso al tratamiento”.
Por ejemplo, MSF brinda tratamiento con
medicamentos genéricos a unas 300.000 personas con VIH/sida en 21 países. Estos
fármacos redujeron el costo anual de la organización de 10.000 dólares a 140
dólares por cada paciente tratado.
Sin embargo, en Estados Unidos los fabricantes de
fármacos biológicos tienen 12 años de exclusividad sobre la información
necesaria para copiarlos. Durante ese lapso, la Administración
de Alimentos y Fármacos estadounidense no puede aprobar un fármaco
biosimilar que utilice los datos biológicos originales.
Las normas que protegen esos datos varían según los
países. Por ejemplo, Chile, México y Perú no regulan los datos biológicos en
absoluto.
Como parte de las negociaciones del TPP, Estados
Unidos intentó incluir la regla de protección de 12 años, pero al final los
ministros de los distintos países signatarios acordaron un lapso mínimo
obligatorio de cinco a ocho años de protección de los datos.
En consecuencia, los fármacos biosimilares no
podrán ingresar al mercado de aquellos países que anteriormente no tenían
restricciones al respecto. Según MSF, eso elevará los precios de los
medicamentos esenciales, sostenidos por las empresas farmacéuticas, lo que
impedirá que las personas y los proveedores de salud los adquieran a un precio
accesible.
MSF prevé que al menos 500 millones de personas no
podrán acceder a los medicamentos una vez que el TPP entre en vigor.
“Los grandes perdedores en el TPP son los pacientes
y los proveedores de tratamiento en los países en desarrollo”, denunció MSF en
un comunicado.
La organización instó a los gobiernos y sus
legislaturas a considerar las consecuencias.
“El impacto negativo del TPP en la salud pública
será enorme, se sentirá en los años por venir y no se limitará a los actuales
12 países del TPP, ya que es un modelo peligroso para futuros acuerdos,”
advirtió MSF.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2015/10/tpp-es-el-peor-acuerdo-comercial-denuncia-medicos-sin-fronteras/
Traducido por Álvaro Queiruga
II
¿QUÉ IMPLICACIONES TIENE LA FIRMA DEL TPP?
OMAL/La
Marea
12-10-2015
El
pasado lunes, 5 de octubre, fue aprobado el Acuerdo Estratégico Transpacífico
de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en ingles) por parte de 12
países del Pacífico; cinco en Asia (Japón, Brunei, Vietnam, Malasia y
Singapur), otros cinco en América (EE.UU., Canadá, México, Perú y Chile) y
dos más en Oceanía (Australia y Nueva Zelanda).
|
El TPP es
un Tratado Multilateral de Libre Comercio, es decir, un tratado de reglas y
normas sobre las cuales rigen los intercambios comerciales entre los países
firmantes. Con este tratado, EEUU ha dado un golpe certero sobre el tablero
geopolítico y comercial global, como bien afirmó el pasado mes de abril Ashton
Carter, secretario de defensa estadounidense, cuando anunció que ”este acuerdo
es más importante que poner otro portaviones en el Pacífico”, puesto que
implica un primer paso en el marco general de todo un proceso de reposicionamiento
estratégico que incluye al Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP)
y al Acuerdo en Comercio de Servicios (TISA).
El proceso previo a la aprobación del TPP se ha
caracterizado por su opacidad de cara a la opinión pública, y las negociaciones
han sido consensuadas entre representantes empresariales de grandes
corporaciones, abogados de los mayores bancos del mundo y los ministros de
comercio de los países firmantes. Todos ellos finalmente, y después de cinco
años, han conseguido alcanzar acuerdos sobre determinados puntos que en su
momento retrasaron el proceso, como son: las protecciones comerciales en
relación a las patentes de nuevos medicamentos; la ausencia de aranceles, sobre
todo en el sector lácteo y azucarero; la lenta eliminación de los impuestos de
los automóviles de origen japonés que son vendidos en EEUU.
Estos puntos generaron conflicto entre los países
firmantes, debido a que como ocurre en todo acuerdo de comercio bilateral o
multilateral determinado por asimetrías y desequilibrios en cuanto a la
capacidad de sus partes, las consecuencias de corte económico derivan
inevitablemente en consecuencias políticas, fundamentalmente a través del
establecimiento de relaciones de subalternidad de los más débiles
respecto a la parte más fuerte. Así, con el TPP, además de generar espacios de
libre comercio e inversión hegemonizados por EEUU, el gigante estadounidense consigue
consolidar toda un área de influencia política que incluiría al conjunto de
países firmantes, y que estaría directamente encaminada a estrechar el cerco
sobre aquellos actores emergentes que amenazan esta supremacía
multidimensional. Se trata del apuntalamiento de la hegemonía estadounidense
(con la UE como aliado subalterno) mediante la reducción de espacios de
influencia y expansión de los actores emergentes, fundamentalmente Rusia y
China.
Esta es la lógica fundamental que explica la
conclusión del TPP: reducir el ascendente económico (y, por extensión, político
y militar) de China en su propio espacio de influencia natural, y apuntalar la
presencia estadounidense en una zona sujeta a disputa, mediante la generación
de un mecanismo jurídico-político de sujeción de una serie de países al propio
espacio de influencia estadounidense, reforzando al tiempo la alianza
estratégica con un tradicional amigo de EEUU en la zona como es Japón. En lo
que respecta a América Latina, el TPP incluye a tres de los países que a lo
largo de los últimos 15 años se han mantenido fieles a la vinculación
preferencial con el gran vecino del Norte y a los dictados del modelo
neoliberal, pese a la hegemonía que a nivel regional habían venido
obteniendo unos gobiernos progresistas más vinculados a dinámicas de
autonomización respecto a los EEUU: se trata de Chile, México y Perú. No en
vano, los tres forman parte del principal experimento a través del cual se
pretende restaurar en la zona un Regionalismo Abierto de inspiración neoliberal,
que tanto predicamento tuvo en los años 90 del siglo pasado en la región: la
Alianza del Pacífico. Asimismo, el otro país miembro de esta organización de
cooperación, Colombia, también se muestra sumamente interesado en ingresar en
el TPP.
El TPP es un engranaje más en el fortalecimiento
del modelo neoliberal concebido y adaptado para favorecer los intereses de las
empresas transnacionales. El gobierno de EEUU busca, mediante este tratado,
consolidar posiciones ventajosas para sus empresas en este espacio de
influencia que, según algunas estimaciones, comprenderá hasta un 40% de la
economía mundial. Neoliberalismo, hegemonía estadounidense y TPP forman
parte, por tanto, de una misma articulación coherente dentro de la llamada “arquitectura de la impunidad“,
que deriva de la hegemonía del Derecho Corporativo Global.
Así, y como viene ocurriendo en otros procesos de
negociación como el del TTIP, el TPP contempla un sistema de solución de
controversias inversor-estado (ISDS en sus siglas en inglés) inspirado en la
prevalencia de esta lex mercatoria que
privilegia sistemáticamente los intereses de las empresas
transnacionales en detrimento de la soberanía nacional de los países que se
puedan ver involucrados en estas contiendas.
Los puntos clave del TPP
El acuerdo considera 30 capítulos, que
abarcan las siguientes áreas: acceso a mercados, reglas de origen, obstáculos
técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, defensa comercial,
competencia, compras públicas, servicios, inversiones, comercio electrónico,
telecomunicaciones, entrada temporal, servicios financieros, asuntos legales,
propiedad intelectual, medio ambiente, laboral y cooperación. Adicionalmente,
se han incorporado los denominados temas horizontales, que incluyen coherencia
regulatoria, competitividad, desarrollo y pequeñas y medianas empresas. Y a
nivel industrial, el acuerdo involucra las áreas automovilística, textil,
farmacéutica y agrícola (centrado en productos como arroz, productos cárnicos y
el sector lácteo).
Entre los puntos clave destacan:
- Prohibición de etiquetado obligatorio para los productos modificados genéticamente.
- Protección de patentes y derechos de autor, (lo que incluye un sector tan sensible como los medicamentos genéricos, favoreciendo a las transnacionales de la industria farmacéutica mediante el reforzamiento de la propiedad industrial).
- Reconocimiento mutuo de numerosas regulaciones, con lo que ello implica de aplicación de aquellas menos garantistas y más beneficiosas para los intereses de las empresas transnacionales en el conjunto del área de libre comercio.
- Detrimento de la contratación pública en favor de la privatización (reducción compra de productos locales en pro de productos internacionales).
- Regulaciones ambientales (se pactan asuntos relacionados con energía nuclear, contaminación y sostenibilidad).
- Desregulación financiera.
Por último, cabe destacar que el proceso de
negociación del TPP ha reproducido algunos de los conflictos fundamentales
que se han venido dando en los últimos años en la conclusión de este tipo de
tratados de libre comercio e inversión, como son:
En materia agraria, se han reproducido los
conflictos referentes al mantenimiento de la política proteccionista de EEUU a
través de la Farm Bill, que perjudica directamente los intereses
exportadores de países con mayor potencial competitivo en este sector, y
favorece el dumping por parte de EEUU hacia el exterior. Tanto la UE (en lo que
respecta a la Política Agraria Común) como EEUU han tenido tradicionalmente
disputas encarnizadas en esta área a la hora de negociar marcos de
liberalización en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en otros
espacios bilaterales e interregionales.
La regulación en materia de propiedad intelectual.
En dicha área se incorporan los mayores estándares hasta el momento negociados
a nivel internacional, potenciando un severo impacto en el acceso a bienes
esenciales, tales como productos farmacéuticos, bienes culturales (libros,
software), etc. A este respecto, a la exclusión de un actor como China,
totalmente alejado de los patrones que en la materia van a imperar en el TPP,
se suman las discrepancias de otros como Chile, que sí van a formar
parte del acuerdo, pero que han peleado por modificar en parte el contenido
base propuesto desde EEUU, tal y como revelaron los documentos filtrados en
2013 a través de Wikileaks.
Finalmente, vemos en la aprobación del TPP un proceso
clave en el devenir de la geopolítica: en tanto que puede servir como
ejemplo y factor agilizador en la negociación de otros tratados del mismo
calado, como el TTIP. Ya que el TPP refuerza la posición de EEUU como potencia
clave en tanto que le otorga ‘poder estructural’, que significa la capacidad de
imponer reglas y normas de modo que otros tengan pocas alternativas aparte de
ajustarse.
En cualquier caso, el TPP solamente ha sido
sellado, ya que está pendiente de aprobación y ratificación por los gobiernos
y parlamentos de cada uno de los países firmantes. Mientras tanto, diferentes
organizaciones sociales y plataformas ciudadanas (como TPP
abierto o Chile Mejor Sin TPP) se mantienen en pie de
guerra trasladando a la opinión pública las consecuencias que conllevaría su
aprobación. Al igual que en anteriores ocasiones, como en el caso del ALCA, a
día de hoy resulta evidente que la clave de las victorias futuras para los
pueblos siguen pasando por la movilización social y la confrontación popular
contra esta arquitectura neoliberal.
Beatriz
Plaza (@BeaPlazaE) y Gorka Martija son investigadores del Observatorio de
Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad
Fuente: http://www.lamarea.com/2015/10/09/que-implicaciones-tiene-la-firma-del-tpp/
Fuente: http://www.lamarea.com/2015/10/09/que-implicaciones-tiene-la-firma-del-tpp/
III
EL ACUERDO DE ASOCIACIÓN TRANSPACÍFICO, EL GRAN NEGOCIO DE LAS GRANDES
COMPAÑÍAS FARMACÉUTICAS
12-10-2015
Traducido
del inglés para Rebelión por Germán Leyens
|
Todavía
no conocemos todo el contenido del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP,
por sus siglas en inglés) cerrado provisionalmente el 5 de octubre por negociadores
de 12 países de la costa del Pacífico, pero los críticos ya lo condenan por
numerosas razones, entre ellas sus generosas concesiones a la industria
farmacéutica.
Médicos sin Fronteras (MSF) afirma que el TPP
“pasará a los anales de la historia como el peor acuerdo comercial para el
acceso a medicinas en países en desarrollo”. [1] El motivo es que el TPP
ampliará la protección de las patentes para medicamentos de marca, con lo que
impedirá que lleguen al mercado medicamentos genéricos similares (mucho menos
costosos), lo que aumentará los precios.
Judit Rius Sanjuan, asesora de política legal de
MSF, declaró a voz.com que el TPP crea obligaciones relacionadas con
patentes en países que nunca las habían tenido antes. Los habitantes de “Perú,
Vietnam, Malasia y México” se verán especialmente afectados, dijo. “Se
enfrentarán precios más elevados durante más tiempo”. [2]
Ruth Lopert, profesora en la Universidad George
Washington, declaró a Bloomberg News que varias provisiones en el acuerdo TPP
afectarán a presupuestos de atención sanitaria en todos los países firmantes,
pero especialmente en los más pobres. “Hasta 40.000 personas en Vietnam, el
país más pobre en el acuerdo, podrían dejar de obtener medicamentos para
combatir el VIH por provisiones que aumentarán el precio de la terapia
farmacéutica”, afirmó. [3]
Otros países como Canadá también se verán afectados
por unos costes más elevados. El Consejo de Canadienses dice que “si se
ratifica el TPP, se prolongarán varias patentes farmacéuticas, con lo que se
retardará la puesta en circulación de medicamentos genéricos más asequibles y
se agregarán 2.000 millones de dólares a nuestra cuenta anual de atención
sanitaria”. [4] En EE.UU. muchas personas ya no puede permitirse el pago de los
costosos medicamentos que podrían salvar sus vidas y tratan de recurrir a
genéricos disponibles en el extranjero.
La ampliación de los derechos de patentes para
medicamentos que salvan vidas es un obvio obsequio a las grandes compañías
farmacéuticas. Conor J. Lynch en opendemocracy.net lo ha calificado de
“evidente regalo corporativo que afectaría al acceso internacional y
definitivamente causará muertes que se pueden prevenir. El objetivo obvio en
este caso es el aumento de los beneficios de la industria, simple y llanamente.
No es sorprendente, es lo que hace la industria privada, pero constituye un
serio dilema moral.” [5] Las recientes informaciones hacen aún más evidente ese
dilema moral.
Trampas tributarias
En una irónica coincidencia se llegó al Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP) el mismo día que
Citizens for Tax Justice y el US Public-Interest Research Group Education Fund
publicaban un informe condenatorio sobre evasión fiscal corporativa (Offshore
Shell Games 2015). El informe revela en qué medida importantes compañías
estadounidenses utilizan paraísos fiscales como Bermudas, Luxemburgo, las Islas
Caimán y Holanda para establecer “subsidiarias de evasión fiscal” que a menudo
no son sino una dirección postal.
De las 30 principales compañías de las 500
compañías de Fortune con más dinero en países fiscales en el extranjero,
nueve son compañías farmacéuticas: Pfizer (74.000 millones de dólares
mantenidos en el extranjero), Merck (60.000 millones de dólares), Johnson &
Johnson (53.400 millones), Proctor & Gamble (45.000 millones), Amgen
(29.300 millones), Eli Lilly (25.700 millones), Bristol Myers Squibb (24.000
millones), AbbeVie Inc. (23.000 millones) y Abbott Laboratories (23.000
millones de dólares). [6]
El informe señala acerca de Pfizer, el mayor
fabricante de medicamentos del mundo (con unas ganancias declaradas de 22.000
millones de dólares en 2013): “La compañía hizo más del 41 % de sus ventas en
EE.UU. entre 2008 y 2014, pero logró informar sobre ningún ingreso imponible para
siete años seguidos. Esto se debe a que Pfizer utiliza técnicas contables para
transferir offshore la ubicación de sus beneficios imponibles. Por
ejemplo, la compañía puede transferir patentes por sus medicamentos a una
subsidiaria en un país de bajos impuestos o libre de impuestos. Entonces,
cuando la división estadounidense de Pfizer vende el medicamento en EE.UU.
‘paga’ a su propia subsidiaria offshore altos aranceles por licencias
que convierten los beneficios en el interior en pérdidas en los libros y
transfiere los beneficios al extranjero.”
En general, el estudio estableció que las 500
mayores compañías de EE.UU. tienen más de 2,1 billones (millones de millones)
de dólares en beneficios acumulados offshore. “Para muchas compañías, el
aumento de los beneficios mantenidos offshore no significa construir
fábricas en el extranjero, vender más productos a clientes extranjeros o
realizar cualquier actividad verdadera de negocios en otros países”, sino
simplemente establecer una dirección postal.
Algunas compañías utilizan el dinero supuestamente
“atrapado” offshore como “colateral implicado” a fin de pedir prestados
fondos a tasas insignificantes para invertir en activos en EE.UU., el pago de
dividendos a accionistas, o recomprar acciones.
Por cierto, como deja en claro el informe, “el
Congreso, al no actuar para terminar con esta evasión de impuestos, obliga a
los estadounidenses de a pie a compensar la diferencia. Cada dólar de impuestos
que evaden las corporaciones utilizando paraísos fiscales debe ser compensado
mediante impuestos más elevados a los ciudadanos, recortes en inversiones
públicas y servicios públicos, o un aumento de la deuda federal.”
El informe establece que mediante una variedad de
medidas de evasión de impuestos las 500 mayores compañías con su sede en EE.UU.
deben colectivamente 620.000 millones de dólares en impuestos en ese país.
Golpe corporativo
Ahora el TPP (que se está denominando “NAFTA con
esteroides”) otorgaría a las grandes compañías farmacéuticas y a otras
multinacionales aún más “derechos” corporativos en más países, incluyendo el
controvertido mecanismo de arreglo de disputas entre inversionistas y Estados
(ISDS, por sus siglas en inglés) mediante el cual pueden demandar a los
gobiernos firmantes por cambios reguladores que afecten sus beneficios.
Como señala el sitio en la web canadiense rabble.ca
: “El gobierno canadiense está siendo demandado a través de NAFTA por Eli
Lilly, una compañía farmacéutica estadounidense, por haber invalidado las
extensiones de patentes de la firma para dos medicamentos de salud mental. Una
Corte Federal canadiense decidió en 2010 que las extensiones de las patentes no
habían generado los beneficios prometidos y que por ello los medicamentos
deberían ser liberados a la competencia genérica. Los medicamentos genéricos
reducen significativamente el coste para los usuarios, pero Eli Lilly reclamó y
lanzó una demanda según ISDS contra el gobierno por 500 millones de dólares en
compensación por los beneficios perdidos. El caso todavía se está considerando,
pero sin tener en cuenta el resultado podemos esperar que el TPP lleve a
disputas de ISDS semejantes. Poderosas compañías farmacéuticas multinacionales
utilizarán todos los medios disponibles para aferrarse a los monopolios de
medicamentos a precios exagerados. Las mayores protecciones de propiedad
intelectual en el TPP les otorgaránuna base casi legal aún más fuerte para
demandar a los gobiernos y excluir la competencia de [medicamentos] genéricos.”
[7]
El texto final del Acuerdo de Asociación
Transpacífico no estará disponible por lo menos hasta dentro de un mes,
probablemente semanas después de la elección federal canadiense del 19 de
octubre. Los detalles revelarán indudablemente más concesiones generosas a las
multinacionales. Corresponderá a los legisladores elegidos en los doce países
aprobar o rechazar el TPP. En Canadá, el dirigente del NPD Tom Mulcair ha
prometido descartar el acuerdo si es elegido Primer Ministro y explicó que el
gobierno de Stephen Harper no tenía mandato para firmarlo durante una campaña
electoral ya que es solo un gobierno “temporario”.
El sitio en la web estadounidense zerohedge.com
califica el TPP de “caballo de Troya” y de “golpe de las corporaciones
multinacionales que quieren un sometimiento global a sus planes”. De manera muy
clara, agrega: “Consumidor, cuidado. Ciudadanos, cuidado.” [8]
Notas/Enlaces:
[2] Julia Belluz, “How the Trans-Pacific
Partnership could drive up the cost of medicine worldwide”, Vox, 5 de octubre
de 2015.
[3] “Pacific Deal Rewrites Rules on Trade in Autos,
Patented Drugs”, Bloomberg News, 5 de octubre de 2015.
[4] Council of Canadians, “Tell party leaders:
Reject the TPP”, 6 de octubre de 2015.
[5] Conor J. Lynch, “Trans-Pacific Partnership’s
Big Pharma giveaway”, Open Democracy, 14 de febrero de 2015.
[7] Hadrian Mertins-Kirkwood, “Trans-Pacific
Partnership a big win for corporate interests”, Rabble.ca, 6 de octubre de,
2015.
[8] Tyler Durden, “Trans-Pacific Partnership Deal
Struck As ‘Corporate Secrecy’ Wins Again”, Zero Hedge, 5 de octubre de 2015.
Joyce Nelson es una escritora/investigadora
canadiense independiente que trabaja en su sexto libro.
IV
OPOSICIÓN AL ATP… TAMBIÉN EN ESTADOS UNIDOS
12-10-2015
Ya en la
edición de este periódico del 20 de septiembre, puse ejemplos de un viraje a la
izquierda en Estados Unidos con un ascenso en las encuestas del candidato
socialista Sanders, y una baja en la de Hillary Clinton, que de todos modos
sigue siendo la favorita para la candidatura presidencial del Partido
Demócrata, y también de la próxima presidencia.
Clinton había tenido el cuidado de no pronunciarse sobre el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, que ha de ser terrible para que lo hayan mantenido en secreto. En Estados Unidos han expresado su oposición al acuerdo, entre otros, los sindicatos, los grupos defensores del medio ambiente y varios de los llamados grupos liberales. Todos ellos, cuyos votos son muy necesarios para Clinton, en las elecciones primarias pero especialmente en los comicios presidenciales, por lo que ya hizo la primera declaración al respecto:
Clinton ahora ya se pronunció, afirmó no respaldar el acuerdo porque no contempla sanciones contra los países acusados de manipular su moneda, y porque las medidas dan demasiadas ventajas a las compañías farmacéuticas en detrimento de los pacientes y los consumidores.
El mes pasado, Clinton se opuso al oleoducto Keystone KL, que transportaría petróleo de Canadá al sur de Estados Unidos. En agosto, ella misma dijo que la decisión de Barack Obama de aprobar excavaciones petroleras submarinas en el Ártico no justifican los riesgos que representan para el medio ambiente. Además, ha dado a entender un desacuerdo con la política dura de Obama contra Rusia, Siria e Irán.
La mayor de las organizaciones sindicales, la AFL-CIO, pidió que se dieran a conocer los aspectos secretos del acuerdo, pues como lo dijimos, apresurarse a un mal acuerdo no traerá estabilidad económica a las familias trabajadoras.
Ya no digamos la presión del número creciente de posibles votantes que ha favorecido a Sanders en las encuestas.
Ahora se han filtrado de otros países algunos secretos como libertad para las grandes empresas para productos químicos para la agricultura y protección para su propiedad intelectual. Otros golpes al campo mexicano.
También hay limitaciones por el derecho a la información y al uso de Internet.
Todo indica que el gran apoyo a Obama es de grandes negocios, en especial de farmacéuticas. Pero, ¿cuántos votos le van a garantizar a su partido, si buena parte de ellos apoya a los republicanos?
Dicen que hacen esta medida para defenderse de China, pero ¿quiénes tienen más crecimiento económico? Hablan de la crisis de China y los que están o estamos en verdadera crisis somos nosotros. Vamos a hacer listas comparativas, todas del Banco Mundial, de 2014.
De esta parte del mundo (incluimos a Japón, primermundista y con bases militares estadunidenses):
¿Qué, se los va a comer China? Ella y sus vecinos sí progresan, aunque digan que está en crisis (mira quién habla). El presidente de Estados Unidos, en vez de trabajar para monopolios de su país y de otros, debería preocuparse por su posición política, como vimos al principio en la forma como se le critica.
Nosotros sí debemos preocuparnos por nuestro país. Ya hemos visto lo del Tratado de América del Norte, pregúntenles a los campesinos, a los ex obreros de industrias quebradas y demás.
En las oficinas de altos funcionarios han de estar brindando. Cada vez más lana. Cada vez más agradecimientos, principalmente en inglés.
Si en Estados Unidos están en contra sindicatos, ambientalistas y otros, ¿quiénes no lo estarán aquí cuando empiecen a sentir los trancazos, ahora en secreto?
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/11/opinion/014a1pol
Clinton había tenido el cuidado de no pronunciarse sobre el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, que ha de ser terrible para que lo hayan mantenido en secreto. En Estados Unidos han expresado su oposición al acuerdo, entre otros, los sindicatos, los grupos defensores del medio ambiente y varios de los llamados grupos liberales. Todos ellos, cuyos votos son muy necesarios para Clinton, en las elecciones primarias pero especialmente en los comicios presidenciales, por lo que ya hizo la primera declaración al respecto:
Clinton ahora ya se pronunció, afirmó no respaldar el acuerdo porque no contempla sanciones contra los países acusados de manipular su moneda, y porque las medidas dan demasiadas ventajas a las compañías farmacéuticas en detrimento de los pacientes y los consumidores.
El mes pasado, Clinton se opuso al oleoducto Keystone KL, que transportaría petróleo de Canadá al sur de Estados Unidos. En agosto, ella misma dijo que la decisión de Barack Obama de aprobar excavaciones petroleras submarinas en el Ártico no justifican los riesgos que representan para el medio ambiente. Además, ha dado a entender un desacuerdo con la política dura de Obama contra Rusia, Siria e Irán.
La mayor de las organizaciones sindicales, la AFL-CIO, pidió que se dieran a conocer los aspectos secretos del acuerdo, pues como lo dijimos, apresurarse a un mal acuerdo no traerá estabilidad económica a las familias trabajadoras.
Ya no digamos la presión del número creciente de posibles votantes que ha favorecido a Sanders en las encuestas.
Ahora se han filtrado de otros países algunos secretos como libertad para las grandes empresas para productos químicos para la agricultura y protección para su propiedad intelectual. Otros golpes al campo mexicano.
También hay limitaciones por el derecho a la información y al uso de Internet.
Todo indica que el gran apoyo a Obama es de grandes negocios, en especial de farmacéuticas. Pero, ¿cuántos votos le van a garantizar a su partido, si buena parte de ellos apoya a los republicanos?
Dicen que hacen esta medida para defenderse de China, pero ¿quiénes tienen más crecimiento económico? Hablan de la crisis de China y los que están o estamos en verdadera crisis somos nosotros. Vamos a hacer listas comparativas, todas del Banco Mundial, de 2014.
De esta parte del mundo (incluimos a Japón, primermundista y con bases militares estadunidenses):
¿Qué, se los va a comer China? Ella y sus vecinos sí progresan, aunque digan que está en crisis (mira quién habla). El presidente de Estados Unidos, en vez de trabajar para monopolios de su país y de otros, debería preocuparse por su posición política, como vimos al principio en la forma como se le critica.
Nosotros sí debemos preocuparnos por nuestro país. Ya hemos visto lo del Tratado de América del Norte, pregúntenles a los campesinos, a los ex obreros de industrias quebradas y demás.
En las oficinas de altos funcionarios han de estar brindando. Cada vez más lana. Cada vez más agradecimientos, principalmente en inglés.
Si en Estados Unidos están en contra sindicatos, ambientalistas y otros, ¿quiénes no lo estarán aquí cuando empiecen a sentir los trancazos, ahora en secreto?
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/11/opinion/014a1pol
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