Investig'Action
24-10-2015
Traducido
del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
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De nuevo
hay una enorme agitación en Palestina que tiene como consecuencia decenas de
muertos y heridos. ¿Qué motiva a estos palestinos?¿Se puede detener esta
limpieza étnica «a cámara lenta»? Marc Vandepitte intenta responder a estas
preguntas.
En la ocupada Palestina la situación nunca ha
estado en calma, pero en estas últimas semana la agitación es total. Cada día
se producen nuevos incidentes y manifestaciones con decenas de personas muertas
y una cantidad aún mayor de personas heridas. La agitación se extiende desde
Jerusalén al resto de los territorios palestinos y a otras ciudades de Israel.
En el origen de esta situación están las tensiones
en torno a la cuestión de la mezquita de al-Aqsa y algunas provocaciones del
lado judío. Las causas no son verdaderamente nuevas ni tampoco lo es la
revuelta de los palestinos.
La primera Intifada data de diciembre de 1987 y
duró seis años. La segunda explotó en 2000 y terminó en 2005. Pero, ¿qué empuja
incansablemente a los palestinos a la revuelta?
¿Una tierra sin pueblo?
Desde finales del siglo XIX los sionistas buscaban
una “tierra sin pueblo” para un “pueblo sin tierra”. Sin embargo, la “Tierra
Prometida”, Palestina, era todo excepto una tierra sin pueblo. Después de la
Segunda Guerra Mundial los palestinos representaban aproximadamente el 70 % de
la población local. Mala suerte para ellos. Una guerra sangrienta y algunas
oleadas terroristas en 1948-1949 iban a dar a los judíos de Europa el Lebensraum
[espacio vital] que necesitaban.
Cientos de pueblos fueron destruidos y despoblados.
Millones de palestinos huidos viven desde entonces en campos de refugiados en
Líbano, Siria y Jordania. Actualmente son siete millones de personas.
Las personas que se quedaron fueron expulsadas
hacia dos enclaves: Gaza y Cisjordania. De hecho, Gaza es un gran campo de
refugiados cerrado herméticamente en el que 1,8 millón de personas viven
hacinadas en una superficie de apenas 150 kilómetros cuadrados. Como se ve en
el mapa (1), Cisjordania está completamente dividida y los colonos judíos se
apropian continuamente del territorio.
¿Qué ocurriría si Bélgica fuera la Tierra
Prometida?
Nos resulta difícil de imaginar lo que
significaría. Para dar una idea he reflejado en un mapa de Bélgica en qué se
habría convertido nuestro país de haber sido elegido como «Tierra Prometida».
Las zonas en verde son los territorios en los que subsistirían unos enclaves
«belgas». En el resto de Bélgica vivirían 1,4 millón de compatriotas como
ciudadanos de segunda categoría.
Nuestro país no tendría una salida portuaria al mar
ni, por supuesto, un aeropuerto y la mayoría de las carreteras estarían
bloqueadas. No tendríamos moneda propia ni control sobre nuestra economía ni
sobre los ingresos fiscales.
Tampoco tendríamos control sobre la gestión de las
aguas y de los recursos energéticos y ni siquiera un registro de la población.
La militarización de la economía
En los últimos veinte años la situación de los
palestinos ha empeorado sustancialmente a consecuencia, sobre todo, de las
modificaciones de la orientación económica de Israel, pero también de la
inmigración desde la Unión Soviética.
En las décadas de 1980 y 1990 la economía israelí
conoció unos cambios fundamentales al desplazarse los esfuerzos desde la
industria tradicional y la agricultura hacia las tecnologías de punta, las
telecomunicaciones, las tecnologías de la web, etc (2). «Tras el estallido de la
burbuja internet en 2000 y tras el once de septiembre un año después vino una
segunda oleada, de hecho una militarización «high-tech» de la economía. Muchas
empresas se especializaron en la seguridad interna. Las empresas israelíes se
pusieron a la cabeza a escala mundial y todavía hoy ejercen una posición
dominante en este sector. Las fuerzas armadas israelíes han desempeñado un
papel de incubadora en este proceso [3].»
La caída de la Unión Soviética, que supuso un
verdadero baño de sangre para su población, tuvo como consecuencia en la década
de 1990 la emigración de casi un millón de judíos a Israel, más de una quinta
parte de la población judía de Israel en aquel momento. Además de ello hubo una
importante inmigración proveniente de Asia y África. Esta invasión migratoria
trastocó profundamente el mercado laboral.
Hasta entonces la economía israelí había dependido
de una mano de obra palestina barata. Decenas de miles de palestinos se
trasladaban diariamente desde los territorios ocupados a Israel donde
desempeñaban diferentes trabajos poco remuneradores. Con la nueva oleada de
recién llegados esto ya no era necesario puesto que los inmigrados soviéticos o
asiáticos ocuparon estos puestos de trabajo, tanto más cuanto que entre los
cientos de miles de exsoviéticos había científicos de alto nivel que
encontraron con toda naturalidad su lugar en la industria puntera israelí.
Del estatuto de trabajador al de cobaya de la
industria de seguridad
De pronto Israel dejó de necesitar (o ya no los
necesitó tanto) a los trabajadores palestinos, baratos aunque «molestos », y
estos fueron degradados a ser únicamente una población excedente y marginada
[4], lo que se tradujo en una política de «cierre»: a partir de 1993 Israel
cerró regularmente los territorios ocupados e impidió a los palestinos acudir a
sus lugares de trabajo. A partir de 2002 este «cierre» se transformó en un
verdadero muro de casi diez metros de altura a propósito del cual se elevó en
todo el mundo una oleada de protestas que se encontró con la indiferencia del
capital israelí en la medida en que, de creer a Naomi Klein [5], este alboroto
solo era una publicidad gratuita para la industria de seguridad.
A consecuencia de esta política de cierre la
economía de Palestina se desplomó y el paro llegó a unas cifras astronómicas.
Actualmente el 40 % de los jóvenes palestinos están sin trabajo y sin
perspectivas de trabajo para el futuro. [6]
Si bien los palestinos ya no son útiles como mano
de obra barata, en cambio son un magnífico terreno de experimentación para la
industria de seguridad. Los últimos descubrimientos en materia de seguridad o
las nuevas técnicas de ataque se prueban en la población palestina. Así, las
últimas guerras contra Gaza han supuesto unos magníficos «trabajos prácticos»
para las nuevas armas y para los drones del complejo industrial-militar, lo que
ha servido a estas empresas para conseguir nuevos contratos [7]. Las grandes
empresas israelíes se han vuelto cada vez más dependientes de las guerras y
conflictos en Palestina y en la región. Mal de muchos...
¿Hacia una solución final?
El proyecto sionista suponía y sigue suponiendo una
tierra sin pueblo, es decir, una limpieza étnica completa de Palestina. Había
tres factores que impedían todavía la realización de este proyecto: 1) Una
dependencia de una mano de obra barata, 2) una fuerte resistencia palestina que
hacía que se dispararan las pérdidas en el lado israelí, 3) la opinión pública
y unas posibles sanciones extranjeras, en particular, unas sanciones
económicas.
El primer factor ha desaparecido. La población
palestina ha dejado de ser útil y ahora es molesta además de ser excesiva. En
1948 se había eliminado a una parte importante de la población palestina, es el
momento de acabar el trabajo y de limpiar todo el territorio. «Ni siquiera la
gran democracia estadounidense habría podido existir sin la destrucción de los
indios», nos dice en 2004 Benny Moris, historiador de la Universidad Ben Gurion
[8].
A este respecto Lieberman, ministro del Interior
hasta mayo de 2015, piensa en unos métodos que hoy utiliza el ISIS: «Quien está
con nosotros debe tener derecho a todo, pero no hay alternativa para quien está
contra nosotros. Hacha en mano, debemos cortarle la cabeza. Para nosotros no
hay otro medio de sobrevivir aquí [9]».
Pero los dos últimos factores impiden todavía la
solución final. La resistencia de la población palestina durante la ultima
guerra contra Gaza demostró que sería imposible «evacuar» ese territorio sin
sufrir una pérdidas importantes en el lado israelí. [10]
Todo permite suponer que esto
también vale para Cisjordania. Por lo que se refiere al tercer factor, el
tiempo juega en contra de los sionistas. Estamos siendo testigos tanto de una
protesta mundial contra las brutales tomas de postura de Israel, como de unas
campañas de boicot cada vez extendidas.
Una limpieza étnica “a cámara lenta” financiada por
Occidente
En estas condiciones es impensable una limpieza
étnica rápida a gran escala, así que se opta por un enfoque progresivo e
indirecto. Se opera en dos aspectos. El primero consiste en la llegada continua
de colonos. En 1990 eran 200.000 en Cisjordania y Jerusalén. Hoy son 600.000,
lo que equivale a una cuarta parte de la población palestina del entorno. [11]
Ciudades como Belén están completamente rodeadas por las nuevas colonias y van
siendo aisladas poco a poco del resto de los territorios palestinos.
El segundo aspecto consiste en hacer lo más
insoportable posible la existencia de los palestinos y en aterrorizar a los
habitantes hasta conseguir que se vayan por decisión propia. Una especie de
estrategia del hambre combinada con un acoso intensivo y la práctica del terror
permanente. La más afectada es Gaza. En siete años esta superpoblada franja de
tierra ha sido bombardeada tres veces durante semanas, al tiempo que se
destruía deliberadamente hospitales, escuelas, empresas, tierras agrícolas e
instalaciones eléctricas. [12]
Según la ONU, hará falta un mínimo de veinte años
para reconstruir Gaza [13] y ello en caso de que lo permita Israel. Una vez
acabados los bombardeos, la reconstrucción es prácticamente imposible mientras
el territorio esté aislado del resto del mundo. Actualmente el 70 % de su
población vive en la pobreza y más del 50 % en la precariedad alimentaria. [14]
La situación alimentaria en Palestina es peor que en el África sub-sahariana.
[15] El objetivo de ello: hacer que Gaza sea prácticamente inhabitable a corto
plazo. [16]
También la situación en Cisjordania es mala.
Algunos ejemplos: el 83 % de las reservas de agua del subsuelo de Cisjordania
va a los colonos judíos (el 17 % de la población) y al propio Israel. [17] La
cosecha de aceitunas es muy importante para Cisjordania desde el punto de vista
económico. A lo largo de los últimos cincuenta años los colonos judíos han
destruido 800.000 olivos. [18] Los habitantes de Cisjordania tienen que esperar
horas en los checkpoints para llegar al trabajo o visitar a algún familiar. Hay
que saber que estos checkpoints están construidos, entre otras cosas, con el
dinero concedido por la Comunidad Europea. La lista es interminable.
El gobierno israelí ataca conscientemente a los
menores palestinos para presionar a sus padres y obligarles a partir. En los 15
últimos años las fuerzas israelíes han asesinado a 2.600 niños y otros 22.000
han resultado heridos o mutilados. [19] Solo el año pasado unos 1.300 niños
fueron secuestrados, interrogados y torturados. [20] El hecho de permanecer y
de vivir en Palestina en semejantes condiciones es en sí un acto de resistencia
heroica. Pero no hay que sorprenderse de que regularmente se supere el nivel de
resistencia y de que sus habitantes, individual o colectivamente, se rebelen
contra esta limpieza étnica «a cámara lenta».
Lo más grave es que la Unión Europea y Estados Unidos
siguen legitimando y patrocinando este régimen. Sin su apoyo el proceso
sionista se desmoronaría rápidamente. Como en el caso de los regímenes de
apartheid, la solución también está en nuestras manos. Es el momento de actuar.
Bibliografía
Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van
rampenkapitalisme , Breda 2009. [Traducción al castellano, La doctrina
del shock , Barcelona, Planeta, 2012].
Nitzan J. & Bichler S., The Global Political
Economy of Israel, Londres, 2002, http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002....
Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli
Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/ ....
Notas
[1] http://972mag.com/space-control-and....
2 Nitzan J. & Bichler S., The Global
Political Economy of Israel , http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002..., p.
274v.
3 Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van
rampenkapitalisme , Breda 2009, p. 534 en 542.
4 Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli
Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/....
5 Klein N., id., p. 547.
6 http://www.pcbs.gov.ps/site/512/def....
7 http://www.globalresearch.ca/the-be....
8 Declaración en una entrevista de Haaretz.
http://www.haaretz.com/survival-of-... ; citado en Robinson, W., art. cit.
9 ‘Israeli foreign minister says disloyal Arabs
should be beheaded’, https://www.washingtonpost.com/news....
10 Vandepitte M., ‘Gaza : malgré leur absolue
supériorité militaire, Israël est en train de perdre la guerre,
http://www.dewereldmorgen.be/artike....
11 http://www.bloombergview.com/quickt... ;
http://www.imemc.org/article/73058 ; http://en.wikipedia.org/wiki/Israel....
12 Vandepitte M., Catastrofe Gaza cartographié,
http://www.dewereldmorgen.be/artike....
13 http://mondoweiss.net/2015/02/israe....
14 http://www.juancole.com/2015/10/per... ;
http://reliefweb.int/report/occupie....
15 El índice de carencias alimentarias
(kilocalorías por persona al día) indica 211, mientras que el África
sub-sahariana son 149. http://knoema.com/HDR2014/human-dev....
16 http://unctad.org/en/pages/newsdeta....
17 La foto de la piscina es del New York Time
que excusa con ligereza el robo de agua.
http://www.nytimes.com/2015/05/30/w.... Cfr. http://timeswarp.org/2015/05/30/ny-....
18 http://mondoweiss.net/2015/04/settl....
19 https://www.4palkids.org/petition-t....
20 http://mondoweiss.net/2015/06/pales....
21 Nitzan J. & Bichler S., The Global
Political Economy of Israel, http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002..., p.
274v.
22 Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van
rampenkapitalisme , Breda 2009, p. 534 en 542.
23 Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli
Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/....
Traducido del neerlandés al francés por Anne
Bienfait para Investig’Action
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