1.- ELECCIONES
PRIMARIAS
El próximo 3 de octubre el pueblo peruano volverá a las urnas en nuevos
comicios municipales y regionales. Desde 1980 hay elecciones municipales.
¿Tienen importancia?
Sí, y capital importancia. Para comprenderla, hay que analizar dos puntos:
1º La elección es un medio de engaño. En dos siglos de independencia,
esto siempre ha ocurrido. El sistema obliga a votar, pero hasta prohíbe que el
pueblo tenga sus propios candidatos. En cada proceso surgen como hongos los
promeseros de turno. Comienzan prometiendo luchar “contra los hambreadotes del
pueblo” y “contra la corrupción” Luego prometen generar “millones de empleos”,
construir “millones de viviendas” Apenas pasa el proceso, el ganador hace lo
contrario de lo que prometió. Termina el período de gestión, se abre otro
proceso, y se repite la misma historia. Este medio de engaño es propiedad de la
política criolla, hasta con derecho de autor.
2º La elección es un instrumento de emancipación. Este instrumento es
propiedad de la política de resurgimiento, con derecho de autor del pueblo
trabajador. Nuestro país está desagrarizado, desindustrializado, informalizado.
Es un país de capitalismo marginal, supeditado totalmente al capitalismo
transnacional. Pero este capitalismo está en su mayor crisis general y
generalizada; y a la gran crisis de 2008 le sigue la presente con mayor
profundidad. Por eso ahora el sistema criminaliza la protesta popular. Pero si
el sistema está preparado militar, policial, judicialmente, el pueblo también
debe prepararse, porque lo que se viene es peor de lo que ya ha ocurrido. Pero,
¿cómo prepararse?
“Para aprender a nadar hay que meterse en el agua” El salvavidas del pueblo es
su derecho al trabajo emancipado, a la vida digna con educación y salud, al
cambio social. Este trabajo emancipado es el trabajo creador, este estudio es
la educación para el trabajo, esta salud es para la mente sana en cuerpo sano.
Este salvavidas permite a los activistas, mayoritariamente jóvenes en el censo
electoral, elevar el entusiasmo del pueblo trabajador en el barrio, vecindario,
municipio. Con propaganda de sus ideas, con agitación de sus reivindicaciones,
la política creadora se impondrá a la política criolla. Y si la política
criolla tiene “derecho” a la represión, la política creadora tiene derecho
al Cambio Social del sistema.
2.- PREPARACIÓN
DE LA ORGANIZACIÓN
La tarea de todo activista es contribuir autónomamente a la preparación de
la organización. Pero, ¿cómo realizar esta preparación?
Entusiasmado por su descubrimiento, Arquímedes dijo “dadme una palanca y moveré
el mundo” Para el activista, la organización es esa palanca para mover el país
y sacarlo del atraso en que se encuentra desagrarizado, desindustrializado,
informalizado.
En el vecindario, barrio, municipio el activista advierte múltiples relaciones
internas y externas de los diferentes grupos, capas, clases sociales. Así capta
la importancia del estudio, manejo y dominio del porqué de la contradicción
atraso-progreso. Este primer paso consolida el trabajo perseverante
En el vecindario, barrio, municipio el activista advierte, directa o
indirectamente, que menos son los explotadores y más son los explotados.
Advierte la cadena de explotación, donde el funcionario de abajo se muestra
servil ante el funcionario de arriba pero déspota ante el pueblo trabajador.
Así es como hasta palpa que el Estado es el órgano de la clase dominante, con
su policía y ejército visibles y prontos a la represión y masacre; con sus
aparatos ideológicos a su servicio: educación, religión, juzgados, prensa,
radio, televisión, espectáculos, otros
En el vecindario, barrio, municipio el activista advierte la presencia de
grupos políticos tradicionales. No hay rincón del país donde no estén
repartiéndose presencia en el aparato de Estado por cuotas burocráticas. Ahí es
donde se aprende que el sufragio universal es sólo medio de engaño, el viejo
circo para distraer a las masas y engañarlas con la táctica
gobierno-oposición. El sistema siempre tiene una “izquierda” en la manga y
que siempre es de su capitalismo marginal, de su burguesía rentista, de su
liberalismo trasnochado. Y la reacción impone su “democracia” mediante este
medio de engaño.
En el vecindario, barrio, municipio el activista advierte la presencia de
trabajadores que se elevan del interés de clase a la conciencia de clase, de la
oposición protestadora o protestataria a la oposición contestadora o
contestataria. ¡Él mismo es uno de ellos! De ahí pasa a comprender que
para “combatir el orden social, sus instituciones, sus injusticias y sus
crímenes” hay que preparar “la organización de obreros y campesinos con
carácter netamente clasista”, pues son las masas obreras y campesinas las que
componen las cuatro quintas partes de la población.
Jamás se debe
olvidar que “la organización decuplica las fuerzas”
3.-
TRABAJO-EDUCACIÓN-SALUD
Sin luchas no hay victoria. La jornada de 8 horas y el salario mínimo, el
derecho de huelga y la jubilación, la dispensa por maternidad y el salario
igual por trabajo igual, el reconocimiento de la enfermedad profesional y el
seguro social obligatorio, todas sus conquistas las ha logrado el trabajador a
costa de inmenso esfuerzo y heroísmo, jamás como limosna o graciosa concesión.
Todo esto y mucho más ha perdido el pueblo trabajador en las últimas décadas,
con la imposición del neoliberalismo. Vive en un sistema de total precariedad
en tres niveles: primero de alimentación-comunicación-descanso, segundo de
vivienda-vestido-recreación, tercero de trabajo-educación-salud.
Pero la principal de todas es la precariedad laboral. Sin solucionar esta
precariedad no puede solucionarse ninguna otra precariedad. Sin trabajo falta
todo.
El trabajo ha hecho al hombre, sin educación no hay calificación laboral, y
bien se sabe que mente sana en cuerpo sano. El pleno empleo, la capacitación
laboral, el cuidado de la salud, son el prerrequisito para el progreso de los
pueblos. Pero ahora el pueblo peruano quiere trabajar y se le cierran el campo,
la fábrica, el comercio; quiere estudiar y se le cierran la escuela, el
politécnico, la universidad; quiere ser sano y se le cierran el consultorio
médico, la policlínica, el hospital. Y cunden el desempleo, el analfabetismo,
la insalubridad. ¿Puede el buen vecino ser indiferente ante este cuadro, que
aumenta pavorosamente día a día? Entonces, ¡ante la precariedad,
seguridad!
Por eso el pueblo trabajador debe luchar, ante todo y sobre todo por su seguridad
laboral. El pueblo trabajador debe luchar por un Estado y sus
representantes que aseguren, ante todo y sobre todo su seguridad laboral.
La razón de un Estado es dirigir la producción y distribuir lo producido. Con
el neoliberalismo, el Estado actual ni dirige la producción ni distribuye lo
producido. Sólo se ha quedado con su función de represión, su criminalización
de la protesta popular.
Dirigir la producción significa que la agricultura asegure la alimentación del
pueblo trabajador, que la industria produzca sus máquinas-herramientas, que sus
servicios de educación y salud aseguren la educación para el trabajo y la mente
sana en cuerpo sano. Sólo la seguridad en trabajo-educación-salud puede
garantizar la seguridad en alimentación y vivienda, en comunicación y vestido,
en descanso y recreación.
Por eso, el Programa del Pueblo Trabajador es Trabajo-Educación-Salud
4.-
TRABAJO-EDUCACIÓN-SALUD
Y DERECHOS
HUMANOS
El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas ONU
aprobó la conocida y famosa Declaración Universal de los Derechos Humanos,
que consta de 30 Artículos. Ahora, para los gobiernos de turno esa Declaración
“ha perdido el cero” y los Derechos Humanos apenas son tres: “ver, oír y
callar”
Sin embargo, si el pueblo la tiene presente y la sabe utilizar, es un buen
respaldo jurídico e internacional para sus propios derechos, para el Derecho
Poblano. Veamos:
1) Derecho al Trabajo
Emancipado: “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de
su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo” (Art. 23-1) Pero, ahora el desempleo
cunde en todo el mundo, y en nuestros países supera el 20%
2) Derecho a la Vida Digna:
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios;
tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad,
invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia
por circunstancias independientes de su voluntad” (Art. 25-1) Es decir,
no sólo vida física sino también vida intelectual, no sólo vida material sino
también vida espiritual. En verdad, Vida Digna.
3) Derecho al Cambio Social:
“Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional
en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
plenamente efectivos” (Art. 28) Si algún sistema dominante deviene
caduco, inepto, corrupto, ¿por qué, entonces, el pueblo trabajador no debe
luchar por cambiarlo?
Aún más, estos tres derechos tienen la protección de la Declaración: “Considerando
esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de derecho, a
fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión
contra la tiranía y la opresión” (Preámbulo, Consideración 3)
Por eso, como el sistema dominante pisotea esta Declaración Universal, el
pueblo peruano tiene incluso derecho a la rebelión contra la tiranía y la
opresión.
Por eso nosotros, ciudadanos todos, ¡tenemos la palabra: Cambio Social!
5.-
TRABAJO-EDUCACIÓN-SALUD
Y TRADICIÓN DE
LUCHA
El pueblo peruano siempre ha luchado por sus derechos básicos. El Perú
pre-colombino tenía tres grandes términos para su actividad laboral: ayni
(actividad recíproca entre vecinos), minga (actividad colectiva), llank’ay
(actividad por iniciativa individual) Éste es un gran aporte en la comprensión
de la actividad humana solidaria encaminada a un fin, tres palabras específicas
que no se encuentran en otros idiomas.
Desde la colonia se impuso el trabajo “para el patrón”, sea de los esclavos y
los siervos para los gamonales, sea de los asalariados para los propietarios de
los medios de producción. La Independencia abolió la esclavitud. Con la
República ha ido desapareciendo la servidumbre. Pero con la crisis actual del
sistema dominante cunde el desempleo y la informalidad de los trabajadores en
general.
Al Centenario de la Independencia el pueblo trabajador logró la jornada de 8
horas, salario mínimo, seguro social, prestaciones sociales. Ahora, al
Bicentenario, ha perdido todas sus conquistas laborales. Por eso tiene que
seguir luchando.
Su tradición de lucha deja grandes experiencias. En los años 20 del siglo
pasado ya se señalaba que "La reivindicación que sostenemos es la del
trabajo. Es la de las clases trabajadoras, sin distinción de costa ni de
sierra, de indio ni de cholo", que "La verdad de nuestra época es la
Revolución. La revolución que será para los pobres no sólo la conquista del
pan, sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de
todas las complacencias del espíritu" y que "por encima de lo que los
diferencia, todos estos espíritus ponen lo que los aproxima y mancomuna: su
voluntad de crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo" Es decir, desde
esos años ya se luchaba concretamente por el derecho al trabajo emancipado,
por el derecho a la vida digna (física y espiritual), por el derecho al cambio
social, derechos que ahora tienen incluso el respaldo de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
Estas reivindicaciones son, pues, la esencia de la política del pueblo
trabajador. Y en todo proceso electoral bien se sabe que se enfrentan dos
políticas, la política criolla y la política del pueblo trabajador.
Si el pueblo trabajador va al proceso electoral conociendo y enarbolando sus
propios derechos, fortalecerá su unidad, su organización, su conciencia, y
estará cada vez más cerca de lograr el cambio social que tanto requiere nuestro
país.
Ragarro
09.08.10
-.o0o.-
Nota.- El presente artículo se difundió para las elecciones primarias de
hace cinco años. Se difunde nuevamente con el siguiente agregado:
Los obreros franceses…
Han transformado el
sufragio universal
de medio de engaño que
había sido hasta aquí,
en instrumento de
emancipación
Carlos Marx
Introducción teórica al
Programa del Partido
Obrero Francés
Congreso de El Havre,
1880
|
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
14 de octubre de 2015
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