José Felix
Interesante el análisis de
Olmedo Beluche con respecto al momento actual en América Latina y el mundo.
Luego de la lectura, como conclusión, no cabe la menor duda de que el
capitalismo ha dejado de coincidir con el progreso humano. Vive su crisis
terminal. En efecto, como dice el autor, “Se acerca el final de doscientos años
de estabilidad política en Washington, centro del capitalismo mundial”. Vale la
nota que sigue, difundida el 300516, como preámbulo al artículo “PARA
COMPRENDER EL MOMENTO POLÍTICO ACTUAL DE AMERICA LATINA Y EL MUNDO”. He aquí:
Al compartir la cadena
solidaria con Dilma Rousseff, la Presidente de Brasil, a través de Facebook,
surgió un comentario en los siguientes términos: “El gigante de Sud
América, así como Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador sabemos k se
encuentran con dificultades tanto social, político y económico por seguir una
doctrina represiva con el fin de conseguir el máximo poder con represión y
terror. Les sugiero k revisen su hoja de vida de la Sra Dilma y cómo llegó a
ser la presidente de Brasil”.
Las discrepancias son
saludables cuando se sustentan en ideas racionales. No se trata de asumir una
defensa ciega de un sistema caduco que para sobrevivir se ha convertido en
capitalismo salvaje donde impera una represión de baja intensidad y
generalizada.
Dilma es una mujer de lucha
que se inició muy joven, enfrentándose a la dictadura militar en su país. Por
su acción política contestataria, fue detenida y torturada. Estas acciones de
represión no doblegaron su espíritu de lucha y persistió, de acuerdo a su
convicción, en la vida política de su país. He ahí su mérito. Sin embargo
este hecho es oportuno para revisar el proceso histórico y aclarar ideas.
Tanto en Brasil como en
Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y otros países, en cada
proceso electoral (que es un engaño), los candidatos, sea de izquierda o de
derecha, sólo llegan a la administración del gobierno más no detentan el poder
(el PODER, en el actual sistema social, siempre estará detrás del trono). Ya lo
dijo Evo Morales, “he llegado al gobierno más no al poder”. Lo que es más, el
elegido se define en el seno de la clase dominante y no en las urnas. A estas
alturas, sin llegar al 5 de junio ya saben quién es el presidente. Todo lo
demás es un circo para engañar al pueblo-pueblo. El poder económico, político y
cultural, está en manos de la clase dominante. Y si alguna organización
política del pueblo llega al gobierno e intenta tomar el poder, desplazando a
la clase dominante, como sucedió en Chile con Allende de la Unidad Popular y
ahora en Venezuela, las fuerzas oscuras dirigidas desde EE.UU sacarán sus
garras y los aniquilarán a sangre y fuego. De allí que es importante el trabajo
metódico, participando en todo proceso electoral para hacer uso de la tribuna y
difundir ideas clasista. Lo que cuenta es la preparación de la organización,
vale decir un Partido de masas y de ideas, con Programa Reivindicativo y
Programa Prospectivo, orientado a la toma del poder, gobierno del nuevo poder y
extinción del poder. De allí también la vigencia de seguir preparando a las
nuevas generaciones para que cumplan dignamente su rol cuando les corresponde
asumir su gestión. Es una larga lucha iniciada, con razón y ventaja, por la
primera generación del Socialismo Peruano dirigido por el Amauta y continuada
con las nuevas generaciones siguiendo el Camino de Mariátegui. Tiempo al
tiempo.
La historia nos da cuenta de
la evolución de la humanidad. En la COMUNIDAD PRIMITIVA no existieron clases
sociales (sistema social aclasista) porque no existió propiedad privada sobre
los medios de producción. La Seguridad Vital
(Alimentación-Comunicación-Descanso) era lo fundamental para todo ser viviente.
Con el devenir de los años, aparece el Estado como órgano de represión, dando
curso al ESCLAVISMO, cuya ideología se sustenta en el idealismo. Es entonces
cuando nace la dictadura de la clase dominante (Los esclavistas). Sobre
el particular existen una serie de ejemplos ilustrativos, tal es el caso de
Espartaco. La historia sigue su curso y al esclavismo le sucede el FEUDALISMO,
sustentado en una economía autárquica donde se producía lo necesario para el
consumo del feudo. La propiedad de la tierra era la base de la riqueza.
Políticamente el Rey era el elemento más importante de la sociedad feudal. Como
consecuencia de largas jornadas de lucha contra el viejo orden social, surge el
CAPITALISMO como un nuevo sistema económico y político, sustentado en el
liberalismo. Vale decir, un sistema que da plena libertad a las fuerzas
económicas sin mayor control de parte del Estado. De ahí que los ricos se hacen
cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. En el capitalismo impera
la propiedad privada sobre los medios de producción, teniendo como eje de la
vida económica el acopio de capital. La fase superior del capitalismo es
el Imperialismo que se caracteriza por el dominio de una potencia a otras
naciones. Para el efecto hace uso del poderío de su fuerza militar
invadiendo a países objetivos y tomando el poder total o parcial. Utiliza a
líderes lacayos de países sometidos con el cuento de implantar el orden.
En la actualidad el
Capitalismo como sistema social está en crisis. A inicios de la década
del 70 (siglo anterior), al darse el encuentro entre Kissinger (EE.UU) y Zhou
Enlai (China Popular), en acto anecdótico, luego de haber plasmado acuerdos
históricos entre ambos países, se produjo un diálogo entre ambos líderes. He
aquí: Kissinger, diplomático muy hábil, al culminar la histórica reunión le
jugó una broma a Zhou Enlai, destacado líder de la revolución China. Le
preguntó, Zhou Enlai, ¿por qué los chinos caminan con la cabeza gacha?. El
dirigente chino, de inmediato respondió: Efectivamente, los chinos caminamos
con la cabeza inclinada porque estamos subiendo la montaña. En cambio ustedes
caminan sacando pecho, porque están bajando de la montaña. En concreto,
Socialismo en ascenso (Progreso) y Capitalismo en descenso (crisis terminal).
Siguiendo el curso de la
evolución de la humanidad, el sistema que sucederá al capitalismo es el
SOCIALISMO. De allí el dilema de nuestro tiempo, Socialismo o Capitalismo.
Contradicción que se resolverá en el proceso histórico de la humanidad.
El SOCIALISMO aspira a una
democracia participativa, denominada también nueva democracia. Se
caracteriza porque el sistema económico es centralizado y planificado bajo la
dirección estatal. El objetivo es eliminar la anarquía de la producción que se
da en el capitalismo. La producción tiene fines de uso y de allí la
máxima: “de cada uno según su trabajo, a cada uno según su capacidad”. Y
para culminar, bien vale recordar el mensaje de Mariátegui: “El destino del
hombre es la creación. Y el trabajo es creación, vale decir liberación. El
hombre se realiza en su trabajo”. Y como mensaje final, he aquí la voz de
nuestro tiempo: “Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la
creación del socialismo peruano” (JCM)
Visto panorámicamente, en
apretada síntesis, el devenir de la humanidad, se entenderá entonces con
mayor claridad lo que viene sucediendo en los diversos países de América del
Sur y del mundo. Todo cambio social se desarrolla en medio y a través de
contradicciones, donde el pueblo afina su organización, adaptando diferentes
denominaciones, para la conquista de sus más altos
ideales. (jfd-30.05.16)
Para
comprender nuestra situación actual
PARA
COMPRENDER EL MOMENTO POLÍTICO ACTUAL
DE
AMÉRICA LATINA Y EL MUNDO
Por
Olmedo Beluche
Comprender
el momento actual que atraviesa Latinoamérica no es posible sin comprender lo
que sucede en el mundo, cada vez más integrado por la globalización. Los
acontecimientos dramáticos de Brasil, Venezuela, México o Argentina, solo
pueden ser entendidos en ese marco general que aquí procuramos fotografiar en
pocas páginas:
1. Una
crisis dramática atraviesa a la humanidad entera. Una crisis que ha reducido a
cenizas, literalmente hablando, países enteros en Medio Oriente (como Siria,
Irak, Afganistán) y parte de África (como Libia, Sudán). Una crisis que conduce
a millones de seres humanos, niños incluidos, a deambular hacia los países del
norte en busca de una esperanza, ya sea que lleguen a pie desde Oriente a tocar
las puertas de Europa, en pateras desde África, cruzando el río Grande y el
desierto en Estados Unidos. Esa crisis humanitaria es la crisis sin salida del
sistema capitalista mundial, como la ha llamado el compañero Fred Goldstein.
Crisis del capitalismo depredador que saquea países enteros, lucra con las
armas, destruye los derechos sociales de los pueblos, todo para asegurar la
sacrosanta ganancia de un puñado de empresas y sus dueños.
2. Esa
enorme crisis humana es más grave aún, porque también están sumidos en ella los
países a los que acuden en busca de esperanza de un pedazo de pan para sus
hijos y de un trabajo, esas millones de personas. Europa occidental y Estados
Unidos están sumidos en una crisis económica de gran envergadura, con grandes
segmentos de su población sumidos en la pobreza, bajos salarios, desempleo y
marginalidad. De manera que los millones de pobres que tocan a la puerta de los
países capitalistas industrializados se suman a los millones de pobres que ya
viven ahí. Una crisis humana de esa envergadura no se veía desde la Segunda
Guerra Mundial y, como aquella, es una crisis del capitalismo sin salida.
3. Pero
la crisis actual tiene una dimensión adicional que no existía antes: una
catástrofe ambiental gigantesca, cuyo aspecto más dramático es el llamado
cambio climático y sus consecuencias a escala global. Que también se expresa en
cada país, ya sea como polución industrial o como resultado de la destrucción
masiva de la naturaleza con la industria extractiva de minerales y el abuso de
las hidroeléctricas. Catástrofe ambiental producida por la depredación del modo
de producción capitalista cuyo objetivo es una absurda e irracional búsqueda de
la ganancia, pasando por encima de la naturaleza, la gente y las comunidades.
Es la crisis del capitalismo sin salida.
4. La
crisis económica y humana tiene sus claras expresiones en la política. La
"anomalía" que han representado en el sistema político norteamericano
las candidaturas del socialista Bernie Sanders, por los demócratas, y del ultraderechista
Donald Trump, por los republicanos, son la expresión de la búsqueda de una
salida de millones de ciudadanos que intuyen o son conscientes de que "las
cosas no pueden seguir como antes". Se acerca el final de doscientos años
de estabilidad política en Washington, centro del capitalismo mundial. Europa
también ve crecer las alternativas a la izquierda y a la extrema derecha,
mientras se desvanecen los partidos de "centro" (como la
socialdemocracia) que garantizaron la gobernabilidad los últimos sesenta años.
Fenómenos como los indignados en España o Francia, o el nuevo laborismo en
Inglaterra, así como el crecimiento de los partidos xenófobos en Alemania y
Austria son expresiones de esa crisis del capitalismo y de la búsqueda de una
salida por parte de la gente.
5. América
Latina vive de manera particular la crisis de la globalización neoliberal. Tal
vez su aspecto más dramático, por ser el que destacan los medios de
comunicación de masas siguiendo objetivos políticos inconfesables, es la crisis
de aprovisionamientos (tanto de alimentos, como de medicinas) que vive la
República Bolivariana de Venezuela, y las dificultades del gobierno de Maduro
para resolverla. Aunque los medios no lo destacan, la crisis golpea al conjunto
de los países, no importa si gobierna la derecha neoliberal o el llamado
"progresismo". La enorme crisis social, humana y la guerra civil no
declarada que vive México es otra cara dramática de la crisis latinoamericana.
Las maras de Centroamérica y el extendido fenómeno del narcotráfico, son otra
cara de la crisis, así como la crisis social que hace décadas vive Colombia que
siguen expulsando millones de emigrantes. A lo que se suma ahora la crisis
brasileña y el rápido desprestigio del recién subido gobierno derechista de Macri
en Argentina, y los problemas de la "socialista" Bachelet en Chile.
Cada una a su manera, expresa la crisis sin salida del capitalismo mundial.
6. La
crisis de América Latina es, en primer lugar, una crisis de la economía
dependiente y mono exportadora de materias primas, que asiste al final del auge
momentáneo de sus exportaciones (petroleras y mineras) por el creciente
estancamiento de la economía China, su principal comprador. La crisis de los
precios de las materias primas, se expresa como caída de los ingresos de
las exportaciones, lo que lleva a crisis presupuestarias, que
conducen a una disyuntiva: o se rompe con el modelo capitalista dependiente y
el pago de la deuda a la banca, o se cortan los beneficios sociales
(transferencias, misiones, programas de asistencia, salud y educación). Es la
crisis sin salida del capitalismo.
7. La
disyuntiva que vive América Latina es concreta: o se rompe con el capitalismo,
y su crisis sin salida, adoptando verdaderas medidas socialistas (como la
expropiación de la banca, la gran industria y la nacionalización del comercio
exterior), o se debe atacar a los pueblos y sus derechos sociales para asegurar
los beneficios capitalistas. Los gobiernos de derecha neoliberales, apoyados
por el imperialismo norteamericano, no tienen problemas de disyuntiva, pues
saben bien de qué lado están, por lo que sus programas atacan directamente los
derechos sociales y defienden el capitalismo en su crisis agónica.
8. La
disyuntiva es más dramática para los gobiernos progresistas latinoamericanos
porque sufren las presiones políticas, las campañas sucias internacionales y el
sabotaje económico permanente del imperialismo yanqui y sus socios internos de
la oligarquía, para que rompan con los programas sus programas sociales o
directamente cedan el gobierno a la derecha, como pasó en Brasil o pretenden
que suceda en Venezuela. Los sectores reformistas de esos gobiernos, quienes no
desean ir más allá de reformas moderadas dentro del capitalismo, creen
equivocadamente que haciendo algunas concesiones políticas y económicas a la
burguesía puede salvarse la situación. Ese fue el error de Dilma Rousseff, que
derivó en su separación del poder por sus socios derechistas en el gobierno.
Venezuela sufre una agresión mayor y más descarada del imperialismo
norteamericano y la burguesía interna, con un sabotaje económico inhumano. El
presidente Maduro, para enfrentar el sabotaje económico y la agresión
extranjera, asegurando la comida para el pueblo, está obligado a golpear el
corazón económico de la burguesía venezolana nacionalizando el comercio
exterior, la banca y la gran industria alimentaria, apelando a la movilización
popular. O avanzar a verdaderas medidas socialistas o la derrota estará
asegurada lamentablemente, como ha pasado antes en otros países.
8.
Enfrentar con éxito la crisis del capitalismo requiere la construcción de
alternativas políticas consecuentemente revolucionarias que comprendan que la
verdadera esencia del problema está en un sistema de clases sociales llamado
capitalismo, y que la única salida es caminar hacia una sociedad sin
explotadores, donde el bienestar de los seres humanos sea el objetivo y no el
enriquecimiento de unos pocos. Vencer al capitalismo no será obra de un grupito
de conspiradores, sino de la acción consciente de millones de personas que
actúen y lo hagan debatiendo democráticamente en grandes asambleas que
preludian la democracia socialista, como ha hecho la juventud indignada que se
reunía en la Plaza del Sol en Madrid y que ahora lo hace en la Plaza de la República
de París. Ese es el germen de un nuevo tipo de democracia. Esa democracia
asamblearia, que en Rusia llamaron "soviets", fue lo que posibilitó
la victoria de la primera revolución socialista hace cien años, y es la que
parirá las revoluciones del siglo XXI, que darán salida a la crisis del
capitalismo.
9. La
enormidad de la crisis humana y planetaria que ha producido el capitalismo
obliga a construir una nueva dirección política revolucionaria que supere dos
obstáculos que afectan a la clase trabajadora: los partidos reformistas que
pretenden amarrar a los pueblos al carro capitalista alegando que "no hay
condiciones objetivas para ir más allá"; y los sectarios, que pretenden
actuar sólo con el "programa máximo", sin entender las mediaciones de
la conciencia de la clase trabajadora, sin tener la paciencia para acompañar
que madure y haga sus experiencias. Como dijo Trotsky, la revolución no tiene
etapas, pero la conciencia de las masas que la deben hacer sí pasa por etapas,
que no se pueden saltar artificialmente.
10. La
crisis actual de la humanidad se parece a la crisis de los años 20 y 30 del
siglo pasado que terminó en la Segunda Guerra Mundial, con sus 40 millones de
muertos. La humanidad está en la disyuntiva que señaló Rosa Luxemburgo: o
socialismo o barbarie. Para salvarnos de la barbarie capitalista hay que
construir partidos revolucionarios que levanten un programa de lucha
que combine la ferviente defensa de los derechos democráticos, sociales y
antiimperialistas, con la lucha por medidas socialistas como el control obrero,
la nacionalización de la banca y del comercio exterior. Un partido que levante
con inteligencia un "programa de transición" al socialismo, como
dijera Trotsky antes de la guerra.
Panamá,
29 de mayo de 2016.
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a: nuestramerica@yahoogrupos.com.mx
fecha: 29
de mayo de 2016, 9:33
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[nuestramerica] Rv: Para comprender el momento político actual de América
Latina y el mundo Por Olmedo Beluche
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1º de
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