Jorge
Rojas R.
ALAI
AMLATINA, 02/12/2016.- Nos convoca una reflexión sobre las ciudades del futuro, a propósito de
la irrupción de un intento de poder político local en escenarios
internacionales, siempre dominados por la lógica de los Estados que dicen
representar a las naciones.
Hábitat
III es uno de esos espacios de discusión en los que el esfuerzo principal se
orienta al reconocimiento del rol de las ciudades y de los gobiernos locales en
temas claves de la agenda urbana como expansión, territorio, cambio climático,
saneamiento básico, espacio público, seguridad e inclusión y bienestar social.
Más que
ciudades de futuro como acción articulada del deber ser y del discurso
políticamente correcto que repetimos, una y otra vez, en los foros
internacionales, cabe la pregunta sobre el futuro de las ciudades. ¿Hay
futuro?
Esta
presentación está pensada para contribuir al debate desde una reflexión y desde
una experiencia concreta. Con esta advertencia, pregunto:
¿Cómo
concebir ese poder local desde sus posibilidades y sus límites?
¿Desde
qué ejes se pueden estructurar políticas locales que resuelvan asuntos locales
enfrentando políticas nacionales e intereses multinacionales?
¿Cuál
debería ser la relación de los gobiernos locales y las ciudadanías que habitan
su territorio como acción institucional y como ejercicio de la democracia?
Veamos
algunos aspectos que nos aproximan a estos debates:
1.
Gobierno local no es poder real cuando de transformaciones se trata
La posibilidad
de ejercer gobiernos locales con programas democráticos e incluyentes es todo
un desafío al capital financiero, a la especulación urbana, a la industria y el
transporte contaminante, a formas arcaicas de eliminación de residuos y a
modelos de ordenamiento territorial fundamentados en la segregación socio
espacial en detrimento de los grupos más vulnerables.
Un
gobierno local puede sucumbir o adaptarse a ese poder real con fórmulas
cosméticas de "desarrollo urbano sostenible" e igualdad para todos
(con lo cual salva su responsabilidad sin importarle el futuro de la ciudad y
el territorio). También puede enfrentar ese poder real, pero solo es posible
con la participación y movilización ciudadana, reconociendo su poder
constituyente local y su capacidad de gobernar desde la legitimidad en los
temas cruciales que va más allá de la representación política.
Decirlo
es fácil, hacerlo es asumir todos los riesgos, tal y como ocurrió en la capital
de Colombia cuando se implementó el plan de gobierno llamado Bogotá Humana
entre 2012 y 2015. Fue un gobierno que enfrentó con éxito destituciones,
persecución y engaño desde el poder central, acciones de saboteo y desprestigio
del gran capital y manipulación informativa desde las corporaciones mediáticas.
2. Las
políticas públicas para ejercer gobierno con decisión de poder
Desde las
grandes ciudades es necesario adoptar políticas públicas de largo plazo que
trascienden cortos periodos de gobierno y proyectan modelos sustentables en
correspondencia con compromisos internacionales asumidos por los Estados como
los objetivos de desarrollo sostenible y las metas para enfrentar el
calentamiento global y el cambio climático.
Hay por
lo menos tres ejes para diseñar y adoptar políticas locales en esta dirección:
1)
Segregación social, derechos sociales, superación de pobreza y condiciones de
igualdad; 2) Adaptación de ciudades al cambio climático y mitigación de sus
efectos: ordenamiento territorial alrededor del agua; y 3) Defensa y
fortalecimiento de lo público: modelo de desarrollo, corrupción, participación.
En
general los partidos de derecha que representan el gran capital mantienen su
inmensa capacidad de imponer el modelo neoliberal en las grandes ciudades,
priorizando la seguridad y la confianza inversionista sobre los derechos
sociales y ambientales.
3.
Gobernabilidad local y poder ciudadano
Expresiones
de izquierda que han ejercido poderes locales no siempre han estado en función
de una agenda transformadora y sucumben ante el capital (el caso de Bogotá).
La izquierda va detrás de un moviendo social más progresista en temas del
cambio climático y aún no perfila políticas más claras de seguridad. La
corrupción es aún más grave cuando de movimientos progresistas se trata.
Es
preciso reconocer a la sociedad en su diversidad. No hay una sola
ciudadanía como concepto hegemónico y hegemonizante que termina excluyendo a
las personas más vulnerables. Hay ciudadanías, en plural, que es una
forma de reconocer la diversidad y respetar las diferencias como un camino para
construir gobernabilidad.
Múltiples
causas por defender, muchos derechos por conquistar y muchos sujetos sociales
en acción que deben tener una repuesta del gobierno local cuyos miembros deben
asumirse como servidores públicos y no como simples funcionarios.
El otro
desafío es convertir estos sujetos sociales en movilización en sujetos
políticos en acción. Los sectores más vulnerables no se transforman en un
movimiento social que participe y ejerza presión cuando se retrocede en derechos
sociales. El sujeto social se asume como un sujeto pasivo que no se transforma
en sujeto político.
Ahora
bien, nada más global que las políticas locales en un mundo interdependiente.
Lo que se haga o deje de hacer en las grandes ciudades, en las ciudades
intermedias y en los municipios, tendrá consecuencias e impactos sociales y
ambientales más allá de las fronteras. Por eso es necesario profundizar y
fortalecer la irrupción del poder político local en los escenarios
internacionales, con voz y voto, pero sobre todo, de la mano de las ciudadanías
como expresión de una nueva democracia urbana y territorial.
Jorge Rojas ha sido defensor de derechos humanos y activista
por La Paz de Colombia en los últimos 25 años. Es comunicador social y
tiene estudios de maestría en Relaciones Internacionales (Flacso). Fue
secretario de Integración Social del gobierno de Bogotá 2012-2015.
Artículo publicado en la
edición 519 (noviembre) de la revista América Latina en Movimiento de
ALAI titulada: “Las agendas del Hábitat”. http://www.alainet.org/es/revistas/519
URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/articulo/182136
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