Publicado
por Francisco Umpiérrez Sánchez
sábado, 3 de diciembre de 2016
En su
obra La esencia de la religión, Feuerbach formula la siguiente idea: “La
unidad es estéril: solo es fecundo el dualismo, la oposición, la
diferencia…Como el espíritu, la agudeza, la sutileza y el buen juicio solo se
pueden desarrollar en el conflicto, …”.
En todos los ámbitos de
la vida hay líderes. Son personas que están más avanzadas que los otros, que
tienen una personalidad más fuerte y que no temen los cambios. Pero hay líderes
que no permiten que quienes les rodean crezcan espiritualmente, prefieren estar
rodeados de personas dóciles y débiles, y son felices cuando predomina la
absoluta unidad. Las voces discordantes no las aceptan. Estos son los malos
líderes, los que tienen un carácter mesiánico, los que terminan rodeados de
aduladores y de personas carentes de la más mínima capacidad para pensar por sí
solos.
El buen líder es quien
lucha para quienes les rodean crezcan espiritualmente, sean fuertes y admiren y
celebren los cambios. Pero para esto es necesario vivir en el conflicto, en la
oposición y en la diferencia. Rehuir los conflictos no solo da como resultado
personas de carácter débil, sino lo que es peor: impide que el mundo cambie. Y
el mundo siempre ha de cambiar. Dios descansó al séptimo día y contempló su
creación, pero esta representación de la creación del mundo es falsa: el mundo
supuesto que creó Dios no ha cesado de cambiar, luego Dios no ha debido
descansar nunca si es cierto que el mundo es una creación suya. Pero los
cambios no caen del cielo, los procuran las personas luchando. Y solo cambiando
el mundo, también cambian las personas, y así se enriquecen y se fortalecen.
Así que tiene razón
Feuerbach: si quieres desarrollar la agudeza, la sutileza y el buen juicio,
participa de los conflictos del mundo. No te quedes atrás, no te apartes, no te
escondas.
Fuente: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.pe/2016/12/el-caracter-beneficioso-del-conflicto.html
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