06/07/2018 |
Michel Husson
El
tercer "plan de rescate" de Grecia (Memorandum of Understanding)
va a terminarse el mes de agosto, aunque no haya salido aún de la crisis, como
ha mostrado claramente Jacques Adda 1/.
El acuerdo "final" concluido entre Grecia y sus acreedores se basa en
el fondo en tres equívocos: pretende borrar los efectos sociales de cerca de
diez años de ciega austeridad; se apoya en perspectivas económicas
incoherentes; en fin, instaura una puesta bajo tutela indefinida de Grecia.
Novlengua europea
El
acuerdo ha sido acogido con comentarios que expresan un alivio obsceno, si se
tiene en cuenta el estado de descalabro del país. La palma corresponde sin duda
a Pierre Moscovici que no duda en escribir en su blog 2/ :
"Como Ulises de vuelta a Itaca, Grecia llega por fin a su destino hoy,
diez años después del comienzo de una larga recesión. Puede al fin respirar,
mirar el camino recorrido y contemplar de nuevo el futuro con confianza".
Es la coz del asno a un pueblo al que se ha maltratado deliberadamente, y esta
muestra de autosatisfacción tiene algo de intolerable. El comisario saluda los
sacrificios del pueblo griego que eran necesarios para alejar "el mayor
peligro de esta odisea" que, para él, no era ni la miseria, ni el paro, ni
las enfermedades, ni los suicidios, ni los exilios, sino ese "monstruo
llamado Grexit".
El
"informe de conformidad"(Compliance Report 3/ -)
de la Comisión europea es también un largo visto bueno que describe punto por
punto la buena aplicación por el gobierno griego de las condiciones asociadas a
la "ayuda" recibida. A lo largo de todo este texto, la regla es una
insoportable novlengua. Tomemos el ejemplo de la salud pública: para la
Comisión, "las autoridades han cumplido su compromiso de continuar
racionalizando los gastos globales de salud". Esta afirmación es de un
cinismo asombroso, teniendo en cuenta la situación real que es ésta: "el
sistema nacional de salud griego ha sido desmantelado por la aplicación de un
conjunto de medidas impuestas desde 2010 por los acreedores de Grecia en los
sectores de salud primaria, secundaria y farmaceútica", como analiza la
investigadora Noëlle Burgi, en un artículo muy documentado4/.
Condiciones de vida dantescas
Una
investigación realizada en Atenas 5/ dibuja
un cuadro dramático de las condiciones de vida. El 43% de las familias declaran
no tener medios para pagar la calefacción de su vivienda; el 52% dice que no
podrían hacer frente a un gasto imprevisto de 500 euros, el 49% que no tiene
los medios para ir de vacaciones. Seis de cada diez personas entrevistadas han
estado en el paro más de dos años. Solo el 10% de los y las paradas tienen
subsidio, 360 euros al mes.
Siguiendo
en Atenas, el consumo de psicotrópicos se ha multiplicado por 35 entre 2010 y 2014,
el de ansiolíticos basados en benzodiazepinas por 19 y el de los antidepresivos
por 11. Estos últimos datos están sacados de un artículo de Le Monde
Diplomatique 6/ que
resume los resultados de un estudio original realizado sobre las aguas
residuales de la ciudad.
¿Cómo,
en estas condiciones, Grecia puede "contemplar de nuevo el porvenir con
confianza"?
Estupideconomía
Si
tal negación es difícilmente soportable, las proyecciones económicas que
acompañan al acuerdo son, por su parte, propiamente alucinantes. El documento
de referencia reproduce el mismo escenario que ha fracasado desde 2010. A
Grecia se le supone mantener un excedente primario elevado a la vez que reanuda
el crecimiento. El excedente primario -es decir la diferencia entre los
ingresos y los gastos sin contar los intereses de la deuda- es la variable
clave, que mide la capacidad de Grecia de cumplir con sus compromisos. Como
buen alumno, Grecia ha cumplido por el momento, y de sobra, con este objetivo.
Era del 0,5 del PIB en 2016 y fue el 3,9%; luego el 2% en 2017 y fue el 4,2%.
Para
complacer a sus acreedores, el gobierno griego ha presentado una estrategia
presupuestaria a medio plazo aprobada por la Comisión Europea en su informe de
conformidad. Es manifiestamente delirante: el escenario postula un crecimiento
que aumenta progresivamente hasta el 2,6% en 2020 antes de ralentizarse al 1,9%
en 2022. Es evidentemente optimista, pero es sobre todo totalmente irrazonable
cuando al mismo tiempo el excedente primario debería aumentar progresivamente
del 3,5% del PIB en 2018 al 4,3% en 2022.
Una
previsión así está totalmente fuera de lo posible y se le podría dirigir la
fórmula utilizada por el Tribunal de Cuentas europeo en su informe sobre la
intervención de la Comisión en la crisis financiera griega 7/:
"La Comisión ha establecido proyecciones macroeconómicas y presupuestarias
por separado y no las ha integrado en un modelo". Pero creer que podría
existir un modelo capaz de engendrar una trayectoria así es pura ficción. Todos
los economistas serios saben que no se puede mantener mucho tiempo un tal
excedente primario, como recordaba el FMI en 2016 en su análisis de la
sostenibilidad de la deuda griega 8/:
"un excedente primario del 35% del PIB es difícil de alcanzar y mantener a
largo plazo, en particular tras largos períodos de recesiones y frente a un
paro estructural elevado".
Imposible recuperación
Más
que gastar su energía en criticar los supuestos errores cometidos por los
autores de estos escenarios rocambolescos, más vale poner los pies en tierra y
decir que esos idiotas útiles no tienen en el fondo nada que hacer. Se trata de
una vestimenta tecnocrática de la única cifra que importa, es decir, el
excedente primario, porque representa la capacidad de Grecia de pagar sus
intereses. Solo cuenta eso. La contrapartida de esta sangría es la prosecución
de las reformas estructurales, sobre todo la bajada de los gastos sociales, en
particular las pensiones en el caso de Grecia, así como el bloqueo de toda
inversión pública.
Esta
trayectoria es incompatible con una recuperación del crecimiento. Hasta la
crisis, la inversión tiraba de la productividad horaria del trabajo. Desde la
crisis, su volumen ha sido dividido por tres, recuperando a penas su nivel de
1990; y Grecia es uno de los raros países europeos, quizás el único, en el que
la productividad horaria del trabajo retrocede, al ritmo de un punto por año.
Esta tendencia será tanto más difícil de invertir cuanto que las fuerzas vivas
se han ido: alrededor de un tercio de la población de 15 a 29 años, en una
buena parte personas cualificadas, ha abandonado el país. Esta pérdida de
sustancia va a agravar aún más el desequilibrio demográfico y el impacto de las
reformas de las jubilaciones 9/, tanto más cuanto que el número de
nacimientos ha bajado desde la crisis.
El
comercio exterior de Grecia está hoy poco más o menos equilibrado. Pero este
resultado no ha sido alcanzado por una recuperación de las exportaciones que
habrían sido dopadas por las famosas "reformas": es el efecto
mecánico de la caída de las importaciones durante la crisis. Toda verdadera
recuperación conduciría de nuevo a un déficit debido a la dependencia de
Grecia, en particular en bienes de inversión, y esto en un contexto en el que
los capitales extranjeros serían evidentemente reticentes a financiar este
déficit.
Es
mirando hacia las exportaciones de Grecia como se puede discernir a qué está
destinado el país. Sus principales recursos específicos son, simplificando un
poco, la flota comercial (pero los armadores griegos pagan pocos impuestos y
los puertos serán poco a poco vendidos a grupos chinos o de otros países) y el
turismo. Este último es poco más o menos el único sector en expansión y
representa en 2016 un cuarto de las exportaciones y el 7,5% del PIB.
Según
el informe del World Travel&Tourism Council 10/ sobre
Grecia, los efectos inducidos del turismo sobre la economía conducen a una
contribución total del 18,6% del PIB en 2016. Cerca de un cuarto (23,4%) del
empleo total estaría ligado a la industria turística. La estrategia por tanto
está clara: continuemos atrayendo a turistas que abandonan los países de riesgo,
con precios atractivos.
Una deuda insostenible
Las
negociaciones sobre la deuda griega son en el fondo una fantasmagoría. Nadie
cree verdaderamente en la sostenibilidad a medio o largo plazo de la deuda
griega. El FMI se ha retirado del juego porque no se lo cree, e incluso la
Comisión Europea a mostrado discretas reservas. El Eurogrupo pone cara de creer
en el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda griega pretendiendo que
la ratio deuda/PIB debería disminuir progresivamente para pasar de 188,6% en
2018 a 168,9% en 2020, luego al 131,4% en 2013 y al 96,8% ... en 2060.
Pero
esto, una vez más, no es más que la vestimenta para rechazar cualquier nueva
anulación de la deuda. El rechazo de los acreedores no está fundado en la
confianza en la validez de sus escenarios, sino que se explica por la voluntad
de disciplinar a su deudor griego. Su objetivo es en el fondo dotarse de los
medios para recuperar un máximo de dinero y de retrasar lo más posible sus
eventuales pérdidas.
Basta
para darse cuenta de ello con examinar el calendario de vencimientos que acaba
de ser aprobado (es regularmente compilado por tes periodistas del Wall
Street Journal en la página Greece´s Debt Due 11/).
El perfil es aberrante: tras una ligera retirada en 2018 (8 mil millones de
dólares), los reembolsos suben a cerca del 12 mil millones en 2019. Luego,
bajan a 4 mil millones en 2020 y 2021. Las montañas rusas se encadenan: una
bajada un poco después de 2040 y luego, bruscamente, la cosa se reanuda como un
fuego de artificio durante cinco años (tras una pequeña pausa en 2015) ¡hasta
la anulación final en 2060!
Calendario anual de los reembolsos de la deuda
griega
En miles de millones de dólares. Fuente: Wall
Street Journal
Esta
trayectoria caótica se explica por el tratamiento diferenciado de las deudas
según los diferentes acreedores.
Hoy
la deuda de Grecia es de 294 mil millones de dólares que se reparten como
sigue:
FESF
(Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) 131
Gobiernos
de la zona euro 53
MES
(Mecanismo Europeo de Estabilidad) 37
Inversores
privados 34
Detentadores
de bonos del tesoro 15
Fondo
Monetario Internacional 12
Banco
Europeo de Inversiones 12
En
miles de millones de dólares. Fuente: Wall Street Journal
¿No
habrían podido ponerse de acuerdo los Estados e instituciones europeas, que
tienen el 80% de la deuda griega, aunque solo fuera para reducir el
"muro" de 2019 en el que "las necesidades brutas de financiación
se elevarán a 21 mil millones de euros en principal y en intereses" como
subraya el Tribunal de Cuentas europeo?
La
mitad de esta necesidad de financiación corresponde al Banco Central Europeo,
el mismo que se niega a proporcionar liquidez a cambio de títulos de la deuda
griega. Una parte de las ganancias realizadas con las compras de títulos
griegos por los países de la eurozona será finalmente restituida a Grecia, pero
con cuentagotas (ver esta petición ciudadana de WeMove.EU 12/).
El acuerdo prevé sin embargo una reserva de precaución de 15 mil millones de
euros (con protestas en el Parlamento alemán), lo que es una forma de admitir
que el calendario no es realista.
Así
pues, están puestas todas las condiciones para que el mecanismo infernal de
bola de nieve comience de nuevo: Grecia deberá pedir prestado de nuevo en los
mercados para hacer frente a sus fechas de pago, pero al 3,4% o al 5%.
El secreto a voces
Klaus
Regling, director general del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, European
Stability Mechanism), saca evidentemente un balance positivo de la acción
del Eurogrupo. En un discurso 13/ pronunciado
ante el Hellenic Bank Association el pasado 12 de junio,
comienza por "felicitar al pueblo griego y a sus dirigentes políticos por
esta evolución hacia una economía más moderna". El objetivo es ahora que
Grecia tenga acceso a los mercados tras la conclusión de su programa: es
importante para Grecia, pero también, dicho sea de paso, para la institución
que dirige puesto que es su "principal acreedor". Y es cierto que la
agencia de notación Standard&Poor´s ha anunciado, el 25 de
junio, que subía la nota de la deuda griega B a B+, lo que no impedirá que
Grecia deba financiarse a tasas elevadas. Es posible, en efecto, preguntarse
quien se arriesgaría a prestar a Grecia sin una prima de riesgo
"tranquilizadora".
Pero
Klaus Regling no disimula un cierto pesimismo: "Permitidme decir al mismo
tiempo que el acceso de Grecia a los mercados sigue siendo delicado.
Reencontrar la confianza de los inversores implica dar prueba de un compromiso
total a favor de las reformas, pero incluso esto podría no bastar en el caso de
Grecia". Será preciso por tanto vigilarla, en particular gracias al Sistema
de Alerta Precoz (Early Warning System) del que dispone el ESM y esta
vigilancia deberá, en el caso de Grecia, ser "más ajustada y más completa
que en cualquier otro país".
Algunos
días más tarde, Klaus Regling desvela el fondo de su pensamiento en una
entrevista 14/ bastante incisiva y
reproducida en la página del ESM. A la pregunta de saber si la deuda de Grecia
podría ser declarada sostenible a largo plazo, Klaus Regling responde por la
negativa, seguida de una fórmula ampulosa sobre el papel de las medidas a largo
plazo. Y ¿cuánto tiempo será necesario, se le pregunta, que Grecia haga
reformas para tranquilizar a los mercados? Ahí también, la respuesta es muy ilustrativa:
"la puesta en marcha de las reformas es una tarea permanente. No se acaba
nunca. Es cierto para todos los países del mundo, para todos los países de la
Unión Europea y por tanto también para Grecia. Quizás un poco más en el caso de
Grecia, debido a la historia reciente de la economía griega que pone fin a un
período de ajuste difícil".
Grecia sigue bajo tutela
El
jefe del ESM se vuelve aún más preciso: la vigilancia de Grecia, vía el Early
Warning System, "deberá durar hasta que todo el dinero sea reembolsado".
¿Hasta 2060? pregunta el entrevistador y Regling responde: "Si. La
Comisión se detendrá cuando el 75% haya sido reembolsado, pero no nosotros.
Nosotros vigilaremos hasta el plazo final". Habrá incluso una
"reforzamiento de la vigilancia" con "una evaluación cada tres
meses" puesta en pie durante "un cierto número de años".
La
declaración final del Eurogrupo del 22 de junio 15/ contiene,
por otra parte, una clausula de revisión: "El Eurogrupo examinará al final
del período de gracia del FESF, en 2032, si son necesarias medidas
suplementarias". Esta vigilancia sirve para verificar que "los
compromisos son cumplidos y que no hay vuelta atrás en las importantes reformas
que son necesarias para llevar a Grecia a un sendero de crecimiento más
elevado". En definitiva, Grecia sigue bajo tutela.
La
especie de acuerdo concluido entre Grecia y sus acreedores europeos ha sido
presentado como una salida definitiva de la crisis. Esto es doblemente falso.
El acuerdo no puede borrar los daños sistemáticamente infligidos a la sociedad
griega y cuyos efectos no han sido borrados. No abre tampoco una nueva
trayectoria para la economía griega. Y estas dos constataciones están relacionadas
entre sí. (Este artículo ha sido publicado en la página de Algernatives
économiques, el 2 de julio de 2018. El gráfico, más detallado, nos ha sido
proporcionado por el autor. Ver también sobre este tema la entrevista a Eric
Toussait publicada en http://www.cadtm.org/Grecia-un-anuncio-enganoso-de-reduccion-de-deuda y
el artículo de Antonis Ntavanellos publicado en http://alencontre.org/europe/grece/grece-laccord-tsipras-eurogroupe-sur-la-dette-grecque-une-cravate-tel-un-noeud-de-pendu.html).
4/07/2018
Traducción:
Faustino Eguberri para viento sur
3/ https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/economy-finance/compliance_report_4r_2018.06.20.docx.pdf
4/ http://www.ires.fr/publications-de-l-ires/item/5579-le-demantelement-methodique-et-tragique-des-institutions-grecques-de-sante-publique
8/ https://www.imf.org/en/Publications/CR/Issues/2016/12/31/Greece-Preliminary-Debt-Sustainability-Analysis-Updated-Estimates-and-Further-Considerations-43915
10/ https://www.wttc.org/-/media/files/reports/economic-impact-research/countries-2017/greece2017.pdf
13/ https://www.esm.europa.eu/speeches-and-presentations/“
greece-and-euro-area-adjustment-programmes”-speech-klaus-regling
15/ http://www.consilium.europa.eu/fr/press/press-releases/2018/06/22/eurogroup-statement-on-greece-22-june-2018
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