Por: Heinz
Dieterich | Martes, 19/06/2018 12:41
AM
1. Karl Marx es el Futuro
El camino de China "hacia una
sociedad ideal sin opresión ni explotación, donde cada persona disfrutaría de
igualdad y libertad", se logra combinando los principios fundamentales del
marxismo con la realidad de China", dijo el presidente Xi Jinping, el 4 de
mayo del presente. El audaz anuncio, motivado por el 200vo aniversario del
científico universal alemán, estremeció a neoliberales y pro capitalistas urbi
et orbi (globales), incluyendo a sus adeptos chinos, incrustados
fuertemente en la superestructura académica y política del país.
De inmediato, la brillante dialéctica
de Xi convirtió la conmemoración espiritual del Bicentenario de Marx en una
campaña práctica global en pro de su pensamiento: completa con la creación de
un nuevo Instituto de Investigación del Marxismo en una de las universidades
más prestigiadas del mundo, la Universidad de Beijing; con un decálogo de
(nueve) instructivos sobre "Cómo aprender de Marx"; con la sugerencia
de constituir una organización académica civil de investigadores del Marxismo a
nivel global, "basada en la cooperación abierta, voluntaria,
no-utilitarista" y, el Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo, intitulado
"Marxismo y el Destino compartido de la Comunidad Humana" (5-6 de
mayo, 2018).
Xi, el flamante Mao Zedong de la
potencia más poderosa de la tierra --y, junto con Vladimir Putin, el estadista
y estratega más talentoso de la sociedad global-- justificó su iniciativa
estratégica global con calidad científica de Marx/Engels y su sistema de
valores humanistas y democráticos. "El marxismo, por primera vez, exploró
el camino hacia la libertad y la liberación de la humanidad desde la posición
del pueblo, y señaló la dirección, con teoría científica". Por lo tanto,
concluyó, "es perfectamente correcta para la historia y el pueblo optar
por el marxismo, así como para el PCCh lo es inscribir el marxismo en su propia
bandera, para adherirse al principio de combinar los principios fundamentales
del marxismo con la realidad de China y adaptar el marxismo continuamente al
contenido chino y los tiempos" (4.5.2018).
2. Ideología burguesa for
sale (al remate)
Al poner Xi en la agenda del debate
mundial el proyecto de una nueva civilización post-capitalista, estremeció el
control mundial de las mentes. El global soft power, el "poder
suave global", que parecía sólidamente eternizado en los mega-relatos de
los ideólogos burgueses, resintió la Declaración de Beijing. El Fin de
la Historia de Fukuyama", refrito superficial de la Filosofía
de la Historia de Hegel; el Choque de Civilizaciones de
Huntington, vulgar protagonismo neocolonial occidental de un apologeta del
genocidio estadounidense en Vietnam, quedan obsoletos. El dominio burgués de
las mentes retorna, obligada por la dialéctica de la realidad, a las dos
grandes narrativas manipuladoras seculares de la modernidad: el neoliberalismo
y el socialdemocratísmo; reforzándolas para las mentes infantiles, por
supuesto, con el oscurantismo religioso pre-moderno de los monoteísmos. Con la
caída de la URSS, el monopolio del global soft power de la
burguesía y del capitalismo parecía garantizado ad calendas graecas (para
siempre). Y las deterministas premoniciones de la "dialéctica
negativa" de Adorno y del "hombre unidimensional" de Marcuse
parecían confirmarse. Todo esto, ya es pasado. Ahora, la primera potencia del
mundo, conducida por el Partido Comunista de China, reintroduce el paradigma de
una futura civilización no-crematística, racional y ética: la obra de Marx,
evolucionada para el Siglo 21.
3. Soft power y
la Guerra de Clases
Ganar la batalla de las grandes
narrativas civilizatorias, del software dominante global, no significa,
obviamente, ganarle la guerra de clases al capitalismo. Tener la mejor teoría
es una condición necesaria para ganar, pero no es suficiente. Por la sencilla razón,
de que toda guerra se basa en una unión dialéctica entre el poder psicológico y
el físico: el software y el hardware. Cualquier
otro razonamiento sobre "el arte de la guerra" es simplista,
vulgar-positivista. Verbo y espada, en preceptos bíblicos; Jesús y la hoguera,
en cuanto al know how del poder de la Iglesia Católica; Marx y
cohetes nucleares, en términos de la realpolitik y geopolítica del Siglo 21.
4. Soft power y
las Tres Vanguardias
El mismo Imperio y la Casa Blanca no
se cansan de predicar ese axioma de la jungla socialdarwinista, que rige la
sociedad global capitalista. El 15 de junio, al imponer tarifas punitivas por
un valor de 50 mil millones de dólares a China, el bunker imperial
llamado White House confirmó, que la supuesta guerra comercial
(trade war) con China no tiene nada que ver con el comercio, sino con la
supremacía mundial. El blanco principal de las penalizaciones proteccionistas
es el programa Made in China 2025, "un plan estratégico para
dominar las tecnologías de punta emergentes que permitirán el futuro
crecimiento económico de China, pero lesionan el crecimiento económico de
Estados Unidos" -- "a strategic plan to dominate the emerging
high-technology industries that will drive future economic growth for China,
but hurt economic growth for the United States…"
Thanks Donald. Con tu ayuda, podemos completar ahora
la ecuación de sobrevivencia, soberanía y autonomía estratégica para China. Y,
por supuesto, para el Socialismo del Siglo 21. Para que se cumplan las
condiciones de necesariedad y suficiencia del caso, se requieren tres
variables: Xi Jinping, Karl Marx y sofisticados cohetes nucleares. En dicción
del chino mandarín diríamos, se necesitan las tres vanguardias: 1. La
vanguardia de gobernanza (Xi); 2. La vanguardia de la teoría (Marx) y, 3. La
vanguardia del poder físico.
5. América Latina ante las
Tres Vanguardias
Comparado con China, a la ecuación
rusa (Putin) le falta la segunda variable. Tiene excelente gobernanza nacional
y mundial y el mejor armamento bélico del mundo. Sin embargo, no cuenta con una
narrativa capaz de conquistar el soft power global. Por eso,
la solución histórica a la sociedad de clases radica en China, no en Rusia.
Mucho peor, sin embargo, es la situación de América Latina, porque carece de
los tres vectores de poder: 1. no tiene vanguardia de
izquierda, de hecho, no tiene Izquierda que merezca el nombre; 2. no tiene la
teoría de Marx/Engels; 3. no tiene armas estratégicas. La ausencia de una
Izquierda significa, que no hay sensores ni receptores para procesar la gran
contribución de Xi al soft power global, vía la obra y praxis
de Marx y Engels. Huérfanos, una vez más, entregados a las elucubraciones de
liberales descriptivos (Wallerstein, Boaventura de Sousa Santos),
socialdemócratas, curas y filósofos. Superar esa orfandad será difícil.
Explicar su presencia es fácil.
6. Lobotomía hemisférica
Cuando me preguntaron en la
Universidad de Beijing, qué impacto tendría la iniciativa global de Xi en
América Latina, contesté que, en principio, ninguno, porque no había receptores
para el mensaje (nuevo software). Cuando pidieron una explicación, les dije,
que Washington y las oligarquías habían realizado una lobotomía subcontinental
a partir de los años cincuenta (Guerra Fría) a las fuerzas transformadoras de
América Latina, que hasta el día de hoy tiene paralizado el espíritu de
transición de la Patria Grande. Que sólo queda un cuerpo agonizante, un torso,
sin cabeza. Esto explica la sofocante mediocridad y el oportunismo imperante en
las ciencias sociales de las universidades latinoamericanas, así como la
inexistencia de una Izquierda en los partidos y movimientos sociales del
hemisferio. Que no se trataba de un evento histórico aleatorio,
sino que era el resultado deliberado de una campaña de represión física y
extinción del pensamiento crítico, después de la Segunda Guerra Mundial.
7. Lobotomía hemisférica
burguesa
La lobotomía hemisférica burguesa de
la Guerra Fría transcurrió en tres etapas. Primero, mediante el terrorismo de
Estado se exterminó físicamente a la inteligencia crítica y los intelectuales
orgánicos sociales del subcontinente: los mejores científicos comprometidos,
líderes sindicales, estudiantiles, campesinos y sacerdotes, fueron víctimas de
esta matanza clasista. Después se llenaron las plazas vacantes académicas con
jóvenes greenhorns, brainwashed en las
instituciones imperiales, quienes llenaron las cabezas estudiantiles con
imposturas neoliberales y postmodernistas. Ese nuevo estrato académico le dio
esencialmente una moratoria de 40 años de inamovilismo crítico a la clase
dominante. La combinación del exterminio físico terrorista con la posterior
"reprogramación intelectual" --quizás sólo comparable en su dimensión
al terror de Estado empleado contra la población indígena en la conquista-- ha
dejado a América Latina esencialmente como un desierto intelectual, en cuyas
"ciencias sociales" se recicla la chatarra ideológica del Primer
Mundo.
8. Ex oriente lux
Ex oriente lux – del Este viene la luz, decían los romanos. Pero,
con la desastrosa situación de la Patria Grande y sus líderes descerebrados,
será difícil que la luz de Xi y Marx logre iluminar a Nuestra América.
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