20/07/2016
Opinión
"Rechazando
que Hillary Clinton sea un mal menor y, lo más importante, estando resueltos a
construir su independencia política, los activistas y partidarios de la campaña
de Sanders pueden hacer de 2016 un año de genuina revolución política",
dice un comentario de Marxismo Leninismo Hoy (MLT)” publicado el 12 de julio.
Con título “¿Qué deben hacer ahora los partidarios de Bernie Sanders?”, los
editores de la publicación del Partido Comunista de Estados Unidos expresan el
criterio de la dirección de su formación política acerca de la decisión del
senador Sanders de sumarse a la campaña de Hillary Clinton, con quien contendía
por la candidatura del partido demócrata, al tiempo que evalúan las elecciones
de 2016 como un reflejo del agravamiento de la crisis del sistema capitalista
en general y del sistema de partidos políticos de Estados Unidos en particular.
En la
temporada de primarias de 2016, sucedió algo novedoso: las candidaturas de
Trump y Sanders demostraron la existencia de un nuevo nivel de malquerencia en
el sistema político vigente. “Todos sabían que la ira de los votantes tendría
que aparecer tarde o temprano. Cuarenta años de estancamiento o disminución de
los salarios; de desindustrialización y exportación de puestos de trabajo, de
crecientes desigualdades, de violencia policial contra jóvenes negros,
encarcelaciones masivas y ataques contra los sindicatos obreros y los derechos
laborales, de retrocesos en la red de seguridad social, de guerras
interminables, de la Gran Recesión de 2008 y su vacilante recuperación;
paralizaciones en el Congreso; creciente pobreza e inseguridad -todo lo cual
concientiza a decenas de millones”, expone MLT.
En una
reunión para la redacción de la plataforma del partido demócrata que se efectuó
en Orlando, Florida, las posiciones de Sanders en temas como el acuerdo de
Asociación Transpacífico, los derechos de los palestinos y el pagador único de
salud fueron rechazados por los clintonitas, recuerda el texto de los
comunistas estadounidenses.
El
agravamiento del descontento social provocó insurgencias en ambos partidos
mayoritarios. Con el estrechamiento de las diferencias entre las dos partes del
monopolio, el "Voto por el mal menor" tiene cada vez menos sentido
para los votantes comunes y corrientes, y mucho menos para los seguidores de
Sanders.
La
irritación de los votantes, finalmente, ha tenido expresión política en las
urnas, pero ésta se ha expresado de manera asimétrica. En el caso de los
demócratas, Bernie Sanders ofreció una versión de la socialdemocracia
escandinava de la que no era parte la independencia política de los dos grandes
partidos. Desde el primer momento prometió apoyar al candidato demócrata
vencedor en las primarias. Tuvo a su favor el haber movido hacia la izquierda
la agenda demócrata en varias cuestiones importantes. Su campaña inspiró a
muchos sectores de la base demócrata, especialmente a los jóvenes. Obtuvo 12
millones de votos en las primarias, que se comparan con 16 millones de Clinton.
Según el artículo de MLT, las insurgencias progresistas o liberales en el
partido demócrata no son nuevas: Ted Kennedy contra Jimmy Carter en 1980; Jesse
Jackson en 1984 y 1988; Howard Dean en 2004; Dennis Kucinich en 2004 y 2008. La
mayoría terminaron votando por el candidato demócrata, aparentemente porque
eran un "mal menor" que el candidato republicano declaradamente
reaccionario.
La
dirigencia del partido demócrata sabe cómo hacer volver al redil de la oveja
perdida.
En el caso
de Clinton, por ejemplo, lo ha hecho aludiendo al "fascismo" o el
"macartismo" de Trump, o al horror indecible de "perder" la
Corte Suprema de los Estados Unidos.
El argumento
del mal menor nunca ha sido más débil que ahora, asegura MLT. “Los dos grandes
partidos son igualmente malos, corresponde por ello a los progresistas comenzar
un trabajo político sistemático por su independencia del sistema de dos
partidos. Trump y Clinton son igualmente malos. En asuntos internos (excepto
comercio), Trump es evidentemente peor que Clinton, pero en política exterior
Clinton se muestra más peligrosa que Trump, afirma MLT.
Trump
representa una larga tradición estadounidense de populismo de derecha que
mezcla racismo, xenofobia, nacionalismo y aislacionismo con nostalgia de un
pasado dorado. Combina ataques a grupos socialmente oprimidos con formas
distorsionadas de anti elitismo basado en la búsqueda de chivos expiatorios.
En el caso
de los demócratas, Bernie Sanders ofreció una versión de la socialdemocracia
escandinava sin que fuera parte de su plan la independencia política. Prometió
siempre apoyar al candidato demócrata vencedor en las primarias. En su favor
está haber movido hacia la izquierda la agenda demócrata en una serie de
cuestiones importantes.
Julio 19 de
2016.
Exclusivo
para el diario POR ESTO! de Mérida, México.
http://www.alainet.org/es/articulo/178932
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