César Risso
EL MES DE ABRIL DEL AÑO EN CURSO el
Consejo de Ministros presentó el documento Marco Macroeconómico Multianual
2017-2019.
El documento fue sometido a revisión por el Consejo Fiscal, del cual tomamos la
información para evaluar las perspectivas de la economía peruana para los años
2017-2019.
En cuanto al escenario internacional, se prevé que la economía mundial crezca
3% el 2016, y 3,4% el 2017, no obstante que las proyecciones de crecimiento de
la economía china son de 6% para el 2016 y 5,2% para el 2017. Aparentemente
estaría implícita una fractura de la economía china respecto de la economía
mundial.
Esto resulta curioso,
dado que la demanda de materia prima por parte de China ha presionado los
precios al alza, y en consecuencia una menor tasa de crecimiento de la
producción china presionaría a los precios de la materia prima a la baja.
La situación para nuestros principales socios comerciales es semejante a la de
China, puesto que estos crecerán a tasas menores, pasando de una tasa de
crecimiento de 1,7% en el 2015 a 1,4% en el 2016.
Este entorno internacional, según el Consejo Fiscal, no sería perjudicial para
la economía peruana, la cual mejoraría su tasa de crecimiento de 3,3% en el
2015 a 3,8% en el 2016. Si ya esto es extraño, más extraño resulta aun que el
documento señale que este crecimiento se sustenta en la ejecución de
megaproyectos mineros, a pesar de la caída de los precios de los minerales. Es
decir, la menor tasa de crecimiento de la producción de nuestros principales
socios comerciales no afectaría la extracción y exportación de materia prima.
A esta situación se suma el déficit en la balanza comercial, esto es, nuestras
importaciones serán mayores que nuestras exportaciones, no obstante que los
términos de intercambio de nuestro país han disminuido, es decir, que nuestras
exportaciones compran cada vez menos importaciones.
Con respecto al déficit fiscal, se proyecta reducirlo a través de la reducción
de Gasto del Gobierno General en bienes y servicios. Habría que ver
específicamente cuáles son los bienes y servicios que se reducen, y cómo esto
afectará a las empresas privadas proveedoras del sector público, y en
consecuencia al empleo.
Dadas las incongruencias señaladas y las perspectivas de la economía peruana
para el año 2016, el futuro inmediato es sombrío. Al parecer, le toca a PPK
desarrollar una política conservadora, precisamente lo contrario de su
grandilocuente “revolución social”.
Esta situación genera una reacción de la burguesía que la induce a reducir la
inversión:
“Así, los menores precios de materias
primas afectan las decisiones de inversión (la proyección de la inversión
privada se redujo de 2,0% a -1,2%) y de contratación; esto último, junto con un
menor ingreso disponible de la economía afectan al consumo privado (la proyección
del consumo privado se revisó de 3,6% a 3,2%).”1
La población empieza a echar mano de lo que puede, en este caso a usar la
tarjeta de crédito, que se entrega con mucha facilidad al no requerir mayor
información del usuario, para completar su consumo corriente, esto es las
necesidades básicas. Vale decir que con los ingresos que tienen, ya no cubren
sus gastos. En consecuencia, estamos pasando la frontera de consumo, y es
cuestión de tiempo para que se rompa la cadena de pagos.
Hay que añadir, que las medidas para privar a las AFP para administrar una
parte de los fondos de los jubilados, es entre otras cosas expresión del
conflicto entre los sectores de la burguesía representados por las AFP y el de
la construcción. El 25% de disposición de los fondos para pagar la cuota
inicial de la adquisición de una vivienda así lo indica.
Con esto, aparte de permitir a la burguesía dedicada a la construcción apropiarse
de una mayor parte de la plusvalía extraída a los trabajadores asalariados, se
extiende ficticiamente la capacidad de compra y con ello se va forjando las
condiciones de una cada vez más aguda crisis económica.
Al respecto, se tiene que, según ASBANC, la morosidad del sistema financiero ha
aumentado. Lo cual perfila una situación de crisis económica.
“Al cierre de mayo de 2016, la
morosidad bancaria llegó a 2.86%, cifra mayor en 0.10 puntos porcentuales
frente a abril de 2016 y en 0.20 puntos porcentuales en comparación con mayo de
2015.”2
“Según tipo de crédito, el avance de la
morosidad de mayo de 2016 responde principalmente al aumento en el porcentaje
de atrasos de los créditos a medianas empresas, seguido de similar
comportamiento en los créditos de consumo e hipotecarios, y en menor medida por
los impagos de créditos a pequeñas empresas y a microempresas, lo que fue
parcialmente compensado por una menor morosidad en grandes empresas y en los
créditos corporativos, según se aprecia en el siguiente cuadro.”3
En estas circunstancias, lo más probable sea que la reducción de la inversión
privada signifique la disminución de trabajadores de las empresas, lo cual
conducirá a una mayor morosidad, y en consecuencia a que se desate una aguda
crisis económica.
El futuro gobierno pretende resolver en parte el problema de la falta de
inversión con inversión extranjera directa, para lo cual ya ha pedido a la
burguesía chilena que invierta en nuestro país. De esto ya saben los
capitalistas chilenos, pues tienen grandes inversiones en nuestro país. Pero
ellos se mueven también teniendo en cuenta el escenario nacional e
internacional, y lo más probable es que sean los primeros en reducir el número
de trabajadores de sus empresas en Perú.
Siendo esta la situación económica actual, y la perspectiva inmediata de la
crisis económica, los trabajadores deben actuar organizados para enfrentar las
medidas que implementará la burguesía. O somos los trabajadores los que
asumimos las consecuencias de la crisis económica, o las soporta la burguesía.
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Notas:
(1)
file:///D:/Documents/CREACION%20HEROICA/JULIO%202016/mmm-2017-2019.pdf
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