Publicado por Francisco Umpiérrez Sánchez
domingo, 17
de julio de 2016
Hay que saber en qué marco teórico se
plantea un debate. Hay que saber con quién se debate. Hay que saber qué
percepciones, representaciones y conceptos entran en juego. No todo debate es
sano. Hay intelectuales que hablan como si vivieran espiritualmente en el mundo
de hace cuarenta años. Hay debates que entierran nuestro espíritu y nos
limitan la visión. Hay que huir del localismo. Hay que escapar de los pequeños
debates con aíres trascendentes pero de visión limitada. Hay que huir del
populismo. Hay que escapar de las concepciones estrechas y limitadas. Hay que
huir de las palabras que aparentan profundidad. Hay que apartarse de las concepciones
simplificadas del mundo. Nos embarramos y nuestro mundo se vuelve amarillo y
mortecino. Hay que separarse de los discursos dirigidos a las masas con bajo
nivel de conciencia. Hay que escapar del mundo superficial y banal. Hay que
darle la espalda a los debates espectáculos. Hay que refugiarse en otros
lugares para respirar aire limpio.
Me he refugiado en el libro de Frank Wilczek titulado La ligereza del
ser. Me haré con prontitud con dos libros de Richard P. Feynman titulados El
carácter de la ley física y Seis piezas fáciles. Me refugiaré
durante semanas, tal vez meses, en la física cuántica. ¡Qué alivio! Huyan de
los libros divulgativos. Recurran a los autores originales. Todo será siempre
más fácil. Todo será más claro. Todo será más grande. Les transcribo las
palabras iniciales del libro de Wilczek escritas bajo el título el origen de
la masa: “La materia no es lo que parece. Su propiedad más evidente,
denominada, según los casos, resistencia al movimiento, inercia o masa, puede
ser comprendida, en mayor profundidad, en términos totalmente diferentes. La
masa de la materia ordinaria es la expresión de la energía de los elementos
fundamentales más básicos que, a su vez, carecen de masa. Tampoco el espacio es
lo que parece. Lo que a nuestros ojos tiene el aspecto de espacio vacío se
revela a nuestra mente como un medio complejo repleto de actividad espontánea”.
Dos términos expresan lo escrito por Wilczek: dialéctica y complejidad.
La materia tiene espacio vacío y el espacio vacío contiene materia. Cada
extremo de la contradicción incluye a su opuesto. Pero donde yo he dicho
“espacio vacío”, Wilczek ha dicho: “elementos fundamentales carentes de masa”.
Y donde yo dije que “el espacio vacío contiene materia”, Wilczek dijo “medio
complejo de actividad espontánea”. Son importantes los matices y las
transiciones. Es decisivo exponer lo viejo enriquecido con lo nuevo. Distingue
también Wilczek entre cómo son las cosas en apariencia y cómo son para la mente
(o concepto). Siempre atraviesa la ciencia el conflicto entre conocimiento
sensible y conocimiento conceptual. En los nuevos avances de la ciencia siempre
surgen los problemas tratados por la filosofía en su disciplina estelar: la
teoría del conocimiento. Y si leyéramos el resto de los capítulos de la obra de
Wilczek, fácilmente concluiríamos que el mundo físico, tanto a nivel atómico
como en los espacios siderales, es notablemente complejo. Y si el mundo
físico es notablemente complejo, como así lo pone de manifiesto la
cromodinámica cuántica, el mundo humano, que incluye un mayor número de
variables, debe ser aún más complejo.
¡Qué alegría respirar un aíre limpio! ¡Qué alegría encontrar en la
física cuántica el espíritu filosófico esencial del pensamiento de Hegel y de
Marx! ¡Qué alivio sumergirse de nuevo en el pensamiento dialéctico y complejo!
¡Cuánto entusiasmo me genera el movimiento profundo de la ciencia que va de la
apariencia al pensamiento! Muchas gracias Frank Wilczek. Seguro que también
tendré que darle las gracias a Richard Feynman.
Fuente: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.pe/2016/07/huyendo-de-la-vision-estrecha-y-limitada_94.html
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