por Rómulo Pardo
Comentarios sobre la decisión del
TSJ respecto al intento de golpe de la Asamblea Nacional.
Hay una gran hipocresía política
y comunicacional con respecto a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia.
El 9 de enero de 2017, la Asamblea Nacional tomó una decisión en la cual
desconocía al Presidente de la República. Esa decisión, que fue votada por
todos los diputados de oposición, excepto la honrosa excepción de los tres
diputados del partido de Henry Falcón, planteaba que el Presidente había
abandonado su cargo (cuando era un hecho público y comunicacional que eso era
falso) y que por tanto había cesado en sus funciones y se producía la falta
absoluta del Presidente de la República. Además, convocaba a elecciones
presidenciales en el plazo de un mes.
En ese momento, no vimos a
ninguno de los países de la OEA ni al taimado Almagro convocar a sus
embajadores a consulta porque se había dado un golpe de estado en Venezuela.
Tampoco vimos a los opinadores de oficio, en los medios de comunicación social
venezolanos o extranjeros, y en las cancillerías tomadas por el iracundo
neoliberalismo, armando un escándalo porque se estaba dando un golpe de estado
en contra del presidente de la República.
Ahora, el Tribunal Supremo de
Justicia ha interpretado un artículo de la Ley de Hidrocarburos que establece
que los convenios internacionales y asociaciones extranjeras deben ser
aprobados por la Asamblea Nacional, la cual se encuentra en desacato, y en
consecuencia, para no paralizar financieramente al país, el Tribunal Supremo de
Justicia decide que asumirá las competencias de la Asamblea en las que se
omitan sus obligaciones, para poder aprobar esos contratos o esas asociaciones,
y que la República pueda contraer los compromisos que sean requeridos, en
especial en este momento donde la situación financiera venezolana es
particularmente difícil.
La República no puede detenerse,
porque la Asamblea se encuentre en una situación irregular. Es esta la
principal razón por la cual el Tribunal Supremo de Justicia asume esa decisión.
El T.S.J. no ha dicho que se disuelve la Asamblea, ni mucho menos ha convocado
elecciones de nuevos diputados o diputadas. Sin embargo, la alharaca en los
medios de comunicación es que el Tribunal Supremo Justicia disolvió la
asamblea. Eso no es verdad.
Lo que está haciendo es asumir
las competencias, para que la República no se paralice, mientras dure la
situación de desacato. Por cierto, desacato que sería muy fácil de eliminar,
sólo que a los diputados de la oposición no les conviene hacer eso, porque se
quedarían sin la banderita de la victimización, que les brinda la excusa para
no trabajar, y para acusar a Maduro de todas sus incompetencias.
En las próximas dos semanas, la
República tiene compromisos financieros a los cuales debe responder, y esto no
se puede paralizar por la situación de desacato de la Asamblea Nacional. Creo
que es muy inconveniente para la institucionalidad de nuestro país, que los
poderes públicos se reconozcan entre sí.
Sin embargo, para hablar en
justicia, es indispensable recordar que quien desconoció al Presidente de la
República fue la Asamblea Nacional, y que esta es una situación que no generó
el escándalo que estamos viendo en este momento, debido a que no se
correspondía con los intereses de la derecha nacional y transnacional.
¿Cómo se entiende esto de que
asumir temporalmente las competencias de aprobar contratos y asociaciones
extranjeras es un golpe de estado, pero desconocer al Presidente de la
República y llamar a elecciones no lo es? Simplemente pura hipocresía política
y comunicacional, que es utilizada para manipular tanto en Venezuela como
internacionalmente.
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