por Pedro
Flecha; pedroflecha@yahoo.com
19-3-2017
Tenemos
los huaicos, las inundaciones y las sequías. No son circunstancias
excepcionales. No lo fueron para miles de años del legajo experimental andino.
El manejo
de estas circunstancias climáticas recurrentes fue pobre desde Caral hasta
Inka. Los Moche y los Wari sucumbieron ante las inundaciones y las sequías
cíclicas.
El diseño
Inka estuvo cerca de lo perfecto. Parte de eso fue la masificación de andenes
como una especie de seguro alimentario frente a reincidentes calamidades. Los
tambos eran almacenes para preservar alimentos liofilizados naturalmente como
el chuño y el maíz. ¡Los invasores en su afán depredador quemaron todo! En la
toponimia del Perú existen cientos sino miles de nombres de lugares, por
ejemplo, donde se almacenaba papa deshidratada naturalmente.
La
monumentalidad ancestral en todas las culturas valiosas y permanentes tiene
culturalmente dos razones. La primera es que en épocas de bonanza alimentaria
se conjuró el ocio decadente (Egipto, China, Andes) al destinarlo a la
construccion para el futuro. Tiene una lógica indiscutible históricamente.
Cuando
los alimentos escasean, la especie crea una demanda de bienes, mediante
monumentalidades.
Parece
contradictorio, pero no lo es. Las circunstancias límite, económicamente
funciona muy bien en ambos extremos. Aunque creo que si la economía es ciencia
forense y falla terriblemente en todas partes, porque el mismo concepto de que
es una ciencia es contradictorio.
Dos
ejemplos. Europa y Japón, después de la II Guerra Mundial, o la construcción de
la China actual que parte, guste o no, de la Revolucion Cultural de los
60s/70s. Estaban quebrados y EEUU invierte en esos países para que paguen lo
que invirtieron en la guerra. Mismo caso de Irak ahora.
Hoy
tenemos un cataclismo en la mano izquierda, debido únicamente a nuestra
desculturización, ignorando la historia real, por un occidentalismo forzado y
permisivo.
La gente
es donde vive y ejerce su acto de existir, como desafío a la muerte.
La
primera cosa es entender donde vive.
La
extraordinaria situación del Perú, toynbeanamente hablando es la presencia
constante del reto. En la mano derecha tenemos una proyección: la de ser sede
de los Juegos Panamericanos. Hoy Perú tiene reservas en exceso de 60 billones
de dólares, en términos simples, cada uno de los 30 millones de peruanos
tendría US$ 2,000 per cápita. En una situación normal, cada peruano tiene por
lo menos 3 veces eso como capacidad de crédito. Es decir cada peruano tiene US$
6,000 dólares de valor potencial. Si tenemos un núcleo familiar promedio de 5
personas, esto significa que el núcleo, en promedio, tendría por lo menos un
“techo mínimo” de US$ 15,000 como capital y capacidad de endeudamiento.
Eso da
para tener un techo propio, por lo menos, si la unidad familiar se mirara el
ombligo.
Pero no
es así. El peruano es trabajador, no es ancestramente ocioso. La
estigmatización de la educación es una occidentalización ineficiente. El núcleo
familiar del Ande, donde la educación real viene de los abuelos a los padres y
de los padres a los niños, es una institución tradicional, que no tiene nada
que ver con las religiones abrahámicas. ¡Existió varios miles de años antes!
En la
cultura andina si falta uno o dos de los padres, quedan los abuelos y si faltan
también los abuelos, la comunidad los acoge. La cultura andina camina en tándem
desde hace milenios.
Podran
decir, como Vargas Llosa que eso es un esquema “arcaico” porque como vedette
cultural, no quiere aceptar que conoció a su padre biológico en edad adulta.
Fue criado por su madre y sus tías, se casó con parientes y recién en las
postrimerías se dio cuenta que el “proteccionismo” que tanto detesta fue la
mayor parte de su vida. Es decir era la proyección de un trauma privado y
personal. Se dio cuenta demasiado tarde.
El centro
de mi disquisición es muy simple. Si un cataclismo es recurrente, no es un
cataclismo, es parte de un ciclo. Los científicos torpes dijeron que era un
Niño suave, no lo es. Ahora dicen que es un “Niño Costero” que es una
contradicción flagrante. ¡Lo dicen porque se equivocaron! De tal forma que
Senamhi y adláteres son cientificamente papel higiénico.
Todos los
eventos de Niños en Perú/Ecuador son costeros. Son efectos mariposa. Prueba de
ello es que todo el mundo depende, con toda su tecnología, satélites, etc., de
un parámetro fundamental: la temperatura del mar en Puerto Chicama. Por
cobardía o ignorancia Senamhi no pronosticó, sino proyectó cosas que ya habían
pasado. Fueron forenses.
¡El costo
real de la llamada ciencia peruana es un enorme fracaso!
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