Crónica
popular
10-03-2017
El Financial Times publicó recientemente un
“Informe Especial” de cuatro páginas sobre el “uso y posibles peligros de la
inteligencia artificial (IA” ’. A diferencia del habitual periodismo de la
chatarra, que sirve de megáfono de Washington en páginas editoriales y columnas
políticas, el Informe Especial del Financial Times es un ensayo
reflexivo que plantea muchas cuestiones importantes, pero sus conclusiones son
fundamentalmente equivocadas…
Richard Walters, redactor del Informe, cita varios
de los principales problemas que provocan inquietud en la opinión pública por
la instauración de la IA: “angustias por el aumento de las desigualdades y
por inseguridad en el empleo”. Walters suplica a los que el llama “controladores
de sistemas autónomos” a que “’presten atención a los conflictos
políticas y sociales” que pueda irrumpir desde la sociedad.
En realidad, desde hace tiempo expertos y
periodistas de chatarra tecnológica vienen sosteniendo que la destrucción a
gran escala del trabajo (en la clase obrera y en los servicios) puede ser
superado mediante la gestión y la ingeniería social.
En este artículo planteo algunas preguntas
fundamentales que conduzcan a un enfoque alternativo para la inteligencia
artificial basándome en un análisis de clase. Rechazo la idea que la inteligencia
artificial es un moderno ‘Frankenstein’ pero considero imprescindible
analizar a que sectores sociales beneficia y cuál es el impacto social negativo
de una Inteligencia Artificial que este controlada por las finanzas.
Preguntas básicas para desmitificar la IA
Los mejores expertos en IA afirman, sin distinción,
que se trata de un sistema autónomo, desprovisto de cualquier relación con la
estructura de clases en la que opera. Este “determinismo tecnológico”,
concebido por encima y más allá de las necesidades y demandas del capital,
encaja perfectamente con la ideología corporativa de periodistas expertos en
cacharros tecnológicos.
Las preguntas fundamentales que nunca se plantean
son:
1) ¿ A quién sirve la IA ?
2) ¿A quién favorecerá el aumento de la productividad?
3) ¿Cómo se distribuirá el tiempo de trabajo, los ingresos y las pensiones, entre los propietarios de la tecnología y los trabajadores?
4) ¿A qué tipo de actividad socioeconómica sirve IA?
La inteligencia artificial y las innovaciones
tecnológicas relacionadas están diseñadas, financiadas, controladas y – en
última instancia- serán aplicadas por las grandes corporaciones y las
instituciones financieras, con el fin de reducir el costo de la mano de obra,
aumentar las ganancias y la competitividad entre rivales capitalistas.
La IA y otros cambios tecnológicos similares,
además de la reubicación en el extranjero de las tecnologías de la información
y de la producción manufacturera son los dos principales destructores del
empleo y del nivel de vida de los trabajadores en los EE.UU.
Las tecnologías de IA, el gran gasto de las guerras
imperiales, las adquisiciones de armamento, el rescate de los bancos con miles
de millones de dólares y la promoción del capital-financiero sobre el
productivo representan las fuerzas que empujan a la una constante reducción de
los salarios, los niveles de vida, las pensiones y, últimamente, a la esperanza
de vida de la clase obrera y a la población rural marginada.
Aunque los innovadores y promotores de la
inteligencia artificial –sean individuos o grupos pequeños- necesitan la
financiación capitalista para sus “descubrimientos” hay que dejar en
claro que toda la nueva industria tecnológica se ha levantado sobre los hombros
de la investigación de centros públicos, de laboratorios universitarios y del
trabajo de profesores y científicos pagados con impuestos y fondos públicos.
La mayoría de los beneficiarios de las tecnologías
relacionadas con la IA se encuentran en el complejo militar-industrial,
los monopolios agroindustriales químicos, el transporte y la fabricación de
bienes de consumo para las élites.
Sin embargo, los periodistas de los cacharros
tecnológicos sostienen que la IA servirá para la salud, la educación y los
servicios sociales. Olvidan en aclarar que estas “innovaciones” están
controladas por empresas privadas y que su objetivo “natural” es
aumentar los beneficios aunque esto signifique reducir el salario de los
maestros, disminuir los programas de estudio y deteriorar el aprendizaje de los
estudiantes.
El pésimo estado de la asistencia sanitaria y de la
educación en los Estados Unidos nunca se discute; en cambio, se promueven de
manera sistemática fabulaciones absurdas acerca de los beneficios de la IA.
Lejos de ser “autónoma” y con sujeción a
unos “controladores abstractos” la inteligencia artificial y la alta
tecnología sirven para concentrar la riqueza, el poder y los beneficios para
sectores de la clase dominante que determinan las modalidades en que dicha
tecnología será utilizada.
Los financiadores de la IA y sus socios dirigen a
científicos, ingenieros y distribuidores. A los periodistas de los cacharros
tecnológicos se les pagan por contar la historia de las “innovaciones” y
anunciar su llegada al mercado.
Los medios de comunicación describen a la IA como “’aprendizaje
automático, una forma de tecnología avanzada de reconocimiento de patrones para
hacer juicios mediante el análisis de grandes cantidades de datos (que) podría
complementar el pensamiento humano “(Informe Especial FT
17/02/2017).
En realidad, el supuesto ‘aprendizaje automático”
estará al servicio de la clase dominante, el uso de parámetros y métricas será
determinados por la élite, el tipo de ‘patrones que deben ser reconocidos”
tendrá como finalidad obtener la información que necesitan para aumentar
beneficios, hacer la guerra, matar con ingeniería de última generación y
despedir masivamente a los trabajadores. En una palabra, los intereses de clase
dictan la utilización de la inteligencia artificial y otras innovaciones.
Alternativas
Si la clase dominante, en Estados Unidos, determina
las funciones que cumplirá la inteligencia artificial no habrá una respuesta
positiva a los problemas planteados originalmente. La IA y otras innovaciones
beneficiarán a la mayoría de la población solo si se agudiza la lucha de clases
y se cambia la estructura de bancos, fábricas e instituciones sociales.
Los trabajadores, los profesionales y los
científicos, pueden cambiar la prioridad del capital, por aumentar las
ganancias por la prioridad en la satisfacción de las necesidades sociales. La
inteligencia artificial puede reducir la edad de jubilación, aumentar la
atención en salud, facilitar la toma de decisiones de los trabajadores,
impartir una educación de alta calidad, mejorar la información a la ciudadanía,
reducir las desigualdades y limitar los rendimientos del capital a costa de una
mano de obra barata.
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