por Carlos
Teke
Los diversos
cabildos y asambleas que han surgido a lo largo de todo el país, ya sea
organizados por frentes de lucha, por territorios o por instituciones y
partidos políticos, representan una serie de oportunidades y a la vez una serie
de riesgos, sin embargo, una cuestión es clara no podemos restarnos de su
participación.
Se presentan
una serie de intereses, por un lado el interés del pueblo en buscar maneras
organizativas que logren cristalizar sus demandas, por otro lado el interés de
partidos políticos en capturar la movilización y posicionarse como un
interlocutor válido en vista a una salida institucional y finalmente la
instrumentalización del empresariado, la derecha y el gobierno de encontrar la
salida con un amplio dialogo social sin tocar un ápice del modelo.
La defensa
de la constitución se manifestó por el empresariado en los documentos emanados
de la SOFOFA, en la cual el gremio propone trabajar en 4 aspectos, Paz Social,
Protección Social, Desarrollo integral y Políticas Publicas. El enfoque del
gremio al igual que el del gobierno es centrar su actuar en lo que ellos
denominan “paz social”, que traducido a términos del bloque dominante quiere
decir perfeccionamiento de la represión, de los servicios de inteligencia que
hicieron aguas frente a la movilización, en esa línea el ejecutivo da prioridad
a la defensa de los órganos represivos.
El ejecutivo
y la derecha, utilizan como posible estrategia la celebración de cabildos para
dar respuesta a la crisis al modo Francés, canalizando el malestar a través de
un “amplio dialogo social” de manera de abrir paso a la agenda social, que a
esta altura resulta una burla. He ahí el interés del gobierno por instalar la
idea de transversalidad política del movimiento y el llamado a la celebración
de un nuevo pacto social sin tocar el modelo heredado de la dictadura. Aun así,
la puerta a un proceso constituyente no está cerrada, la vocera de gobierno y
la ambigüedad del gobierno lo dan a entender de esa manera, pero es la última
instancia, en caso de que la movilización se profundice, es al escenario que
apuestan los partidos de la ex nueva mayoría, el PC y sectores del FA.
Los diversos
cabildos organizados por partidos políticos de oposición (la DC no cuenta),
tienen por objeto levantar y dar sustento a la consigna por el cambio
constitucional, adjudicarse la representación del movimiento social y
presentarse como los interlocutores válidos de una eventual salida
institucional con Piñera a la cabeza, es decir, tenderle el guante blanco a la
derecha represora para la re-oxigenación del sistema político. Al escenario que
apuestan los oportunistas es que el dictadorcillo de Piñera llame a un cambio
constitucional, para luego, cooptar y desmovilizar el movimiento social, una
vez que el sistema política se re-oxigene en el punto que ellos estimen
conveniente, es decir, los cabildos serian una pantomima de democrática.
Pese a la
nula representatividad que tienen los partidos de la ex nueva mayoría, cuentan
con cierto aparato burocratico electoralista que puede llegar a
contaminar con sus malas prácticas los cabildos convocados, no están
acostumbrados a moverse de forma horizontal y responden a una lógica
burocratica institucionalista y se presentan en los territorios más atrasados
políticamente del país.
Distinto es
el caso del FA y el PC, debemos tener claro que son partidos cuyo carácter es
institucional, que cuentan con presencia en distintas organizaciones sociales,
tienen una fuerte presencia en la mesa social que está asumiendo la conducción
del movimiento, sin embargo, se debe mirar con desconfianza a estos bloques,
presionar en cada cabildo y asamblea por una salida sin impunidad y sin
negociación entre 4 paredes. Cabe recordar que RD partido preponderante en el
FA dejo en claro que no tiene vergüenza de negociar con el gobierno asistiendo
a la reunión convocada por Blümel.
Finalmente
el pueblo que se alzó en octubre y emprendió esta travesía, presenta a vastos
sectores del movimiento social que se han replegado a la participación
en asambleas territoriales y en cabildos constituyentes o por
frentes de lucha.
A nuestro
entender, la forma que el pueblo pueda cristalizar sus demandas o tener algún
grado de participación en una asamblea constituyente, es fortalecer la
organización política-territorial, es decir, que los propios territorios
construyan un poder paralelo para la administración de sus asuntos. El control
territorial de pueblo, es decir, el control del barrio, implica una
profundización de la movilización, para ello deben analizarse las necesidades
de cada territorio y establecerse comisiones que se hagan cargo de aquellas
necesidades, por ejemplo, una comisión de seguridad de los vecinos, permite
desarrollar la manifestación sin tener miedo al saqueo, cuidarse de informantes
e infiltrados de los aparatos represivos, una comisión de salud comunitaria o
de infancia, permite al pueblo avocarse con mayor tiempo al desarrollo de las
formas de protesta, sin nunca olvidar la autoeducación que permite elevar los
niveles de consciencia de los vecinos.
Los diversos
territorios deben coordinarse y articularse, desarrollar asociaciones,
cooperación entre ellos, y no solamente entre ellos sino que con las
organizaciones sociales afines a las demandas del pueblo, por ejemplo un
sindicato al que pertenece un vecino, o la asociación de músicos de la zona,
aquello implica la articulación del tejido social en su conjunto, que en el
momento de exigir sus demandas actué como un solo puño.
Debemos
tener claro que utilizar otros mecanismos de lucha implica primero la
organización territorial, por ejemplo, si el objetivo es la huelga general,
dadas las condiciones del trabajo asalariado en Chile, necesitamos, en primer
momento que el vecino y trabajador se sienta seguro con las redes que genera su
territorio organizado, se eduque en la lucha por sus derechos con sus vecinos y
luego se articule en su lugar de trabajo, solo así venceremos una legislación
laboral atomizante, precarizante y la poca cultura de huelga del sector
terciario por medios, claro esta, extralegales.
Tanto las
asambleas territoriales como las distintas clases de cabildos debiesen dotarse
de una organización política, que no refleje los vicios del poder burgués, por
eso, llamamos a seguir el ejemplo de la asamblea de Freirina, constituir
comités ejecutivos tendientes solo a ejecutar lo que dicta la asamblea, y con
la facultad de destituir a sus miembros con la sola decisión de la asamblea,
aquello sería una traba para la participación de oportunistas. Esto de los
comités ejecutivos debe ser puesto en discusión de inmediato en las asambleas y
cabildos, de manera de que no se coopte el espacio por el gobierno o partidos
políticos, y terminemos mendigando migajas a la autoridad de turno.
Todo lo que
señalamos es previo y más relevante que la discusión constituyente, se deben
exigir cabildos vinculantes, pero sin la organización territorial, las
propuestas emanadas de la voluntad del pueblo pasarían al baúl de los
recuerdos. La consigna debiese ser, algo asi, vamos por la asamblea
constituyente pero primero los territorios deben ser fuertes, pues con el
propósito de la constituyente se han comenzado a organizar los territorios, y
es por los territorios organizados y articulados que podemos avanzar a una
asamblea popular constituyente.
Fuente: https://elporteno.cl/2019/11/03/tarea-del-momento-organizar-y-articular-los-diversos-territorios/
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