CUANDO
EL ELECTORERISMO SE ANTEPONE Y NO SE APLICA LA PLANIFICACIÓN DIALÉCTICA.
Cada vez que la población
organizada, actúa contra el actual sistema capitalista, no saca la cuenta que
se trata de un sistema, resultado de siglos de desarrollo y adecuación; los
capitalistas se han especializado en el manejo de no solo de la economía, sino
en las maniobras políticas y sobre todo en la influencia mediática por medio de
la psicología social, la cual se materializa en algunas de las posiciones
“filosóficas” que esconden actitudes a favor del mismo sistema capitalista.
Los autodenominados CEN de
los partidos de “izquierda” no entienden aún la importancia de definir y asumir
una estrategia clara de la lucha por el poder. No estamos luchando por un
palacio de gobierno, no estamos luchando por curules en parlamentos anómalos,
no estamos luchando por ser objeto de aceptación de los medios de comunicación
parametrados, no estamos luchando contra un color de piel o contra un
rito religioso. Es más, debemos asumir que no vamos a ser del gusto de toda la
población , porque cuando planteamos el giro total de la sociedad, hay muchos
que se dicen progresistas, no les gustara perder privilegios, no aceptarán
realmente una sociedad planificada, les costara asumir una nueva educación ,
muchos cerrarán los ojos frente a la corrupción de familia o amigos, es que
muchos creen que las revolución, solo se centra en una estrategia campañera, de
la llamada Fiesta Electoral, a la cual somos invitados cada cierto tiempo.
El Capitalismo moderno
aprendió muy bien que le es más rentable trabajar sobre el mundo mental de la
población, exaltando posiciones nacionalistas del siglo pasado, desempolvando posiciones
de segregación étnica, amaestrando las tácticas de “marxologos” que asumen
posiciones de ositos de peluche, sobre dimensionando la figura de los caudillos
políticos (en desmedro de la organización, de lo comunitario).
Hoy venimos siendo
bombardeados con una serie de distractores , que nublan la racionalidad
dialéctica, de los mismo denominados de “izquierda”, por ejemplo: un periodista
, opinólogo político eleva las banderas de los cambios solo centrados en la
lucha contra los corruptos, mas no contra la corrupción del sistema, se dan
modelos extranjeros como si la panacea fuera Singapur , como si solo la medida
draconiana, como es la pena de muerte, reducirá el aprovechamiento de un
sistema jurídico a favor de las transnacionales y de la oligarquía, como si con
ello cambiara la concepción capitalista de aprovechamiento y trasquila de la
economía de los países latinoamericanos, como si con ello se aceptará a carta
cabal que la educación, la salud, el agua y los alimentos son derecho humano.
En el Perú se mantiene viva la tara político social, de tener miedo a la
planificación, del cambio real y científico, porque se lo denomina de RADICAL,
UTOPICO, TERRORISTA, ROJO, etc, ante lo cual muchos “progresistas” siguen
bajando la cabeza o simplemente callando.
Las experiencias de la
población en Chile, Ecuador, ahora Bolivia nos deben de dejar muchas
enseñanzas, no basta con sentir pena o responder hepáticamente.
El poder real para la
población trabajadora pasa por iniciar un camino de largo aliento, pero con
compromisos generacionales claros, la CAPACITACION de los militantes del
cambio, en economía, política, filosofía, lamentablemente está ausente en todo
ámbito, universidades, sindicatos, colectivos.
La organización popular
debe privilegiar las comunas, como alternativa de gobierno alterno y
confrontacional; hablamos mucho de trabajo en común, de unidad, de frente, pero
no empezamos por iniciar la convivencia comunal, recordando las experiencias de
nuestro pasado (los ayllus, las unidades células sociales, como bloque de
resistencia y reserva moral).
Ha sido insuficiente, en
Bolivia, la lucha ideológica en las universidades y centros de estudios, contra
las falsas propuestas de democracia y nacionalismo, se han dejado puertas
abiertas al poder del imperio para infiltrar “intelectualoides” del mercado y
el servilismo económico. No es suficiente ser eficiente en la economía y la
producción, hay más espacios que deben ser cubiertos rumbo a la
transformación.
Tomar en cuenta la
exaltación de las posiciones étnicas radicaloides, que tarde o temprano marchan
contra el proceso, como es el caso de la autodenominado El Mallku (Felipe
Quispe), marchando junto a la derecha Boliviana, con declaraciones políticas
infantiles. En Perú también tenemos dichas posiciones etno-radicales que
arregañadientes conviven en espacios políticos, con aquellos que adjetivan como
rojos, judíos marxistas, etc.
La denotada actitud de un
ejército latinoamericano, que por décadas ha sido capacitado por la Escuela de
las Américas, que arrastran posiciones netamente raciales y contra socialistas,
son carta importante dentro de la lucha de poder a favor del capitalismo. No se
pude mantener un poder real sin tener la seguridad de un medio disuasivo y de
defensa del proceso revolucionario. ¿Es que creían que la CIA no intervendría
en Bolivia?. Esto nos debe llevar a una conclusión: La falta de una
solidaridad protagónica y activa, de las fuerzas democráticas Latinoamericanas
nos ha llevado a equivocarnos al pensar que cada país debe manejar aisladamente
su proceso revolucionario, Si vamos a salir de la opresión del Imperio
Norteamericano, será en actitud conjunta y no por sectores o nacionalidades. No
somos aún, capaces de defender procesos como lo de Cuba, Venezuela, Ecuador,
Bolivia y Brasil, saliendo de la pasividad de la declaración verbal.
El Mundo está en llamas,
el capitalismo da muestras más graves de descomposición, la especie humana se
está dando cuenta del rumbo no solo equivocado, sino que es planificadamente
anti humano, la concentración de poder, por medio de la Globalización, está
despertando la racionalidad de muchos que abren conciencia y dicen basta de
mediocridad, ignorancia, especulación, oportunismo, guerra de ocupación , y
falacias económicas del capitalismo : Argelia, Libano, Indonesia, España,
Francia, Colombia, Chile, Bolivia, Argentina son procesos de estudios y
de sistematización de experiencias. Estados Unidos ha pasado su propio record
de ENDEUDAMIENTO y su banco central sigue emitiendo millares de dólares sin un
sustento productivo, tapando errores y privilegios de plutócratas y banqueros,
¿Cuánto más soportará su endeble economía? ¿Sera que se cumplirá la hipótesis
ya planteada: El sistema capitalista siembra su propio germen de destrucción?
Los partidos de “izquierda” estarán preparados para los retos a futuro que se
hacen más entramados y tácticos?
Las
elecciones rutinarias no son seguridad de cambio
La
administración de un gobierno progresista en producción, no es suficiente para
un proceso revolucionario.
El
desmerecer la lucha político ideológica, mina los propios cimientos de la
revolución.
La
falta de capacitación y maduración de un bloque de dirección, retarda la acción
política del pueblo organizado.
La
falta de unidad Latinoamericana hace fácil la recomposición del capitalismo en
nuestro continente.
Tacna Noviembre 2019.
Freddy Vásquez
EL
GOLPE EN BOLIVIA: CINCO LECCIONES
(Por Atilio A.
Boron)
La tragedia boliviana
enseña con elocuencia varias lecciones que nuestros pueblos y las fuerzas
sociales y políticas populares deben aprender y grabar en sus conciencias para
siempre. Aquí, una breve enumeración, sobre la marcha, y como preludio a un
tratamiento más detallado en el futuro. Primero, que por más que se
administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo, se
garantice crecimiento, redistribución, flujo de inversiones y se mejoren todos
los indicadores macro y microeconómicos la derecha y el imperialismo jamás van
a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses.
Segundo, hay que estudiar
los manuales publicados por diversas agencias de EEUU y sus voceros disfrazados
de académicos o periodistas para poder percibir a tiempo las señales de la
ofensiva. Esos escritos invariablemente resaltan la necesidad de destrozar la
reputación del líder popular, lo que en la jerga especializada se llama asesinato
del personaje (“character assasination”) calificándolo de ladrón, corrupto,
dictador o ignorante. Esta es la tarea confiada a comunicadores sociales,
autoproclamados como “periodistas independientes”, que a favor de su control
cuasi monopólico de los medios taladran el cerebro de la población con tales
difamaciones, acompañadas, en el caso que nos ocupa, por mensajes de odio
dirigidos en contra de los pueblos originarios y los pobres en general.
Tercero, cumplido lo
anterior llega el turno de la dirigencia política y las elites económicas
reclamando “un cambio”, poner fin a “la dictadura” de Evo que, como escribiera
hace pocos días el impresentable Vargas Llosa, aquél es un “demagogo que quiere
eternizarse en el poder”. Supongo que estará brindando con champagne en Madrid
al ver las imágenes de las hordas fascistas saqueando, incendiando, encadenando
periodistas a un poste, rapando a una mujer alcalde y pintándola de rojo y
destruyendo las actas de la pasada elección para cumplir con el mandato de don
Mario y liberar a Bolivia de un maligno demagogo. Menciono su caso porque ha
sido y es el inmoral portaestandarte de este ataque vil, de esta felonía sin
límites que crucifica liderazgos populares, destruye una democracia e instala
el reinado del terror a cargo de bandas de sicarios contratados para
escarmentar a un pueblo digno que tuvo la osadía de querer ser libre.
Cuarto: entran en escena
las “fuerzas de seguridad”. En este caso estamos hablando de instituciones
controladas por numerosas agencias, militares y civiles, del gobierno de
Estados Unidos. Estas las entrenan, las arman, hacen ejercicios conjuntos y las
educan políticamente. Tuve ocasión de comprobarlo cuando, por invitación de
Evo, inauguré un curso sobre “Antiimperialismo” para oficiales superiores de
las tres armas. En esa oportunidad quedé azorado por el grado de penetración de
las más reaccionarias consignas norteamericanas heredadas de la época de la
Guerra Fría y por la indisimulada irritación causada por el hecho que un
indígena fuese presidente de su país. Lo que hicieron esas “fuerzas de
seguridad” fue retirarse de escena y dejar el campo libre para la descontrolada
actuación de las hordas fascistas -como las que actuaron en Ucrania, en Libia,
en Irak, en Siria para derrocar, o tratar de hacerlo en este último caso, a
líderes molestos para el imperio- y de ese modo intimidar a la población, a la
militancia y a las propias figuras del gobierno. O sea, una nueva figura
sociopolítica: golpismo militar “por omisión”, dejando que las bandas
reaccionarias, reclutadas y financiadas por la derecha, impongan su ley. Una
vez que reina el terror y ante la indefensión del gobierno el desenlace era
inevitable.
Quinto, la seguridad y el
orden público no debieron haber sido jamás confiadas en Bolivia a instituciones
como la policía y el ejército, colonizadas por el imperialismo y sus lacayos de
la derecha autóctona. Cuándo se lanzó la ofensiva en contra de Evo
se optó por una política de apaciguamiento y de no responder a las provocaciones
de los fascistas. Esto sirvió para envalentonarlos y acrecentar la apuesta:
primero, exigir balotaje; después, fraude y nuevas elecciones; enseguida,
elecciones pero sin Evo (como en Brasil, sin Lula); más tarde, renuncia de Evo;
finalmente, ante su reluctancia a aceptar el chantaje, sembrar el terror con la
complicidad de policías y militares y forzar a Evo a renunciar. De manual, todo
de manual. ¿Aprenderemos estas lecciones?
Fuente: http://www.granma.cu/mundo/2019-11-11/el-golpe-en-bolivia-cinco-lecciones-11-11-2019-00-11-43
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