Viento
Sur
14-11-2015
Mientras que la zona euro esboza una fase de
recuperación muy moderada, los pronósticos alarmistas respecto a la trayectoria
general de la economía mundial se multiplican: por ejemplo, Le Monde del
20 de octubre titulaba "El crecimiento chino se ralentiza, la economía
mundial sufre". Christine Lagarde/1 enumera las "razones
para estar inquietos en torno a la situación económica" y Jacques
Attali/2 anuncia que "el mundo se acerca a una gran catástrofe
económica".
Comencemos trazando un breve panorama de la
coyuntura: el crecimiento mundial se ralentiza, principalmente en los países
emergentes, salvo en India. Esta tendencia se retroalimenta con la caída de los
precios de las materias primas y se transmite a los países avanzados. El
comercio internacional también se ralentiza, al mismo ritmo que el PIB mundial,
como si la globalización productiva hubiera tocado techo. La zona euro registra
una recuperación muy tímida y desigual. Estados Unidos y el Reino unido, siguen
aprovechándose de las circunstancias (se benefician un poco) pero el
crecimiento tiende a ralentizarse en un caso y en el otro resulta artificial.
En el campo de la "esfera financiera", el
quantitative easing (flexibilidad monetaria) alimenta la burbuja de
activos en lugar de alimentar la inversión productiva, que se estanca. Y la
única perspectiva -hasta ahora retrasada- de un repunte del tipo de interés del
FED (Banco Central de EE UU) pesa como una espada de Damocles hasta el
punto de desestabilizar las monedas y los mercados financieros de numerosos
países. En fin, "la incertidumbre y las fuerzas complejas pesan sobre
el crecimiento mundial" para retomar la fórmula del FMI en sus últimas
perspectivas/3.
De este cuadro puntilloso, se pueden extraer las
tres características fundamentales de la coyuntura actual:
· La persistencia de las "secuelas de la
crisis financiera mundial";
· Las perturbaciones de la economía mundial;
· La perspectiva de un "estancamiento
secular".
Las secuelas de la crisis financiera mundial
La flexibilización monetaria permite a un
Banco Central la compra de títulos. De ese modo crea moneda que, inyectada en
la economía, debería hacerle despegar. Admitamos que eso haya podido funcionar
durante un tiempo en Estados Unidos. Pero el hecho nuevo es que se comienza a
tomar conciencia de que este tipo de medidas tiene efectos colaterales
preocupantes.
El presidente del Banco federal de Dallas, Richard
Fisher (de poco peso en el seno del FED), resume de esta manera su
escepticismo: "el dinero que hemos impreso no se ha distribuido tan bien
como lo hubiéramos deseados. Un gran cantidad ha servido para la especulación
corrupta o, con más exactitud, corrosiva"/4. Durante esa
conferencia, llegó incluso a citar un poema de Jonathan Swift, fechado en 1735:
"El dinero, la sangre vital de la nación/ Se estanca e infecta en las
venas/Al menos que una buena circulación/garantice su movimiento y su
calor"/5.
La ineficacia a largo plazo de las políticas
monetarias se explica en función de varios mecanismos o de los efectos
secundarios que pesan en la coyuntura actual. De entrada, la inyección de
moneda se hace a ciegas y nada garantiza que la liquidez se vaya a utilizar
para favorecer las inversiones. Por el contrario, termina por alimentar la
especulación y provocar un incremento del precio de los activos que no
beneficia más que a los ricos y conduce a la formación de burbujas
[financieras].
Tipos de interés históricamente bajos
La flexibilidad monetaria conduce
simultáneamente a una reducción de los tipos de interés (ver gráfico 1).
También podría contribuir a la recuperación de las inversiones en vivienda y
sobre todo en las inversiones productivas, puras y simples. La recuperación de
las inversiones es, por otra parte, la cuestión clave para toda recuperación.
Ahora bien, nos encontramos con que esta recuperación no llega porque las
empresas, a falta de mercados y/o de beneficios, no invierten. Restablecen sus
márgenes hacen caja, multiplican las fusiones y adquisiciones,
distribuyen dividendos, pero sus inversiones no avanzan.
Gráfico 1
Tipo de interés real 1972-2014
Tipos de interés de referencia de los bancos
centrales (media ponderada de Alemania, EE UU, Japón). Fuente : BIS-BRI/6
Al mismo tiempo, es verdad que la inyección de
moneda conduce a la inflación de activos, pero no a la inflación pura y simple,
la de los precios. Tipos de interés bajos e inflación débil se combinan
entonces de tal forma que los tipos de interés reales (descontada la inflación)
no pueden devenir altamente negativos. Los tipos de interés nominales llevan a
lo que los economistas americanos denominan ZLB (zero lower bound): cero como
tipo base. Este límite es para algunos, como Lawrence Summers/7, el
resultado del estancamiento secular, caracterizado por elevadas tasas de
ahorro, una aversión al riesgo y una débil disposición a invertir. Para
restablecer la situación, serían necesarios tipos de interés reales negativos
para relanzar la actividad, lo que está fuera de toda perspectiva. Esta
interpretación es muy discutible porque no tiene en cuenta determinantes más
estructurales del eventual estancamiento secular/8.
Sin embargo, Summers tiene razón en un punto cuando
pone de manifiesto su temor de que "si se produce una recesión, las autoridades
monetarias no tendrían instrumentos para hacerle frente. No existe más margen
para una flexibilización [monetaria]". La misma preocupación la expresa
Claudio Borio/9, economista del BRI (Banco de Pagos Internacional, con
sede en Basilea), en la presentación de su informe anual: "Los tipos de
interés han sido extraordinariamente bajos durante un tiempo
extraordinariamente largo. Reflejan la respuesta de los bancos centrales y de
los actores del mercado a una recuperación post-crisis inhabitualmente débil,
como si estuvieran tanteando a ciegas para encontrar nuevas certitudes".
Dicho de otro modo, a la política monetaria se le ha pedido más de la cuenta
para relanzar el crecimiento.
Acumulación de deudas
El resultado es una enorme acumulación de deudas privadas
y públicas. Según un estudio del McKinsey Global Institute/10,
representan casi 200 billones de dólares a escala mundial; es decir el 286 %
del PIB mundial, contra el 269 % en 2007, antes del estallido de la crisis.
Esta progresión resulta particularmente neta para la deuda de los Estados, pero
también para la de las empresas (gráfico 2)
Gráfico 2
Deudas mundiales acumuladas
Fuente: McKinsey Global Institute
Esta tendencia concierne especialmente a la deuda
de las empresas no financieras de los países emergentes, que se ha
cuadruplicado entre 2004 y 2014. El FMI se pregunta si hay que inquietarse por
ello /11 y recomienda prepararse para el endurecimiento de las
condiciones para la financiación. Como las economías financieras van "a
normalizar sus políticas monetarias, los mercados emergentes deberían
prepararse para un incremento de quiebras de empresas".
Por tanto, este panorama conduce a dos escenarios
de cara al desencadenamiento de la próxima crisis. El primero fue descrito por
François Morin en su último libro/12. Su punto de partida es la
existencia de burbujas financieras en torno a las deudas públicas pero,
también, en los mercados financieros drogados por tipos de interés muy bajos.
El elemento desencadenante podría ser la quiebra de un banco sistémico, con
reacción en cadena sobre otros grandes bancos.
El segundo escenario nos remite a las inquietudes
del FMI en relación a los países emergentes. El elemento desencadenante sería
entonces, un incremento del tipo de interés del FED de Estados Unidos; el
endurecimiento de las condiciones financieras evocadas por el FMI. Esto
conduciría a una explosión de las burbujas, comenzando por los países
emergentes y, evidentemente, con repercusiones sobre el conjunto de las
finanzas mundiales.
En resumen, actualmente están reunidos los factores
de riesgo en torno a esta contradicción: de un lado, las políticas de
flexibilización monetaria no repercuten en la economía real, alimentan las
burbujas y sitúan a las finanzas mundiales en una trayectoria que no puede
continuar así sine die. Pero el incremento de los tipos de interés provocaría
la explosión incontrolada de las burbujas, en un contexto en el que los Estados
apenas tienen munición para salvar de nuevo a los bancos.
En defensa del capital ficticio
Así pues, Christine Lagarde tiene razón cuando
habla de las "secuelas de la crisis financiera mundial". Más en
concreto, el esquema global es el siguiente: el periodo precedente de la crisis
se caracterizó por una enorme acumulación de capital ficticio; dicho de otro
modo, de derecho adquiridos sobre la plusvalía producida por la explotación del
trabajo asalariado. Para que el capitalismo despegue de nuevo sobre bases
sanas, hubiera sido necesario destruir ese capital ficticio (y también, sin
duda, una parte del capital productivo). Ha habido pérdidas, pero las políticas
desarrolladas en todo el mundo han estado guiadas por un principio básico:
preservar el capital ficticio y los derechos adquiridos que representan. Esto
se ha hecho de dos maneras: de una parte, a través de convertir las deudas
privadas en deudas públicas y mediante una punción sobre el plus valor a través
de las medidas de austeridad; de otra parte, por la inyección masiva de
liquidez. En el primer caso, se puede decir que el capitalismo respeta la ley
del valor porque busca ajustar la ratio capital ficticio/plus-valía aumentando
la plus-valía. En el segundo, por el contrario, trata de negar o contornear la
ley del valor operando sobre el numerador. Por tanto, en su sentido más
profundo, la próxima crisis se podrá interpretar como una severo recuerdo de la
[existencia de la] ley del valor.
Incluso si privilegia la austeridad a través de
"reformas estructurales", la Europa capitalista se vuelve, con cierto
atraso, hacia soluciones artificiales. Existe laflexibilización monetaria al
estilo Juncker que patina tanto como en Estados Unidos. Pero hay más: la última
gran idea de la Comisión europea fue la de lanzar una "iniciativa para la
titularización"/13 como parte de un proyecto más amplio de
"unión de mercados de capitales". Bajo la cobertura de su
reglamentación, el objetivo real es el de relanzar la titularización/14pero
esta vez "con seguridad total", para obtener por esa vía "más de
100 mil millones de euros de financiación suplementaria"; es decir, la
mitad de los niveles anteriores a la crisis. No hay que olvidar que este
objetivo también lo fue del FMI en… octubre del 2009, cuando intentaba
"discernir cómo la titularización podría contribuir positivamente a la
estabilidad financiera y al crecimiento económico durable"/15. He
aquí un ejemplo terrible de la voluntad del sistema para favorecer el
crecimiento del capital ficticio.
La inestabilidad de la economía mundial
Antes de la crisis, la economía mundial estaba
estructurada en torno al eje China-Estados Unidos, a menudo bautizada como
"Chinamérica"/16. Este eje está camino de deshilacharse y es,
sin duda, uno de los elementos fundamentales de la remodelación de la economía
mundial.
El fin de la Chinamérica
La desinversión es simétrica: de un lado, el modelo
estadounidense se aleja de su funcionamiento anterior a la crisis -crecimiento
a base de crédito- debido a la recuperación de la capacidad de ahorro de los hogares
y de una menor dependencia energética. Estos dos factores reducen el papel de
motor de la economía mundial otorgado hasta entonces a EE UU.
Por su parte China había entrado en una fase de
transición, es verdad que dura y difícil, hacia un modelo centrado en la
demanda interior. Y en todo caso alejada del crecimiento basado en las
exportaciones: su participación en el PIB chino ha pasado del 36 % en 2006 al
26 % actualmente. La complementariedad entre las dos grandes economías se
reduce y esta retracción, con sus efectos colaterales en los países emergentes
y Europa, desequilibra toda la economía mundial.
Esta reorientación de la economía china se
manifiesta a través de un cambio en la estructura de su comercio exterior/17,
que también contribuye a la ralentización del comercio mundial. Lo que
constituye otro elemento inquietante para los economistas que se interrogan
sobre sus causas y se plantean si se trata de un fenómeno pasajero o más
estructural. Todo hace pensar que se trata de un cambio de tendencia a largo
plazo/18, que se corresponde con la ralentización del fraccionamiento de
las cadenas de valor.
Esta organización de la producción, a caballo entre
diferentes zonas de la economía mundial, característica de la globalización
contemporánea, está a punto de alcanzar su límite, al igual que el crecimiento
del comercio mundial a un ritmo más rápido que el PIB que había impulsado. Este
fenómeno afecta fundamentalmente a China, pero también a EE UU, Corea y Japón,
lo que confirma que el eje China-EE UU está a punto de deshacerse.
Desincronización y volatilidad
La inestabilidad de la economía mundial se agrava
aún mas debido a la desincronización de las coyunturas entre EE UU y la zona
euro. Un estudio minucioso del FMI/19 muestra que estas divergencias
tienen efectos colaterales (spillovers) importantes. Ahí también, los autores
ponen de relieve su inquietud, planteándose "si el despegue de EE UU no
sólo podría reforzar el dólar frente al euro sino también incrementar los tipos
de interés en la zona euro, o si la flexibilización monetaria en la zona euro
podría no solo debilitar al euro, sino continuar presionando a la baja en los
rendimientos de EE UU".
El mismo documento arroja una luz interesante en lo
que concierne a los países emergentes. Sus autores distinguen dos canales de
transmisión. El canal "tradicional" es que los capitales van hacia la
zona (EE UU o zona euro) aprovechando un repunte del crecimiento, que tendrá
por efecto una apreciación de la moneda de la zona que se beneficie de esta
afluencia de capitales. Pero también identifican otro canal, originado por la
atracción del riesgo (risk-appetite): los capitales anticipan la recuperación
en los países emergentes provocada por la de la zona del "centro" (EE
UU o zona euro). Este flujo de capitales en los países emergentes conducirá a
una apreciación de su moneda.
Estos análisis muestran que el funcionamiento de la
economía mundial escapa a cualquier regulación y que los países emergentes
están expuestos a movimientos de capitales que, salgan o entren, tienen efectos
desestabilizadores. El período actual se caracteriza precisamente por un
incremento de la volatilidad de estos movimientos de capitales.
El agotamiento de los incrementos de productividad
Durante la presentación de las últimas previsiones
de la OCDE, su economista-jefe, Catherine Mann, subrayó que "la
ralentización del crecimiento potencial en los países avanzados es una
preocupación permanente"/20. Christine Legarde, por el FMI, hizo
referencia a la "nueva mediocridad" o, dicho de otro modo, "al
riesgo de un persistente crecimiento débil " que, según ella, se acerca.
Como base de estas afirmaciones está el agotamiento
de los incrementos de productividad. Esta tendencia no es nueva, porque se
desencadenó en los países avanzados a mediados de los años 1980, con
fluctuaciones fuertes en el caso de EE UU. Pero, al final, los países
emergentes tomaron el relevo y los incrementos de productividad que lograron
pudieron ser captados en gran parte por los "viejos países capitalistas".
Al inicio de la crisis, los países emergentes sostuvieron el crecimiento
mundial. Pero puede ser que esta gran transformación de la economía mundial
haya llegado a un punto de inflexión: en efecto, los datos más recientes del
Conference Board muestran que el crecimiento de la productividad horaria del
trabajo ha retrocedido de forma neta en los países emergentes desde el inicio
de la crisis (ver gráfico 3)
Gráfico 3
Tendencia del crecimiento de la productividad del
trabajo
Fuente : The Conference Board/21
Ahora bien, la productividad y, más en concreto, la
productividad global de los factores es un elemento fundamental en la dinámica
de la tasa de beneficio. Sin embargo, esta última se ha recuperado en los
principales países capitalistas a pesar del agotamiento de la productividad/22.
Esta proeza sólo ha sido posible por la puesta en pie de toda una serie de
dispositivos: financiarización, endeudamiento, desigualdades, reducción de las
rentas salariales, etc. Al mismo tiempo, la rarificación de las oportunidades
para inversiones rentables ha conducido a un estancamiento de las tasas de
inversión productiva.
Discrepancias en las tasas de beneficio
El capitalismo no tiene otra alternativa que
encarrilar el modelo neoliberal intentando, para ello, reducir los factores de
desequilibrio. Evidentemente, en esta búsqueda de una salida para la crisis, la
cuestión clave es la recuperación de la tasa de beneficio que,
fundamentalmente, no puede pasar más que por el incremento de la tasa de
explotación. Ahora bien, lo que resulta chocante es la dispersión de los
panoramas. Entre los países avanzados, asistimos a un desmembramiento de las
tasas de beneficio, a la vez entre EE UU y la zona euro y en el interior de
ésta última (ver gráfico 4). Este fenómeno implica un endurecimiento de la
competencia entre las multinacionales, que es susceptible de derivar en un
repliegue general de la tasas de beneficio. En todo caso, es lo que anuncia el
Instituto McKinsey/23, que prevé que los beneficios de las
transnacionales (global corporate profit) pasen del 9,8 % mundial en 2013 al
7,9 % en 2025, situándose más o menos al nivel de 1980.
Gráfico 4
Tasa de beneficio 2007-2015
Base 100 en 2007. Fuente : Ameco, ‘Net returns on
net capital stock: total economy’. * ver el infográfico mas detallado .
No hay beneficios, no hay recuperación
Estas divergencias se pueden ilustrar a través de
un análisis más detallado de la coyuntura en la zona euro. Este ejercicio lo ha
llevado a cabo recientemente la Comisión europea/24: en él se comprara
la tímida "recuperación" actual con otros episodios de la
recuperación. Los resultados de este estudio están ilustrados en el gráfico 5,
que compara el ciclo 2002-2015 con el precedente de 1996-1999. En ambos casos,
el año de referencia es el año que precede al punto más bajo (1992 y 2008,
respectivamente). Se examinan dos variantes claves en la dinámica del
capitalismo: las inversiones y la parte de los salarios. En los dos casos, el
beneficio es comparable en lo que respecta a la fase del ciclo que precede a la
recesión. Pero lo que ocurre después nos lleva a dos historias muy diferentes.
Tras la recesión de 1993, la inversión cae, pero se
restablece progresivamente y, al cabo de seis años, recupera el nivel previo a
la crisis. La participación salarial [en la renta nacional] , que comenzó a
aumentar ligeramente a partir de su punto más bajo en 1989, vuelve a una
inexorable tendencia a la baja y retrocede casi cuatro punto del PIB entre 1992
y 1999. Se trataba de una buena salida de la recesión para el capitalismo, con
una mejora de la rentabilidad y una recuperación de la acumulación.
Pero lo que acontece tras el estallido de la última
crisis no tiene que ver con un ciclo clásico. La parte salarial aumentó fuerte
en 2009, después bajó y hoy en día está estabilizada en un nivel superior en
dos puntos del PIB a su nivel previo a la crisis. Dicho de otro modo, no se ha
restablecido la rentabilidad del capital. Y vemos los efectos sobre la
inversión: comenzó a repuntar en 2011, siguiendo el perfil de la precedente
recesión. Después, la intensificación de las políticas de austeridad condujo a
la caída doble (double dip) del crecimiento y la inversión retrocedió de nuevo
antes de recuperarse en 2014. Pero actualmente continúa siendo inferior en un
punto y medio del PIB en relación a su nivel previo a la crisis.
Gráfico 5
Dos episodios de la recesión en la zona euro
Causas financieras y efectos reales
Comprender como interactúan la finanza y la
producción es una tarea fundamental pero difícil. Un reciente estudio de los
economistas del BRI/25 (Banco de pagos internacional) permite aclarar
esta cuestión a partir de un modelo que relaciona las "causas financieras"
y sus "efectos reales". Los autores construyen un índice a partir de
lo que contribuye el reparto sectorial del empleo al crecimiento medio de la
productividad. Después muestran que este índice está significativamente
correlacionado (negativamente) a los booms financieros. Dicho de otro modo,
cuando el crédito aumenta más rápido que el PIB, el empleo se desplaza hacia
sectores con una productividad inferior. También muestran que el valor de este
índice antes de una crisis financiera determina la trayectoria posterior de la
productividad. Y ese mecanismo se retroalimenta porque el recurso al crédito
alimenta [la tendencia] que estaría tratando de contrarrestar; a saber, la
ralentización de la productividad. Esta modelización de la relación entre la eficacia
productiva y las derivas financieras parece especialmente pertinente para
analizar la crisis de la zona Euro.
La crisis que viene
Después de este análisis somero una cosa es segura:
la "Gran recesión" ha abierto un período de "regulación
caótica" a escala mundial. Hoy en día la perspectiva de una nueva crisis
parece casi inevitable y es difícil discernir donde se dará el punto de ruptura
(¿la bolsa, la banca, la deuda, el tipo de cambio?), pero este episodio será en
todo caso la expresión de profundas contradicciones estructurales.
Hoy en día el capitalismo mundial se encuentra
sometido a una tensión fundamental. De un lado, la gestión de la crisis que
estalló en 2008 se abordó según dos principios fundamentales: no arreglar las
cuentas (sus "secuelas"), y reconstituir el modelo neoliberal previo
a la crisis tratando de controlar sus efectos más nocivos. En la práctica se
trata de garantizar los derecho adquiridos por el "1 %" y la libertad
de acción de los bancos y las multinacionales. Pero, actualmente, el mecanismo
fundamental del dinamismo del capitalismo, a saber los incrementos de
productividad, está agotándose.
Esta configuración conduce a interacciones
complejas entre las evoluciones que se dan en el seno de la esfera productiva y
el manejo de los instrumentos financieros y monetarios. Por ello, como en
2007-2008, el punto de desencadenamiento de la próxima crisis no bastará para
sacar a la luz sus causas profundas.
23/10/2015
Traducción VIENTO SUR
Notas
1/ Christine Lagarde, "Gérer la transition vers une économie
mondiale plus saine", 30/09/2015.
2/ Jacques Attali, "La crise,
Acte 2", 17/08/2015.
3/ FMI, Uncertainty,
Complex Forces Weigh on Global Growth, World Economic Outlook, octubre 6,
2015.
4/ Richard Fisher, "Monetary Policy and the Maginot Line”,
julio 16, 2014.
5/ Money, the life-blood of the nation / Corrupts and
stagnates in the veins / Unless a proper circulation/ Its motion and its heat
maintains.
6/ BIS, 85th
Annual Report, junio 2015.
7/ Lawrence Summers, “The global economy is in serious
danger”, The Washington Post, octubre 7, 2015.
8/ Michel Husson, "Estancamiento secular:
un capitalismo empantanado?" enVIENTO SUR, junio 2015
9/ Claudio Borio, Media
briefing on the BIS Annual Report 2015, 24/06/2015.
10/ McKinsey Global Institute, Debt and (not much) deleveraging,
febrero 2015.
11/ FMI, Global Financial Stability Report, October
2015. Capítulo 3 : “Corporate
leverage in emerging markets—a concern?”.
12/ François Morin, L’hydre
mondiale : l’oligopole bancaire, Lux, 2015 ; ver este vídeo del autor.
13/ Comisión europea, Initiative
sur la titrisation, septiembre 2015.
14/ Comisión europea, Capital Markets Union, flyer,
septiembre 2015.
15/ FMI, Global Financial Stability Report, October
2009. Capítulo 2 : “Restarting
Securitization Markets: Policy Proposals and Pitfalls”.
16/ Michel Husson, "Chine-USA. Les lendemains incertains
de la crise" Nouveaux Cahiers Socialistes n° 2, Montréal, septiembre
2009 ; "Etats-Unis : la fin
d’un modèle", La Brèche n° 3, 2008.
17/ Michel Husson, "La fin
de l’émergence du Sud?", A l’encontre, 22/03/2015.
18/ Sébastien Jean, "Le ralentissement du commerce mondial
annonce un changement de tendance", La lettre du Cepii n° 356,
septiembre 2015.
19/ “Big
Players Out of Synch: Spillovers Implications of US and Euro Area Shocks",
IMF Working Paper, septiembre 2015.
20/ Catherine Mann, “Puzzles and uncertainties”,
OECD Interim Economic Outlook, septiembre 2015.
21/ The Conference Board, “Productivity Brief 2015”.
22/ Michel Husson, "Los límites del
keynesianismo" en VIENTO SUR, febrero 2015.
23/ McKinsey Global Institute, The new global competition for
corporate profits, septiembre 2015.
24/ “The
euro area recovery in perspective”, European Commission, Quarterly Report
on the Euro Area, n° 3, 2015.
25/ Claudio Borio et al., “Labor Reallocation and Productivity
Dynamics: Financial Causes, Real Consequences”, BIS, mayo 2015.
Fuente original: http://www.vientosur.info/spip.php?article10680
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