miércoles, 11 de noviembre de 2015

ARGENTINA EN LA DISYUNTIVA: MACRI O SCIOLI Y EL VOTO EN BLANCO






I

EL RICO DEBATE ACERCA DE LAS ELECCIONES EN ARGENTINA, HACE PENSAR EN LAS ELECCIONES DE MÉXICO 2018

11-11-2015

1. He leído decena de artículos alrededor de las elecciones presidenciales de la primera y la segunda vuelta en Argentina. La primera vuelta se llevó a cabo el 25 de octubre [] de manera conjunta con las elecciones legislativas. Habrá una segunda vuelta (o ballotage) el 22 de noviembre ya que ninguna fórmula obtuvo en las elecciones generales más del 45% de los votos positivos, o más del 40% de los votos positivos con una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales con respecto a la segunda fórmula, en cantidad de votos positivos. Por ello los candidatos presidenciales Daniel Scioli del “Frente para la Victoria” y Mauricio Macri del “Frente Cambiemos” deberán enfrentarse en una nueva elección. 

2. Los argentinos no tienen mucho de donde escoger: votan por Scioli, que podría ser la continuidad del kichnerismo con muchas contradicciones, o se deciden por Macri que es el representante de la derecha más reaccionaria y cercana a fascismo. Algunos, que apenas representan un cinco por ciento de los votos, están llamando al “voto blanco” porque consideran que Scioli y Macri “son más de lo mismo: proyectos empresariales y proyanquis que están entregando a Argentina hacia un profundo proceso de privatización. Si en México existiera la “segunda vuelta electoral”, en 1988, 1994 y 2000 Cárdenas hubiese competido con Salinas, Zedillo y Fox y López Obrador con Calderón en 2006 y con Peña en 2012; pero los empresarios harían perder a los socialdemócratas.

3. Este debate que hoy se registra en Argentina también se ha desarrollado en México pero en la primera vuelta. Aquí tanto Cárdenas como López Obrador han sido apuntalados por la centro/izquierda o socialdemocracia. El PRI/PAN derechista, por los empresarios, medios de información y clero. En Argentina, con excepción de algunos pequeños grupos radicalizados de izquierda como los trotskistas y anarquistas, no existe una socialdemocracia desarrollada. Son los herederos del peronismo en sus varias vertientes y el Frente Cívico Radical, ambos empresariales y anticomunistas, así como el sector militarista, los que han dominado en los últimos 50 años la escena política. Aquí parece haber una ventaja política en México.

4. En México, antes de la implantación del neoliberalismo en 1982, las derechas y las izquierdas socialdemócratas eran ampliamente manipuladas por el PRI que se colocaba siempre en el centro político. Pero a partir de ese año el PRI se corrió hacia la derecha conformando con el PAN un estrecho maridaje interrumpido por pequeños pleitos de familia. ¿Qué hizo el socialdemócrata PRD? Para terminar de descomponerse y no quedarse solo en las negociaciones partidarias, corrió también a los brazos del PRI. El partido Morena de López Obrador es ahora la esperanza partidaria electoral que debe luchar para salvarse de las mil y una trampas preparadas por el sistema político: mediatización, absorción, amenazas, represión, acuerdos, ventajas, presupuestos, etcétera.

5. En Argentina se ha propagado que Macri ha recibido un fuerte apoyo de la derecha internacional encabezada por Vargas Llosa y que de ganar rompería con organismos internacionales como Unasur, ALBA, Bancosur, apoyaría bases militares yanquis, etcétera. De Scioli se dice que conservaría las buenas relaciones con los países del ALBA a pesar de su derechismo empresarial. Pregunto: ¿Qué pasó con los movimientos de desempleados, los sin trabajo, los piqueteros, los caceroleros, con las organizaciones obreras de izquierda y centroizquierda? La realidad es que los resultados de las elecciones en Argentina van a ser determinantes para las elecciones en toda la región y la relación con el imperio de los EEUU. Argentina es importante país de América.

6. Si López Obrador no abre el camino con los sectores en lucha: maestros, electricistas, mineros, telefonistas, indígenas, campesinos, apoyándolos de manera abierta y sin miedos, es seguro que la burguesía buscará cerrarle todos los caminos. Morena –evitando toda centralización que por autoritaria ha pasado a mejor vida- debe abrirse a todos los sectores buscando organizar batallas conjuntas contra todo tipo de privatización. En los últimos años han surgido muchos, miles de frentes o comités de defensa del agua, de la luz, de las tierras, de los derechos humanos, contra la carestía. Morena puede ofrecer sus servicios y participar junto a las organizaciones. ¿Qué mejor apoyo puede recibir Morena a cambio de acompañar a los trabajadores?

7. Si Morena rompe su sectarismo hacia los trabajadores mexicanos, seguramente otras organizaciones e individuos romperán con el suyo. El debate en Argentina está cada día más interesante para los pueblos de América Latina porque lo que allí suceda –en medio de los ataques imperialistas contra Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador- va a influir de manera determinante. Los Kirchner no se proclamaron partidarios del socialismo y la sociedad igualitaria, pero sus 12 años de gobierno ayudaron a los países de América en la lucha antimperialista. Muchos hubiésemos querido que conformaran una izquierda radical mundial, que fueran consecuentes luchadores anticapitalistas; pero sólo hicieron lo que pudieron.


II

MAURICIO SCIOLI, O EL FUNDAMENTO DEL VOTO EN BLANCO

11-11-2015
Declaración por el voto en blanco de Jorge Altamira (PO), organización miembro del FIT


La agenda que los candidatos capitalistas han venido esquivando desde las Paso, ha irrumpido con fuerza debido a la presión inevitable de la realidad. La mega devaluación, la desvalorización de la fuerza de trabajo, la búsqueda de un rescate financiero internacional – los puntos planteados desde el comienzo por el Partido Obrero -, se han convertido en el eje político de la campaña hacia el balotaje. No por eso, tanto Macri como Scioli siguen empeñados en engañar al electorado. ¡Cómo podrían sobrevivir de otro modo!

Prat Gay

Los voceros económicos de Macri describen una perspectiva en rosa. Para el ex JP (Morgan), Prat Gay, la devaluación macrista no tendría impacto en los precios –por el contrario, hasta los estabilizaría. El ex banquero, incluso de Duhalde y Kirchner, asegura que los precios internos ya tienen incorporados los tipos de cambio que se registran en la Bolsa o en el mercado negro, de modo que una devaluación del tipo oficial que los lleve al paralelo no alteraría la situación actual. Si fuera así, esta remarcación de precios está ofreciendo una ganancia extraordinaria a los agiotistas, esto porque las importaciones se seguirían haciendo por mercado oficial. Prat Gay, además, no tiene en cuenta que las exportaciones también se liquidan, invariablemente, por el mercado oficial –aunque haya una elevada sobre-facturación o contrabando. Es claro que una devaluación acompañada por una reducción o eliminación de las retenciones a las exportaciones, tendría un impacto fenomenal sobre los precios de los alimentos y de los combustibles. Estos aumentos afectarían numerosos costos de producción y los salarios. La negación del impacto de una devaluación sobre los precios es una campaña sucia contra el electorado. Lo peor no se encuentra, sin embargo, en esto, porque el plato fuerte del ajuste son los tarifazos. La suba más importante en la Bolsa, en los días recientes, la han registrado las eléctricas –precisamente porque descuentan un fuerte aumento de las tarifas de servicios (y las acciones de los bancos, que tiene una cartera voluminosa de títulos públicos con rendimientos descomunales). Como las tarifas han funcionado como un subsidio enorme a las ganancias capitalistas, su eliminación elevará en forma sustancial los costos de producción –ni qué decir que desatará una gran lucha salarial. En definitiva, los ‘esclarecimientos’ que los voceros del macrismo ofrecen acerca de la devaluación son ‘carne podrida’.

Lo que el macrismo difunde con mucho menos empeño es su programa de re-endeudamiento en escala fenomenal, aunque, aquí sí, esto no vaya a mover el amperímetro, porque no va a suscitar ningún ingreso masivo de capitales. Ocurre que Cambiemos pretende convertir en títulos públicos una deuda que ya existe bajo otra forma (Cronista, 6.11). Nos referimos, por supuesto, a los u$s 15 mil millones de dólares ya establecidos por el juez Griesa en beneficio de los ‘fondos buitres’, que podría llegar a los 30 mil millones si se acogen al fallo la totalidad de los acreedores que no entraron a los canjes de 2005 y 2010. A esto habría que añadir los u$s 20 mil millones, aproximadamente, que el Banco Central debe a los importadores y a las empresas que no han podido girar utilidades aprobadas al exterior. Además, está negociando préstamos de organismos públicos internacionales. Solamente esto aumentaría entre un 25/28% la deuda pública nominada en dólares, que es de poco menos de u$s 200 mil millones (ver Cronista, 2.11). Como una devaluación del 40% reduciría el PBI en dólares en el mismo porcentaje (pasaría de u$s 550 millones a menos de u$s 400 mil millones, la relación deuda pública, en dólares y pesos (u$s 300 mil millones) con el PBI alcanzaría al 75/80% del PBI –sin contar los elevados intereses comprometidos tanto en dólares como pesos, ni el llamado ‘cupón del PBI’, ni tampoco la necesidad de financiar los déficits fiscales que orillan el 7% del PBI- $ 350 mil millones. Se trata de una relación de quebranto, que impondría un nuevo remate de activos nacionales. Hay evidencias de que los bancos locales han estado vendiendo sus préstamos al Banco Central a inversores especulativos y que compensan las pérdidas que supone esta transacción mediante la inversión del dinero en activos dolarizados –añadiendo presión a la devaluación. La Argentina K habría logrado crear sus propios ‘fondos buitres’ en pesos, o sea nacionales y populares.

Bein y Ferreres

El mismísimo programa del macrismo acaba de reiterar Miguel Bein, el asesor ‘number one’ del sciolismo, en el insospechado Página 12 (3.11). Bein invierte los términos de Prat Gay: condiciona la devaluación a un reendeudamiento internacional, pero esta diferencia se diluye apenas se toman en cuenta las contradicciones del planteo de Bein. Bein declara, significativamente, que “el tope de sus prioridades” es “la recapitalización del Banco Central”. Lo mismo plantea el conocido ‘neoliberal’ Orlando Ferreres (Cronista, 2.11). En realidad, con reservas internacionales disponibles inferiores a los u$s 10 mil millones y reservas netas de deudas virtualmente en cero, el Banco Central no está para condicionar nada –se encuentra en la misma situación de Cavallo cuando metió el ‘corralito’, deberá devaluar como dice Prat Gay. El Fondo de Garantía de la Anses, por su lado, ha dilapidado la totalidad de los bonos negociables en su poder (Boden, varios tipos de Bonar), malvendiendo sus tenencias para que no suba el tipo de cambio en la Bolsa. Este remate es lo mismo que una pérdida de reservas en divisas.

La quiebra del Banco Central es enorme: su activo es inexistente, frente a un pasivo de un billón de pesos – entre deuda con bancos locales (a la tasa fenomenal del 30% anual) y circulación de moneda, en partes iguales. No tiene reservas internacionales y sus créditos con el Tesoro, de u$s 90 mil millones, no valen nada porque el Tesoro está quebrado – con un déficit anual de $ 250 mil millones. (El llamado ‘desendeudamiento’ no ha sido otra cosa que un vaciamiento financiero sin precedentes de Argentina). Una devaluación del 40% reduciría en la misma proporción la deuda del Banco Central en pesos, en perjuicio de los ahorristas y tenedores de pesos, pero aun así requeriría la recomposición del activo por decenas de miles de millones de dólares. Por otro lado, cualquier forma de endeudamiento para reponer las reservas internacionales del Banco Central (que hoy costaría tasas de interés muy elevadas) no significaría una “recapitalización”, esto porque se cancelan recíprocamente. Recapitalizar es aportar capital, es poseer activos mayores a los pasivos. Este aporte de capital podría venir de la retención de utilidades en el tiempo y/o un aporte extraordinario del Estado – en ambos casos imposible en el momento actual, y en el segundo caso confiscatorio de los sectores populares, que lo financiarían con los impuestos. Un aumento de las reservas que fuera consecuencia de un balance favorable del comercio exterior podría generar utilidades a capitalizar en el tiempo, esto siempre que ese aumento promueva una reactivación prolongada de la economía, que diera mercado a los pesos que se emitan en contrapartida. De acuerdo a las normas internacionales para la banca privada, el capital bancario debería consistir en un 10/15% de los activos. La banca central obtiene sus utilidades de los intereses que cobra por la suscripción de títulos de la deuda pública o por los descuentos de valores que hace a la banca privada. La tesis K de que la banca central sería inmune a las pérdidas es una violenta contradicción con todas las leyes que rigen el funcionamiento del capitalismo.

Bein insiste en un planteo que ya había adelantado hace dos meses (off the record) Ámbito Financiero. Se trata de un nuevo blanqueo de capitales, con la expectativa infundada de obtener u$s 10 mil millones –monedas. Los beneficiados reclaman, para acceder al planteo, poder retener en el exterior el dinero o los bonos estatales que se ofrezcan. Pero antes que nada exigen la devaluación del peso, uno, para revalorizar los bonos que adquieran, dos, para que se repongan las reservas que garanticen el pago de las deudas. El mismo Bein, al igual que Prat Gay, ya ha dicho que había que arreglar con los ‘fondos buitres’. Kicillof acaba de apelar el fallo de Griesa que admite nuevos acreedores al reclamo original, o sea que compromete a Argentina a aceptar el fallo de la Cámara de segunda instancia. La aceptación de la jurisdicción neoyorquina por parte de los K compromete a la Argentina de Scioli o Macri a pagar a los ‘buitres’. El JP Morgan, la cuna de Prat Gay, habría ofrecido un “préstamo puente” para capear la primera parte del próximo mandato, pero siempre bajo la condición de obtener un acuerdo con los ‘fondos buitres’. Para ‘ayudar’ a este arreglo, los ‘fondos’ han ofrecido cobrar en forma proporcional a los vencimientos de la deuda regular, en lugar de hacerlo de una vez como había sido la exigencia inicial – o recibir un bono a la tasa que está pagando Argentina. La diferencia entre Macri y Scioli acerca de la salida de la bancarrota en curso es la que tienen dos comisionistas que pugnan por cerrar el mismo negocio. Al coincidir en la necesidad de “recapitalizar el Banco Central”, en referencia a contraer deuda nueva en gran escala, Scioli y Macri están simplemente reconvirtiendo al “desendeudamiento” en “re-endeudamiento” –sin tocar, por supuesto, los grandes beneficios que los fondos capitalistas han obtenido en un caso y van a obtener en el otro.

“Ortodoxos”

La propuesta más ‘ortodoxa’ (y reveladora) de “recapitalización del Banco Central” la formuló un economista financiero, Julio Piekarz, un ‘neo-liberal’, por supuesto, hace unos meses (Clarín, 23.8). Piekarz introdujo el tema “recapitalización del Banco Central” en la agenda de los Macri y Scioli. Plantea convertir en títulos públicos las llamadas Letras Intransferibles en dólares en el Banco Central (que valen cero porque el Tesoro no puede pagarlas), esto para venderlas, por tramos, en el Mercado de Valores – unos u$s 70 mil millones. Supone que una venta dosificada no afectaría el valor de estos bonos, ni en general los del conjunto de la deuda pública. Es una suposición sin fundamento; la propuesta sería inviable en la práctica. Las dimensiones de la crisis son, como se puede ver, más amplias que las fórmulas que ensayan los alquimistas. En esta alternativa, el capital correspondiente quedaría inmovilizado en el Banco Central a cambio de una deuda que sería asumida por el Tesoro. Sería una operación financiera pura, que se distingue de las deudas en dólares que van al Banco Central pero luego de haberse convertido en pesos para inversiones en infraestructura, especialmente. Aquí observamos los intereses capitalistas contrapropuestos dentro de una misma salida capitalista. Son, sin embargo, dos propuestas igualmente parasitarias, esto porque las inversiones en pesos (o sea que no implican importaciones medios de producción o materias primas) no deberían necesitar divisas. Con este último tipo de financiamiento, Martínez de Hoz produjo el vaciamiento de YPF. La reconversión de las Letras incobrables en deuda de mercado expresa en forma nítida la transformación del ‘desendeudamiento’ en ‘re-endeudamiento’. Los K y la burguesía nacional finalizan su tiempo comiéndose la cola.

Nosotros

Un gobierno de trabajadores deberá operar, durante un larguísimo periodo transicional, con un sistema bancario, que en este caso consistirá en una banca estatal única. La capitalización de esta banca deberá pagarla el capital, como ocurrirá en todos los planos de una salida obrera y socialista. Ni deuda usurera, ni aporte de los trabajadores: un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y al gran capital, que han sido los grandes beneficiarios del saqueo sistemático de los recursos fiscales y monetarios, y la nacionalización del comercio exterior y los recursos estratégicos.

Como se ve, votamos en blanco porque tenemos una caracterización de los intereses sociales a los que sirven ‘el pibe’ y ‘el motonauta’.



III
¿SER PROGRESISTA SIGNIFICA JUGAR PARA LA DERECHA?

Tiempo Argentino
11-11-2015

Después de muchos años de escribir, militar y polemizar sobre cuestiones políticas, sorprendentemente me encuentro ahora en duda acerca de lo que significa "ser progresista".

En países como el nuestro, donde existe una larga historia de intromisión del capital extranjero y donde la cuestión nacional adquiere importancia fundamental, entendí siempre que la incomprensión de este hecho era uno de los flancos débiles del llamado "progresismo" pero, a pesar de ello, estimé que su defensa de los Derechos Humanos, de las leyes de mejoramiento social, del rechazo al oscurantismo (por ejemplo, apoyo al aborto gratuito, al divorcio, etcétera), su abominación del franquismo, el fascismo y el nazismo, podrían llevarlo, en algunas ocasiones, a acompañar a las mayorías de los sectores económicamente postergados en su lucha por el ascenso social.

A pesar de las experiencias del 45 y del 55 -y de tantas otras veces- mi buena voluntad me llevó a suponer que en determinadas ocasiones podían ser aliados circunstanciales de las mayorías populares, aunque fuera para alejarse del mundo de los privilegiados. Ponía también mi esperanza en que generalmente son sectores politizados y sopesan bien las consecuencias de su voto cuando están en el cuarto oscuro. Pero frente a las próximas elecciones estoy perplejo. En nombre del progresismo y ante la disyuntiva Scioli-Macri, sectores autodenominados "progresistas" sostienen que votarán en blanco o se abstendrán pues no advierten diferencia alguna entre ambos candidatos.

Por esta razón –y para que no incurran en un error del cual luego se lamentarán- considero conveniente recordarles algunas cosas.

Dejando por ahora las cuestiones nacionales, ¿Olvidan quienes son los amigos de Mauricio en el campo internacional? Se los recuerdo: en 2008, se reunieron los integrantes de la Fundación Libertad y según Pagina/12 (24 de febrero) fueron: "Un agente de la CIA, un egresado de las Escuela de las Américas, buena parte de los expresidentes de derecha de Sudamérica de los últimos 20 años incluido el mejicano Vicente Fox, un grupo de intelectuales liberales, anticastristas y antichavistas, el halcón Roger Noriega, el ex mandatario de la derecha española José María Aznar y por la derecha vernácula, Mauricio Macri." Se juntaron con motivo de ser el aniversario de la fundación Libertad y el encuentro "tuvo por objetivo aglutinar a los partidos de derecha ante lo que consideran un avance de los gobiernos populistas de la región". Además, participaron tres intelectuales, también de derecha: Rosendo Fraga, Marcos Aguinis y Mario Vargas Llosa, y un periodista clave del diario La Nación: Claudio Escribano.

Poco después, de regreso en Buenos Aires, Macri condecoró a José María Aznar, que junto con Mariano Rajoy, ha hundido a España en la desgraciada situación que sufre hoy.

Otra reunión semejante se dio en octubre de 2010 en Buenos Aires, organizada por la fundación para el "Análisis y los Estudios Sociales", presidida por el mismo Aznar, en conjunto con la "Fundación Pensar" de Mauricio Macri. Allí participó el antichavista venezolano Ledesma Díaz quien declaró entusiasta: "Queremos defender el derecho de propiedad." Y también participó el representante de la derecha chilena Sebastián Piñera, quien sostuvo que en la región hay dos modelos: uno es el bolivariano y otro, el de la libertad.

En ese encuentro también estuvo Laura Alonso, quien a su vez, es asidua visitante de la embajada de Estados Unidos en la Argentina, cuya fundación recibe financiación de Paul Singer, uno de los multimillonarios buitres que acosa a la Argentina, por su deuda externa. Un periódico comentó que "todas estas entidades tienen el apoyo y han recibido donaciones de la poderosa Fundación Nacional por la Democracia que concentra todos los fondos del congreso estadounidense y apoya la línea del Departamento de Estado" (17/10/2012). Otros participantes de ese cónclave fueron Iván Petrella, de la fundación "Pensar", del PRO, quien sostuvo la necesidad de terminar con la gratuidad de la enseñanza universitaria y Vicente Massot, un troglodita de La Nueva Provincia de Bahía Blanca, hombre tan audaz que, en otra oportunidad, llegó a sostener la necesidad de aplicar torturas a los detenidos.

En la misma época, visitaron a Macri, en Buenos Aires, los chilenos Jovino Novoa y Felipe Salaberry, pinochetistas, quienes le trajeron el aplauso de la UDI (Unión Democrática Internacional), considerada como la organización de partidos de centro derecha –lo de "centro" es sólo un decir- con más de 80 países miembros. Un periódico los definió como "herederos del Plan Cóndor, de Pinochet a Unión-Pro" (Sur, 13/10/2009).

No sería extraño que en estas reuniones donde concurrió el PRO gozosamente, hubiese concurrido también el candidato a concejal por el macrismo de la localidad santafesina de Gálvez, el veterinario Julio Fornari quien tuvo amables referencias para las villas cercanas a su casa, según informó Clarín el 3/9/2009: "Hay que ir y prenderles fuego para evitar que crezcan por que son como las ratas, tienen cría todos los días. Y las autoridades permiten que viva esa montonera de ratas… La única solución es juntarnos 100 vecinos, y prenderles fuego. Quemarlos."

Esta suposición mía no es aventurada porque seguramente las mismas inclinaciones alentaron las acciones de la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público) inventadas por Mauricio para resolver los problemas sociales en la Ciudad de Buenos Aires.

Esto sería suficiente para que un verdadero progresista, después de revisar minuciosamente los archivos de Scioli, comprendiese que los dos candidatos no son lo mismo y que votar en blanco implica apoyar concretamente a Macri junto a todos estos personajes.

Entonces, ¿De qué progresismo hablan? ¿En qué consiste el "progresismo" de Victoria Donda, capaz de pasearse por las playas marplatenses de la manito de Prat- Gay, asesor del grupo Loma Negra (Fortabat) y detectado por haber facilitado la salida de divisas del país, después de haber sido funcionario del FMI? ¿Se trata de un "progresismo yanqui" que hasta sería capaz de acompañar en su campaña eleccionaria a Donald Trump, junto al Tea Party y lo más reaccionario de Estados Unidos, quien fue socio de Macri en el negocio de Lincoln West, en Manhattan?

¡Como para no estar perplejo!



IV
MACRI HABLA Y METE MIEDO

Miradas al Sur
11-11-2015

Faltan once días para el domingo 22 de noviembre, esa jornada en la que la vida política argentina estrenará un formato electoral: la segunda vuelta, llamada “ballottage” por los franceses, en la que los ciudadanos deben decidir entre dos candidatos después de un primer turno en el que ninguno de ellos superó el porcentaje mínimo requerido. La palabreja quiere decir “votar con bolitas”.

Eso es lo que necesitan Daniel Scioli y Mauricio Macri, conseguir más bolitas que el otro; una bolita más les alcanzaría para depositar en el despacho principal de la Casa Rosada a quien quiere mantener las cosas bien hechas a lo largo de 12 años, corregir lo que considera mejorable y de­sarrollar nuevas herramientas para alcanzar un desarrollo nacional, con participación del capital nacional e inclusión social. También alcanzaría para todo lo contrario, ya que siempre fueron conocidas las políticas que impulsan Macri y su equipo. Sin embargo, al finalizar la semana, los principales referentes económico y energético de Cambiemos, decidieron que los planes salieran del cono de sombra y sinceraron los ejes de sus propuestas

Desnudos al sol

Alfonso Prat-Gay fue el economista que Macri decidió tirar a la cancha; ex presidente del BCRA y consultor del J. P. Morgan en Nueva York, Londres y Buenos Aires, la banca acusada de la burbuja inmobiliaria generada por préstamos hipotecarios otorgados a familias con bajo poder adquisitivo, que en poco tiempo no podían pagar sus cuotas mensuales, y que estallara en 2008.

El jueves pasado adelantó que, en caso de imponerse su sector, “habrá un dólar único” y “subirá el oficial”. De ese modo complementó la propuesta explicitada por el ex jefe de Shell y referente energético y potencial ministro de Cambiemos, Juan José Aranguren, quien se proclamó a favor de la liberalización del tipo de cambio y la eliminación de la administración cambiaria. Más allá del deporte nacional de referirse al dólar, aunque no se lo tenga, esas medidas implican una devaluación inmediata, es decir la suba de los precios en las góndolas de los supermercados y los almacenes de barrio. O sea, un demoledor ataque a los sectores populares.

El destape macrista también incluyó, al referirse a la “quita de subsidios”, la revisión de las tarifas de los servicios públicos. Profundizando la propuesta, Aranguren adelantó su decisión de “evaluar” lo actuado por YPF en sus tres años de reestatización, “para poder recomendar o no la continuidad de este tipo de administraciones”, una clara apertura hacia la posibilidad de volver a privatizarla o achicarla, con desregulación del mercado energético. O de entregarla, al igual que Aerolíneas y los fondos de pensión, a los fondos buitre, que tan deseosos están en complacer.

El plan explicitado facilitaría el ingreso de capitales extranjeros sin restricciones, rentabilidades extraordinarias a los exportadores gracias a un tipo de cambio “alto” y a la posibilidad de exportar con libre remisión de las utilidades.

Otra vereda

Entre las novedades también figura la alusión del equipo sciolista al tema inflacionario. Su propia ministra de Economía, Silvina Batakis, se encargó de hablar del tema, reconocer su existencia y dar detalles sobre medidas vinculadas, como el nuevo piso para pagar Ganancias, que duplica el actual hasta llegar a los $37.000 de salario bruto, con liberación de esa carga en el medio aguinaldo de diciembre. Datos fuertes que no siempre llegan a oídos de sus potenciales beneficiarios.

Además, reiteró que el gobierno de su sector garantizaría el 82% móvil para los jubilados que cobran el haber mínimo. Otro tanto expresó sobre la propuesta de devolución del IVA a los beneficiarios de planes sociales. No por complejo, el tema impositivo deja de afectar a cada uno de los que gastan hasta en un sachet de leche, por el que aportan el 21% al Estado. El retorno de ese impuesto implica que quien invierta $1.000, por ejemplo, en alimentos, tendrá una devolución de $210 que, otra vez como hipótesis, podrá volver a destinar a cuestiones básicas.

Movimientos

El escenario de las campañas es totalmente novedoso. Incluye un cara a cara inédito en el país, en el que se usará hasta el escenario extraño del espectáculo, bautizado como “El debate”, a partir de reglas impuestas por una fundación manejada por los grandes empresarios, moderado por los mismos periodistas que ya descalificaron a Scioli en primera vuelta y que, día a día, opinan en su contra. Los que se sienten frente a las pantallas televisivas, sin siquiera pensarlo, irán “completando” los dichos de uno y otro con la información ya anclada en sus cerebros a partir del discurso de esos profesionales.

El Frente para la Victoria calentó sus músculos después del domingo 25. Crecieron sus recorridos puerta a puerta que siempre caracterizaron a la militancia peronista; grupos, colectivos políticos, culturales, sociales, afines a las políticas actuales o asustados ante la posibilidad de perder conquistas, se pusieron en movimiento.

El propio candidato sumó a su esquema de actos con escenario, dirigentes y cámaras de televisión recorridos por las mismas calles barriales que caminan quienes debieran votarlo. A la hora de los votos, podrá calcularse si el relanzamiento de la campaña le permitió acercar a quienes no votaron sus propuestas.

La Presidenta dejó en claro, desde los balcones interiores de la Rosada y a través de sus discursos formales, que apoya con toda la fuerza de su sector la postulación de Daniel Scioli y que aspira a su triunfo. Su imagen positiva y el trabajo de sus seguidores estarán representados en las urnas del 25. A Scioli le tocó salir a cosechar nuevos espacios.

Massa y massistas

Del mismo modo que logró mantenerse arriba del ring hasta el último minuto electoral, el ex candidato de UNA trata de que su fuerza sobreviva aún después del tercer puesto alcanzado. Dijo cosas atinadas. En primer lugar, que el voto no tiene dueño y el ciudadano no es ganado. En segundo término, recordó sus propuestas de campaña y le planteó a su espacio que mire cuáles son los planes de los dos que quedaron en escena. También jugó mucho con el concepto de “cambio”, tratando de dar señales favorables a quienes usaron un derivado verbal de ese concepto para designar a su espacio.

Sin embargo, y el caudal de votos nada despreciable de su “ancha avenida” lo muestra, las simpatías del ciudadano no siempre se mueven al compás de la batuta de sus dirigentes.

Ni el tigrense, ni las elecciones lo decidieron, la Constitución Nacional lo dispone: el 10 de diciembre de 2015, Cristina Kirchner colocará la banda presidencial a quien elija el pueblo.

Ese día el país habrá cambiado, por encima de cualquier eslogan.



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