Para comprender la situación actual
Susana Khalil/Resumen Medio Oriente/Rebelión, 29 de octubre de 2015
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Desde la
Palestina errante¹
Soy árabe y
llevo por dentro un persa, un kurdo, un beduino, un arameo, un samaritano, un
caldeo, un amazigh, un turco, un armenio, un griego, un africano, una Andalucía
y una Roma. Soy árabe y llevo por dentro un maronita, un melquita, un
nestoriano, un ortodoxo, un druso, un copto. Soy árabe y llevo por dentro un
cristiano, un musulmán, un judío, un zoroastro. Soy árabe y llevo por dentro
una ramera, la Magdalena, y llevo por dentro una virgen, María. Soy árabe y
llevo algunos modales campesinos, herencia directa de mi madre y padre. Soy
árabe y llevo por dentro el milenario aroma y memoria de Bagdad, la
Mesopotamia, Babilonia y Sumeria, Irak. Soy árabe y llevo por dentro el papiro,
las pirámides y la biblioteca de Alejandría, Egipto. Soy árabe y llevo por
dentro una conciencia y sentimiento del esplendor levantino, el alfabeto de
Ugarit, Siria. Soy árabe y llevo por dentro el purpura de los pescadores de la
Canaán-fenicia, libanesa. Soy árabe y llevo por dentro el cananeo-nabateo de
Petra, Jordania. Soy árabe y llevo por dentro las féminas cerámicas cananeas de
Jericó y las sagradas orgías de Canaán, Palestina. Soy árabe y el Yemen es la
madre de las arabias. Soy árabe y no alcanzo tener por dentro como si tuvo mi
abuelo el referente e imaginario de la India que también marcó a la cultura
árabe. Soy árabe y llevo por dentro el lamento e ira del sometimiento a la
mujer árabe en nuestra sociedad. Soy árabe, fin del sionismo y fin de la
petro-tiranía saudita. Desde la Palestina errante, soy árabe y llevo por dentro
Al-Nakba ² y llevo por dentro Al-Awda³…
No busco
evocar una bohemia o un romántico barniz sino que rehúso la ceguera al ignorar
el intrínseco sincretismo del mundo árabe. Mientras la acuarela cultural de
determinados pueblos es ilustrado por su pluralismo, diversidad e historia pero
cuando se trata del caso del mundo árabe es visto como complicado.
Lamentablemente la negligencia intelectual recurre como autómata a reducir al
mundo árabe a una mercancía religiosa. El tarado orientalismo prevalece en el sacerdocio
intelectual y últimamente en el operante asalariado del academic reality show de los Think
Thanks.
Es frecuente
escuchar decir que las grandes guerras de la historia de la humanidad fueron
por razones religiosas, eso no es cierto. Las guerras fueron y siguen
obedeciendo a una razón de dominación en pro de la expoliación de los recursos
naturales. Y para ello se hace necesario o implica la instrumentalización de un
manto simbólico de valores humanos. En tiempos pasados los valores humanos
giraban en torno a Dios. Dios fue el sentido humano o valor estético, Dios fue
la belleza humana. Hoy dentro de nuestras sociedades seculares, el sentido o
los valores humanos giran entre otros en torno a la democracia, la libertad y
los derechos humanos.
A pesar del
antagonismo entre el factor tiempo y valores humanos (teocracia-secularismo),
donde las guerras no fueron por razones celestiales como tampoco lo son hoy por
la democracia, la libertad y los derechos humanos. Las guerras son debido al
factor imperial y esa atrofia humana sigue vigente. Hoy está reivindicado el
profundo clamor de los pueblos por los dignos valores de la democracia, la
libertad, los derechos humanos e igualdad (este último término paradójicamente
evitado en los discursos). La democracia, la libertad y los derechos humanos
son el ideal, la convergencia de una sensibilidad racional y espiritual, es un
deber ser y la razón de ser de la condición ciudadana, humana y el deseado
destino de la historia contemporánea. Ahora, es allí que a su vez se convierte
en una trampa tal como ocurrió con el sentido humano de Dios y esto es debido a
que la humanidad aún no ha podido superar el lastre imperial.
Después de la
II Guerra Mundial en el mundo árabe se impuso desde Europa un régimen colonial
denominado Israel (un Israel que no guarda ningún vínculo histórico con el
antiguo Israel). Ya en 1907 el informe científico del Primer Ministro Inglés,
Henry Campbell Bannerman, exponía de cómo burlar el ciclo imperial, auge y caída, y más bien lograr perpetuarlo o
prolongarlo. En la que en el mundo árabe había que impulsar la desintegración,
división y separación en la región. Establecer entidades políticas al servicio
de los intereses imperiales, combatir cualquier movimiento de unidad desde lo
intelectual, cultural, étnico, histórico, político, religioso, económico,
científico etc. Pero para lograrlo debe ser mediante la implantación de un
“Estado agente”, con población extranjera afecta a Europa y a sus intereses. En
1917 el Imperio Británico, acuerda con el movimiento europeo sionista, la
creación de un “Hogar Judío” en la Palestina Histórica. En 1948 el movimiento
europeo sionista, impone el Estado colonial de Israel en Palestina. Ahora, la
existencia del pueblo nativo palestino puede desaparecer. Ese Israel no solo es
un clásico colonialismo sino que es además expansionista, de hecho no tiene sus
fronteras definidas porque su colonialismo no se limita a la Palestina
histórica sino al resto de otros países árabes.
La imposición
europea del régimen colonial de Israel en Palestina es el factor principal de
desestabilidad en toda la zona del Medio Oriente. Y no se trata de una retórica
de querer echarle toda la cumpla al imperio. Así como la Santa Inquisición fue
una amenaza para el indo-americano y para la humanidad, así como el nazismo fue
una amenaza para Europa y para la humanidad. Así como el Club Biderberg es una
amenaza para la humanidad, así como el terrorismo del Estado Islámico,
Al-Nusra, Al-Qaeda (vinculados a Arabia Saudita, Catar, Europa, Estados Unidos,
Turquía, Jordania e Israel), es una amenaza para los pueblos árabes y la
humanidad. El sionismo (Israel) es hoy la principal amenaza de los pueblos
árabes y la principal amenaza a la humanidad.
Nuevo Orden
Internacional
Existe en
marcha el plan de hacer desaparecer los Estados-Nación árabes. Los pueblos, la
ancestral diversidad cultural árabe, la historia e identidad y soberanía árabe
está amenazada, el caso de Irak es abominable, y todo esto pasa a través del
sacro manto de la democracia, libertad y derechos humanos. Estamos en el siglo
XXI y la humanidad aún se encuentra atrapada en el anacronismo y la atrofia
imperialista. Hablar de democracia, libertad y derechos humanos sin abordar la
realidad imperial es impostor. Igualmente es impostor abordar la realidad
imperial e ignorar la necesidad de la democracia, la libertad y los derechos
humanos. Cuando se evaden estos valores se profana la lucha anti-imperialista
que debería ser implícitamente humanista, además ignorar esta necesidad humana
es técnicamente peligroso (darle pólvora al enemigo imperial), debido a que le
facilita el espacio a los intereses imperiales ya que este último lo
capitaliza. El imperialismo neoliberal instrumentaliza hábilmente ese vasto
sentimiento humano… donde posteriormente lo estrangula sobre todo en los países
de la periferia. Y no es cínico que una vez que instrumentalice los nobles
valores humanos posteriormente los viole, eso es lo lógico, es la razón
imperial. Ejemplo es Irak, donde se fue a derrocar un dictador etc., e instaurar
la democracia.
La fugaz luz
de la experiencia de las Rebeliones populares árabes (en sus inicios si fueron
populares y pacificas). Es una sorprendente muestra de la gran penetración
imperial en el Medio Oriente, es muestra de lo atado que están los pueblos
árabes. No solo se observó el veloz secuestro de estas rebeliones populares,
sino revertirlas donde se somete aún más a los pueblos árabes, de un devastador
efecto hasta en lo antropológico, cultural, sociológico, histórico e
historiográfico a fin de un reacomodo imperial en la zona.
Lejos de
plantear un manifiesto panarabista pero frente a la puesta en marcha de
pulverizar los Estados-nación árabes. Frente a la inhumana, cruel y sanguinaria
realidad imperial que padecen los pueblos del Medio Oriente (con excepción -por
ahora- de las Coco-Chanel dictaduras monárquicas del Golfo, núcleo
árabe-musulmán aliado a los intereses imperiales), es afianzar ese sentimiento
de identidad panarabista, como recurso de defensa.
El islam no
puede ser el eje de los pueblos árabes, como nos lo quieren hacer ver y sentir,
eso es un reduccionismo, el mundo árabe debe girar en torno a su propio
sincretismo histórico. El mundo árabe no es una identidad monolítica, en la que
se le confina al solo islam, una especie de Fukuyama: El fin de la historia.
“Que hay que
ir a la mezquita para convencer a esa gente…”, eso puede ser una gran verdad
hoy día, pero no fue esa la verdad en la época de mi abuelo, una generación de
campesinos comunistas de orgánico temperamento panarabista, atentos a la
Revolución Bolchevique. Esa misma generación posteriormente defraudada por
Joseph Stalin al ver como la URSS fue el primer país en votar en la ONU por la
Resolución 181, es decir la imposición del régimen colonial de Israel en
Palestina. Mucha de esa dolida decepción de la izquierda árabe fue capitalizada
por la infiltración británica a través de su agencia de espionaje, La Hermandad
Musulmana. Pero las condiciones del período de la Guerra Fría hizo prevalecer
una efervescencia progresista y de izquierda en el mundo árabe, pero a la caída
del bloque socialista que desarticuló a la izquierda mundial y ante ese vacío
ideológico la religión se convierte en una alternativa tanto en Latinoamérica y
el África de manera solapada y claramente en el mundo árabe.
En qué
términos denominamos a los árabes, los seguimos llamando –El complicado mundo árabe– o más bien ver la realidad
imperial y sionista que amenaza a los pueblos árabes, amenaza que a su vez frena
en gran parte la posibilidad de democracia y libertad. Claro que el mundo árabe
es complicado, pero ¿qué pueblo no es complicado?
El efecto
dominó de las rebeliones populares árabes es una muestra o un sui-generis
panarabismo, no en vano vimos como terminó en la rápida inyección de una mega
articulada logística de cientos de miles de mercenarios del mundo, muchos
psicópatas asesinos para impedir cualquier avance popular árabe y que después
se hizo propicia para fracturar los Estado-nación árabes y toda su natural
diversidad e imponer un fascismo islámico. Provocar divisiones territoriales,
fragmentar para así someterlos más. Esto en pro del proyecto del Nuevo Orden
Mundial y por antonomasia en pro del expansionismo colonial de una Gran Israel.
El panarabismo
no es una noción abstracta, es una noción y sentimiento omnipresente en el
imaginario colectivo árabe de carácter político, cultural y afectivo.
No soy atea de las masas y expreso esto, ya que el
panarabismo es una noción posible debido a que fluye del crisol de las
multitudes. No creo en las parcelas territoriales, ejemplo: Lo mío es el Líbano y no me interesa el resto… (Obstinación
suicidiaria), un nacionalismo con una carga clasista.
Sabemos del
sectarismo en el mundo árabe, pero también sabemos a quién beneficia y cuán
útil es para dominar y someter a los pueblos.
Revertir ese
supuesto sectarismo en un fecundo pluralismo propio de la milenaria condición
árabe y como bastión de defensa anti-imperialista y a su vez como avanzada
democrática y de paz. He allí el panarabismo. Es verdad que se ha hecho
apología del panarabismo y al mismo tiempo se ha practicado un sectarismo. Es
evidente que esto amerita de una visión secular y laica, de inclusión muy
ausente en todas las constituciones de los gobiernos árabes.
Sin
complejos, sin el alienante y enajenante complejo cobarde y sumiso. Esto es una
lucha anti-imperialista y anti-sionista. Sin complejos, hay que reivindicar,
provocar el panarabismo, en compas universal y martillando nuestro propio
mosaico arqueológico.
Que toda
reivindicación, democrática, política, social, cultural, artística, filosófica,
sociológica, religiosa, económica, sindical, estudiantil, de género,
sexo-diversidad, industrial, científica, educativa, agraria, ecológico, urbano
etc., emerja o porte una revolucionada cosmovisión de autonomía panarabista.
Notas:
1-Desde la Palestina errante.
Soy palestina y el régimen colonial de Israel no me
permite vivir en mi tierra Palestina. No me permite tener mi nacionalidad
palestina.
Mis padres son sobrevivientes de Al-Nakba, huyeron
de Palestina, 1948, ya fallecieron y nunca se les permitió regresar a su patria
palestina.
Mi tierra natal es Venezuela, soy latino-árabe e
igualmente canadiense, pero el hecho de no poder vivir en mi patria palestina,
eso hace de mí una refugiada palestina. Somos millones de palestinos con otras
nacionalidades, pero tener otra nacionalidad no es motivo para renunciar a
nuestro derecho de ser palestinos y vivir en nuestra patria palestina.
2-Al-Nakba.
Vocablo de la lengua árabe que significa, la
catástrofe.
Es alusivo a la tragedia vivida por el pueblo
palestino, matanzas y la mega expulsión de su patria, para instaurar el régimen
colonial de Israel en 1948 en Palestina.
-Al-Awda.
Vocablo de la lengua árabe que significa, el
retorno.
Es derecho de retorno que solicitan los más de 6
millones refugiados palestinos dispersos en el mundo.
de: Resumen Latinoamericano
<resumen@nodo50.org>
responder a: resumen@nodo50.org
para: Resumen
Latinoamericano <resumen@nodo50.org>
fecha: 29 de octubre de
2015, 20:25
asunto: [Diariodeurgencia]
MARCHA POR PALESTINA EN BUENOS AIRES / ARGENTINA /EUSKAL HERRIA /CHILE /BRASIL
/ COLOMBIA/ TURQUÍA /PALESTINA /SIRIA
lista de distribución: diariodeurgencia.listas.nodo50.org
enviado por: listas.nodo50.org
firmado por: nodo50.org
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-.o0o.-
COLECTIVO
PERÚ INTEGRAL
16 de
noviembre de 2015
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