Hugo
Blanco
En este año electoral, es imprescindible decir mi
posición frente a las elecciones. El título, el inicio y una parte de este
artículo, son repetición de un anterior escrito mío. Sin embargo, debido a
acontecimientos posteriores, la conclusión es diferente: No hay candidatura
anti-sistema.
Cada 5 años el sistema capitalista que nos oprime,
nos aparta de nuestra lucha defensiva para que supuestamente elijamos a quienes
nos van a gobernar. Esto naturalmente que es falso. Quienes gobiernan el mundo
son la grandes compañías transnacionales a través de sus sirvientes:
Presidentes, mayorías parlamentarias, Poder judicial, Ministerio Público
(fiscales), Policía, Fuerzas Armadas, grandes medios de comunicación, etc.
Jamás van a permitir suavemente que el pueblo les
arrebate el poder.
A veces, cuando el pueblo se rebela contra los
opresores, éstos permiten que entren gobiernos llamados “progresistas”
(Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina), que recortan privilegios de
las grandes empresas gobernantes, pero garantizan la continuación del sistema.
Luego de un tiempo, como no se puede hacer una revolución a medias, estos
gobiernos se desprestigian y vuelve a gobernar la derecha, sirviente leal del
gran capital. Esto lo estamos viendo en Venezuela y Argentina.
En el Perú todavía estamos muy lejos de
sacudimientos populares como los que hubo en Venezuela, Bolivia, Ecuador. Por
lo tanto, las empresas transnacionales no se ven obligadas a aceptar un
gobierno “progresista”. Las encuestas muestran que el pueblo no confía
en el gobierno, ni en el parlamento, ni en jueces, ni fiscales. También
muestran que la mayoría no sabe por quién votar.
El próximo gobierno será uno de los corruptos
conocidos: Alberto Fujimori (si gana Keiko saldrá de la prisión al palacio de
gobierno), Alan García, (quien, entre muchas otras cosas, masacró al pueblo en
Bagua y otros lugares y dio libertad a narcotraficantes que pagaron millones).
Kuczinski (norteamericano, yerno de un jefe de la CIA, organismo yanqui
encargado de buscar y matar luchadores antimperialistas). Toledo (que
inexplicablemente se hizo de millones durante su gobierno). Acuña, conocido
corrupto, y otros por el estilo.
Los “izquierdistas” en busca de
candidaturas, tratan de entrar a cualquier lista que los recoja. Susana
Villarán está en la lista del actual gobierno sirviente de las transnacionales.
Rosa Mavila va con Yehude Simon, uno de los que dirigió la masacre de indígenas
amazónicos en Bagua.
Los “izquierdistas” a quienes ninguna otra
lista quiso recibir, fueron recogidos por el Frente Amplio. Así, este Frente,
nacido por la actividad anti-minera de Marco Arana deja de ser la candidatura
anti-sistema que parecía, pues se somete a las exigencias de sus nuevos aliados
que no desean eso.
Esta política acomodaticia del Frente Amplio está
garantizada por la ausencia de democracia interna, todo lo decide la
omnipotente Comisión Permanente, que es la que pacta con los nuevos aliados.
Hace poco hubo un congreso al que asistí como
invitado. Constaté que lo único que decidió dicho congreso, fue que el
candidato a la primera vicepresidencia sea Marco Arana.
El programa y la elección de pre-candidatos, que
debían haber sido discutidos por el congreso, son decididos por los pocos
miembros de la todopoderosa “Comisión Permanente”.
La candidata del F.A. que decía que los periódicos
no publicaban sus declaraciones, ahora, gracias a sus nuevos aliados, cuenta
con el diario de uno de ellos.
Le indigna que le digan “anti-minera” y
cuando “La República” le pide que señale un caso de minería que conviva
con el medio ambiente dice “debe haber alguno, yo no lo he visto”.
Probablemente daría la misma respuesta si le preguntaran si hay un asesino que
no mate.
Todos los candidatos garantizan la continuidad del
sistema neocolonial subordinado al gran capital transnacional
La fundamental tarea de la campaña debe ser la
educación del pueblo.
En primer lugar, una opción anti-sistema tiene el
deber de señalar claramente que éste no será derrotado por la vía electoral,
que la vía para desplazarlo es la lucha social.
Eso no es contradictorio con la participación electoral, señalo el ejemplo de cuando fui candidato a la Asamblea Constituyente: Usé el espacio gratuito que teníamos los candidatos para hacer propaganda electoral, para todo lo contrario, para señalar que la vía para responder al ataque que hizo el gobierno de Morales a la economía popular, debía ser respondido por el esfuerzo para que el paro convocado por la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP) fuera exitoso. Que votaran por cualquiera, pero la unidad debía darse en el terreno de la lucha. Como muestra de que ese llamado indignaba al sistema, a las pocas horas estuve preso y fui enviado con otros opositores al gobierno, a un cuartel antisubversivo de Argentina para que nos liquidaran (si eso no se realizó fue gracias a que un periodista publicó la foto del avión militar peruano en una base antisubversiva argentina).
Precisamente fue mi posición anti-electorera la que
logró que fuese el izquierdista más votado, estando yo en el exilio.
¿Cómo es la economía actual?
La economía peruana está orientada al servicio de
las grandes empresas transnacionales. Lo único que les interesa a ellas es cómo
ganar más dinero en el menor tiempo posible. No les importa si para eso deben
atacar fuertemente a la naturaleza y a la población peruana. Mencionemos los
principales ataques:
La minería a cielo abierto, que consiste en
explosionar toneladas de roca o de suelos y bañarlos con cianuro, mercurio u
otras sustancias químicas nocivas, usando mucha agua, que ya no puede ser usada
para el uso directo, para la agricultura o la ganadería. Por eso está prohibida
en Costa Rica y en varias provincias argentinas.
La deforestación del pulmón del mundo, la
selva amazónica.
La extracción de petróleo y gas que envenena
los ríos amazónicos matando peces y personas.
El agro-negocio mata el suelo cultivable con
el monocultivo y con sustancias químicas: fertilizantes, insecticidas,
herbicidas. Además quita el agua de la agricultura familiar que nos alimenta en
forma sana, para cultivar espárragos y alcachofas que absorben mucha agua,
destinados a la exportación a Europa y Estados Unidos. Por otra parte
super-explota a los obreros agrícolas pues ha conseguido que sus sirvientes
hacedores de leyes hayan dispuesto la disminución de sus derechos laborales.
¿Cómo debe ser nuestra economía?
El gran tesoro del Perú es su biodiversidad. De las
104 zonas de vida existentes en el mundo, en el Perú hay 84. Tenemos parte de
la selva más grande del mundo. Estamos atravesados por la cordillera andina, la
que además de tener diversos climas por sus diferentes alturas, tiene el
oriente lluvioso, mientras el occidente no. Para fortuna nuestra, la cordillera
no va de este a oeste, sino de norte a sur, lo que hace que 3 mil metros de
altura en el norte tenga un clima diferente que 3 mil metros de altura en el
sur.
Tenemos un mar privilegiado. Estamos en el trópico
de capricornio, pero viene el agua del sur helado por la corriente de Humoldt,
lo que hace que además del movimiento horizontal de las aguas haya un
movimiento vertical, ya que el agua caliente sube y el agua fría baja. Este
movimiento horizontal y vertical de las aguas es propicio a la existencia de
abundantes tipos de fitoplankton y zooplankton (vegetales y animales
microscópicos) que alimentan a gran diversidad de peces. Desgraciadamente el
feroz ataque de las transnacionales pesqueras está acabando con esta riqueza.
Esa biodiversidad terrestre y marina ha favorecido
el surgimiento de la diversidad cultural.
La economía peruana debe estar basada en el
aprovechamiento de la diversidad biológica y cultural. Nuestra agricultura
trabaja más de 40 especies vegetales alimenticias propias (además de las
importadas como el trigo y las habas) con infinidad de variedades cada una (por
ejemplo tenemos 3 mil variedades de papa).
La riqueza vegetal no solo produce alimentos, sino
también medicinas (la quinina descubierta por los “salvajes” amazónicos hizo
que sobreviviera el que llegó a ser “el Rey Sol de Francia”).
En la selva hay plantas que curan el cáncer,
anticonceptivos, etc. Naturalmente las transnacionales ocultan estas verdades
que les malogran el negocio. Nosotros tenemos que aprender de los conocimientos
populares amazónicos, serranos y costeños.
La diversidad de paisajes y de culturas es un
paraíso para el turismo ecológico y social.
Esa economía nuestra debe reemplazar a la economía
extractivista a la que nos destinan las empresas transnacionales por interés de
ellas, contra el interés del pueblo peruano.
Corrupción de los poderes públicos
Otra característica de la situación actual es la
escandalosa corrupción de la Policía, del Poder Judicial y del Ministerio
Público (fiscales).
Además de corruptas, estas instituciones son usadas
para atacar al pueblo que defiende sus derechos.
No tocan a grandes corruptos como Alan García,
quien, como mencionamos arriba, dio libertad a muchos narcotraficantes a cambio
de fabulosos pagos de dinero. Asesinan y encarcelan a quienes luchan en defensa
del agua, de la vida y contra otros atropellos.
Nuestra respuesta
Eso debemos denunciar en forma clara.
Es estúpido pedir que esas instituciones se
arreglen ellas mismas desde adentro, precisamente la función de ellas es ser lo
que son. Debemos manifestar claramente la necesidad de erradicarlas.
Impulsar que la autoridad emane del pueblo, como
manifestaron los compañeros Wampi de la Amazonía que declararon que tienen su
gobierno autónomo que tomará las medidas necesarias para defender su
territorio. Debemos impulsar las rondas campesinas que son organismos surgidos
de abajo que resguardan el orden público. En la población urbana hubo
incipientes rondas urbanas o comités vecinales, también surgidos de abajo. Son
esos organismos populares los que deben sustituir a los corruptos organismos
del sistema.
Eso es lo que debiéramos decir en la campaña
electoral. En el Congreso del Frente Amplio hubo ronderos que exigieron que se
les tome en cuenta. El Frente Amplio ni los menciona, son candidatos de derecha
quienes demagógicamente hablan de ellos. La candidata del Frente Amplio nos
dice que, además de aumentar el sueldo de los policías, desde el interior
(super-corrupto) de la dirección policial debe surgir una comisión para
combatir su corrupción.
Lo que debemos plantear es que sean las rondas
campesinas y rondas urbanas, juntas de vecinos, o como se llamen, quienes se
ocupen del orden interno, que sea la propia población quien designe de su seno,
a los encargados de esa tarea.
El pueblo peruano sabe y repudia la corrupción de
jueces y fiscales. Precisamente debido a ese descontento debemos plantear que
los jueces y fiscales sean elegidos por el pueblo y revocados por él.
Conclusión
Si nos responden que alguno de los planteamientos
expuestos no está aceptado por la Constitución, contestamos que debemos exigir
la convocatoria a una Asamblea Constituyente que reemplace a la actual,
impuesta por la dictadura de Fujimori.
Repetimos: Ningún candidato está contra el sistema
económico y político actual regido por las grandes empresas transnacionales.
Algunos plantean ligeras modificaciones.
Por lo tanto no hay batalla que dar en ese terreno. No nos envolvamos ni perdamos energías y tiempo en la borrachera electoral.
El único campo de batalla que le queda al pueblo
oprimido es continuar la lucha colectiva en defensa del agua, de la vida y de
sus otras reivindicaciones, como fue la lucha de los jóvenes contra la ley que
les recortaba sus derechos laborales. Es notoria la declaración mencionada del
pueblo Wampi.
Solo tenemos a esas acciones colectivas para
combatir el sistema económico y político dirigido por las grandes empresas
transnacionales contra nuestra naturaleza y contra nuestro pueblo.
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