ENTRETELONES
2
1.-PRIMER SEMESTRE 2015
ENERO
UNA NUEVA GRAN LUCHA JUVENIL POPULAR
ESTA EMERGIENDO
ANUNCIANDO NUEVOS TIEMPOS
Esta es la opinión inicial de un veterano presente en las actuales
luchas juveniles, con algunas pequeñas modificaciones exclusivamente de forma
respecto a su primera versión.
Una nueva etapa de la lucha popular peruana puede estar iniciándose con
las actuales grandes movilizaciones juveniles de fines de diciembre del 2014 en
Lima. Estas movilizaciones contienen un conjunto de características, virtudes y
también, naturalmente, actuales limitaciones; pero no pueden sino estar
condicionadas por un determinado nuevo contexto económico-social y político,
forjado en los últimos lustros, que es indispensable avanzar en su
interpretación para contribuir de la manera más certera posible a potenciar el
desarrollo de este movimiento; comenzando por expresar a los cuatro vientos la
enorme alegría que nos produce.
Es evidente la abrumadora mayoría juvenil multitudinaria de estas
movilizaciones, cada vez mejor organizadas, que van haciendo quedar en el
recuerdo aquellas de los años 90, cuando en medio de trabajosas, esporádicas y
pequeñas movilizaciones de adultos y adultos mayores, nos preocupaba la
presencia de solo unos cuantos jóvenes.
Sin embargo, el nuevo movimiento juvenil de estos días no ha surgido de
repente, de la nada, sino que retrotrae sus antecedentes y gérmenes por lo
menos hasta la lucha contra la denominada “Repartija” en el Congreso (agosto
del 2013) y sus principales contingentes y líderes han seguido fogueándose en
la lucha estudiantil y sobre todo al lado del nuevo movimiento obrero,
particularmente textil, así como también en las lides electorales municipales.
En verdad, la primera movilización juvenil contra la Ley Pulpín (movilización
cero) fue organizada y convocada exitosamente por los jóvenes dirigentes de la
Federación Nacional de Trabajadores Textiles del Perú, en los primeros días de
diciembre del 2014.
Es por ello que este movimiento juvenil ha conseguido esclarecer
rápidamente su objetivo inmediato: la derogatoria de la Ley del Régimen Laboral
Juvenil, así como los principales blancos de su actual lucha: la central
patronal burguesa (la CONFIEP) y su gobierno de turno, aquel que, siguiendo los
dictados del BM y el FMI en representación de la gran burguesía peruana y las
grandes transnacionales, encabezan visiblemente hoy Ollanta Humala y
Nadine Heredia, en abierta abjuración de su prédica y promesas patrióticas y progresistas
de varios años.
Pero, los socialistas tenemos el deber de ahondar el diagnóstico de esta
nueva lucha, enfocándola en su real dimensión histórica y clasista, para
contribuir en la comprensión y aplicación de las más adecuadas medidas de
lucha.
Es justo reconocer que los presentes avatares juveniles representan
también una continuación de las luchas populares de los últimos lustros, por lo
menos desde la “Marcha de los cuatro suyos”, que hirió de muerte al gobierno
fujimontesinista y permitió su derrota; del arequipaso, durante el Gobierno de
Toledo; del baguaso, durante el segundo gobierno de Alan García y la lucha
contra la imposición de la mina Conga, al inicio del actual gobierno; por solo
señalar los momentos de combate popular más altos y emblemáticos de estos
últimos años. En las presentes circunstancias históricas, ciertamente que todas
éstas fueron y son muy valiosas y pioneras luchas del pueblo peruano, dirigidas
ciertamente -como no podía ser de otra manera debido a la actual naturaleza del
poder económico y político en el Perú- contra el gran capital nativo y
transnacional y sus gobiernos de turno. Pero, en estas nuevas condiciones, son
heroicas luchas precursoras, protagonizadas por clases y capas populares no
proletarias, fundamentalmente de pequeños y medianos productores, sobre todo
campesinos, seriamente afectados por la nueva fase de desarrollo de la
producción industrial capitalista, en la ciudad y sobre todo en el campo,
impuesta en medio de esta etapa de más de 20 años de aplicación del capitalismo
neoliberal en una semicolonia, como lo sigue siendo nuestro país, que ve
profundizarse así la vieja naturaleza colonial de su economía, pero con un
contenido más capitalista.
Efectivamente, en nuestro país, esta nueva etapa capitalista, de factura
neoliberal, es principalmente extractivista y primario exportadora. Bien visto,
este aspecto de la actual estructura productiva y económica, que es la forma
dominante deliberadamente conseguida por la reestructuración y la nueva
construcción capitalista neoliberal en nuestro país, es el que más directamente
afecta principalmente al campo y los campesinos, a quienes en última instancia
busca expulsar de sus tierras y condiciones materiales básicas de existencia,
para imponer socavones y, sobre todo, tajos abiertos por casi todo el
territorio nacional; destruyendo también con ello, de manera cada vez más
peligrosa, fundamentales sistemas ecológicos de su privilegiada naturaleza;
expresando de esta manera la antagonización, cada vez más aguda y destructiva
de la contradicción sociedad humana-naturaleza en nuestro país, entre un
capitalismo cada vez más rapaz e irracional y la dinámica de la naturaleza,
principalmente de sus delicados tejidos ecológicos forjados en millones de años
de evolución natural y últimamente social. Mas, en las nuevas condiciones,
social e históricamente hablando, esta heroica lucha campesina corresponde, en
un sentido (es decir, dialécticamente analizado), a la contradicción entre dos
etapas del capitalismo, entre el presente y el pasado capitalistas, de muy
difícil o imposible solución progresista y civilizada en los marcos del
capitalismo.
Pero, la actual multitudinaria lucha de los jóvenes peruanos difiere de
la antes señalada, por su ubicación histórica y su naturaleza sistémica y
clasista, al encontrarse en el eje de la actual etapa de desarrollo capitalista
y sus dos clases fundamentales: CAPITAL-TRABAJO. Representan no solo la
continuidad de la lucha popular sino probablemente un salto cualitativo en el
proceso de lucha del conjunto del pueblo peruano o, por lo menos, su anuncio.
La última etapa de desarrollo capitalista en el Perú no ha sido exclusivamente
extractivista y primario exportadora. Secundaria pero significativamente
también crecen otras ramas de la producción capitalista en las urbes, como la
textil, construcción, alimentos, plásticos y otras, así como el gran comercio
capitalista, expresado ante todo en los nuevos grandes súper mercados. De estas
ramas, sumadas a la industria minera y la agro exportadora, está emergiendo lo
más progresivo y potencialmente revolucionario de esta nueva realidad
capitalista: la tercera etapa histórica de desarrollo de la clase obrera
peruana.
Por supuesto que la mayoría de jóvenes movilizados pertenecen a
distintas capas de la pequeña burguesía urbana, pero, por el enemigo social y
político y el contenido social del instrumento legal que están enfrentando (el
régimen laboral capitalista neoliberal juvenil), que, a su vez, no es sino uno
de los pasos dentro del proceso de profundización de la mayor esclavización
capitalista neoliberal del conjunto de los trabajadores peruanos, estos jóvenes
están combatiendo más que por su presente, por su futuro proletario. Y es por
eso que han sabido responder al llamado inicial de los dirigentes jóvenes del
nuevo proletariado (sobre todo de la Federación Nacional de Trabajadores
Textiles y luego de la sección juvenil de la CGTP) y unirse con los sindicatos
de trabajadores jóvenes para desarrollar estas nuevas prometedoras luchas.
Esto quiere decir que -en lo fundamental todavía espontáneamente- en el
Perú estamos entrando a una nueva fase de lucha, inicialmente más
anticapitalista y proletaria, protagonizada y empujada, no por casualidad, por
una nueva generación que ha desarrollado su aún corta vida enteramente en las
condiciones del nuevo capitalismo y la nueva tecnología; empezando a forjar en
el combate una estrecha alianza entre la juventud estudiantil popular y el
nuevo proletariado joven.
No obstante, esta importante alianza es insuficiente. Se hace necesario
extender la convocatoria y abrir los brazos a todas las generaciones de
trabajadores asalariados ocupados y desocupados de las ciudades y el campo, así
como buscar y alcanzar la alianza estratégica con los trabajadores no
proletarios del campo y las urbes provincianas y de Lima, al mismo tiempo que
se va construyendo una síntesis cada vez más concentrada y consciente, es decir
política y teórica, de estas alianzas y del conjunto de sus condiciones de
lucha.
En ese vital sentido, en términos prácticos, resalta la necesidad y
conveniencia de convocar para la nueva movilización del 15 de enero de este
nuevo año a los gremios obreros, campesinos, barriales, magisterial, indígenas,
de mujeres y otros, para que participen más activamente apoyando la lucha de
los de nuestros jóvenes.
Quedará para un próximo intercambio de opiniones, qué actitud política
asumir ante la nueva burguesía media emergente peruana, mayoritariamente de
origen indo-mestizo y campesina; la cual, empleando ampliamente el aspecto
informal que permite y también utiliza el capitalismo neoliberal, súper explota
al proletariado peruano bajo su mando, manteniéndolo en tan precarias
condiciones de trabajo y de vida, sin casi ningún derecho social y laboral; lo
que, sin embargo, no elimina la persistencia de contradicciones intra clasista
entre esta nueva y subordinada capa capitalista y la gran burguesía criolla
tradicional y las transnacionales, hegemónicas en nuestro país.
Calurosos saludos,
09-01-15,
David Aguinaga Carrión.
Fuente: Una nueva gran lucha juvenil está emergiendo
9 de enero 2015
-.o0o.-
Muchas gracias por su envío
10 de enero 2015
David Aguinaga Carrión:
He recibido su correo:
UNA NUEVA GRAN LUCHA JUVENIL POPULAR
ESTA EMERGIENDO
ANUNCIANDO NUEVOS TIEMPOS (…)
Se nota que este 2015 es muy importante en el devenir político social de
nuestro país. Me interesan sobremanera los énfasis que he agregado. Antes he
recibido un artículo de Gustavo Espinoza M. del Colectivo de Dirección de
Nuestra Bandera Su título es Un Año Decisivo. De él extraigo lo
siguiente:
“El 2015, no será ‘horrible’ para el Perú, sino un año decisivo para
nuestro pueblo, empeñado como está en la lucha por un país mejor. (…) Deberá
avanzar rápidamente para lograr cuatro objetivos definidos: forjar
una unidad básica que le permita golpear en la misma dirección y a los mismos
enemigos; organizar a la ciudadanía para desmontar y derrotar las
maniobras sediciosas de la reacción; elevar la conciencia política de
las masas para que se proyecten de manera creadora y competitiva en el
escenario; y promover y alentar las luchas en defensa de las riquezas
básicas, la soberanía nacional, la democracia social y la justicia plena- Todo
esto requiere una política independiente, y de clase. (…) La experiencia nos ha
demostrado, sin embargo, que no siempre el pueblo tiene la razón. Algunas
veces, se equivoca. Sobre todo cuando es presa del espontaneísmo y la
confusión. Y cuando carece -además- de una vanguardia seria que oriente y
promueva sus luchas”
Me parece que los cuatro objetivos completan muy bien el cuadro de
análisis de este año 2015 y sus luchas. Se requiere forjar-organizar-elevar-promover.
Pero es evidente la carencia de una vanguardia seria que oriente y promueva sus
luchas.
En pocas palabras, se requiere la organización del Socialismo Peruano.
Ojalá que el debate actual abra las puertas a este objetivo primordial
Atentamente,
Ragarro
10.01.15
-.o0o.-
14 de enero 2015
Agradezco también su atención y la difusión de mi escrito. Éste se suma
al creciente número de opiniones sobre la lucha actual, impulsado por la
cambiante situación política nacional generada por el nuevo movimiento juvenil
en multitudinaria acción y que mañana, 15-01-15, tendrá una prueba mayor, al
coincidir en las calles muy probablemente con contingentes sociales y políticos
de distintas generaciones, clases y capas sociales de nuestro pueblo y otras de
la sociedad peruana, en una lucha masiva, justa y pacífica, con un objetivo
inmediato muy claro: la derogatoria de la llamada "Ley Pulpín".
En el conjunto de estas distintas opiniones, hay importantes aportes
progresistas, muy avanzados, de los que aprendemos mucho; al mismo tiempo que
tampoco faltan los que solo buscan subirse oportunistamente al carro puesto en
marcha por nuestros jóvenes. En lo que a mí respecta, como hombre de pueblo y
socialista militante del Movimiento Voz Socialista, el propósito inmediato que
busco alcanzar ha sido y es el de aportar ante a la necesidad planteada en la
presente lucha de clases en el Perú (donde la gran burguesía peruana, sí que
sabe luchar clasistamente en todos los campos contra nuestros trabajadores) un
análisis y medidas políticas prácticas desde el punto de vista socialista, lo
más concreto que posible.
Como en muchas otras jornadas, en la presente también todos los sectores
populares, socialistas, patrióticos, progresistas y democráticos, y
principalmente los contingentes más conscientes de la clase obrera y los
socialistas, estamos ante el reto de hacer un gran esfuerzo de unidad, forjando
una nueva fase de amplio frente único, como ya se ha dicho, particularmente
ahora por la derogatoria de la "Ley Pulpín", contra el conjunto del
andamiaje laboral neoliberal y por urgentes reivindicaciones proletarias,
populares, democráticas y patrióticas; facilitado por la desaceleración
económica y, sobre todo, por la agudización de la actual crisis política del
gobierno de OH y del conjunto del régimen político, al mismo tiempo que
bregando contra los intentos divisionistas, que nunca faltan. El movimiento
juvenil, del presente y del pasado, lo mismo que el conjunto del movimiento
obrero, popular, democrático, patriótico, progresista, incluso los socialismos,
contienen en su seno una gran diversidad y heterogeneidad, expresando a
distintas capas, clases y tendencias ideológicas, políticas, étnicas,
generacionales, de género y hasta psicológicas y de estados de ánimo de
determinados períodos y coyunturas. Por ello, no podemos ni debemos exigir a
todos estos dentro del frente único, unanimidad ni comportamientos de una
determinada clase, partido, tendencia o generación. Como enseñaba J.C.
Mariátegui, para comenzar basta que sepamos entendernos y unificarnos con disciplina
para la lucha por los objetivos concretos y urgentes del día, respetando
diferencias y personalidades. En el caso de los jóvenes, acordaron unificar sus
diferentes agrupaciones y representaciones sindicales, culturales y políticas
en la Coordinadora Juvenil 18 D por Trabajo Digno para la derogatoria de la
"Ley Pulpín". La consecuencia en la lucha por este objetivo
inmediato, el respeto por aquellas diferencias y su unificación de frente único
en la Coordinadora Juvenil 18 D, debe impedir la división y reforzar la unidad
para la victoria.
Pero, como en el progresismo y el propio pueblo, la unidad no se
conquista sino con lucha (adecuada, correcta, franca, pero lucha) será también
necesaria e inevitable una nueva fase de debate y lucha ideológica y política
en el seno de la sociedad, del pueblo, de la clase obrera y del movimiento
socialista para avanzar por el camino de la unidad para la emancipación
nacional y social. Cada clase y capa social y cada partido o tendencia
ideológica y política luchará indudablemente por enrumbar el movimiento según
sus intereses y orientaciones. Los socialistas también tenemos este derecho y
este deber. Debemos saberlos cumplir con consecuencia, inteligencia y madurez.
Saludos,
14-01-15
David Aguinaga Carrión.
-.o0o.-.
¡Ánimo y más Ánimo!
21 de enero 2015
David
Aguinaga Carrión:
Muy agradecido por su atenta respuesta, plena de
convicción y fe. Es muy poco el intercambio actual en el ambiente cibernético,
y menos de manera alturada. Le escribo y le comento subrayando puntos
sustanciales de su escrito.
(1)En lo que a mí respecta, como hombre de pueblo y socialista
militante del Movimiento Voz Socialista, el propósito inmediato que
busco alcanzar ha sido y es el de aportar ante a la necesidad
planteada en la presente lucha de clases en el Perú (donde la gran
burguesía peruana, sí que sabe luchar clasistamente en todos los campos
contra nuestros trabajadores) un análisis y medidas políticas prácticas
desde el punto de vista socialista, lo más concreto que sea posible.
|
Comparto su propósito inmediato, que siempre debe
estar en primer plano ante cada situación política del día. La crisis económica
se expresa en crisis social, ésta en crisis cultural y ésta en crisis política.
Así, si tenemos clara la crisis económica, el resto hasta cae por su peso.
Cierto, la gran burguesía peruana sí que sabe luchar clasistamente. Ante
su amo inclina la cerviz, ante el pueblo alza la nariz. Por eso, el análisis
desde el punto de vista socialista debe expresarse en un programa reivindicativo
lo más concreto que sea posible. Y emplearlo y difundirlo como nuestra arma de
lucha.
(2)Principalmente los contingentes más conscientes de la clase
obrera y los socialistas, estamos ante el reto de hacer un gran
esfuerzo de unidad, forjando una nueva fase de amplio frente único.
|
Éste es el gran reto de los socialistas. El
programa reivindicativo es el catalizador de la unidad del pueblo trabajador y
que expresa la unidad interna del socialismo. Y así como hay socialismos y
socialismos, hay frentes y frentes. Como es un programa reivindicativo
concreto, de acuerdo a nuestra realidad actual, sobre su base se puede forjar
el frente único, frente unido, frente amplio.
(3)Contra el conjunto del andamiaje laboral neoliberal y
por urgentes reivindicaciones proletarias, populares,
democráticas y patrióticas.
|
Este programa reivindicativo tiene como eje central
las urgentes reivindicaciones proletarias, populares, democráticas,
patrióticas. Lo primero es la reivindicación del asalariado (en la ciudad y el
campo) Lo segundo es la reivindicación del trabajador independiente
(micro-pequeño-mediano empresario) Lo tercero es la reivindicación de la
burguesía profesional (de profesiones liberales) Lo cuarto es la reivindicación
de patriotas que critican la situación actual de nuestro país (así sean
millonarios)
(4)Incluso los socialismos, contienen en su seno una gran
diversidad y heterogeneidad, expresando a distintas capas, clases y
tendencias ideológicas, políticas, étnicas, generacionales, de género y hasta
psicológicas y de estados de ánimo de determinados períodos y coyunturas.
|
En verdad, hay socialismos en plural. Y todos ellos
parten de las clases y la lucha de clases. Pero básicamente son dos. El
socialismo burgués asume la teoría liberal de la lucha de clases; y por eso
plantea en primer plano la reforma del Estado (la “lucha contra la corrupción”,
p.e.) El socialismo proletario parte de la realidad concreta semicolonial de
nuestro país con capitalismo marginal y plantea un Estado de nuevo tipo, un Perú
Integral, un Perú de Todas las Sangres.
(5)Para comenzar basta que sepamos entendernos y unificarnos con
disciplina para la lucha por los objetivos concretos y urgentes del día,
respetando diferencias y personalidades.
|
Me parece muy cierto lo que señala. La unidad con
disciplina la da el programa reivindicativo concreto. Primero tenemos, pues,
que desarrollarlo y aprobarlo (unidad) Y luego tenemos que difundirlo
masivamente (disciplina) Esta tarea del presente sólo la pueden abordar
socialistas militantes como usted. Y que los hay, ¡los hay!
(6)Cada clase y capa social y cada partido o tendencia ideológica y
política luchará indudablemente por enrumbar el movimiento según sus
intereses y orientaciones. Los socialistas también tenemos este derecho y
este deber. Debemos saberlos cumplir con consecuencia, inteligencia y madurez.
|
¡Los socialistas militantes también tenemos este
derecho! Me parece que no puede ser más oportuna su
aclaración. Seguro ha notado que en el ambiente político se habla de izquierda
hasta la saciedad. ¡Y se silencia el socialismo! Peor aún, ¡se silencia
nuestro socialismo!, que más se conoce y aprecia por fuera que por dentro
del país.
Como socialistas militantes debemos aferrarnos a
este derecho y cumplir nuestro deber. Basta ya de seguir como furgón de cola de
la “izquierda”, que en nuestro país da hasta vergüenza con su historial de
lacaya del interés transnacional.
Menciona usted su Movimiento Voz Socialista.
Me parece que bien podría ser la base para promover una reunión con un objetivo
específico, forjar una unidad inicial con otros socialistas militantes
(activistas individuales o grupos así sean pequeños), para elaborar previamente
un Programa Reivindicativo concreto, de acuerdo a la actual realidad
concreta de nuestro país, básico para la lucha actual y próxima. En lo que
pueda colaborar, estoy a sus órdenes porque, como siempre:
¡HAY, HERMANOS, MUCHÍSIMO QUÉ HACER!
Ragarro
21.01.15
-.o0o.-
FEBRERO
APUNTES SOBRE EL ORIGEN Y DESARROLLO
DE LA LUCHA DEL NUEVO
MOVIMIENTO JUVENIL PERUANO (I)
Redactado
por David Aguinaga Carrión,
militante
del Movimiento Voz Socialista
06-02-15
Lo que sigue es una versión revisada en su
redacción y con pequeñas complementaciones que no cambian la esencia de su
versión original, aparecida el 31 de enero del presente año.
Celebramos con mucha
alegría la culminación victoriosa de una primera etapa del nuevo movimiento
juvenil popular peruano, que nació y se acrecentó en los últimos tres meses,
sacudiendo a la población de Lima y desde aquí a todo el país; estimulando, al
mismo tiempo, el resurgimiento del conjunto del movimiento popular peruano.
La forja de la unidad en este amplio y heterogéneo
movimiento juvenil
Además de la rápida reacción de lucha de los
jóvenes ante la imposición de la Ley de sobre explotación juvenil, alertados
por algunos analistas laborales, congresistas progresistas y jóvenes dirigentes
sindicales y políticos, otro de los
principales factores que permitieron el acelerado desarrollo, tan
multitudinario, combativo y victorioso de este nuevo movimiento juvenil, ha
sido su composición social heterogénea, plural, muy variada; con
la entusiasta, alegre, creativa y al mismo tiempo indignada participación de
diversas colectivos, sindicatos y tendencias políticas de jóvenes estudiantes,
trabajadores, desempleados; de agrupaciones culturales y barriales y, por
supuesto, también de una mayoría de jóvenes sin partido. Ello, unido a la
amplitud y habilidad de sus emergentes líderes, ajenos tanto al sectarismo y
dogmatismo, como a negociados bajo la mesa con los intereses de las mayorías y
en beneficio personal o de grupo, contribuyeron a estimular e impulsar esta
unidad, hasta lograr -entre bases y líderes- la conformación de un amplio
y dinámico frente unitario de masas juveniles, unido por el objetivo
común de derogar la llamada “ley pulpín”, en lucha contra un gobierno hasta el
último minuto servil a la angurria capitalista neoliberal, principalmente de la
CONFIEP y las transnacionales.
El trasfondo social de la unidad y heterogeneidad
juvenil en el Perú de hoy
Pero hay un trasfondo social, que ciertamente no
agota toda la explicación de esta enorme variedad y riqueza de manifestaciones
multitudinarias de nuestra juventud, pero sí alumbra su matriz fundamental. En
el contexto social concreto de la presente fase de desarrollo capitalista
neoliberal en nuestro país, en la que ha crecido y se ha educado desde muy
niños esta nueva generación popular en lucha, la unidad de este
enorme conglomerado juvenil, mantenida felizmente -en medio de sus naturales y
crecientes contradicciones internas- hasta su primer triunfo el 26-01-15, se
sustenta en la naturaleza básicamente popular de la gran mayoría
de sus diversos integrantes, frente a la amenaza -como actuales o futuros
trabajadores- de aquel dispositivo legal de sobre explotación capitalista. En
tal circunstancia, estos jóvenes comprendieron que no les quedaba otra que
luchar unidos hasta vencer, que la división hubiera sido no solo la derrota
sino la frustración y la condena del pueblo que -de cerca o de lejos- los acompañaba,
los alentaba y los observaba con gran esperanza, animado a reingresar a la
lucha con más fuerza en esta mejor situación.
Más aún, en este mismo proceso, empezaron los
jóvenes a aprender y/o consolidar el aprendizaje de una renovada moral de
lucha, de nunca dejarse pisotear como pueblo por los de arriba (“Vamos
pueblo, carajo, el pueblo no se rinde, carajo”) irradiando también esta moral
regeneradora a adultos y niños, y cuestionando implícitamente, por ejemplo,
aquella moral sínica de apoyo al que “roba pero hace obra”.
Mientras que la heterogeneidad del
presente movimiento juvenil fluye de la pertenencia de estos jóvenes a las
distintas clases y capas sociales del pueblo: los jóvenes de la clase obrera en
actividad y los que hoy están despedidos o desempleados, las capas alta y media
de la pequeña burguesía (o clase media) así como su capa más baja y pobre,
sociológicamente conocida también como semi proletariado; sin dejar, además, de
considerar a la nueva burguesía media emergente, principalmente a la más
numerosa, la de origen indo-mestizo, ya que no pocos de sus retoños han
participado también en esta lucha juvenil; no pudiendo evitar de preguntarnos,
sociológicamente hablando, qué motivaciones -conscientes o inconscientes- los
entusiasmaron a participar. Incluso, debemos tomar nota de la participación de
algunos jóvenes de la gran burguesía tradicional, ya sea porque fueron
temporalmente ganados románticamente por la lucha de la juventud popular o
porque querían conocer de cerca a este movimiento, para otros fines, que la
investigación social y la experiencia futura nos aclararán. ¿Cuál fue, por
ejemplo, el objetivo de la juventud aprista? La mayoría de sus militantes
participantes en las movilizaciones son de las capas alta y media de la pequeña
burguesía, pero los objetivos y conducta práctica de su partido son cada vez
más los de un partido de ultra derecha, al servicio de la gran burguesía
criolla. Por último, no nos hemos referido aquí a las diversas capas de la
juventud campesina, debido a que la presente ha sido una lucha principalmente
urbana y centrada en la relación fundamental del capitalismo, capital-trabajo;
pero estamos persuadidos que en su ulterior desarrollo, los jóvenes campesinos
y en general los trabajadores del campo se incorporarán también a ésta brega,
en primer lugar, el proletariado rural, tan explotado dentro de uno de los
infames regímenes laborales “especiales” impuestos por el neoliberalismo.
No podemos terminar esta sintética apreciación
sobre la heterogeneidad del presente movimiento juvenil sin tener en cuenta, al
mismo tiempo, la presencia en esta lucha de las vertientes étnicas y de género,
que también atraviesan transversalmente a la juventud de todas aquellas clases
y capas sociales en el Perú del presente y sobre todo en la Lima actual de
“todas las sangres”. Hablando de participación por sexos, se ha notado
claramente la participación de gran cantidad de jóvenes mujeres. Unos calculan
40 por ciento del total de participantes y otros incluso 45, es decir, casi
tablas con los varones, lo cual constituye otro importante avance estratégico.
Y si hablamos de género, además de los jóvenes heterosexuales han participado
también jóvenes identificados genéricamente como LGBTI. Refiriéndonos a la
cuestión étnica en las movilizaciones, es evidente la participación
principalmente jóvenes de la vertiente indo-mestiza, pero también de la
vertiente hispano-criolla, participantes fundamentales ambas del complejo y
difícil pero real proceso de mestizaje en el Perú, al que han sumado su participación
grupos afro peruanos y asiático peruanos. Mestizaje no solo racial sino sobre
todo cultural y político, de creación y consolidación de la nación y el país
peruanos, integral o de “todas las sangres”.
Presencia de jóvenes militantes de organizaciones
políticas al interior de este gran frente único juvenil
Es un dato de la realidad que la gran mayoría de
participantes de la lucha juvenil son muchachos sin partido, pero igualmente no
es ningún secreto, ninguna rareza, ni mucho menos motivo de vergüenza y
ocultamiento, que al interior de esta heterogénea masa juvenil existen hoy en
día también -y en buena hora- jóvenes militantes organizados, simpatizantes y
amigos de distintas colectividades políticas, tanto en las bases como entre sus
líderes, voceros o representantes; militantes juveniles que, por lo demás, han
participado abiertamente, sobre todo en las tres primeras movilizaciones, con
sus banderolas, pancartas y comunicados partidarios, tales como el Frente
Amplio y sus varias tendencias integrantes, como Tierra y Libertad, el
Movimiento por el Poder Popular, Pueblo Unido e Integración Estudiantil; el
MAS, el Foro Juvenil de Izquierda, el Movimiento Voz Socialista, el Partido
Comunista Peruano, el Partido Socialista e incluso el APRA, a través de
“Renovar” y hasta el MOVADEF, entre otros; buscando legítimamente incidir con
sus políticas y encausar de alguna manera al movimiento juvenil según sus
propuestas programáticas y tácticas. Repito que esto no tiene nada de
reprobable. Más bien, como lo expresó en su circunstancia J.C. Mariátegui, la
existencia de grupos y tendencias definidas no es un mal, significando, por el
contrario, un momento avanzado del movimiento, a condición que tales grupos se
sepan entender y concertar ante la realidad concreta y los objetivos comunes de
las masas.
Lo negativo radica en asolapar tal militancia y
objetivos políticos ante las mayorías juveniles sin partido, pretendiendo
aparecer apartidistamente solo como “jóvenes”, “bases”, “zonas”,
totalmente autónomas e “incontaminadas” de partidismo; cuando muchos saben, y,
sobre todo, aquellos saben, que eso no es cierto. Peor aún, cuando señalan y
critican la militancia de líderes juveniles de otras organizaciones políticas
presentes en este movimiento juvenil, crítica particularmente dirigida a
jóvenes que participan en los niveles de liderazgo o vocería, sin ocultar sus
convicciones ni militancia políticas, pero que, al mismo tiempo, defienden y
aplican una política de amplio frente único con todos los sectores sociales y
políticos que luchan por el objetivo común. En un escenario donde la mayoría de
jóvenes no solo no tiene militancia o simpatía político partidaria, sino que ha
sufrido la gran influencia anti partido, vertida en la sociedad con mayor
fuerza desde el fujimorismo (mientras éste movimiento hipócritamente organizaba
su propio partido emergente, cambiándole de nombre cada vez que se quemaba o
perdía una elección) donde los partidos tradicionales y emergentes más
conocidos son corruptos, mentirosos, demagogos, caudillistas, burocráticos y
utilizadores del pueblo y de los electores para sus fines de grupo y al
servicio de los poderosos; en tal escenario, la juventud popular en lucha,
lógicamente no quiere ser manipulada de la manera que lo hacen los partidos
tradicionales; así se denominen de derecha, centro o de izquierda.
Pero ante esta realidad, la solución progresista y
revolucionaria no debe ser el temor, la mentira ni en asolapamiento vergonzante
sino un amplio espíritu y práctica de unidad en la diversidad en lucha y desde
ahí, un gran esfuerzo partidario por demostrar en los hechos y en la teoría y,
ante todo, con el ejemplo, la superioridad ideológica, política y moral del
partido o colectivo que se trate; distante no solo del oportunismo, la
demagogia y la utilización del pueblo, sino también del sectarismo
monopolizador anti frente unitario. Con todo derecho considero por ello, que no
es un exceso de suspicacia inferir que, quienes siendo militantes de partidos
fungen de apartidistas, lo hacen con el erróneo propósito de monopolizar la
conducción del movimiento de masas mediante engaños; lo que podría derivar no
solo en sectarismo sino una precoz doblez política, que no debe prosperar. A conductas
similares, pretendidamente apartidista, pero realmente de partidismo
monopolizador, un histórico conductor político revolucionario de estatura
mundial les denominaba “partidismo hipócrita”.
Tensión entre la centralización metropolitana y la
organización territorial
Reparando en aquella
diversidad y complejidad tan dinámica de este nuevo y masivo movimiento
juvenil, y aquellas incomprensiones “apartidistas” que desconocen el frente
único en ciertos liderazgos, no sorprende que su proceso de unificación y
organización de frente unitaria haya adquirido por ahora la forma de una fuerte
tensión y contraposición entre, por un lado, su necesidad de centralización
metropolitana (Coordinadora Juvenil 18D por Trabajo Digno) y, por el otro, de
ir organizando su estructura social de bases, no solo por sectores funcionales
(estudiantil, sindical obrero y de empleados) sino también territorial (las
zonas) con creciente inserción local en los distritos y los llamados conos; en
lo que debe ser un lógico movimiento democrático participativo de “arriba”
hacia “abajo” y de “abajo” hacia “arriba” (y comienzo por la relación de arriba
hacia abajo, porque históricamente así comenzó a vertebrarse este
gran movimiento juvenil, con la inicial acción de denuncia, coordinación y convocatoria
por parte de un inicialmente menos numeroso contingente de jóvenes; más allá de
quienes hayan sido estos y a qué organización política, sindical o estudiantil
pertenezcan).
En esta relación, una postura extrema hubiera sido
persistir, más allá del momento inicial de las primeras coordinaciones,
convocatorias a las masas juveniles y primeras acciones de lucha contra la ley
pulpín, en trabajar solo la organización metropolitana de los representantes de
la CJ18DTD, sin bases organizadas -ni en los sectores funcionales ni en las
zonas territoriales- lo que hubiera significado un error de caudillismo y
burocratismo, que lleva a la desorganización. La otra postura extrema hubiera
sino insistir en la exagerada reivindicación de la total autonomía de las
zonas, rechazando cualquier coordinación y centralización metropolitana de
frente único, expresada concretamente en el Perú de diciembre 2014-febrero 2015
en la Coordinadora Juvenil 18D por Trabajo Digno, lo cual hubiera significado
también un error de sectarismo y localismo anárquico y divisionista.
Felizmente no se consolidaron ni impusieron tales
posibilidades extremas, manteniéndose hasta el último momento de triunfo del 26
de enero 2015, mediante un gran esfuerzo, el frente único de este nuevo movimiento
juvenil, una de las razones fundamentales por la que precisamente se logró ese
triunfo; representando un gran aprendizaje y una gran lección para todos,
jóvenes, adultos y adultos mayores.
Así, pues, alcanzar y consolidar la unidad para la
lucha y para la victoria en aquella heterogeneidad clasista, étnica y político
partidista en las masas de la juventud popular en lucha en el Perú de hoy (así
como de cualquier otro sector generacional e intergeneracional popular) solo se
lo pudo conseguir y solo se la puede mantener y desarrollar si es que sus
líderes y bases aplican sencilla y sinceramente una amplia política de
frente único. De frente unido, frente unitario, frente amplio o
como mejor se le pueda llamar, pero que sustancialmente permita y promueva la
participación de todos aquellos sectores sociales, organizaciones y personas,
dispuestos a combatir por la conquista y materialización de los objetivos que
se traza el movimiento, de acuerdo a los distintos períodos por los que va
pasando la lucha.
Frente único tanto por arriba, en la organización y
centralización metropolitana (y mañana, nacional) por el medio (los sectores y
las zonas) y más abajo aun (distritos y barrios). En términos específicos, eso
quiere decir hoy, que tanto en la Coordinadora 18D por Trabajo Digno, como en
las Zonas y distritos, deben (o pueden) participar en una sincera relación de
frente único los jóvenes sin partido, así como los militantes y simpatizantes
de los diversos partidos y colectivos políticos y culturales que realmente
luchan por los objetivos auténticos de este movimiento de masas. En otras
palabras, ni la Coordinadora 18D ni las zonas deben ser monopolio o coto
cerrado de ningún partido ni grupo de partidos; sin que ello niegue que en uno
y otro nivel, tarde o temprano, se pueda dar la hegemonía (no el hegemonismo
sectario) de una u otra colectividad política.
Brotan diversas versiones sobre el origen y
desarrollo de este nuevo movimiento
juvenil
Ahora bien. Una de las importantes expresiones
subjetivas (no digo necesariamente subjetivistas) del desarrollo de esta gran
lucha juvenil y de aquellas naturales tensiones y contradicciones, se está
expresando, sobre todo luego del 26-01-15, en la aparición de varias versiones
sobre la historia del origen y desarrollo de este corto pero rutilante
movimiento. Ello es lo más natural del mundo. Así suele suceder,
particularmente respecto a acontecimientos sociales importantes, convertidos
muchas veces en arena de lucha ideológica e historiográfica, ya que cada clase
y capa social y cada partido, colectivo o tendencia ideológica y política
escribe o reescribe la historia de acuerdo a sus particulares impresiones,
sentimientos, deseos, ideas, prioridades, planes y, en última instancia
(consciente o inconscientemente) de acuerdo a sus intereses, más o menos
amplios.
La versión del colectivo Dignidad
Una de estas versiones la ha transmitido Elizabeth
Prado en el diario La República del miércoles 28-01-15. Ahí señala: “varios
chicos ligados al activismo en derechos humanos, ecología y causas sociales se
enteraron que se estaba preparando una ley laboral especial para jóvenes, pero
con derechos recortados respecto al régimen general”… “Entonces dijeron: `Esto
no pasa’. Y empezaron a lanzar opiniones por las redes sociales, iniciaron
(subrayado mío) la convocatoria y formaron el colectivo Dignidad, una
plataforma mediática a debatir este asunto.”
No dudo en absoluto que estos jóvenes hayan
experimentado todos esos alturados sentimientos y reacciones, materializándolos
en una intensa convocatoria de muchos más jóvenes para la lucha, a través de
las redes sociales virtuales. Pero, desde la información que poseo, me siento
en la necesidad y el deber de participar también en escribir y “reescribir”
esta historia, a la espera de que jóvenes que han participado desde dentro del
este gran movimiento de su generación lo hagan con mayor conocimiento y detalle
vivencial. La versión del colectivo Dignidad, en parte quizás por ser la
bastante inicial, se reduce todavía a una descripción de sus reacciones,
inmediatamente después de la promulgación de la ley pulpín, sin esbozar
siquiera el contexto social concreto en que se produce ni explicar y
reivindicar los antecedentes del actual movimiento juvenil, por lo menos los
más cercanos; para no hablar ya del desconocimiento completo de los primeros
esfuerzos de jóvenes dirigentes sindicales obreros en los orígenes de esta
lucha.
La versión del congresista Manuel Dammert
Ha sido publicada también la versión de un veterano
protagonista de la ex IU y actual congresista, Manuel Dammert. Él ha acompañado
a este movimiento juvenil en su fase de despliegue multitudinario, aportando,
además de su respaldo en las calles y en gestiones en el Congreso, un conjunto
de interpretaciones y reflexiones progresistas y unitarias sobre aquel
movimiento y su breve historia: “Entre el 18 de diciembre del 2014 y el 26 de
enero 2015, se ha iniciado un vuelco clave en la historia del Perú. Sus actores
decisivos son los jóvenes. Han sido jornadas de lucha en todo el país,
conquistando la derogatoria de la ley de semiesclavitud juvenil”,… “En estos 39
días, jóvenes de todos los sectores y lugares, agrupados en diversas
modalidades creativas, coordinados en #C18D, arrinconaron al Gobierno y
derrotaron la agenda neoliberal de precarización social y subordinación
nacional”. Luego, el congresista sintetiza su opinión, buscando ubicar
históricamente a este movimiento juvenil y resaltando su papel en el seno del
conjunto del movimiento popular: “Reitero: estamos ante una nueva generación,
la del bicentenario nacional, que irrumpe en la escena política social y
convoca a todos a esta lucha” (Diario UNO, del jueves 29-01-15).
Coincido con buena parte de estas afirmaciones,
pensando, al mismo tiempo, que se requiere ahondar y concretar más la ubicación
histórico social de este movimiento juvenil y su contexto social, solo en el
cual se puede rastrear más concretamente sus nada casuales antecedentes y su
verdadero nacimiento, sin tomar en cuenta solo la fase de su despliegue masivo
a partir del 18D 2015, cuando ya se había concretado y superado la difícil fase
inicial de conocimiento del dispositivo político legal por los primeros
impulsores, de convocatoria y organización de los primeros núcleos juveniles
organizadores y de realización de los primeros plantones y movilizaciones,
antes del 18 D 2015.
Continuaremos.
Zona de los archivos adjuntos. Vista previa del archivo adjunto Historia
MJ.docx
-.o0o.-
Historia MJ.docx
David
Aguinaga:
Gracias por su envío, resumen de actualidad.
Espero le haya llegado mi anterior correo.
Si no, se lo puedo reenviar.
Saludos
Ragarro
07.02.15
-.o0o.-.
ABRIL
En un día memorable
Estimado
David Aguinaga:
De mi anterior (07.02.15) tampoco tengo su acuse de
recibo. Sin embargo, como usted levanta las banderas del Movimiento Socialista,
aprovecho la ocasión para recordar los 85 años del fallecimiento del Amauta
Mariátegui, cuyo postrer mensaje fue:
NO PUEDE HABER RENOVACIÓN SINO SOBRE LA BASE DE
GRANDES PRINCIPIOS. ¡TRABAJEN MUCHO!
|
Como se nota que usted trabaja mucho por el
movimiento socialista, dejo a un lado su silencio y subrayo su lucha por hacer
realidad sus sueños. Por eso:
DALE VIDA A TUS SUEÑOS
Dale vida a tus
sueños que alimentan el alma, no los confundas nunca con realidades vanas. Y
aunque tu mente sienta necesidad, humana, de conseguir las metas y de escalar
montañas, nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.
Dale vida a tus
sueños aunque te llamen loco, no los dejes que mueran de hastío, poco a poco,
no les rompas las alas, que son de fantasía, y déjalos que vuelen contigo en
compañía.
Dale vida a tus
sueños y, con ellos volando, tocarás las estrellas y el viento, susurrando te
contará secretos que para ti ha guardado y sentirás el cuerpo con caricias,
bañado del alma que despierta para estar a tu lado.
Dale vida a tus
sueños que tienes escondidos, descubrirás que puedes vivir estos momentos con
los ojos abiertos y los miedos dormidos, con los ojos cerrados y los sueños
despiertos.
Mario Benedetti
|
Le deseo éxitos en su actividad, y que sus sueños
de hagan realidad.
Ragarro
16 04.15
-.o0o.-
MAYO
Respuesta a RGR
11 de mayo 2015
Estimado
c. Ramón García Rodríguez:
Luego de saludarlo atentamente, antes de cualquier
explicación sobre mi tardanza en contestar sus comunicaciones, quiero darle mis
disculpas por tal demora. Al leer con bastante retraso -recién hace dos días-
su último envío del 15-04-15, me dispuse rápidamente a corregir este error; más
aún en consideración a su larga experiencia en el movimiento socialista, la
amplia cultura general y política que expresan sus escritos y por haber
cumplido un determinado papel en la historia de las últimas décadas del
movimiento socialista del Perú; labor que, como la de todos los dirigentes, es
o debe ser siempre motivo de conocimiento, valoración y evaluación científica y
revolucionaria.
Agradezco sus palabras sobre la cuantía de mi
trabajo político, pero considero que, por un conjunto de razones objetivas y
subjetivas, mi labor no es aún lo suficiente en relación a las necesidades y
demandas del desarrollo del movimiento socialista proletario en nuestro país.
Pasando al contenido de sus envíos, considero que
el aspecto principal de estos reside en su propuesta del 21-01-15, de un
mecanismo para “forjar la unidad inicial con otros socialistas”. He informado a
mi organización sobre su propuesta, pero dado el vital contenido de este tema,
aún no ha podido ser tratada ni resuelta por el organismo de dirección ni por
nuestro secretario general con el suficiente tiempo e integralidad que
requiere; debido, en primer lugar, a la dinámica y exigencias urgentes de la
lucha política práctica en la que estamos embarcados, principalmente en la
lucha juvenil y el combate de la vanguardia obrera contra el DS 013-2014 (ceses
colectivos) y el proyecto de ley 4008 (reducción del 20% del salario) así como
a nuestra contribución en la concertación de varios contingentes organizados de
esta vanguardia proletaria; en segundo lugar, a las tareas de preparación de
nuestra propaganda escrita (impresa y virtual) y, en tercer lugar, a las
relaciones y discusiones iniciadas con determinadas organizaciones de las
izquierdas para ver una alternativa en la lucha electoral del 2016. Si a ello
le adicionamos las 8 horas laborales que personalmente cumplo, también para
subsistir, podrá comprender usted la demora en contestarle; sin dejar de
reconocer el error específico de no haberle trasmitido antes esta situación.
Por ello, luego de informarle a la dirección de mi organización mi lectura de
su correo del 15-04-15, ésta me pidió saludarlo y transmitirle nuestra
disposición a avanzar el intercambio de información y opiniones con usted, y
con ustedes, sobre el vital tema propuesto. Sobre esa base, adelantaré una
opinión personal.
Como producto de su experiencia y de su
correspondiente estudio de la experiencia nacional e internacional, cada
agrupación socialista tiene no solo sus respectivas opiniones y propuestas
sobre las formas y caminos para desarrollar el movimiento y la unidad de los
socialistas, sino labores prácticas ya más o menos avanzadas en ese sentido. Le
informo que nuestra organización, sobre la base del trabajo político que hemos
venido desarrollando estos años en la clase obrera, el movimiento juvenil y las
izquierdas, viene trabajando una propuesta para generar un más amplio
movimiento por el socialismo, que busca incluir no solo a los militantes de
nuestra agrupación, sino a trabajadores e izquierdistas de vanguardia que
adhieren al socialismo y con quienes se ha venido cumpliendo labores sindicales
y políticas conjuntas durante ya cierto tiempo. Pero, es también necesario
escuchar y considerar otras propuestas y la sugerencia de otros caminos.
Propone usted una reunión, que podría ser promovida
por Voz Socialista, “para elaborar previamente un programa reivindicativo
concreto, de acuerdo a la realidad concreta de nuestro país, básico para la
lucha actual y próxima”. Lo anterior tendría “un objetivo específico, forjar la
unidad inicial con otros socialistas militantes (activistas individuales o
grupos así sean pequeños)”
Pongo por delante nuestra disposición y agrado por
toda coordinación y acuerdo con cualquier sector de nuestro pueblo, de las
izquierdas y más aún de los socialistas para desarrollar la lucha concreta
diaria contra nuestros enemigos de clase y en defensa de los intereses de
nuestro pueblo. En ese sentido bienvenida sea su propuesta y próximamente por
nuestra parte estaremos sugiriendo formas específicas de concretar esta
participación conjunta en las instancias y luchas concretas del movimiento
obrero, popular, de izquierdas y progresista.
Pero creo que la lucha por la unidad de los
socialistas tiene otra esencia particular. Desde mi experiencia y punto de
vista, la unidad inicial entre socialistas que usted propone tiene la
característica de una concertación de frente único reivindicativo, la que
efectivamente se da en base a un programa reivindicativo específico. Aun en el
caso de que se aplique consecuentemente este programa en la lucha de clases
concreta, resulta insuficiente para nuestros objetivos socialistas. Ciertamente
que cualquier proceso de unidad de los socialistas debe efectuarse
infaltablemente al calor de su participación disciplinada en la lucha obrera,
popular, democrática y patriótica, sobre la base de propuestas específicas de
lucha, en distintos niveles de frente único en la sociedad, según la
composición clasista de las masas de que se trate, de tal manera que la
coordinación y discusión de los socialistas no resulte intelectualista,
abstracta, diletante y sin ninguna responsabilidad ni repercusión en la lucha
del pueblo. Pero, la esencia particular de la relación de lucha por la unidad
de los socialistas radica en el intercambio y la discusión (y el posterior
acuerdo revolucionario) de los correspondientes planteamientos ideológicos,
teóricos, programáticos, estratégicos y tácticos de las agrupaciones
socialistas participantes en el proceso de unidad, incluyendo necesariamente, a
esta altura de la vida del movimiento socialista peruano, la evaluación de su
historia y situación actual, por lo menos en sus rasgos más esenciales y sus
hitos más importantes. Mientras no concluya la discusión y no se logren
acuerdos fundamentales, la labor político práctica coordinada, lógicamente
prosigue.
Creo, además, que tal proceso no debe ser cerrado
sino principalmente público, en particular a través de la prensa impresa y
virtual; que sirva al mismo tiempo en el esclarecimiento de los trabajadores y
luchadores sociales de vanguardia y la atracción nuevos adherentes; permitiendo
al mismo tiempo la participación de todos los núcleos y personalidades
sinceramente socialistas del Perú.
Estas discusiones deberían basarse en la
comprensión del momento histórico-estructural actual, mundial y nacional,
particularmente de la situación de la clase obrera peruana, en relación con las
otras clases sociales del país, como base social infaltable del movimiento
socialista y de sus contradicciones, en aplicación científica y creadora del
marxismo, en su desarrollo contemporáneo; de tal manera que permita una
discusión objetiva de las tareas actuales de los socialistas peruanos. Por
nuestra parte consideramos que desde inicios del presente siglo, ha venido
desarrollándose en el Perú una nueva fase de desarrollo capitalista, básica y
principal (pero no exclusivamente) primario exportadora, sobre todo extractiva,
en los marcos dominantes de la economía y política neoliberal de las
transnacionales y la gran burguesía peruana; pero de la que también se
beneficia -secundaria pero efectivamente- la nueva burguesía emergente
indo-mestiza, particularmente por la casi total carencia de derechos de sus
trabajadores. Esta fase de desarrollo capitalista, que ha entrado ya en lo que
algunos denominan desaceleración (en el marco de la fase depresiva del
capitalismo mundial, iniciado con su crisis periódica del 2007-2009) dirigiéndose
hacia una nueva crisis periódica de la economía peruana, de todas formas en su
período de auge ha impulsado la recuperación demográfica y una nueva
recomposición social de la clase obrera peruana; clase que ha reiniciado ya su
lucha, acrecentándola tras el impactante estímulo de la lucha juvenil popular
contra la Ley “Pulpín”.
Pero, además, como en la actualidad, la prioridad
del gran capitalismo en el Perú es la extracción minera, petrolera y gasífera,
que irracionalmente se está extendiendo más y más por el país, incluyendo zonas
de reserva ecológica y fecundas áreas de producción agrícola, poniendo al mismo
tiempo en serio peligro y generando ya grave daño a los delicados equilibrios
ecológicos evolucionados en nuestro territorio nacional; así como también
expulsando o buscado expulsar de esos territorios a los productores agrarios,
por todo ello, estos campesinos (pobres, medios y algunos ricos -burguesía
emergente rural), en tanto pequeños y medianos productores y propietarios y las
comunidades campesinas y nativas (que también contienen en su interior un
proceso más o menos avanzado de la anteriormente mencionada diferenciación
campesina) han acrecentado su lucha contra la aplanadora extractivista de las
transnacionales y la gran burguesía minera nativa, que amenaza su propia
existencia social como campesinos, tal como está sucediendo en Cajamarca,
Espinar, Islay y muchos otros lugares del Perú. En ese preciso sentido, estos
productores agrarios se vienen constituyendo en una importante fuerza anti gran
capitalismo en el campo, es decir contra la gran propiedad y la gran producción
capitalista extractivista y en un potencial aliado estratégico de la clase
obrera en la lucha por el socialismo. Si miramos abstracta y doctrinaristamente
este proceso, se podría decir que alentamos el romántico retroceso productivo e
histórico del pequeño propietario agrario frente a la gran producción
capitalista o cuando menos una posición conservadora, como opinan algunos
compañeros demasiados entusiasmados con esta última fase de desarrollo
capitalista neoliberal. Pero analizado en su real contexto internacional y
nacional, sobre todo en el presente período de prolongada depresión capitalista
mundial desde el 2007 (y de la creciente crisis ecológica planetaria) así como
las intensas convulsiones que dicha crisis económica capitalista está generando
por el mundo, la táctica anteriormente señalada resulta un pequeño, conveniente
y necesario paso atrás, para dar dos adelante.
En este contexto de lucha de clases, más favorable
para nosotros que el largo período anterior de estancamiento y retroceso
productivo y económico-social, de desindustrialización y “desproletarización”
de los años 80 y 90 del siglo pasado, se está reiniciando también la
recuperación del movimiento socialista en nuestro país; luchando por superar su
ya larga situación de dispersión ideológica, política y organizativa, expresada
en una serie de tendencias y matices de tendencias ideo políticas; corporizadas
en organizaciones, grupos, comités, círculos y personalidades sueltas que
manifiestan trabajar por el socialismo; algunas de las cuales están o han
estado concertados en alianzas o frentes políticos, como IU, MNI, Confluencia
por Lima o el Frente Amplio y dentro de las cuales existen también revolucionarios
que luchan por el socialismo.
Estas tendencias y agrupaciones dispersas o
débilmente concertadas, han venido actuando al interior de aquella lucha de
clases, orientadas por variadas interpretaciones ideológicas, teóricas y
programáticas del socialismo y por distintas estrategias y tácticas de lucha.
Algunas han conseguido algún nivel de inicial inserción y reconocimiento en el
movimiento popular, en la vanguardia actual de la clase obrera y/o de otros
trabajadores, así como en el nuevo movimiento juvenil, participando en una
variedad de formas de lucha, tanto las directas como la electoral, mientras que
otras tendencia y agrupaciones han preferido un trabajo preponderantemente
intelectual y semi cerrado, rechazando en algunos casos la participación electoral
o, en otros, aceptándola solo de palabra, sin su correspondiente correlato
práctico efectivo; manteniéndose en una resignada marginalidad. Estas distintas
conductas políticas le han conferido también a cada una de estas tendencias y
agrupaciones una distinta identidad y estilo de trabajo característico.
Pero, como siempre, el eje y núcleo de la dinámica
de desarrollo de estas tendencias y agrupaciones por la unidad de los
socialistas y la recuperación y desarrollo del movimiento socialista, ha estado
y está constituido por la contradicción, es decir la unidad y lucha al interior
de cada una de estas agrupaciones y entre todas éstas, entre las fuerzas que
pugnan por el resurgimiento o renacimiento socialista proletario del movimiento
socialista peruano, por un lado, y por su degeneración pequeñoburguesa y
burguesa, su mayor disgregación y su liquidación, por el otro.
En lo que respecta a nuestro Movimiento Voz
Socialista, luego de su surgimiento como agrupación socialista, ante el marcado
cambio del panorama económico social y político en el Perú desde 1980 (después
de las transformaciones burguesas velasquistas de la primera mitad de los 70
del siglo pasado y de la masiva lucha obrero-popular urbana de la segunda mitad
de esa década), principalmente ante la desindustrialización del país, la fuerte
disminución de la clase obrera industrial, el proceso de guerra interna y,
luego, ante el agotamiento y colapso del socialismo mundial del siglo XX, nos
vimos obligados a aplicar una prolongada táctica de resistencia, que entre
otras cosas implicó impulsar las necesarias alianzas a distintos niveles, mucho
más allá de los núcleos socialistas, y no pocas veces, sin varios de estos
núcleos que rechazaban tales alianzas que permitieran enfrenar la integral contraofensiva
global de los grandes enemigos de los trabajadores y los socialistas.
Pero lo hicimos sin olvidar jamás los objetivos y
deberes socialistas proletarios mayores del movimiento socialista, luchando más
bien por crear de manera concreta mejores condiciones para su ulterior
recuperación y desarrollo revolucionario. Por ello, nunca hemos actuado
vergonzantemente ante nuestras alianzas con las agrupaciones no socialistas
proletarias en Izquierda Unida, el MNI, en el Frente Amplio de Izquierda, con
Perú Posible frente al fujimorato, con la Coordinadora Político Social, con
Fuerza Social de Susana Villarán para las elecciones municipales del 2010 y el
2014 y el 2011 con el nacionalismo de Ollanta Humala frente al
apro-fujimorismo, conociendo de la naturaleza clasista y límites políticos no
socialista proletaria de sus orientaciones y prácticas y sin forjarnos ninguna
ilusión al respecto, pero sabiendo, al mismo tiempo, de la necesidad e
importancia de dichas alianzas en cada una de aquellas coyunturas políticas tan
adversas. Pudimos habernos abstenido de hacerlo, cediendo a nuestros temores, a
la comodidad que permite la abstención electoral y política en general,
ahorrándonos las trabajosas pugnas por las alianzas y manteniendo un
incontaminado purismo “socialista”. Pero hubiera sido tan solo, repito, la
justificación de los temores y comodidades pequeñoburgueses semi anarquistas
que todos llevamos por dentro, perjudicando con ello la lucha por la
recuperación del movimiento socialista, dejándole la cancha libre a la
burguesía y la pequeña burguesía. Por esta misma razón, próximamente
explicitaremos con toda claridad y lucharemos con energía por establecer los
compromisos con las agrupaciones y frentes de las izquierdas y progresistas que
sean políticamente necesarios para la lucha directa y las elecciones del 2016 y
2018; lo cual, repito, no tiene por qué necesariamente que debilitar nuestra
lucha por el renacimiento del movimiento socialista, sino todo lo contrario.
Pero la relación básica que hemos privilegiado es
con la clase obrera y su renaciente organización sindical, en tanto, base
social fundamental del movimiento socialista y motor principal de la conquista
del socialismo. En el inicio del presente siglo, establecimos relación de
trabajo político y sindical particularmente con bases sindicales textiles y
posteriormente con la propia Federación Nacional de Trabajadores Textiles, lo
que se ha ido extendiendo incipientemente a la vanguardia de otras ramas del
movimiento obrero. Trabajamos al interior de la central CGTP, a pesar de todas
las dificultades que implica el control burocrático que ejerce su actual
dirección. Esta labor, no obstante, inevitable y legítimamente va forjando una
nueva tendencia sindical clasista; pero que no obra de manera divisionista,
rupturista o “quinta centralista”, como se dice en el Perú. Creo que, sobre
este punto, en las actuales circunstancias históricas, cuando el movimiento de
los trabajadores peruanos, sobre todo el movimiento obrero, empieza
a resurgir, comenzando, en cierta manera, casi de nuevo desde el principio, sin
dejar de reconocer las diferencias históricas, no resulta una citera repetición
a histórica y dogmática traer a colación las palabras que J.C. Mariátegui sobre
el frente único y la unidad clasista de los trabajadores peruanos en los años
20 del siglo pasado: “Somos todavía pocos para dividirnos… el movimiento
clasista, entre nosotros, es muy limitado, para que pensemos en fraccionarle y
escindirle. Antes de que llegue la hora, inevitable acaso, de una división, nos
corresponde realizar mucha obra en común, mucha labor solidaria. Tenemos que
emprender juntos largas jornadas. Nos toca por ejemplo, suscitar en la mayoría
del proletariado peruano, conciencia de clase y sentimiento de clase. Esta
faena pertenece por igual a socialistas y sindicalistas, a comunistas y
libertarios.”
Una expresión pública de este avance de la
vanguardia de la clase obrera peruana con la que estamos contribuyendo, ha sido
la exitosa celebración del 1ro de Mayo de este año por dicha vanguardia en el
local de la Federación de Trabajadores Telefónicos del Perú, cuya reseña y
significado se la puede apreciar en la columna editorial de Cesar Lévano en el
diario UNO (que fue un invitado y disertante muy importante en esa celebración)
publicada el viernes 01-05-15, bajo el título de “El 1º de Mayo alza la voz” y
cuya transcripción adjuntamos más abajo.
Así pues, concebimos la lucha por la unidad de los
socialistas proletarios y su imprescindible discusión teórica política al
interior de este trabajo político práctico con el movimiento obrero, el pueblo
y con los aliados políticos que sean necesarios y en base a principios y
políticas socialistas netas. Por eso, le manifiesto con
franqueza mi desacuerdo con esa abstracción purista que usted manifiesta en su comunicación sobre la unidad de los
socialistas, cuando sentencia: “Basta ya de seguir como furgón de cola de la
‘Izquierda’ que en nuestro país da hasta vergüenza con su historial de lacaya
del interés transnacional”. No porque defienda o niegue la conciliación o el
oportunismo de buena parte de las izquierdas ante las burguesías de los
distintos niveles, sino porque, en la necesidad y la práctica de las alianzas
con aquellas (las izquierdas) en torno a objetivos comunes frente a los principales
y mayores enemigos sociales y políticos del pueblo peruano, en ningún momento
hemos sido furgón de cola de nadie en estos compromisos ni lo seremos mientras
sean necesarias las alianzas con estas fuerzas políticas u otras. Nunca
perdimos ni hipotecamos la independencia ideológica, política ni organizativa
de nuestra agrupación socialista en esas alianzas, ejerciendo siempre nuestra
independencia y nuestro derecho a la crítica y a la propaganda socialista, a la
difusión de nuestra línea política en estos frentes y luchando por la hegemonía
socialista en los movimientos de masas que estos frentes generan. No vamos a
vanagloriarnos ilusamente diciendo que siempre hayamos logrado esa hegemonía,
menos aun cuando las circunstancias eran tan desventajosas para el socialismo;
pero tal conducta política nos ha permitido alcanzar alentadores avances,
desarrollarnos como organización socialista e ubicar a cuadros de nuestra
agrupación en la palestra pública y mediática, al servicio de la lucha por el
socialismo, como lo fue, tanto en la lucha municipal de Lima y sobre todo en la
lucha juvenil contra la Ley “Pulpin”.
Por todo ello, propongo al mismo tiempo, a usted y
a mi organización, comenzar por desarrollar
por parte de usted y sus cc. algo similar a lo que yo he realizado en la
presente comunicación, es decir, una primera información sintética sobre su
agrupación, con algunos rasgos de su trayectoria, sus ideas
doctrinales, programáticas, estratégicas y tácticas; su trabajo político
práctico en el pueblo y su presente manera de concebir la forja de la unidad de
los socialistas. Sobre la base de esa primera comunicación, deberíamos acordar
un plan más detallado de coordinación, que involucre la discusión y el trabajo
político práctico a mayor plazo. Esta es mi actual propuesta, sobre la que
disciplinadamente estoy dispuesto a aceptar correcciones, si la dirección de mi
organización, luego de un mayor análisis, ve por conveniente modificar algunos
puntos y agregar otras propuestas.
Con un fuerte abrazo, me despido de usted,
esperando su respuesta.
11-05-15
David Aguinaga Carrión.
-.o0o.-
Programa Reivindicativo
Estimado
C. David Aguinaga:
Recibí con agradable sorpresa su correo del 11 de
mayo, con siete nutridas páginas. Me he acostumbrado a leer silencios, que las
más de las veces dicen más que todo un largo escrito. Pero ahora con su
explicación, “más vale tarde que nunca”
A todo activista le ocurre lo mismo, lograr una
relación apropiada entre labor de sobrevivencia y labor de activista.
Usted la logra positivamente, no obstante su agotadora jornada laboral. Es
deber reconocer su mérito.
En lo que usted señala hay importante material de
intercambio. Por mi parte, procuraré enviarle mes a mes un comentario
específico (para no saturar su correo). Para comenzar, me parece que en nuestra
actual realidad concreta la tarea central es la preparación de la
organización, del proletariado en particular (Partido) y del pueblo peruano
en general (Frente) En ambos, el factor humano es lo primordial.
Bien sabemos que hay tres formas básicas de lucha:
reivindicativa, electoral, insurreccional. (Cada una incluye lo
ideológico-teórico-político-orgánico) Las tres son importantes, pero sólo la
tercera es la dirimente para lograr el Cambio Social. En las tres
nuestro Socialismo Peruano tiene su propia experiencia “pagada con
sangre”
En las tres hay dos temas centrales previos, la
unidad partidaria y la unidad frenteunitaria. A la primera se llega acordando
el Programa Máximo, Prospectivo. A la segunda se llega acordando el Programa
Mínimo, Reivindicativo.
Mi propuesta anterior se refiere en concreto al
segundo tema, la elaboración y aprobación en debate del Programa Mínimo,
Reivindicativo, sin el cual no hay cómo poder participar autónomamente en
la lucha reivindicativa, en la lucha electoral.
En cada proceso los participantes presentan su Plan
de Gobierno. Pero bien sabemos la diferencia entre gobierno temporal y
gobierno permanente. Para ganar los votos de la izquierda, el actual gobierno
temporal presentó en su campaña la Gran Transformación, y apenas salió
elegido la archivó y la cambió por la Hoja de Ruta del gobierno
permanente. Desde que se implantó el sistema DUSO
(directo-universasl-secrero-obligatorio), igual procedieron los anteriores
gobiernos elegidos “democráticamente”: Belaunde, García, Fujimori, Toledo.
En el ambiente político actual circulan ya, entre
otros, tres puntos reivindicativos básicos íntimamente ligados entre sí: Trabajo-Educación-Salud.
Estos tres puntos reivindicativos esenciales incluyen cada uno otros puntos adicionales,
que en conjunto pueden llegar a unos cuarenta. Por ejemplo, respecto al Trabajo
se mencionan el trabajo decente, el trabajo digno, el trabajo emancipado.
Respecto a la Educación, se propone mejorar la educación primaria,
secundaria, universitaria. En cuanto a la Salud, se propone mejorar la
atención hospitalaria, luchar contra el alcoholismo, drogadicción,
prostitución. ¿Cuál es la posición del Socialismo Peruano al respecto?
Además, se centra el Plan Electoral en la “lucha contra la corrupción” Y
mil y un etcéteras más.
¿Tiene posición propia el Socialismo
Peruano al respecto?
Entonces, el Programa Mínimo es el hilo para
desatar el ovillo. Ahí se muestra y demuestra la unidad entre teoría y
práctica. Es para todo el pueblo trabajador. Por eso debe ser lo más sencillo
posible, lo más directo posible, lo más concreto posible. Además, es el
Programa para reunir el millón de firmas requeridas para la inscripción en el
registro electoral (JNE) Y esto el Socialismo Peruano debe, puede, y ha
de lograrlo.
Entonces, por mi parte, le reitero mi compromiso de
continuar mi comentario cada mes, respetando su tiempo. Sólo aguardo
reciprocidad en el intercambio.
Saludos al Movimiento Voz Socialista.
Y ¡Ánimo y más Ánimo!
Ragarro
15.05.15
-.o0o.-
JUNIO
Respuesta a comunicación del 15-05-15
Estimado
c. Ramón García Rodríguez:
15-06-15
Agradezco también su respuesta y antes de pasar al
contenido fundamental de mi presente comunicación, debo decirle respecto al
tema de mi “silencio”, que efectivamente, como toda actitud humana, tiene que
tener razones objetivas y subjetivas y lógicas conscientes e subconscientes,
sobre las que es siempre es necesario reflexionar, con el propósito de superar
conscientemente lo erróneo y desarrollar lo acertado. De lo que si estoy
convencido es que la relación interna entre mis acciones, reflexiones, palabras
y silencios, está condicionada, en primer lugar, por mi trabajo (también) para
la sobrevivencia y el trabajo político, práctico y teórico; que contiene tanto
de labor política revolucionaria aún artesanal, como de lucha colectiva por
transformarla en una científica e industrial revolucionaria moderna; en segundo
lugar, por las exigencias y complacencias familiares; en tercer lugar, por mis
limitaciones y errores individuales frente a los que sigo lidiando por
superarlos en medio de la lucha y, en cuarto lugar, y más específicamente, por
la necesidad y el deseo de buscar el tiempo adecuado para un comentario bien
fundamentado de sus opiniones y propuestas, que sirva no solo para darle
respuesta a usted sino también para hacerlo llegar al mismo tiempo a un público
más amplio, pues, como le manifesté en mi anterior comunicación, sería más
provechoso para el movimiento el intercambio público de nuestras opiniones.
Ingresando al análisis de la situación concreta del
país, en la que los socialistas desenvolvemos nuestra lucha para influir sobre
ella, pugnando por impulsarla por caminos de progreso y transformación, en la
brega por la hegemonía del proletariado en el movimiento social, me pregunto si
usted posee una enorme capacidad de síntesis para explicarla en unas pocas
frases o si está más bien omitiendo aspectos de su evolución demasiado
importantes e imprescindibles para la dirección concreta de la lucha de los
trabajadores. Por mi parte, no creo que solo por falta de genialidad
sintetizadora me vea en la necesidad de explayarme un poco. En nuestra
organización tenemos la opinión (y estamos luchando por aplicar sus
implicancias políticas) de que la actual realidad de la lucha de clases en
nuestro país se caracteriza principalmente por una creciente crisis política
del gobierno de Ollanta Humala (OH) y Nadine Heredia (NH), cada vez más aguda y
de muy preocupantes consecuencias cuanto más se acercan las fechas del
calendario de recambio electoral presidencial y congresal del “gobierno
temporal” -como usted lo denomina- a inicios del 2016. Todo ello en el contexto
más hondo de la desaceleración económica peruana, rumbo a una probable recesión
y en el marco económico internacional de los graves problemas financieros y
productivos de las potencias capitalistas, particularmente de la Unión Europea,
los EE.UU. y Japón, así como por el descenso de la producción en China.
En su fondo y en buena hora, esta crisis política
gubernamental se ha desarrollado y agudizado por la intensificación de la
resistencia y lucha de los pueblos, por el triunfal combate de los jóvenes
contra la Ley Pulpín, de los trabajadores textiles, petroleros, de Celima y del
Banco de la Nación; particularmente hoy, por la lucha de los pueblos del Sur,
encabezados por los valientes campesinos y jóvenes de Islay contra la
imposición del proyecto minero Tía María y de los trabajadores mineros,
expresados particularmente en la heroica lucha del proletariado minero y todo
el pueblo de Marcona contra esa especie de nuevo enclave colonial capitalista,
instaurado por la empresa china Shougang, así como también por la amenaza de un
Paro Nacional para julio del presente año; sin dejar de tener en cuenta, cómo
frente al conflicto generado en Islay, el gobierno decidió instaurar la medida
extrema del Estado de Emergencia en el Sur del Perú, una de las mejores
expresiones de la agudización de la crisis política del país.
Pero dicha la agudización también encuentra un
importante ingrediente en la creciente inseguridad y temor ciudadano ante el
incontrolable avance de la delincuencia, que brota espontáneamente de la
creciente desigualdad en el país y de ese aspecto de gran descomposición
social, generada con mayor furor en la actual fase de evolución capitalista,
pero cuyos efectos psico-políticos sobre el conjunto de la población son
centuplicados por los medios masivos de comunicación, con el propósito de
acrecentar la ansiedad y el temor social, para facilitar el desenvolvimiento de
los planes políticos de los ultra reaccionarios, militaristas y fascistas, en
su necesidad y deseo de militarizar el control del país y reprimir más
fácilmente las luchas populares. La movilización de un creciente número de
alcaldes de Lima y otras ciudades y la preocupante adhesión de muchos vecinos
de varios distritos (estimulada hace varios años desde la radio y TV por los
fujimoristas Philip Butters y Renzo Reggiardo, entre otros) para que el
Congreso y el Ejecutivo autoricen la participación de las FF.AA. en el control
de las calles y hasta para que decreten el estado de emergencia y el toque de
queda en Lima, configuran esta preocupante situación, que es una de las más
gráficas expresiones de la inclinación de un importante sector de masas hacia
la derecha y la ultra derecha y el encaminamiento del conjunto de la sociedad
hacia su polarización, con predominancia hoy de los sectores y factores
reaccionarios y de derecha.
Vista en su singularidad, la base social y la
dinámica política de la aguda crisis del actual gobierno de OH y NH radica en
su creciente aislamiento de las distintas clases y capas sociales del país.
Aislamiento tanto de las masas anti neoliberales que estuvieron a la vanguardia
de las amplias fuerzas sociales que luego de varios años de lucha directa y
electoral los llevaron al gobierno el 2011, traicionándolas apenas se instalaron
en el palacio presidencial, como de las propias capas sociales altas a las que
ha servido y sigue sirviendo sumisamente desde el gobierno, las que a pesar de
ello, nunca lo sintieron suyo ni le perdonan haberlos asustado, azuzando a las
masas en su contra con su agitación anti neoliberal entre el 2000 y el 2011. Es
evidente que las capas más altas de la burguesía y de la pequeña burguesía
están por otra opción política y electoral para el recambio gubernamental del
2016, apostando por Keiko, PPK o Alan García. Así pasa con todos los traidores
del pueblo: terminan condenados y combatidos por éste, pero también
despreciados y sacrificados por sus patrones.
Sin embargo, el desprestigio y aislamiento de los
Humala-Heredia no significa automáticamente campo abierto y viento en popa para
el avance de una alternativa popular y de izquierdas. Constituyendo, por un
lado, un importante avance el derrumbe de ese tapón demagógico que canalizó las
luchas populares por dos lustros, cuando las fuerzas revolucionarias,
progresistas y populares estaban sumamente debilitadas y aisladas y, sobre
todo, cuando la clase obrera se encontraba en gran repliegue
histórico-estructural ante la arremetida neoliberal, sin embargo, por otro
lado, en lo más inmediato, la frustración y la decepción del pueblo respecto al
gobierno de Humala, considerado en general como de izquierda (sumado ello a los
resultados de la gestión de Susana Villarán y las izquierdas en la
Municipalidad de Lima y su debacle electoral en octubre del 2014) llevan a un
importante sector de las masas al escepticismo, la moderación y el
consentimiento y apoyo a alternativas de derecha y ultra derecha.
De tal manera evolucionan los acontecimientos
políticos que los sectores más derechistas de empresarios y políticos están
apostando incluso por la vacancia de OH, para reemplazarlo por una alternativa
más a ala derecha y golpear más a los trabajadores; mientras que a éste le
ronda la idea del auto golpe constitucional, disolviendo el actual Congreso.
Aún que, como han señalado César Lévano y Nelson Manrique, con estas movidas lo
que inmediatamente buscan los grandes empresarios y las transnacionales es
presionar a OH para que él y su bancada congresal, a través de las facultades
delegadas por el Congreso, procedan a “destrabar” sus inversiones, sobre todo
imponer con toda libertad sus proyectos mineros tipo Tía María y le pongan
todos los candados neoliberales faltantes a sus grandes privilegios económicos,
así como el mayor autoritarismo y militarización de la vida política nacional.
Pero los partidos de derecha y ultraderecha están hoy jugando sus propias
cartas en sus afanes por acercarse al gobierno del poder gran burgués del país
y por eso han armado todo ese circo en el Congreso, chantajeando al Ejecutivo
ante su solicitud de facultades solicitadas, acentuando con ello la crisis
política de la gobierno de OH.
Como hemos dicho, esta creciente crisis política
tiene su base y su determinación más al fondo del gobierno y de la política.
Pero siendo la política la expresión concentrada de la economía y del conjunto
de la sociedad y como en la condición actual de nuestro país, las decisiones
gubernamentales, que expresan fundamentalmente los intereses de la clase
dominante, guarda las formas del sistema de democracia burguesa y sus tres
poderes de Estado, en consecuencia, ahorita la crisis política está
concentrándose y agudizándose aún más en el Congreso de la República,
particularmente en el tira y afloje entre, por un lado, la alianza del APRA, el
fujimorismo y el PPC y, por el otro, el nacionalismo, en torno a las facultades
solicitadas por el Ejecutivo. Entre paréntesis debemos decir que lo peor de
todo es que los sectores políticos de izquierdas y progresistas hasta ahora no
alzan su voz en medio de esta crisis, sentando posición pública ante el país
contra lo esencial de la solicitud de las mencionadas facultades y planteando
los correspondientes lineamientos alternativos, con el objetivo de agrupar a
los sectores populares, patrióticos y progresistas, deslindando tanto de la
ultra derecha como del nacionalismo traidor, para generar una nueva alianza
popular, democrática y progresista, que enfrente la ofensiva de la creciente
amenaza reaccionaria y pugne por darle una salida progresista a la crisis del
país; cuestión que es precisamente lo que nuestro movimiento Voz Socialista
está ahora planteando y exigiendo en las coordinaciones con las fuerzas
políticas de izquierdas y progresistas.
Pero hay una causa socio-étnico-histórica más
profunda y general en la crisis del actual gobierno, es decir, que va más allá
de los sustos que le haya hecho pasar a la gran burguesía criolla la pareja y
el partido de los OH-NH. Se trata de la histórica rivalidad, aun no resuelta
por la actual clase dominante, entre aquella capa gran burguesa de ascendencia
europea, numéricamente relativamente pequeña, pero hegemónica en la sociedad
por su gran poder económico, mediático y de relaciones internacionales, y la
nueva y numerosa burguesía media emergente (a la que pertenecen OH y NH),
mayoritariamente de origen campesino indígena, todavía sometida económica,
cultural y psicológicamente a la gran burguesía criolla, pero con crecientes
ansias de enriquecerse más y ganar mayor poder político para ello. Rivalidad
que contiene también el recuerdo de la antigua y tormentosa lucha de clases
entre sus antepasados, los terratenientes criollos y los campesinos indígenas;
aunque hoy día sea ya solo la contradicción entre dos angurrientas capas
burguesas de distinto origen clasista, étnico y racial, pero similarmente
explotadoras de los trabajadores peruanos.
Ahora bien. En todo este contexto c., su
planteamiento de tarea concreta central de “preparación de la organización”
aparece más bien como una formulación general, abstracta; válida de repente
para toda una fase histórica de lucha (sin entrar en la necesaria discusión de
si el acento debemos ponerlo hoy en las tareas teóricas y de propaganda o en
las político prácticas) pero insuficiente para enfrentar la actual lucha de
clases. Siendo indudablemente el horizonte estratégico que guía nuestras
acciones la transformación socialista del país, hoy la cuestión concreta para
los socialistas peruanos radica en cómo y sobre de qué eje político específico
avanzamos en ese rumbo, particularmente en la construcción del Partido, del
frente único de la clase obrera, del frente popular patriótico del pueblo en la
presente situación descrita. No vemos otra manera, real y efectiva, de avanzar
el desarrollo concreto del movimiento socialista hacia la reconstrucción,
reconstitución, resurgimiento, refundación o renacimiento del Partido
revolucionario de la clase obrera, sino enfrentando esta correlación concreta
de fuerzas entre las clases y construyendo en medio de ésta, las necesarias
alianzas que requiere la clase obrera, en vistas a enfrentar lo que se irá
constituyendo cada día que pase en la forma de lucha principal en la sociedad
peruana, la lucha política electoral por el gobierno del poder en el país, que,
en esta ocasión estará muy entrelazada con importantes y fuertes luchas
directas de masas.
Si nuestro objetivo estratégico es la conquista de
un gobierno de los trabajadores, es evidente que hoy en día no están creadas
las condiciones para su materialización. Falta trabajar mucho por ello,
mientras la vida va haciendo lo suyo. Y en esa brega, hoy tenemos la necesidad
y la posibilidad concreta de levantar ante el país la alternativa de un
gobierno democrático y patriótico progresista, enarbolando un programa de
grandes reformas anti neoliberales (que incluso supere y precise el archivado
programa de la “gran transformación”), poniéndonos los socialistas a la cabeza
de la lucha por esta alternativa táctica de transición. En otras palabras,
necesitamos constituir y desarrollar una alianza política electoral de fuerzas
populares, de izquierda, democráticas y patrióticas progresistas, con un
programa democrático patriótico anti neoliberal, que socialmente incluya a la
clase obrera, los campesinos, a los sectores progresistas y democráticos de la
pequeña burguesía urbana, así como también a sectores sensatos de la burguesía
media emergente e incluso a algunos de la gran burguesía. En medio de esta
alianza y hoy solo en ese medio y en esa acción ante las masas, podrá avanzar
el desarrollo de la conciencia, la unidad y la organización popular patriótica
del pueblo, el frente único de la clase obrera peruana y el renacimiento y
construcción de la vanguardia política de la clase obrera peruana. Insisto,
solo mediante esta labor concéntrica, con los socialistas proletarios desarrollando
a la vanguardia una intensa labor política e ideológica de orientación e
impulso (dirección) y propagandizando adecuadamente sus programas mínimo y
máximo, (ejecutando, como usted acostumbra a decir, nuestra lucha ideológica,
teórica, política y orgánica) lograremos hoy impulsar el desarrollo del
movimiento socialista y la reconstrucción de la vanguardia del proletariado.
Saludándolo con un fuerte abrazo, me despido
cordialmente de usted.
David Aguinaga Carrión.
-.o0o.-
Estimado
David Aguinaga Carrión
Muchas gracias por su reciente (15 de junio,
1:51am, 4 págs.)
Respetando su tiempo, trataré de continuar el
intercambio a fin de mes.
Mientras,
Saludos a su organización y
¡Éxitos en su actividad de sobrevivencia
(abrumadora) y política (perseverante)!
Ragarro
15.06.15
-.o0o.-
Activista
David Aguinaga C.:
Cumplo con lo ofrecido el 15 de junio pasado
Se cierra este primer semestre del 2015. De los
diferentes correos que he enviado a diversos activistas, usted se ha tomado la
molestia de responder no sólo con acuse de recibo (que a veces ni eso logro)
sino exponiendo opiniones y propuestas personales y de su organización. El
individualismo de nuestra mamapacha es pródigo en exposición pero reacio al
intercambio. Por eso, valorando su co-respondencia, hago una nueva
lectura de sus envíos y le comento buscando centrar el eje del intercambio no
en la crítica de ideas sino en la preparación de la organización, aunque sin
seguir en todos sus párrafos el orden de sus envíos.
01.-
Siendo indudablemente el horizonte estratégico que guía nuestras
acciones la transformación socialista del país, hoy
la cuestión concreta para los socialistas peruanos radica en cómo y sobre de
qué eje político específico avanzamos en ese rumbo, particularmente en la
construcción del Partido, del frente único de la clase obrera, del frente
popular patriótico del pueblo en la presente situación descrita. No vemos
otra manera, real y efectiva, de avanzar el desarrollo concreto del
movimiento socialista
|
Sin esta meta, la transformación socialista del
país, nos estaríamos engañando mutuamente, y no habría para qué continuar.
Puede haber discrepancias mil y una, pero no en ese horizonte. El Socialismo
Peruano está más ausente en la realidad económica, social, cultural,
política de nuestro propio país que en el resto de Nuestra América Nativa
o de cualquier otra parte del mundo. Y el eje político para superar esta
realidad es la presentación, debate, aprobación y puesta en práctica de un Programa
Mínimo, de un Programa Reivindicativo.
02.-
En otras palabras, necesitamos constituir y desarrollar una alianza
política electoral de fuerzas populares, de izquierda, democráticas y
patrióticas progresistas, con un programa democrático patriótico anti
neoliberal, que socialmente incluya
a la clase obrera, los campesinos, a los sectores progresistas y democráticos
de la pequeña burguesía urbana, así como también a sectores sensatos de la
burguesía media emergente.
|
Ése es el trasfondo de pasar el eje de gravedad de
la actividad militante, de la teoría a la práctica. En lustros pasados, y como
era necesario, Activistas y Grupos socialistas han esbozado, aclarado, definido
sus ideas en diferentes seminarios, foros, escritos, exposiciones. Más de uno
tiene formulado su Programa Máximo, su Programa Prospectivo, que
señala su horizonte estratégico. Seguro su Movimiento Voz Socialista
también lo tiene. Por tanto, no pasar a la práctica sería permanecer muy cómodo
en su burbuja. Por eso se requiere centrar el intercambio y la actividad mutua
en el Programa Mínimo, en el Programa Reivindicativo del pueblo
peruano en su conjunto. Para ello debemos partir de nuestra propia realidad
actual
3.-
Afectados por la nueva fase de desarrollo de la producción industrial
capitalista, en la ciudad y sobre todo en el campo, impuesta en medio de esta
etapa de más de 20 años de aplicación del capitalismo neoliberal en una
semicolonia, como lo sigue siendo nuestro país, que
ve profundizarse así la vieja naturaleza colonial de su economía, pero
con un contenido más capitalista
|
Ésa es la realidad actual de nuestro país: una SEMICOLONIA.
Y más aún, es la profundización de la vieja realidad colonial de su
economía. En todo el siglo pasado, gobierno tras gobierno esa realidad no
ha variado sino para profundizarse. Seguimos siendo un país políticamente
independiente pero económicamente colonial. Y esto sólo lo puede cambiar, lo
debe cambiar, lo cambiará el Socialismo Peruano.
4.-
Los socialistas, estamos ante el reto de hacer un gran esfuerzo de
unidad, forjando una nueva fase de amplio frente único
|
Por eso, la tarea de todo Activista del Socialismo
Peruano es forjar la nueva fase del Frente Único, Frente Unido, Frente
Unitario, Frente Amplio. El Programa Reivindicativo es para ese Frente, así
como el Programa Prospectivo es para el Partido. Y la guía universal para el
Frente es la Crítica del Programa de Gotha, así como la guía universal para el
Partido es el Manifiesto Comunista.
5.-
Aportar ante a la necesidad planteada en la presente lucha de clases
en el Perú (donde la gran burguesía
peruana, sí que sabe luchar clasistamente en todos los campos contra nuestros
trabajadores) un análisis y medidas políticas prácticas desde el punto de
vista socialista, lo más concreto que sea posible.
|
Para ese aporte, es notorio que se requiere de
medidas políticas prácticas desde el punto de vista socialista y lo
más concreto posible. Es aquí donde es imposible confundir, mezclar,
tópicos de un Programa Máximo con los de un Programa Mínimo.
6.-
Contra el conjunto del andamiaje laboral neoliberal y por urgentes reivindicaciones proletarias, populares, democráticas
y patrióticas
|
Es evidente que lo más concreto posible se
refiere a las urgentes reivindicaciones proletarias, populares, democráticas,
patrióticas. El salario básico no tercerizado, la educación laboral y salud
pública no privatizadas, la seguridad social, el derecho a la protesta
ciudadana, otras, son parte esencial de estas reivindicaciones.
7.-
Para comenzar basta que sepamos entendernos y unificarnos con
disciplina para la lucha por los objetivos concretos y urgentes del día
|
Cierto, para lograr estos objetivos concretos se
requiere de unidad, de disciplina. Muchos comienzan y pronto terminan, porque
ignoran o pierden el horizonte estratégico. Muchos comienzan y caen en la
lucha, y son dignos de recordación eterna. Y otros muchos comienzan y
perseveran, y para ejemplo están los Maestros del Proletariado por un lado y el
héroe anónimo proletario por otro lado. La historia del Militante del Socialismo
Peruano tiene sus propios ejemplos al respecto. Separando la paja del
grano, con los que persisten con unidad y disciplina es posible continuar.
8.-.
Concertación de frente único
reivindicativo, la que efectivamente se da en base a un programa
reivindicativo específico.
|
Por eso, el Programa Reivindicativo es
prioridad de prioridades. Es la Carta de Presentación de todo Activista, de
toda Organización que se reclame Socialista.
9.-
En la actualidad, la prioridad del gran capitalismo en el Perú es
la extracción minera, petrolera y gasífera
|
Este Programa Reivindicativo parte de la
lucha contra la realidad neocolonial extractivista (minera,
pesquera, petrolera, gasífera), simple exportadora de materias primas incluso
sin el mínimo valor agregado. Nuestro país está
desagrarizado-desindustrializado-informalizado laboralmente. ¿Tiene seguridad
alimentaria? ¿Está “ferrocalizado” o “desferrocalizado”?, ¿Está “avionizado” o
“desavionizado”? ¿Está “buqueizado” o “desbuqueizado”? ¿Tiene red nacional de
caminos y carreteras? ¿Tiene seguridad laboral o informalidad y desempleo en el
campo y la ciudad? ¿Está sometido su sistema bancario a la banca transnacional
o no? Y mil y un etcéteras más al respecto.
10.-
Trabajamos al interior de la central CGTP, a
pesar de todas las dificultades que implica el control burocrático que ejerce
su actual dirección. Esta labor, no obstante, inevitable y legítimamente
va forjando una nueva tendencia sindical clasista; pero que no obra de manera
divisionista, rupturista o “quinta centralista”, como se dice en el Perú
|
En los comienzos de la humanidad hubo estrecha
ligazón entre teoría y práctica. Incluso eso era lo característico de nuestro
pasado precolombino. Con el esclavismo se separó la teoría de la práctica. Pero
la democracia esclavista posibilitó el desarrollo de la teoría, surgiendo así
el “milagro griego”, donde los esclavos eran simplemente “animales parlantes”
(Aristocles fue vendido como esclavo, pero un amigo lo vio, lo “compró” pagando
su rescate y así llegó a ser el Platón que conocemos)
Surgieron así teóricos y prácticos, cada cual por
su lado y rechazándose mutuamente, lo que llega hasta nuestra actualidad. Y lo
que se requiere es reconocer los aportes por lado y lado, uniendo la
investigación teórica con la actividad práctica.
Esto se nota en la lucha reivindicativa, en la
lucha electoral, en la lucha armada. En la lucha reivindicativa es conocida la
agrupación laboral (por lugar de trabajo) y la agrupación residencial (por
lugar de residencia) La agrupación sindical prácticamente ha desaparecido con
la tercerización laboral. Actualmente es menos del 5%, pero funcionan ¡cuatro
centrales sindicales! Si no hay cotizantes, ¿de dónde salen los sueldos del
Secretario General y funcionariado? Muy simple, de las ONG españolas (CCOO) y
yanquis. (AFl-CIO) ¡Paleo y neocolonialismo juntos! Por eso, trabajar al
interior de alguna central sin pretender una “quinta centralista” es lo
adecuado ante nuestra realidad sindical.
Pero ¿la agrupación por lugar de residencia? Allí
vive en barrios marginales la mayoría de asalariados, desempleados, informales,
desplazados, el pueblo pueblo. El centro de actividad militante ¿debe,
pues, desplazarse o no, partiendo del análisis concreto de nuestra realidad
concreta? Así la teoría será la generalización de la práctica, día a día, y no
práctica rutinaria por un lado y teoría libresca por otro lado.
Aún más, ¿de dónde salen los votos de cada proceso
electoral? Si partimos de que el sufragio es un medio de engaño, lo
sabemos de antemano (compra de votos, voto forzado, votos viajeros, votos
difuntos, etc.) Pero si de ahí actuamos para convertir el sufragio en instrumento
de emancipación, ya está expresada la diferencia reivindicativa, electoral
del Socialismo Peruano. (Sin rechazar la participación electoral y
sin mantenerse en una resignada marginalidad)
Es en la relación directa con el pueblo trabajador,
y ahora más en su lugar de residencia que en su centro laboral, donde el Socialismo
Peruano irá logrando su fisonomía propia. Es ahí de donde surge la relación
trabajo-educación-salud, base del Programa Reivindicativo del Frente de
Defensa del Pueblo (Frente Único, Unido, Unitario, Amplio, como se
determine llamarlo)
Con este comentario semestral espero haber cumplido
con mi parte en esta co-respondencia. Hay temas muy importantes, pero el
eje político concreto en este caso es respecto al Programa
Reivindicativo. Si no nos desviamos de este punto, seguro llegaremos a buen
fin.
Saludos a su Movimiento Voz Socialista
¡Éxitos y más Éxitos!
Y ¡Ánimo y más Ánimo!
Ragarro
30.06.15
-.o0o.-
2.- SEGUNDO SEMESTRE 2015
JULIO – AGOSTO
Correspondencia interrumpida, sin respuesta a la carta del 30 de junio
SEPTIEMBRE
– OCTUBRE
Correspondencia
interrumpida, sin respuesta a la carta del 30 de junio
NOVIEMBRE
– DICIEMBRE
Correspondencia
interrumpida, sin respuesta a la carta del 30 de junio
CONCLUSIÓN:
Los silencios también hablan.
Juzgue el Lector
|
Ragarro
31.12.15
-.o0o.-
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
8 de enero de 2016
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