(04 de enero de 2016)
Por Miguel Aragón
En el año recién concluido, ocurrieron
una serie de hechos importantes que al dejar huella profunda,
influirán en el desarrollo de la lucha social, de la lucha política
y de la lucha teórica, en el transcurso del año que ya estamos
iniciando.
I
La cuarta onda larga de crecimiento
capitalista, iniciada el año 1993, continua por más de veinte años,
influyendo decisivamente en la evolución y composición de las clases
sociales en el país.
Después de haber alcanzado un promedio de la tasa
de crecimiento de la producción social global de 6% anual,
durante varios años seguidos, hace dos años la economía peruana
ingresó a una etapa de desaceleración temporal
dentro del ciclo largo de crecimiento capitalista en que se continúa
desenvolviendo.
El año 2015 cerrará con una tasa de crecimiento de
la producción social global de aproximadamente 3% anual, una tasa de
crecimiento que, por un lado, es inferior al promedio de la década pasada, pero
que, por otro lado, se ubica por encima del promedio anual de todos
los países de América (la cual estará en menos del 2%), y a la
vez, muy por encima del promedio anual de toda la economía capitalista mundial
que seguirá deprimida (y que está en el orden del 1%). La ligera reanimación de
las economías norteamericana y española durante el año 2015, no han logrado
influir decisivamente en superar el estancamiento que caracteriza al conjunto
de la economía de los países industrialmente más desarrollados.
Para el año 2016, las previsiones de crecimiento
económico en el Perú todavía son inciertas. Para algunos analistas,
atrapados en su subjetivismo, la actual desaceleración ya es el
esperado síntoma del agotamiento del ciclo largo de crecimiento capitalista, y
según ellos, es la señal del inicio de un nuevo ciclo largo de crisis.
Para otros analistas, más objetivos, la actual desaceleración será
temporal, y prevén que en los próximos años se reanudará
nuevamente el necesario, como posible e inevitable, crecimiento
capitalista, el cual podría alcanzar tasas de aproximadamente 4%
anual en los próximos años. Actualmente resulta ilusorio, por
ser imposible, esperar un nuevo ciclo largo de crecimiento a tasas por
encima del 6% anual.
Para entender la importancia, y la repercusión,
de estas cifras macroeconómicas, debemos tener presente que la tasa del
crecimiento de la población peruana en las últimas décadas se encuentra
en el orden de 1,0 % anual. Si las nuevas necesidades de la población en
su conjunto crecen a un ritmo de 1,0 % anual, y la producción social global
crece a más del 3,0 % anual, resulta absurdo, por no decir una torpeza,
hablar de “crisis”, y una torpeza mayor hablar de “crisis general”.
El último ciclo largo de crecimiento
capitalista, se ha caracterizado por un lado por el incremento acelerado de las
inversiones de capital constante (instalaciones productivas, maquinarias,
equipos y materias primas); y por otro lado, por el crecimiento de las
inversiones en capital variable (pago de sueldos y salarios), con el
consecuente resultado del incremento de la plusvalía acumulada por la
clase capitalista. Ese es un aspecto del proceso de crecimiento.
Para nosotros los socialistas, el aspecto más
importante del crecimiento capitalista, ha sido el aumento, y a la vez
renovación, de la cantidad de trabajadores asalariados, en especial en la
industria minera, en la industria de la construcción, y en la agricultura
de exportación. También se han incrementado las inversiones, y por lo tanto, la
cantidad de trabajadores, en diferentes ramas de la industria ligera, que
abastecen de equipos y materiales a la minería, la agricultura y la
construcción, así como en las industrias dedicadas a la producción de bienes de
consumo directo de la población (alimentos procesados, ropa, calzado, etc.)
Otro sector que también se ha visto favorecido por el crecimiento económico ha
sido el sector servicios.
No obstante la temporal desaceleración del conjunto
de la economía, ésta continúa creciendo en varias ramas productivas, pero a un
ritmo inferior al mostrado en la década pasada. La disminución del desempleo,
así como la disminución de los índices de pobreza, y pobreza extrema, que se
observó en la década pasada, actualmente se ha estancado. Por el contrario, la
temporal desaceleración está trayendo nuevamente un incremento del desempleo, y
sobre todo del subempleo, ante la incapacidad del régimen económico capitalista
para garantizar trabajo relativamente estable para las mayorías.
II
En las relaciones políticas, durante el año
2015 ha continuado la crisis de la democracia burguesa. A diferencia de
la crisis de la democracia, que se desarrolla desde comienzos del siglo XX
en los países más industrializados, la cual es una crisis de
agotamiento, como consecuencia de la agudización de la contradicción
entre la producción social y la alta concentración de la propiedad
privada, en el Perú la crisis de la democracia tiene otras características.
La crisis de la democracia en el país es una
crisis de crecimiento. Lo que se está agotando es la vieja democracia
feudal burguesa, impuesta desde fines del siglo XIX por la clase terrateniente
obligada a asumir las funciones de clase capitalista. Durante más de cien
años la democracia feudal burguesa peruana no la logrado desterrar ni
superar su pesada herencia feudal. Y precisamente esta vieja democracia está
agotándose, y está siendo cuestionada porque el crecimiento de las nuevas
fuerzas productivas reclama otra forma de relación política entre las clases
sociales, reclama otra forma de democracia. Ese es el fondo del problema y
la causa principal que impulsa la lucha entre la nueva democracia en
desarrollo y la vieja democracia en extinción.
Se le mire, por donde se le mire, el acontecimiento
político más importante del año 2015 en el Perú, han
sido las elecciones primarias del 4 de octubre, elecciones impulsadas
por un sector del frente unido del pueblo peruano, por el movimiento denominado
Frente Amplio.
Esta práctica de elecciones primarias, nuevas entre
nosotros, es una conquista irrenunciable, que año tras año continuará
fortaleciéndose. Necesariamente tendrá que ser utilizada en las
elecciones para los candidatos al Parlamento (a realizarse este 10 de enero), y
con mayor razón para la selección de candidatos del pueblo en las próximas
elecciones municipales de octubre de 2018, elecciones que serán decisivas en la
confrontación entre la nueva democracia participativa y la vieja democracia
representativa.
III
En el aspecto teórico, el debate más
importante del año 2015 ha sido el replanteamiento de la historia del frente
unido del pueblo peruano, incluido el replanteamiento de la historia
del movimiento socialista peruano. En especial el replanteamiento del capítulo
correspondiente a la segunda mitad de la década de 1920, que abarca desde la
publicación de la revista Amauta (setiembre de 1926), e incluye el
deslinde en las filas del frente unido con la desviación nacionalista
pequeñoburguesa y demagógica representada por los apristas, el desarrollo de la
trascendental Reunión de Barranco (octubre de 1928) en la cual se
constituyó el grupo organizador del Partido Socialista del Perú, la publicación
del libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (noviembre de
1928), la constitución de la CGTP (mayo de 1929), hasta el fallecimiento de
Mariátegui (abril de 1930).
En nuestro país, el origen del frente unido del
pueblo peruano se ubica en mayo de 1905, con el llamado a
constituir el frente de trabajadores manuales y trabajadores intelectuales.
Desde entonces, el frente unido ha pasado por varias etapas, ha participado en
innumerables luchas, y constantemente ha cambiado de forma y de alcances. En el
desarrollo del frente unido hasta el presente han participado cinco
generaciones, y actualmente se está fortaleciendo con el ingreso una nueva
generación de luchadores sociales, generación que ya se hizo presente, al
irrumpir en forma beligerante y combativa en las grandes movilizaciones
de diciembre de 2014 por el derecho al trabajo digno (contra la
“ley pulpín”).
Por otro lado, el movimiento socialista
peruano se inició a comienzos del año 1918, con la constitución del
comité editor de la revista de combate Nuestra Época, que a los
pocos meses se amplió y elevó a Comité de Propaganda y Concentración
Socialista (noviembre de 1918).
Hoy como ayer, y durante todo el año 2016, el
debate central en las filas del pueblo peruano, sigue siendo: frente unido
solidario o partido sectario.
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