24-11-2012
Alt-Market es una organización de
activistas estadounidenses dedicada a construir comunidades de defensa y ayuda
mutua mediante redes de trueque alternativas del mercado. Se identifica como
integrada por ciudadanos deseosos de desmarcarse del sistema imperante y
construir algo mejor.
Brandon Smith, dirigente de Alt Market, publicó en la revista digital Activist Post un artículo en el que aborda las motivaciones y objetivos de su organización bajo el título de “Estados Unidos ya ha colapsado” (“America has already collapsed”).
“La nación estadounidense de sus fundadores ha sido saqueada y deformada, convertida en una espantosa sátira de su antiguo ser, afirma Smith.
“Contamos con un sistema bipartidista. Ambos tienen las mismas aspiraciones y objetivos, conspiran para eliminar las libertades civiles en vez de protegerlas, y son financiados por donantes corporativos. No son posibles cambios mediante elecciones. Quien afirme que la corrupción del gobierno puede ser castigada a través de las urnas no tiene la más mínima idea de cómo funciona realmente nuestro sistema”, denuncia el líder de Alt Market.
Cuando el gobierno decide salvar mediante rescates a los banqueros, aprueba la Ley Patriótica y la Ley de autorización de la Defensa Nacional, está claro que el paradigma ha cambiado y se ha perdido el valor de representación por y para el pueblo de los padres fundadores, precisa Smith.
Para el activista estadounidense las élites han logrado enorme control sobre las masas del país manipulando la fragilidad de la psique colectiva de los norteamericanos, que incorporan a sus sentimientos patrióticos ideales que aceptan sin saber lo que éstos realmente significan. “Si tuviera que escoger un factor decisivo en nuestro colapso, yo diría que, sobre todo, hemos sido confundidos en nuestro patriotismo”.
Nuestro gobierno ha violado totalmente los principios originales de política exterior. La excusa ha sido siempre que "estamos bajo ataque", pero generalmente descubrimos más tarde que se trata de supuestos ataques fabricados por nuestros propios líderes. Así ocurrió con el hundimiento del USS Maine o el del Lusitania y hasta con el incidente en el Golfo de Tonkín y muchos casos más en los últimos cien años. “La estrategia se ha vuelto tan común que ya las élites admiten abiertamente su intención de falsificar banderas con el fin de llevarnos a otra guerra en el futuro, la próxima contra Irán”, dice Smith.
La política actual de exportar la democracia, fracasada en los casos de Egipto, Libia, Siria, Irak y Afganistán, es afrenta total a la dinámica fundacional de Estados Unidos. “El intervencionismo a nombre del patriotismo es temerario y antiamericano. Todo aquello contra lo que lucharon los colonos revolucionarios ha sido reincorporado a nuestra estructura política actual en aras de la seguridad nacional”. Partidario acérrimo del libre mercado tradicional, Smith no alcanza a ver que el mal está en el capitalismo mismo, no es algo privativo de su etapa monopolista e imperialista. Al desastre actual condujo el sometimiento total de la economía a las veleidades de un mercado en el que se impone un número cada vez más reducido de capitalistas cada vez más poderosos.
No obstante, sus argumentos acerca del sometimiento del país al dominio de las jerarquías corporativas que manipulan la sociedad son sólidos.
Sostiene que “Estados Unidos no ha tenido mercados libres en los últimos cien años y ningún estadounidense vivo ha conocido un verdadero mercado libre, por lo que culpar al mercado de fracasos actuales no es justo”.
Afirma que las agencias gubernamentales de EE.UU. suelen ser muy exigentes en aras de la seguridad nacional, pero descuidan sistemáticamente las fechorías corporativas mientras reprimen con máximo rigor delitos menores o inexistentes del ciudadano común.
Denuncia la subordinación de la circulación monetaria y de la economía en general a la Reserva Federal; el invasivo y violento sistema impositivo a través del Servicio de Rentas Internas; la pérdida de privacidad a causa de los sistemas de inteligencia y las leyes patriotas; la pérdida de derechos de propiedad impuesta por múltiples agencias federales; la militarización de la policía a través del Departamento de Seguridad Nacional; la pérdida potencial de Hábeas Corpus, e incluso la detención ilícita de quienes sólo exteriorizan su descontento.
Smith dice que quienes comparan a Estados Unidos con un pulpo avaro que agita sus amenazantes tentáculos contra inocentes civilizaciones extranjeras y constituye una pesadilla para el mundo, deben saber que los ideales de los padres fundadores han sido abandonados por los dueños del poder.
La filosofía original que dio origen a Estados Unidos –afirma Brandon Smith– no es el problema, sino el abuso y descuido de aquella filosofía.
Rebelión ha publicado este artículo con el
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