+972mag
22-11-2012
Una encuesta realizada en Gaza este pasado
mes de septiembre mostró que una mayoría de sus residentes prefieren [el
liderazgo de] Fataj a Hamás si se realizaran elecciones. A comienzos de este
mes el presidente Majmud Abás habló nuevamente de una solución de dos Estados e
incluso insinuó un compromiso en el tema del derecho al retorno [de los
palestinos].
¿Qué podía hacer Israel a la luz de esto
sino comenzar una guerra? Israel no puede manejar la paz. Se ha vuelto una
maquinaria de guerra, y no me refiero solamente a sus dirigentes
ultra-militantes ni a quienes obedecen sus órdenes. Décadas de sesgo mediático
y educación dogmática consiguieron transformar a sus ciudadanos en una turba
ciega que siempre apoya la violencia: la encuesta realizada hoy por el diario
Haaretz muestra que un 84 por ciento apoya la presente ofensiva. Un equipo de
prensa extranjera con quienes trabajo, entrevistó hoy transeúntes acerca de la
situación en Gaza: “Sabemos que allí mueren en cantidades”, dijo un residente
de Tel Aviv frente a la cámara. “No es que no lo sepamos; es que simplemente no
nos importa”.
Por supuesto que los palestinos pueden ser
extremadamente militantes y violentos. Uno también lo sería, luego de décadas
de esclavización, y si piensas que puedes superar tal indignación, pues, tú
serías como la mayoría de los palestinos. En lo que a Hamás respecta, no les
tengo ni una pizca de afecto. Noten que comencé mi artículo con mi fé en una
encuesta que mostró su debilitamiento. La cosa es (o era, hasta hace poco) que
Hamás se está debilitando.
Mientras tanto, la derecha israelí se está
volviendo cada vez más poderosa. Es verdad: miente, desvía la atención del
público, desinforma y usa la incitación al pánico para ganar poder y apoyo. La
prensa deshumaniza de manera efectiva a los palestinos y fomenta nuestro
sentido de ser víctimas, y esa prensa está controlada por gente poderosa
conectada con altos oficiales militares en Jerusalén, pero la gente sencilla
tiene la cabeza sobre sus hombros y un corazón en su pecho: ellos también
comparten la responsabilidad. Todos fuimos decepcionados por los israelíes en
los pasados días. Una vez más, todos nosotros: el mundo, la izquierda israelí,
y especialmente los palestinos.
La izquierda israelí todavía existe, y
lucha bravamente contra una creciente des-legitimización, y podría finalmente
ser declarada demasiado pequeña para tenerse en cuenta. Ahora que el líder
laborista Sheli Iajimovich expresó su total apoyo a las acciones de Netaniahu y
Barak, solo el minúsculo partido Meretz (con tres escaños de
los 120 del parlamento israelí) y el bi-nacional partidoJadash (que
solo una minoría de sus votantes son judíos) permanecen como alternativas.
Ambos partidos se han opuesto abiertamente a la ofensiva. (Meretz es
un partido de la izquierda moderada judía, sionista. Jadash -Frente
Democrático por la Paz- es un remanente binacional del viejo Partido Comunista
de Israel. N. del T.).
En la tradición [religiosa] judía, un
plato de comida láctea sobre el que cae un pedazo de carne sigue siendo casher
(apto para consumo según la religión judía. N. del T.) siempre y cuando ese
pedazo de carne es de un tamaño menor que una sesentava parte del tamaño del
plato entero. Es, según la religión judía, “batel be shishím”, anulado
sesenta veces.
La comunidad de israelíes que procuran la
justicia, la vida y los derechos humanos no es aún la sesentava parte de la
población de este país, pero ¡vaya!, no nos tomen mucho en cuenta. Yo les
aconsejaría a aquellos que están inseguros de cómo sentirse respecto a los eventos
corrientes que no decidan su opinión en base a nuestra existencia y nuestras
acciones. Israel no merece tenernos como si fuéramos hojas de higuera.
Nosotros, los Israelíes, merecemos la
guerra eterna en la que vivimos. Merecemos nuestro gobierno asesino, el cual
está ahora navegando hacia el puerto seguro de su re-elección en un río de
sangre de Gaza (y algo de sangre israelí).
Nos merecemos esto por decir sí a la
muerte, una y otra vez; pero los palestinos que sufren de los mismos caprichos
de Bibi [Netanihau] no se lo merecen. Ellos de hecho han buscado la paz, tanto
en el plano popular como en los discursos formales. Bueno, tal vez ya no. No en
este momento; no incluso si el alto al fuego llega esta noche. Otra oportunidad
masacrada.
¿Podremos cambiar? ¿Diremos alguna vez
basta?
¿Debo pedirles a vosotros, lectores de
todo el mundo, que nos presionen, que nos nieguen comercio y cultura para que
nos veamos obligados a evolucionar?
Ya no lo sé. Háganlo, pero sin grandes
expectativas.
Es asunto de los líderes mundiales el
marcar la diferencia en esto, y ellos deberían tratarnos con enorme rudeza, la
que no aparentan mostrar.
Así que la cosa queda igual: no hay
salida. La había, pero ya no la hay.
Buenas noches a todos desde Tel Aviv.
Bendita sea la memoria de las víctimas.
Fuente: Rebelion
No hay comentarios:
Publicar un comentario